Saturday, June 27, 2009

MICHAEL JACKSON IN MEMÓRIAM

Más allá de la figura controversial de Michael Jackson, no se puede negar que marcó un hito en la historia del rock. Su estilo, mezcla de pop dance y arte mimo cautivó a millones en todo el mundo. 1,500 presos en Filipinas le rinden homenaje con la quizás su más célebre escenografía y canción, Thriller:

http://www.youtube.com/watch?v=RkggJYCvesQ

Tuesday, June 23, 2009

TRIBUNAL SUPREMO FRANCÉS RECONOCE COMO TRABAJADORES A CONCURSANTES DE REALITY SHOW

El Tribunal Supremo Francés declaró en una sentencia bastante controvertida que los concursantes de un reality show son trabajadores y por consiguiente tienen derecho a los beneficios laborales inherentes a los mismos.

Tres concursantes de un conocido reality show interpusieron sendas demandas por indemnización laboral y pago de beneficios sociales al haber “trabajado” por diez días consecutivos en La isla de la tentación («L'île de la Tentation»), programa que propone a las parejas someter su amor a la tentación durante doce días en una isla paradisíaca (de allí el titulo), con cruceros en yate y cenas regadas con champán de por medio, viéndose expuestas a mil y una pruebas con hombres o mujeres que tratarán de quebrar su fidelidad (que muchos de los concursantes la tenían muy frágil), grabados por cámaras de televisión las 24 horas del día.

El Tribunal Supremo sustentó su fallo en que «la existencia de una relación de trabajo no depende ni de la voluntad expresada por las partes ni de la denominación dada en el convenio, sino de las condiciones en las que se ejerza la actividad de los trabajadores». En otras palabras del principio de realidad que se aplica en el derecho laboral: no importa la denominación que se le otorgue al contrato, sino si existen las condiciones del mismo que supongan la existencia de un vínculo laboral.

Para el Tribunal, participar en actividades impuestas, expresar reacciones esperadas y estar disponible de manera permanente, en ausencia de comunicación con el exterior, se diferencia de «la mera grabación de la vida cotidiana». Vale decir el demandante no está en su libre albedrío, haciendo lo que mejor le plazca, sino que existe una relación de subordinación, donde “un empleador” (la cadena de televisión) da ciertas órdenes (las reacciones esperadas) que deben ser cumplidas por “los trabajadores” (los concursantes), así como proporciona “las condiciones y herramientas de trabajo” (en este caso la estancia en la isla y todas “las tentaciones”).

En total cada uno de “los trabajadores” se ha hecho acreedor a la suma de 27,000 euros por concepto de “trabajo profesional encubierto” (aunque no está muy claro dónde está “lo profesional” del “trabajo”), “horas extras” (al haber “trabajado” 24 horas continuas por diez días consecutivos, más allá de la jornada laboral que en Francia es de 35 horas semanales), “vacaciones no pagadas”, despido intempestivo y ruptura abusiva del contrato.

El fallo es controversial y se presta a polémica, dado que es discutible hasta qué punto se puede considerar como “trabajador” a un participante de un reality show, que no es otra cosa que un concurso. Y, si bien existe un uso de la imagen y voz de la persona, incluso en escenas íntimas, existe también una autorización del concursante para su emisión. Da la impresión que la figura del contrato de trabajo ha sido calzada a la fuerza; incluso en una de las instancias antes de llegar a la Suprema se discutió sobre si era un contrato a plazo definido o indefinido, fallando la Corte en el sentido de ser un contrato de naturaleza indefinida a favor de los concursantes, lo cual también es polémico en vista que el concurso dura apenas algunos días y, en el peor de los casos, sería un contrato a plazo fijo.

En fin, como se acostumbra decir por estas tierras eso es “cosa de blancos” que en mi país no se aplica, donde un trabajador supera largamente la jornada legal de las ocho horas diarias sin reconocimiento de horas extras, seguridad social, ni cualquier otro beneficio laboral; y, las leyes son meramente declarativas, sin algún efecto práctico en la vida del trabajador, mucho menos podrían aspirar a que algún tribunal peruano les reconozca los beneficios de aquellos tres concursantes franceses. Sería “cosa de blancos”.
Eduardo Jiménez J.
ejjabogados@gmail.com
ejjlaw@yahoo.es

Tuesday, June 16, 2009

EL VERANO TERMINA YA

(Bueno ya terminó hace algunas semanas, a pesar de este sol esporádico que de vez en cuando alumbra y calienta; pero, los acontecimientos recientes en mi país ocuparon la atención de “El Observador”, dejando encarpetada la crónica).

Cuando la nariz me comienza a molestar por las mañanas, los estornudos se hacen más frecuentes, la garganta es una molestia constante y los anti-histamínicos están perennes en mi mesa de noche, son síntomas inequívocos que, como dice la conocida canción, el verano termina ya y comienza el otoño.

También es síntoma inequívoco, este más objetivo que subjetivo, ver a las chicas con más ropa encima. Dejan de lado esos trajecitos diminutos que permitían apreciar cuerpos bronceados y esculturales, pero también rollitos y barriguitas de las más osadas, para dar paso a la chompa matutina o al pantalón más grueso hasta los tobillos. Es una lástima para el ojo masculino que deberá contentarse con calcular o imaginar el cuerpo escondido tras capas y capas de ropa.

Conforme el frío y sobretodo la humedad vaya progresando por las calles de Lima, el uso de pastillas para la garganta y antigripales se harán más frecuentes. Pero, ya me acostumbré a convivir con mis “achaques”, a leer las señales que mi organismo me manda. En estos momentos atravieso por uno de ellos, escribiendo con una mano y con la otra secando una nariz que parece drenar un río. De más joven renegaba de mis males, detestaba haber nacido programado con una alergia así, ahora, con más años y canas, los comprendo. Será que conforme pasan los calendarios uno se vuelve más tolerante con todo.

El verano termina ya y procedo a sacar mis frazadas, a colocarme en la noche un suéter abrigador que me mantenga caliente (soy bastante friolento por naturaleza) y a esperar paciente, pero inexorable, como si se tratase de un destino escrito, el lento y penetrante frío húmedo limeño.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Tuesday, June 09, 2009

MUERTE EN EL ORIENTE

Desde Lima vemos muy pero muy distante lo que sucede en la Selva, continente ignoto que conocemos y comprendemos casi nada. Siempre fue así. Desde la Colonia y en la República misma. Era una tierra sin riquezas mineras que extraer y recién a inicios del siglo XX con el caucho, la avidez y la rapiña de algunos hizo volver los ojos al oriente peruano, sustituidos ahora esos depredadores del pasado por las empresas del narcotráfico, con una peligrosa combinación de drogas, dinero, corrupción y armas.

Lo acaecido en Bagua el viernes 5 parece extraído de la novela La guerra del fin del mundo. Fuerzas retrógradas que se resisten a la modernidad, a la “occidentalización de la selva”. Y hasta tendrían su “Consejero” como en la novela de Mario Vargas Llosa, alentando a los nativos a luchar contra el gobierno y todo lo que representa, siendo el mismo poco menos que la personificación del diablo. Arcos y flechas contra fusiles. Arcaísmo versus modernidad. Pero, ¿es así de simple o el asunto es más complejo?

Lo sucedido no pasaría de una comedia de equívocos donde las partes hablan lenguajes distintos, sino fuera por los peruanos muertos a ambos lados. La cifra exacta aún no se conoce y cuando se conozca quizás se sumen a las responsabilidades políticas que el humalismo y el gobierno se achacan mutuamente, las penales. No solo la de dos ministros cuya cabeza se está exigiendo, sino la de los autores mediatos e inmediatos, materiales e intelectuales. Lo que si queda claro es que no podemos ver la tragedia con sectarismo. No hay “malos” absolutos, ni “buenos” que subir a un altar.

Calificar a posteriori los sangrientos sucesos con un “se pudo evitar” suena a chiste de mal gusto. A posteriori, todos, sin excepción, somos estrategas brillantes de batallas ya realizadas. Han existido intereses del gobierno y su bancada congresal en no derogar los decretos cuestionados por el tema del TLC; pero, también ha existido intransigencia por parte de los representantes de los nativos venidos a “dialogar” a Lima. Fue un diálogo de sordos con una cuota de cálculo político por parte del grupo político de Ollanta Humala que quiso pescar a “río revuelto” (y parece que digitado desde Caracas y La Paz). A ello se han sumado ONG’s radicales y medios de comunicación de la región exacerbando el ánimo de los nativos y llamando a una “violencia defensiva” contra la policía y contra la “apropiación” de sus tierras y el agua. Es que cuando se hace un trabajo de “lavado de cabeza” diciéndoles a personas que viven en contacto con su tierra, en una relación casi sagrada, que por los decretos en cuestión se las van a quitar, es como si a usted le dijeran que por una ley del congreso le quitaran su casa de inmediato y sin darle un centavo a cambio. ¿Cómo reaccionaría?

Esto trae a colación una constante en nuestra vida republicana. Las normas legales de todo orden y jerarquía son promulgadas sin consenso de los ciudadanos y sobretodo de los implicados con el efecto que esa norma tendrá en sus vidas. Las leyes se dictan desde Lima sin tomar en consideración la opinión de los afectados.

Una pregunta sencilla: ¿los nativos habrían creído que les iban a quitar sus tierras y privatizar el agua si se hubiera hecho docencia directa con ellos, explicándoles claramente el alcance de esas normas legales? ¿Se buscó, por ejemplo, la participación de antropólogos que conozcan la cultura y costumbres de la zona y sobretodo de clérigos católicos y evangélicos que gozan de gran respeto y credibilidad entre los lugareños de la amazonía? Cuando el gobierno se sentó a dialogar con una cúpula politizada, con agenda propia, fue demasiado tarde y los casi dos meses de bloqueo de las carreteras en el Oriente y la campaña de desinformación de cierta oposición que buscó ganar con el conflicto, terminó en un baño de sangre.

Un poco más de democracia horizontal y no creer que por ser nativo o “chuncho” como despectivamente les decimos los citadinos, no se merecen explicaciones de leyes que directamente les va a afectar su modo de vida. El principio de autoridad no es todo en un gobierno democrático. Es importante, sí; pero importa también evaluar el efecto que una norma legal tendrá en la realidad directa de una comunidad, más cuando se trata de una comunidad con costumbres y cultura totalmente distinta a la nuestra.

Es momento oportuno de “tender la mano” al adversario y un gesto del gobierno y su bancada sería derogando los decretos cuestionados, sin perjuicio de nuestra legislación interna de cara a los tratados comerciales. No importa si son o no son constitucionales. La formalidad legal no es tan importante en estos momentos, sino el mensaje que se de al adversario. La soberbia del vencedor no es buen consejero en política, menos escudarse en resquicios legales, y eso el presidente de la república en persona lo sabe muy bien. Derogar esos decretos sería un gesto de buena voluntad.

También se debe revisar el canon que beneficia más a las ciudades de la selva que a las comunidades nativas. Las comunidades son las más perjudicadas cuando se busca o extrae petróleo o gas en la selva. Se ve perjudicada su caza, que huye despavorida cuando siente la llegada de las máquinas del “hombre blanco”, y se ven perjudicados sus ríos que se envenenan con los residuos tóxicos. Por eso, se debe revisar el canon y que los principales beneficiados sean los que viven en la selva misma, no los citadinos. En otros países ya se ha aplicado ese sistema con buenos resultados, así que no se está inventando nada nuevo.

Y, es hora que los actores políticos maduren. No solo por parte del gobierno (sabemos que Yehude Simon hizo todo lo posible para solucionar el problema, pero no encontró eco en la bancada oficialista), también por parte de la oposición, especialmente de los humalistas. Se requiere madurez y serenidad, no cálculo político de cara al 2011.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Tuesday, June 02, 2009

CHILE CONTINÚA ARMÁNDOSE (Y EVO CONTINÚA DESBARRANDO)

Chile es un país de contrastes: puede parecer uno de los más modernos y desarrollados de Sur América, un trozo de Europa inserta en un continente chúcaro todavía, y además albergar una decisión guerrerista de su clase política y militar, lindante con el chauvinismo más ramplón y segregacionista. Es cierto que las últimas adquisiciones de aviones de combate F16, aviones antisubmarinos, helicópteros de guerra, misiles antibuques y otras sofisticadas armas (y posiblemente hasta un portaaviones, “usadito” siquiera) no hablan de una “vocación pacifista” de nuestro vecino. Más bien se inscriben dentro de su programa de actualización de armamento de cara al bicentenario de su independencia, con el objetivo de llegar a los niveles militares de la OTAN y geopolíticamente ser una suerte de Israel en la región (eufemísticamente los mapochos dicen que son “armamentos disuasivos”).

No menos cierto es que en Perú, cada vez que se difunde una noticia de nuevas compras de armamentos de nuestro vecino, lo sentimos con más inquietud que los demás países e inmediatamente se nos viene a la memoria la guerra del 79 y lo que significó para nosotros. Pero, ¿realmente Chile está pensando en nosotros cuando compra todo ese sofisticado armamento?, ¿quiere ahora apropiarse de nuestra agua dulce tan escasa que será en el siglo XXI, de nuestras fuentes de energía igualmente escasas en este siglo que comienza o de nuestra riqueza marítima como antaño lo hizo con el salitre?

Creo que la clase política y los militares chilenos (o por lo menos un sector de ellos) piensan en un “triple escenario”, es decir, supuestamente están rodeados de “enemigos” como Perú, Bolivia y Argentina, enemigos con muchas riquezas naturales y que en cualquier momento se pueden unir para agredirlos. Partiendo de esa hipótesis cualquier compra de armamento se encuentra justificada para ellos y más con dinero lleno en los bolsillos.

Pero, su estrategia no es solo militar, es también política, de hacer alianzas y “lobbies”, del “divide y vencerás”. De allí los “coqueteos” con Evo Morales, a fin de romper “los lazos de hermandad” entre Bolivia y Perú (coadyuvado por su reacción bastante hepática hacia nosotros desde que Bolivia es enclave chavista), jugando con la carta de la salida al mar y las expectativas del país altiplánico. Con respecto a la Argentina, desde la venta de armas a Ecuador, en pleno conflicto del Cenepa, nuestras relaciones son más protocolares que reales, aparte que actualmente los argentinos no tienen demasiado interés en el Pacífico, miran más a Brasil y al ALBA.

Esa reacción instintiva que tenemos frente a Chile es aprovechada por nuestros chovinistas locales, de igual o superior hipérbole que los existentes en el sur de nuestra frontera; aunque tampoco podemos irnos al otro extremo pacifista de nuestros neoliberales criollos (y de algunos izquierdistas nativos también) de creer que el mercado (léase mayor inversión chilena en nuestro país) pondrá paños fríos en los intentos belicistas de nuestro vecino, convirtiéndose en una especie de Mahatmas Gandhi de dudosa credibilidad (su credo consiste en que más Ripleys y Sagas harán que nuestro vecino del sur no nos ataque). A Chile no lo podemos ver ni como un amigo dadivoso –menos hermano- ni tampoco como a un enemigo. Solo un rival y socio comercial del cual aún nos queda mucho por aprender; no en vano ellos tuvieron estado cuando nosotros todavía nos desangrábamos en guerras civiles, no en vano Chile tiene una poderosa clase media mientras la nuestra aún es muy débil, no en vano cuentan con una fuerte burguesía nativa (ni que decir de la nuestra que da pena), y no en vano –a pesar que nos duela reconocerlo- ellos fueron “los pioneros” del modelo económico que ahora es moneda corriente en varios países de AL. Todavía nos ganan en muchas cosas; por eso es un rival del cual se puede aprender y mucho, sin odios y con sangre fría.

Es cierto que cuando dos naciones comienzan a comerciar, los conflictos bélicos se atenúan. Lo comprobamos con Ecuador, desde que se firmó el tratado de paz y se comenzó a comerciar con mayor fluidez entre ambas naciones (un logro del gobierno de Fujimori, otra verdad que duele reconocer abiertamente a la clase política peruana), los conflictos amainaron; salvo con el gobierno de Correa que ha impuesto barreras a productos peruanos, pero más por problemas de su economía interna que por razones políticas como se piensa comúnmente. Con el otro vecino belicoso, Chile, tenemos mucho intercambio comercial y debemos continuar en esa ruta, pero siempre alertas, sin confiarse demasiado, y sobretodo sin poses de Mahatmas Gandhi.

Sería bueno que se incremente “disuasivamente” nuestro gasto en defensa sea por la vía presupuestal o con la creación de un canon como el chileno. Ojalá nuestro ministro de economía no haga oídos sordos y nuestra clase política no sea ciega. Si la historia nos puede dar lecciones, recordemos que gran parte del fracaso de la guerra del 79 se debió a la miopía de nuestra clase política y a la división que existió entre los propios peruanos. Por eso tuvimos héroes como Grau o Bolognesi y perdimos la guerra y gran parte de nuestro territorio hacia el sur. Que no se repita la historia.

OTROSÍ DIGO: Una pequeña digresión final. La relación compleja y profunda entre Bolivia y Perú es mucho más que las desbarradas de su actual presidente. Esta relación se remonta al pasado más remoto y se proyecta al futuro; en cambio, el gobierno de Evo Morales es solo coyuntural, transitorio, por más que quiera perpetuarse en el poder es apenas una milésima de segundo del tiempo histórico de dos pueblos hermanos, y él será olvidado y borrado de ese tiempo milenario de dos naciones profundamente hermanadas. No olvidemos esa perspectiva, ni “pisemos el palito”.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es