Sunday, July 13, 2008

BALANCE DEL PARO NACIONAL 9.7.08

Un paro esencialmente es una protesta. Es el ejercicio de un derecho político (el derecho a la disconformidad o a disentir canalizado a través de la protesta), incluyendo un petitorio con una serie de demandas y promovido u organizado por una o varias organizaciones sean de tipo gremial, ambiental, de defensa de derechos, políticas o una combinación de dos o más de ellas (un “frente”). En otras palabras, es la sociedad civil organizada la que protesta a través de un paro. Un paro difícilmente cambia la correlación de fuerzas en el escenario político o las políticas de gobierno, salvo que sea un paro absolutamente contundente como lo fue el “histórico” del 19 de Julio de 1977 que posibilitó –junto a otros factores- la retirada ordenada del gobierno militar de ese entonces. Fue el único caso de paro exitoso en la historia moderna, donde se consigue remover los cimientos de un gobierno. En los noventa los paros casi no se sintieron debido a la desmembración del tejido social, no como se especula por “culpa” de la política neoliberal del gobierno de Fujimori, sino por qué las organizaciones sociales estaban severamente golpeadas luego de la grave crisis de los años ochenta y a la falta de representatividad de las mismas en el nuevo Perú que se estaba gestando en aquellos años. De allí que el gobierno de Fujimori no encontrara demasiada resistencia de las organizaciones sociales a fin de ejecutar el programa económico neoliberal, apenas dándoles el tiro de gracia.

En la presente década y restablecida la democracia han buscado reorganizarse y los gremios como la CGTP han querido dar de nuevo la batalla. El 2004 contra el gobierno de Toledo y el 2008, cuatro años después, contra el de Alan García. Pero, el panorama social es muy distinto al de los años 70 y 80. La mayoría de los trabajadores no están agremiados como antaño. En gran parte son informales, sub-empleados, independientes o no sindicalizados, como lo prueban los innumerables vendedores ambulantes que más interesados que en la plataforma del paro estaban en vender sus productos justamente a los “paristas”… y a los policías que los custodiaban (como anécdota personal recuerdo que en el paro del 19 de Julio de 1977 los policías más bien nos perseguían con bombas lacrimógenas y el rochabús que preocupados en custodiarnos). Asimismo, la “estrategia” del paro como manifestación de protesta no es tan efectiva como antaño. Si se quiere llegar al resto de la población extragremial, un paro no llama tanto la atención, incluso causa molestias a los ciudadanos que realizan sus labores cotidianas; más efectivos resultan otros mecanismos. El mismo día del paro pasó por la avenida Arequipa un ciclista con un cartel enorme donde se leía “La vida está cara” culminado con dos banderitas bicolor. Estoy seguro que eso ha llamado más la atención del público “no parista” que las marchas programadas el miércoles 9 por los organizadores del movimiento de protesta. El mundo ha cambiado en 30 años y las estrategias para llegar al ciudadano del siglo XXI también.

Por otro lado, dudo, como algunos sostienen, que el gran ganador de la jornada sea Ollanta Humala. Si bien la oposición social y política –sobretodo de izquierda- necesita cohesionarse detrás de un líder (y de un programa serio y realista), este no parece ser Humala. Por más que lo desee difícilmente con su discurso ambiguo y poco articulado podrá llegar al poder. Ahora, por ejemplo, habla de una “economía nacional de mercado” (?), a fin de ganarse a los sectores medios y altos y que estamos seguros ni él sabe a que se refiere. De presentarse a las elecciones del 2011 es muy posible que obtenga menos votos que en el ya remoto 2006. A la oposición de izquierda le hace falta un líder y urgente.

Este será también un primer paro de muchos más que probablemente vengan a futuro y con mayor razón conforme se acerque el 2011. Si uno revisa la “plataforma” del paro tiene un programa variopinto, desde protestar contra “el programa económico neoliberal” y el costo de vida, pasando por el retiro de las bases norteamericanas y las promesas incumplidas del presidente hasta los reclamos locales y regionales bastante concretos o contra autoridades específicas (la quema del local del gobierno regional de Madre de Dios es sintomático de estos problemas caseros). La plataforma fue multivariada y multicolorida. Como dijeron Los chistosos en su programa radial se podía incluir también que Burga salga de la Federación de Fútbol. Es cierto que las promesas incumplidas de Alan García dan sustento a la protesta, del programa socialdemócrata moderno planteado en la candidatura, pasó a un programa conservador continuista en la presidencia. El giro a la derecha fue decisivo para la pérdida de aprobación (conservada en alrededor de 30%), aunque los motivos para tal cambio son tanto políticos como sicológicos (en un anterior artículo ya lo desarrollamos). Asimismo, el incremento del costo de vida es un caballito de batalla efectivo, aprovechable políticamente, y que va a ser “plataforma de lucha” de futuros paros. Los alimentos y el petróleo van a continuar subiendo en los próximos años y si bien existen factores internos y externos que se están conjugando, achacar exclusivamente la culpa al gobierno de turno es un recurso efectivo de cualquier oposición: afecta los bolsillos del votante y generalmente este hecha la culpa al gobierno de cómo su dinero va perdiendo el poder adquisitivo.

Por parte del gobierno, llama la atención la reacción desmesurada contra el paro. Cualquiera pensaría que estamos sitiados por una turba de agresores contra la estabilidad institucional y la democracia, hasta trasmitieron inopinadamente un spot televisivo contra el paro con la imagen y voz de Vladimiro Montesinos (conocido como el “vladispot”). La pregunta es: se trata de nerviosismo o de cálculo político del gobierno. Perdieron los papeles o fue una jugada de ajedrez a futuro. Creo que más es lo segundo. Se ha tratado mas bien de crear un “cuco” de cara al futuro que sirva de contención a las posibles manifestaciones de protesta social que vengan después, de cara al 2011, y de chivo expiatorio (o de “perro del hortelano”) a fin de tener la coartada que permita no quedar huérfano de votos de acá a tres años cuando la situación de la inflación y pérdida del poder adquisitivo de la moneda se pueda trasformar en inmanejable de no tomarse las medidas adecuadas (lo que ha venido en llamarse “el karma de García” o “la maldición de García”). En un partido tan experimentado como el APRA y con un presidente que no es novato en cuanto a enfrentar paros se refiere, es muy difícil que pierdan los papeles tan fácil como supuestamente se creyó; más bien se están cuidando las espaldas, con un mensaje como “si votan por ellos ya saben lo que les espera”; y, siempre es útil tener un chivo (o perro) expiatorio a la mano a quien echar la culpa si las cosas van mal y aparecer como la alternativa seria y responsable cuando el votante independiente esté solo en la cámara secreta.

Al final de la jornada, ¿cómo quedaron los resultados del paro? Para todo gobierno los paros promovidos son un fracaso, para los organizadores, en cambio, serán un éxito. Como siempre, la verdad está en el justo medio. El paro se ha “sentido” más en provincias que en la capital, sobretodo en la zona sur y el oriente, donde el gobierno tiene menos favoritismo en la aprobación de los ciudadanos. Ello hace pensar que el paro del 9 de julio sea probablemente el inicio de una serie de “pulseadas” de los movimientos sociales y políticos de oposición contra el gobierno, pero sin el impacto de otras épocas, buscando apenas reagrupar fuerzas y capitalizar en votos al 2011 la insatisfacción popular creciente por el alza del costo de vida, luego de la larga languidez presencial en el escenario oficial de los noventa (insistimos: los alimentos y el petróleo van a continuar subiendo en los próximos años y ello ocasionará mayor malestar social aprovechable políticamente por la oposición de cualquier matiz).

Hay una lógica de acumulación de fuerzas en los paros: mientras la base social de los gremios organizadores sea escasa, pequeña, como es ahora, difícilmente conseguirán sus objetivos, salvo que trasciendan sus propias bases, lo cual con la vieja estrategia que usan difícilmente lo conseguirán. Por eso, el éxodo que les tocó vivir en los noventa, y a la izquierda en general, luego de tocar tan cerca el cielo, todavía no ha llegado a su fin.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

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