Tuesday, December 04, 2007

Y A CHÁVEZ LE DIJERON NO

Si se mantienen las cifras y no hay “sorpresas” de último momento, el No a la reforma constitucional promovida por Hugo Chávez habría ganado por estrecho margen. Sin embargo, requiere guardar cautela los resultados. No estamos ante el derrumbe del aprendiz de dictador, ni tampoco ante un terremoto devastador en la escena política oficial venezolana. Es un fuerte golpe al plexo solar luego de la campaña multimillonaria que Chávez realizó por los distintos medios que controla, de una oposición impulsada principalmente por estudiantes y disidentes chavistas, que se la jugaron por el Comandante en las horas críticas como su ex ministro de defensa, Raúl Isaías Baduel, pero que se encuentran desencantados por el sesgo autoritario que está tomando el gobierno cada vez más desfachatadamente, con posibilidades de reelecciones consecutivas ad infinitum, control absoluto de las reservas del Banco Central, disponer de las regiones a su entero gusto, así como de los nombramientos clave. La reforma constitucional otorgaba poderes absolutos y competencias ilimitadas al presidente en ejercicio, convirtiéndolo en un gobernante omnímodo, y al gobierno en una suerte de dictadura civil con fachada de legalidad, vaciando las instituciones democráticas de su real contenido, similar a lo perpetrado por Fujimori en los años 90.

El punto de inicio de la caída de Chávez fue el cierre de la televisora RCTV. Como decíamos en nuestro artículo Chávez cierra TV caraqueña:
La clausura de un medio de expresión por Chávez (y la sustitución por uno fiel al gobierno a los pocos minutos) marca un punto de inflexión de que el sistema creado a su alrededor está fuerte y que ha llegado a lo máximo de su poder; pero también que es el inicio de un declive gradual, de descomposición progresiva del sistema autocrático creado alrededor del dictador. Al no existir contrapesos y actuar ciegamente la propia dictadura cava su fosa…

Efectivamente, cuando un gobierno autocrático llega a su máximo poder de coerción y no tiene contrapesos adecuados, inicia un lento declive de descomposición progresiva, que obedece a factores intrínsecos del propio gobierno (ambiciones por el poder, reparto de este, negociados y botines coactando al estado, corrupción cada vez mayor, no solución de demandas de la sociedad civil), y otros de carácter extrínseco (labor de la oposición, precio del petróleo, coyuntura internacional, correlación de fuerzas, golpes efectivos contra la dictadura).

El “no” es el comienzo de una nueva alborada. No garantiza que el gobierno se derrumbe de la noche a la mañana, pero es la piedra de toque para futuras acciones inteligentes y eficaces. Dependerá sobretodo de los venezolanos la lucha por la libertad y la democracia. Tarde o temprano caerá. Ojalá, como en la época de Fujimori –de quien Chávez ha copiado más de un detalle en su estilo de gobernar-, pronto se escuche por todos los confines de la llanura venezolana el corillo Y va a caer, el dictador va a caer. No están solos nuestros hermanos venezolanos.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

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