Friday, March 08, 2013

EL CHAVISMO DESPUÉS DE CHÁVEZ


La muerte de Hugo Chávez lleva a una serie de interrogantes sobre el futuro del chavismo, el proyecto continental del ALBA y la relación íntima con Cuba. Difícilmente todo será igual.

La naturaleza política del chavismo es el de un proyecto personalista autoritario que mantiene las formas de la democracia representativa vaciándolas de todo contenido, ejerciendo el ejecutivo un férreo control sobre los otros poderes e instituciones del estado, así como el uso indiscriminado de los recursos públicos y de los medios de comunicación; algo similar al fujimorismo en el Perú de los noventa, solo que de signo izquierdista. (Steven Levitsky los denomina a estos gobiernos, autoritarismos competitivos).

La interrogante que se plantea en estos proyectos es si pueden sobrevivir al fundador. Algunos lo logran, otros no. Por ejemplo, los fujimoristas están consiguiendo sobrevivir al líder inicial; el asunto no está muy claro si los chavistas podrán hacer lo mismo sin tener vivo al caudillo máximo. Todo parece indicar que en el corto plazo sí lo podrán hacer, dado que Chávez “nombró” un sucesor, Nicolás Maduro, quien será el candidato oficial en las próximas elecciones.

Ello plantea una estrategia de la oposición, la cual muy probablemente vaya con Henrique Capriles a la cabeza, quien ha demostrado bastante sensatez política y no colisionar con el electorado de raigambre chavista. La pregunta es si podrá ganar la contienda. Todo parece indicar que no en vista que Maduro tiene a su favor el aura del caudillo muerto en olor a multitud y será visto como “el continuador” del proyecto.

El problema se presenta a mediano plazo. Si el socialismo del siglo XXI tendrá futuro político.

Maduro posiblemente tenga que enfrentar medidas impopulares vista la economía venezolana, el déficit fiscal, la abultada deuda externa, así como la poca productividad de las empresas estatales y los enormes subsidios y sueldos de burócratas poco eficientes. Tuvo que devaluar el bolívar y posiblemente tenga que hacer ajustes fiscales, los que estarán supeditados al precio internacional del petróleo y a la demanda de los Estados Unidos –“el imperio” es su principal cliente-, demanda que ha bajado últimamente. Al ser Venezuela una economía principalmente monoexportadora, todo dependerá del precio internacional del barril. Si este baja demasiado el proyecto chavista se verá afectado, incluso en “las ayudas” a los países del ALBA, principalmente a Cuba; aparte que Maduro no tiene la talla continental ni el carisma de Chávez. Puede ser el caso que se inicie un desmantelamiento del chavismo hacia fuera y privilegiar las reformas internas, su principal sostén y baluarte.

Igualmente el PSUV a mediano plazo podría dividirse entre los moderados, aquellos que no ven con buenos ojos los fuertes lazos de dependencia con Cuba y privilegien las reformas “hacia dentro” antes que la política internacional, y los radicales que quisieran persistir en el “antimperialismo” continental. En el medio y marcando el fiel en la balanza estará la boliburguesía, los nuevos ricos del chavismo, y por supuesto los militares, grupos que no van a querer perder sus privilegios. (La formación de Chávez, como la de tantos otros caudillos del continente, primero fue castrense, lo que se reflejaba claramente en su estilo autoritario).

Chávez muere en la cumbre del poder, “en olor a multitud”, no muere viejo y con contradicciones entre su pasado y su presente como tantos líderes que ha visto Latinoamérica; más bien existe de él una imagen unívoca y sin fisuras, que puede dar lugar a la leyenda, al mito que tanta falta le hace a la izquierda más radical y no tan amiga de las formas y el contenido democrático.

¿Sobrevivirá un chavismo sin Chávez? Creo que sí. Mucho va a depender de cómo manejen las contradicciones y “la lucha por el poder” al interior del movimiento. Si logran “institucionalizar la revolución” tendrán futuro; si prevalecen las ambiciones internas y el divisionismo, el movimiento irá perdiendo fuerza.

Quizás suceda algo muy similar al peronismo sin Perón: el recuerdo del caudillo mesiánico y populista que quiso cambiar las estructuras sociales a favor del pueblo; aunque como sucede muchas veces en los proyectos populistas las desigualdades sociales y económicas se mantienen o hasta empeoran, mientras el recuerdo del líder mesiánico se mantiene vivo y hasta “se purifica” con el pasar del tiempo. Nace la leyenda.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

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