Tuesday, July 21, 2009

NICARAGUA A TREINTA AÑOS DE LA REVOLUCIÓN SANDINISTA

Nicaragua principalmente exporta materias primas. EEUU es su principal mercado; aunque como sarcásticamente se comenta, la principal exportación es mano de obra barata, “nicas” que van en busca de un mejor futuro para su familia. Se estima que viven fuera de su país un millón y medio de nicaragüenses, la mitad en Estados Unidos, convirtiéndose en el principal “motor” de la economía nacional las remesas que envían a sus familias. El salario mínimo de un trabajador es de apenas 90 dólares al mes, uno de los más bajos de Centroamérica. Nicaragua es considerado el segundo país más pobre en el hemisferio occidental, después de Haití.

Una de cada 4 mujeres adolescentes, entre 15 a 19 años de edad, ya son madres o están embarazadas. Uno de cada tres nicaragüenses sufre desnutrición. En educación básica, terminar los seis años obligatorios de escolarización lleva un promedio de 10,3 años, y solamente un 29% de los niños y niñas terminan la escuela primaria.

Internet es todavía un artículo de lujo. Su uso está limitado tanto por los costos de conexión (US $ 100.00 por mes) como por el escaso acceso de áreas cubiertas; aunque los cibercafés (cabinas públicas) está permitiendo un acceso mayor al servicio, principalmente en las ciudades.

En cuanto a institucionalidad, el poder judicial sufre las presiones del poder político y, en impuestos, carece de un sistema eficiente de recaudación y casi todos buscan evadir sus obligaciones tributarias. Sobre cómo se entiende el poder, luego de la caída de los Somoza se repartió la riqueza de los vencidos entre los principales líderes del victorioso Frente Sandinista de Liberación Nacional. Fue la conocida “piñata”, el botín de guerra de los vencedores.

Todo lo reseñado suena conocido. Matices más o matices menos, es lo que sucede en muchos países de América Latina: pobreza, falta de igualdad de oportunidades, diferencias sociales y económicas abismales, atraso educativo y cultural de la población, economía basada en materias primas, y corrupción, abundante corrupción. Sin embargo, estamos hablando de un país que vivió desangrado por una cruenta guerra civil. De un proceso revolucionario con el objetivo de cambiar las cosas. La toma del poder por el FSLN en 1979 fue el segundo caso exitoso después de Cuba de una guerrilla que tras una insurgencia armada se hacía del control político y militar de un país. Luego de Nicaragua no ha existido otro proceso insurgente que haya tenido similar resultado.

¿Qué pasó?, por qué fracasó el proceso de reformas y Nicaragua es un micro país de Centroamérica que ahora debe aferrarse desesperadamente a la chequera de Hugo Chávez. Creo que no se debió a una sola causa, sino a varias. No fueron solo los “contra” y el implacable bloqueo norteamericano en los ochenta como se justifica para los errores; también contribuyó el contexto internacional, con una AL que por aquellos años viraba hacia procesos democráticos, abandonando los grupos radicales las estrategias de “tomo del poder” por la vía armada y, por supuesto, el derrumbe del “socialismo real” que afectó cualquier proceso revolucionario. Una causa menos estudiada es el elemento cultural para entender ese atraso, que se reflejó en la repartija de los bienes de los Somoza y sus allegados del poder entre los vencedores, entre ellos Daniel Ortega. Pero ese proceder corrupto no fue exclusivo de la izquierda, la derecha cuando gobernó Nicaragua con Arnaldo Alemán a la cabeza estuvo signada por un proceso de enriquecimiento ilícito y dádivas a sus allegados nunca antes vistas. Ahora, Alemán y Ortega han acordado un pacto tácito de convivencia y usufructo del poder. Como dice el conocido adagio popular “Dios los cría…”. Por esa razón algunos marcaron distancia del gobierno sandinista, como el sacerdote y poeta Ernesto Cardenal, hombre de la primera hora de la revolución que ahora vive en su país juicio tras juicio por las denuncias de corrupción que ha hecho contra el gobierno de Ortega. Esa forma de pensar al país como feudo, “como chacra”, es típica de los países atrasados. La institucionalidad es un cascarón vacío. Nicaragua vive en la “maldición bíblica” del atraso como cualquier país subdesarrollado luego de 30 años de revolución, maldición de la cual parece no tener escapatoria.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

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