Tuesday, April 27, 2010

LA REGIÓN SUR LANZA PROPUESTA DE DESARROLLO

Una noticia que pasó un tanto desapercibida en la capital fue la propuesta de desarrollo de los presidente regionales de Arequipa, Cusco, Puno, Apurímac, Moquegua, Tacna y Madre de Dios, que en el mes de Julio pasado propusieron una agenda de desarrollo para la región Macro Sur.

Personalmente he sido crítico de la forma en que comenzó la regionalización, trasformando los departamentos en regiones y teniendo una suerte de “pequeños reinos” donde se repetían las taras del centralismo. Pero, ello no quita que el proceso se inició y que debe continuar. No comparto la idea de aquellos que piensan que el proceso se debe cancelar. Quizás la regionalización sea el principal aporte a la reforma del estado en los comienzos del siglo XXI, pese a los problemas que presenta.

También he sido crítico que las regiones “no se ponían los pantalones largos”, pensando solo en ser oposición al gobierno central y no una iniciativa de desarrollo regional, salvo contadas excepciones. Creo que con la agenda propuesta por los presidentes regionales del sur han dado un paso a la madurez. Puede ser discutible la agenda propuesta, pero no carece de cierta razón y de aspectos interesantes. El gas por supuesto se encuentra en el centro de la propuesta. El gas no es solo un recurso natural no renovable, sino que bien utilizado puede “jalar” a todo el sur atrasado hacia la modernidad, uniendo “los dos Perú”, el moderno, citadino, con empuje del centro y norte del país, con el sur más bien atrasado y con rezagos feudales.

Esperemos que no caigan en saco roto las propuestas de los presidentes regionales del sur, ni queden en buenas intenciones. Ojalá. Todos tenemos que colaborar, tanto el gobierno central que no puede dejar de gobernar para todos los peruanos, como las autoridades del sur que deben entender que la oposición cuando es gobierno tiene que gobernar, por más que suene a tautología.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Tuesday, April 20, 2010

CORTE SUPREMA NORTEAMERICANA DECLARA SIN LÍMITES LAS CONTRIBUCIONES POLÍTICAS DE LAS CORPORACIONES

En Enero pasado, una controversial decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos declaró que las corporaciones, en uso de su derecho de libertad de expresión, podrán contribuir sin topes a las campañas de los políticos, lo cual, hasta antes de la sentencia, tenía límites.

Equiparar a una persona natural con una jurídica, en especial una corporación, significa convalidar jurídicamente un estatus que en la realidad es muy distinto, sobretodo en lo que se refiere al poder económico. Ese hecho será determinante para que las grandes empresas norteamericanas fomenten el favoritismo hacia un candidato determinado que defienda sus intereses en desmedro de aquellos que buscan regular su gran poder.

El fallo permite analizar las relaciones bastante íntimas entre el poder económico y el poder político. Una corporación es parte de los llamados “poderes fácticos”, de aquellos que influyen en las decisiones políticas a su favor. Al no tener límites en las contribuciones, podrán utilizar su poder económico para, por ejemplo, bloquear cualquier iniciativa regulatoria de las armas de fuego o de los medicamentos, por poner solo dos casos.

Por otra parte, una corporación al ser una entidad abstracta, no expresa de por si una opinión –como la podría tener una persona natural-, sino la de los directivos o CEOs que están detrás y que muchas veces tomarán decisiones a favor de uno u otro candidato apoyándolo económicamente, aún cuando los accionistas (propietarios de la empresa) tengan una opinión distinta.

Actualmente, en las grandes corporaciones el accionista no tiene el poder de antaño, son los directivos los que manejan los asuntos corporativos, se asignan sueldos y prebendas, y ahora podrán apoyar sin límites económicos al candidato de su preferencia.

Como acertadamente señaló Noam Chomsky en reciente artículo, con esta decisión de la Suprema se consolida la plutocracia, el gobierno de los ricos.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Tuesday, April 13, 2010

PEDOFILIA E IGLESIA CATÓLICA

Quizás no exista abuso más execrable que el abusar sexualmente de un niño, con mayor razón si el abusador ostenta vestimenta y rango eclesial.

Los abusos sexuales vienen de antaño y es muy probable que en otros tiempos fueran pasados por alto dado que no existía una cultura de sensibilización con respecto a los derechos del niño, al que –por la alta tasa de mortalidad infantil de aquellos tiempos- se le veía más como un adulto pequeño que propiamente un menor. Sin embargo, hacia la segunda mitad del siglo XX comenzó un lento proceso de llamada de atención a favor de los derechos del niño y, dentro de estos, el derecho a la integridad sexual. De allí las constantes campañas de protección a favor de los derechos del menor tanto de los organismos públicos como privados, así como las denuncias de los medios de comunicación de abusos sexuales contra menores, lo que –a pesar de ser una verdad de Perogrullo- se debe gracias a que en Occidente vivimos, matices más matices menos, en sociedades abiertas y democráticas con libertad de expresión y capacidad de denuncia contra miembros de instituciones tan poderosas como la Iglesia Católica. Difícilmente en sociedades totalitarias y cerradas se habrían podido abrir paso las reiteradas denuncias de abuso sexual de menores por parte de sacerdotes de la Iglesia Católica.

Es que existe un elemento importante que subyace en todas las denuncias: el poder tanto de quien abusa, poder manifestado en su autoridad como sacerdote de la probablemente más importante iglesia en la actualidad, así como el poder de esa misma iglesia representado en su alta jerarquía a fin de silenciar los hechos, disimulándolos, y evitar de esa forma el escándalo, convirtiéndose en la práctica en cómplices de los violadores. Encubrimiento que se encuentra relacionado con el estilo autoritario y vertical característico de la Iglesia Católica, comportándose como si estuviese en el medioevo europeo o, pero aún, en la época de los gobiernos fascistas y totalitarios.

Porque las denuncias por abuso sexual contra sacerdotes de la Iglesia Católica se producen tanto en el primer como el tercer mundo, tanto en Europa, como en África, Oceanía o América. No se puede decir que solo se producen en países pobres y atrasados, sino que en los propios Estados Unidos se ha denunciado casos de pedofilia, los que la Iglesia trató de solucionar indemnizando económicamente a los padres de los menores para que no vayan a juicio. Es decir con unos billetes han silenciado conciencias. En otros países han tratado de ser obsecuentes con el gobernante de turno y los medios de comunicación para que el escándalo no sea expuesto a la luz pública.

Existen historias que son realmente escabrosas, como la de Marcial Maciel, fundador en México de Los legionarios de Cristo, que no solo violó y cometió actos sexuales abominables contra sus feligreses, sino contra sus propios hijos, a quienes hasta sodomizó. Solo la muerte salvó a Marcial Maciel de una larga condena y de la ignominia.

Si en estos momentos se efectuase una encuesta estoy seguro que muy pocos contestarían afirmativo a la pregunta si dejarían a sus hijos o hijas menores ir de campamento o de paseo acompañados de un sacerdote. Personalmente les he preguntado a madres católicas practicantes y la respuesta unánime fue “no”, por más que conozcan al sacerdote de la parroquia y no tenga denuncias de abuso en su contra. El nivel de confianza hacia los sacerdotes se encuentra tan bajo, como el que se tiene frente a un policía, curiosamente las dos instituciones que de una u otra forma deberían proteger a la persona y a la sociedad.

Estas graves denuncias contra el clero de la Iglesia Católica (que no son nuevas) deberían hacer reflexionar a la alta jerarquía que no basta con pedir perdón y encubrir los hechos –denuncia que ha caído contra el propio Papa Benedicto XVI- comprando conciencias con dinero o “trasladando” al cura violador a otra parroquia, sino que son necesarios actos de afirmación más positivos como poner a disposición de la justicia al sacerdote pedófilo y expulsarlo inmediatamente de sus filas. Ese gesto haría a la Iglesia Católica más transparente y no débil como cree la jerarquía de Roma y, de repente, como gesto audaz –aunque lo dudo mucho- revisar su dogma y permitir que los sacerdotes tengan esposa y familia como los evangélicos, porque ser sacerdotes no quita su condición de hombres.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Tuesday, April 06, 2010

LIBERTAD PARA ENSEÑAR

La promulgación de la ley 29510 es un golpe más al vapuleado Sindicato Único de Docentes. La norma va contra un “derecho” sacrosanto de los gremios: la exclusividad de ejercer un oficio o profesión sólo por los agremiados. Prerrogativa medieval que todavía subsiste, no solo acá, sino también en los países más avanzados en materia de ejercicio liberal de una profesión o actividad.

Con la misma lógica debería abrirse paso a la apertura en otras profesiones, liberales por excelencia como la de los abogados, ingenieros, arquitectos, contadores o economistas. Quizás se argumente que esas actividades no están tan en crisis como la educación, ni han llegado a los niveles de pauperización en que se encuentra sobretodo la educación pública. De repente la medida de “liberalizar” la enseñanza se debió completar con otras, como dejar sin efecto la obligatoria sindicalización de los profesores estatales. En principio, la pertenencia a un sindicato debe ser voluntaria, no obligatoria; y, por otra parte, va contra todo sentido de la competencia que exista un “único” gremio de docentes (cuando por lo menos debe haber dos). Igual se debería plantear en otros gremios profesionales que solo medran de los ingresos de sus asociados gracias al monopolio de la exclusividad.

La finalidad de la ley 29510 es inmediata, a corto plazo. Quizás tenga efectos benéficos, con una “renovación” de la plana magisterial, por lo menos en los colegios privados, donde podrán entrar a tallar profesionales de otras áreas como era antaño (en lo personal me enseñaron historiadores, literatos, filósofos, abogados y matemáticos, y no me puedo quejar de mi formación escolar), pero como bien señala el maestro Luis Jaime Cisneros más importante es el cómo se enseña y el cómo se aprende, y allí falta todavía una revolución radical.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es