Tuesday, March 03, 2009

YEHUDE SIMON O LA FE DEL CONVERSO

Cual huayco de Febrero en los últimos días le cayó con piedras y lodo al premier Yehude Simon su propuesta de un frente entre la izquierda “madura” y el APRA para las elecciones del 2011. Los palos más duros han provenido sobretodo desde la izquierda (o mejor dicho desde las izquierdas al ser actualmente un archipiélago), desde sus ex compañeros de ruta, que cual amante despechada le han recordado su pasado emerretista, bastante furibundo por cierto, cuando creía que la toma del poder era por medio de la violencia y se asqueaba de la democracia. Los más discretos lo han calificado de “tonto útil” de Alan García.

Como expresamos en anterior artículo cuando fue designado el Sr. Simon en el premierato, todos tenemos derecho a cambiar. Creo que solo aquellos que tienen una mente cerrada o con pocas ideas inflexibles se mantienen igual así pasen los años. Tendrán sus mismas ideas, sus mismas creencias y sus mismas fobias, tanto de jóvenes como de viejos. En distintos países, ex guerrilleros (aunque el buen Simon jamás cogió un fusil solo la pluma incendiaria) que hace veinte o treinta años atrás, cual émulos del “Che”, creían y profesaban la violencia armada como único medio de cambio de las estructuras de la sociedad, hoy son apacibles burócratas viviendo con un salario proveniente de ese mismo estado que quisieron demoler.

A qué se debe esta reacción bastante hepática contra el pobre Simon. En principio está su antigua militancia y su actual puesto político. Una cosa es ser presidente regional, uno de los pocos reelectos y con manejo exitoso, manteniéndose en un perfil centro izquierdista, de una izquierda moderna, y otra cosa muy distinta pasar a colaborar con el APRA y en especial con Alan García. Como que ha dado la impresión a ciertos sectores políticos de un oportunismo bastante descarado.

Las rivalidades entre la izquierda y el partido de Alfonso Ugarte son antiquísimas, prácticamente desde la época de fundación de ambas organizaciones políticas. Ambas también compiten por una misma “clientela”: los sectores populares (aunque se dirá que el APRA de AGP ahora solo gobierna para los ricos), pero a diferencia del APRA que logró mantenerse como partido orgánico pese a todos los maretazos políticos que ha sufrido el Perú, la izquierda ha perdido representación política y apenas es un pálido reflejo de Izquierda Unida en la época del desaparecido Alfonso Barrantes, cuando llegó a obtener un tercio del electorado, viéndose ahora obligada a pactar con el nacionalismo rancio de los Humala a fin de sobrevivir y obtener sus viejos dirigentes siquiera un asiento en el Congreso (es sintomático como algunos dirigentes de izquierda se dirigen a Ollanta Humala como “el comandante”).

No creo que la propuesta de Simon haya pasado apenas de un globo de ensayo para medir la temperatura política, y se habrá dado cuenta que se encuentra bastante lejana de la realidad. Quizás también se ha dado cuenta que “no fue tan buen negocio” aceptar el premierato, de repente quedarse en su región le habría convenido más. En fin, en esta época de pragmatismo, donde valores e idearios están por los suelos y donde el debate no pasa de una serie de insultos entre los contrincantes, las alianzas políticas más disparejas son moneda corriente. Todo vale con tal de llegar o mantenerse en el poder.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

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