Monday, April 29, 2013

UN SABOR A DEJA VU


La discusión sobre si es constitucional o no que la primera dama postule a la presidencia me hace recordar las polémicas en los años noventa sobre si era legal o no la segunda reelección de Fujimori. Como en aquella oportunidad existían interpretaciones a favor e interpretaciones en contra, a gusto del cliente. Y, como aquella vez, funcionarios solícitos en complacer al gobernante de turno. Solo que ideológicamente, ahora, los actores de esta tragicomedia son otros: ya no son los de la derecha los más entusiastas en buscar justificaciones al poder, sino los de la izquierda.

Un académico de izquierda, conocido constitucionalista de una universidad católica y hoy embajador político en la península ibérica, otrora furibundo denostador de la reelección fujimorista, se ha convertido, por no se qué magia o hechizo, en un servil intérprete de los deseos de la pareja presidencial.  Sin rubor en la cara afirma que para él es inconstitucional que se impida a la primera dama postular el 2016. Faltaba más, para eso están los escuderos, para proteger a las damas.

En el camino, una alcaldesa desubicada y franelera, que transitó por el calvario de la revocatoria, por congraciarse con el dúo presidencial no dudó en sacar lustre con su blasón aristocrático -aquel que todavía cree que todas las mujeres de  San Juan de Lurigancho nacieron para lavar la ropa de las señoras de La Molina- y dejar sentado su beneplácito en el asunto. Oiga Usted, para que otra cosa no habrá sido designada por Dios y los astros la parejita de marras, sino para salvar al Perú.

Tiempos revueltos la verdad, donde un sector de la izquierda “progresista” busca congraciarse con el gobernante de turno, dizque por su izquierdismo, lo cual al parecer relativiza los principios defendidos con tanto ardor en el pasado y “limpia” cualquier mancha de encubierta reelección, sin importarle un pepino que en el camino se lleve de encuentro la precaria institucionalidad levantada en estos años.

Aunque nunca sabremos si el denodado entusiasmo es amor al chancho o a los chicharrones; o para ser más claros, si el motivo de tanta obsecuencia es por desinteresada convicción o más bien es a cambio de apoyo político en unos casos y en otros por no querer soltar la mamadera del estado.

Decir, como han sostenido sin nada de vergüenza varios “constitucionalistas”, que el impedimento de postular a la primera dama es “inconstitucional” porque no se encuentra expresamente prohibido en la carta magna; es como deducir que la prohibición de pasarse la luz roja de los semáforos es también inconstitucional porque no se establece en la carta política y esta prohibición atenta contra el libre tránsito. Con el mismo intrincado razonamiento, todas las normas, de cualquier clase o naturaleza, deberían encontrarse dentro de la ley de leyes, para que sean “constitucionales”. Ni el doctor Malzón Urbina hubiese elaborado tan surrealistas argumentos.

Y no se crea que los académicos-embajadores o las alcaldesas son los únicos en pasar la franela. Se encuentran también los funcionarios del estado de primer nivel, aquellos que representan a una entidad pública. Como aquel que le gusta las “interpretaciones auténticas” y preside un importante órgano electoral, y vía una interpretación media retorcida, de esas que tanto nos gustan a los abogados, ha autenticado el intríngulis de la legitimidad de la postulación. O alguno de “los guardianes constitucionales” que se ha mostrado muy receptivo a la postulación presidencial de la primera dama, manifestando alegremente su “conformidad constitucional”. A este paso ya no se van a autodenominar “guardianes constitucionales” sino simplemente “guachimanes de la presidencia”.

A veces creo que compiten entre ellos para ver quien dice el peor disparate de la semana. Ya no hablemos de los congresistas. Estamos acostumbrados a sus boutades que ni nos llama la atención lo que dicen, como la de aquel congresista oficialista, muy afecto a los aquelarres, que también terció a favor de la candidatura de la primera dama, no se si por congraciarse con el poder tras la pérdida de una cara vicepresidencia por una vulgar y lobista cena o por simple figuretismo. Parece que las brujas todavía no lo dejan en paz.


Mientras tanto, en el ínterin y como deshojando margaritas, nuestra primera dama no dice ni sí ni no. Se va por la liebre cada vez que le preguntan sobre tan espinoso tema. Y es hidalgo reconocer que cada vez lo hace mejor, a tal punto que hasta resulta un encanto verla sonreír, mostrar sus dientes de conejito y decir alguna frase tipo “yo solo ayudo a mi marido” o “tengo tres hijos que atender”. Realmente encantadora. 

No se, pero todo esto me hace sentir un sabor a deja vu, algo que ya vi en otro tiempo, en los años noventa para ser preciso, solo que con otros actores. Hablando cinematográficamente, podemos decir que es un remake. Solo que los remakes casi siempre son malos y este no parece ser la excepción.

Esperemos por el bien del país que la sensatez retorne, que los académicos-embajadores vuelvan a estudiar sus textos constitucionales, que las alcaldesas puedan gobernar mejor una ciudad tan compleja como Lima, y que los funcionarios de alto (o bajo) nivel en vez de pasar la franela pongan más celo en cimentar sus instituciones. Creo que así invertirían mejor el dinero de todos los peruanos que se va en sus nada desdeñables emolumentos.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Friday, April 26, 2013

COREA DEL NORTE


La reciente declaración de “estado de guerra” por parte de Kim Jong-un, presidente de Corea del Norte, ha causado revuelo en el mundo y titulares sensacionalistas como el inicio de una tercera guerra mundial. ¿Pero, es posible?

            Soy de los que comparten la idea que el anuncio y los arrebatos de Kim Jong-un obedecen más a razones internas de consolidación en el poder que a un descabellado ataque a Corea del Sur que acabaría con su gobierno, su poder y esa suerte de “comunismo dinástico” instaurado por Kil Il Sung, abuelo del actual presidente y creador del “pensamiento suche”, mescolanza de marxismo, maoísmo y budismo. Creo que el joven Kim Jong-un (se le conoce también, entre otros títulos nobiliarios, como “el amado líder” y “la reencarnación de la Idea Suche”), de alrededor de treinta años de edad,  está enfrentando serios problemas y busca legitimarse entre la dirigencia de su partido, así como unificar a las distintas tendencias a través de un llamado de guerra inminente. En Occidente sabemos muy bien como la idea de patria, defensa nacional y enemigo externo, unifican a un pueblo. Parece que algo de eso está sucediendo al norte del paralelo 38.

            Asimismo, las superpotencias no desean ningún conflicto que desequilibre su influencia en la zona, sea de parte de Rusia y China “garantes” de Corea del Norte, y EEUU con su par, Corea del Sur. En caso de una acción bélica cada una deberá tomar partido y acciones directas que alterarían el equilibrio geopolítico, hecho que no les conviene.

            Corea del Norte es un rezago de la guerra fría y del mundo bipolar. Desde ese punto de vista, es un anacronismo. Desaparecida la Unión Soviética muchos científicos rusos ofrecieron su experiencia en física nuclear al mejor postor, entre ellos al gobierno de Pyongyang, iniciando un proceso de enriquecimiento de uranio y plutonio que ha dado lugar a armas nucleares. En cierta forma buscaron tener poder a través de la fabricación de armas nucleares y no “desaparecer” como estado luego del derrumbe socialista, armas que les permitía tener un poder de negociación ante los aliados (caso de China) o ante los enemigos (Estados Unidos y Corea del Sur).

            De allí que era y es más importante para la dirigencia partidaria de Pyongyang destinar los escasos recursos del país en armas y tecnología bélica sofisticada que en dar bienestar a su pueblo. Pero, al parecer, no contarían con las defensas necesarias para soportar una contraofensiva nuclear por parte de Estados Unidos y Corea del Sur que, literalmente, podría desaparecer del mapa todo signo de vida arriba del paralelo 38. Por ello sería descabellado que Kim Jong-un inicie un ataque nuclear contra su par vecino, menos contra Estados Unidos; aunque la  historia demuestra que los líderes ególatras o las camarillas de poder cerradas son más propensas a cometer errores garrafales que les cuesta el poder acumulado y hasta la vida.

            Si bien las noticias de Corea del Norte son escasas (es un régimen bastante hermético), imagino que los problemas de escasez deben continuar (no se explica de otra manera que su población siga migrando hacia China en busca de mejores oportunidades) y Kim Jong-un.debe tener dificultades de afirmamiento de su poder. No tiene el carisma del abuelo y tiene en contra su juventud y poca experiencia política (era el tercero en la línea de sucesión y casi accedió al poder por casualidad). Sospecho que algo de ello existe en un país donde se privilegia de modo excesivo el culto a la personalidad y se guarda como contribución importantísima al marxismo-leninismo, ese menjunje  llamado “pensamiento suche”.

Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Wednesday, April 17, 2013

INMADURO HIJO DE CHAVEZ


Debo confesar que el resultado, como a muchos, me sorprendió. Pensaba que Nicolás Maduro con todos los recursos a su favor (logísticos, institucionales, monetarios, humanos, amén de la bendición póstuma de Chávez) iba a ganar por unos holgados diez puntos de ventaja sobre Henrique Capriles; sin embargo ha sido apenas por un punto y con fuertes rumores de fraude.

Las cosas no van bien para el heredero de Chávez. Como que el pueblo venezolano ha diferenciado claramente entre el comandante y su “hijo político”. Es que los autócratas y dictadores tienden a equivocarse en la elección del delfín: eligen al mediocre por obsecuente o al taimado por hipócrita que oculta su verdadera intención. Parece que en este caso fue lo primero como se demostró en la breve y pobre (de ideas) campaña política oficialista: folclórica, surrealista, mágico-religiosa. El pajarito que encarnaba a Chávez, Chávez que intercedió “en el cielo” para contar con el primer Papa latinoamericano, Chávez apareciendo en los sueños de Maduro, Chávez en “el paraíso de los revolucionarios”, etc.,etc.

Maduro (que se ha apresurado a juramentar “por si las moscas”) con este pobre resultado se enfrenta a un cuestionamiento de su legitimidad al interior del chavismo. No le será tan fácil “comprar voluntades” entre los jerarcas del PSUV como Diosdado Cabello u otros que le salgan al frente. Ser reelecto presidente para un período adicional significaría cometer fraude en las próximas elecciones a fin de quedar en el Palacio de Miraflores y enfrentar de nuevo a un verdadero “animal político” como ha demostrado ser Henrique Capriles. A ello se suma que tiene una gestión como presidente bastante complicada: inflación alta, déficit fiscal, devaluación del bolívar, mercado negro de productos, inseguridad ciudadana, eliminación de algunos subsidios; y, de añadidura, una Venezuela dividida. Es bastante probable que esa línea dura que ha querido demostrar Maduro más se deba a la inestabilidad que el pobre resultado tiene al interior del chavismo y a la debilidad que el propio Maduro siente, que a las manifestaciones de la oposición propiamente.

Ello no significa que el chavismo como movimiento político se extinga (el propio Capriles hábilmente “robó” algunas promesas chavistas en la campaña); pero sí algunos de sus dirigentes deberán pasar al retiro, si quieren que el movimiento subsista. Por lo menos el “hijo político de Chávez” no ha dado la talla en esta contienda.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Friday, April 05, 2013

CANTINFLAS EN LA JUSTICIA


El título del artículo no es mío, pero confieso que calza perfectamente al inefable y bizarro juez Malzón Urbina.

Acabo de terminar de revisar “el fallo” (nunca como ahora se aplica tan precisamente ese calificativo al mamotreto de sentencia del juez Urbina) y la verdad que, aparte de los notorios errores ortográficos que demuestra el tremendo juez, tiene monumentales incongruencias jurídicas y excesos en sus competencias como magistrado. Un poco más y destituía también al presidente Humala (la alcaldesa se salvó por un pelo).

Un recurso de habeas corpus tiene por finalidad resolver judicialmente un perjuicio contra el libre tránsito, la libertad que tienen las personas de poderse desplazar por el territorio nacional a su entera voluntad y sin impedimentos de ninguna persona, sea natural o jurídica, pública o privada, y solo con los límites que establece la ley y el orden público.

Por lo tanto, un habeas corpus no puede discutir sobre una decisión administrativa de reubicación de un mercado (que es competencia del gobierno local) o la naturaleza jurídica del terreno sobre el que se construyó el tristemente célebre La Parada (donación de una familia de la aristocracia limeña de ese entonces). Para ello se encuentra la justicia ordinaria o el amparo como medio residual y último; pero no un habeas corpus.

Vemos en “el fallo” del juez Urbina que gran parte lo ocupa en dilucidar si el terreno donado sobre el que se construyó el mercado mayorista conocido como “La Parada” debía cumplir expresamente esa función (mercado mayorista) o la donataria (la Municipalidad de Lima) podía darle otra finalidad (parque zonal, como es el proyecto anunciado).

Lo que tanto preocupa al juez Urbina, citando incluso a Lenin, Galileo, Leibniz y hasta al mismo Sancho Panza para reforzar sus “argumentaciones”, no se condice con la finalidad de un habeas corpus, donde el tema es si se violó o no el libre tránsito de la persona afectada (en este caso de los comerciantes por el cordón policial y los bloques de concreto que circundan el ex mercado).

Pero, evidentemente, el fallo del juez iba a ser endeble si no aumentaba en sus “considerandos” lo referente a la naturaleza jurídica del terreno sobre el que se construyó el ex mercado mayorista, dado que la municipalidad tiene dentro de sus competencias la reubicación de los mercados municipales, por lo que el magistrado “se agarra” de la supuesta naturaleza jurídica del terreno en mención (lo que tampoco limita la decisión del municipio de la reubicación en vista que los comerciantes no son los propietarios, sino la municipalidad de Lima), lo cual propiamente era materia de un juicio ordinario donde se actúan medios probatorios, se pueden deducir excepciones y defensas previas, apelar las resoluciones, y otros medios más de defensa, requiriendo mucho más tiempo y, por ende, no iba a ser “tan efectivo” para los demandantes como un habeas corpus.

Para coronar sus intríngulis leguleyos, de refilón, como quien no quiere la cosa, anula las ordenanzas sobre la conversión de La Parada en parque zonal, zurrándose en que las ordenanzas municipales tienen rango de ley y solo un órgano como el Tribunal Constitucional puede declarar su inconstitucionalidad y por consiguiente la nulidad de esa norma. Y, para demostrar que tiene buen sentido del humor, anunció su ocurrente sentencia justo el día que se celebra al abogado. Pareciera que como cierto ex alcalde, el tremendo juez tiene un retorcido sentido del humor.

Los que ejercemos el litigio en el Poder Judicial sabemos que una sentencia como la dictada por el juez Urbina cuesta. Hay que pagar. Son como esas cautelares que salen a gusto del cliente. Incluso, estimado lector, si tiene una pizca de suspicacia, se podrá dar cuenta que para emitir la sentencia en un caso de habeas corpus el señor juez se ha tomado su buen tiempo, cerca de cinco meses desde que se interpuso la demanda, lo que hace presumir que “no ha soltado el fallo” hasta no le completen “sus honorarios”.

Son especulaciones, claro. Pero merecerían una investigación más a fondo que el calificativo de “valiente” otorgado al controvertido juez nada menos que por el propio presidente del Poder Judicial. Mejor patente de corso, ni los piratas.

Lamentablemente con fallos así y jueces como el inefable Urbina son la muestra que el folclorismo jurídico y judicial existe, que la justicia en nuestro país se compra a peso o por influencia política, y que la seguridad jurídica más es un galimatías abstracto que una realidad concreta.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es