Wednesday, December 15, 2010

EL LOCO BOMBA

Estas historias cuando ocurren cerca de Navidad como que le dan otro sesgo, más humano, más piadoso. Remecen el sentimiento. Que el temerario asaltante tenía a su mamá enferma, que no conseguía trabajo, que las oportunidades de un empleo digno no eran con él. No es que se trate de justificar su acción que le costó la vida, pero se trata de “dulcificar” los hechos.

Es cierto que en esta época de prosperidad a muchos peruanos no se les abrió la puerta de las oportunidades. Sea por el color de piel, el estrato social o el lugar de origen. Que somos todavía una sociedad excluyente, lo somos. Sin embargo, algo de esa descarriada personalidad ha salido a flote, lo que dejó en la red, algunas anotaciones “autobiográficas” de ser “inventor” o dedicarse a las ciencias, como que reflejan esa necesidad de sentirse apreciado por los demás en un mundo excluyente.

Compensar las carencias de la vida material con una falsa imagen virtual, de la cual, incluso, quizás él mismo estaba convencido. Porque su “plan” de secuestrar rehenes él solo y pedir un rescate millonario, con autos y helicópteros de por medio, eran más condiciones extraídas de alguna película de acción que un robo profesional. No es necesario ser experto en el tema para conocer que un criminal organizado no habría actuado así, que los hechos obedecían más a una mente desequilibrada. Incluso hasta el rescate de los rehenes fue cinematográfico.

Con un solo disparo se eliminó al secuestrador. Será que la vida copia al arte o será que Lima cada vez se parece más a esas grandes ciudades donde el crimen y los asaltos son cosa de todos los días, ciudad donde el sicariato ya echó raíces con modos de asesinatos vistos antaño únicamente en la televisión o el cine.

El “loco bomba” como que mueve a todas estas reflexiones, más si sabemos que en su pueblo natal fue enterrado en olor a multitud. Ironías de la vida. La fama que tanto anheló, la consiguió post mortem. ¿No será que Lima, la gran ciudad, esté generando más “locos bomba”, tipos que pierden toda frontera entre realidad y fantasía? Quizás dentro de muy poco tiempo nuestra ciudad tenga su propio “serial killer”. Realidad y ficción no se encuentran tan divorciadas como parece.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

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