La reciente
declaración de “estado de guerra” por parte de Kim Jong-un, presidente de Corea
del Norte, ha causado revuelo en el mundo y titulares sensacionalistas como el
inicio de una tercera guerra mundial. ¿Pero, es posible?
Soy de los que comparten la idea que
el anuncio y los arrebatos de Kim Jong-un obedecen más a razones internas de
consolidación en el poder que a un descabellado ataque a Corea del Sur que
acabaría con su gobierno, su poder y esa suerte de “comunismo dinástico” instaurado
por Kil Il Sung, abuelo del actual presidente y creador del “pensamiento
suche”, mescolanza de marxismo, maoísmo y budismo. Creo que el joven Kim Jong-un
(se le conoce también, entre otros títulos
nobiliarios, como “el amado líder” y “la reencarnación de la Idea Suche”), de
alrededor de treinta años de edad, está
enfrentando serios problemas y busca legitimarse entre la dirigencia de su
partido, así como unificar a las distintas tendencias a través de un llamado de
guerra inminente. En Occidente sabemos muy bien como la idea de patria, defensa
nacional y enemigo externo, unifican a un pueblo. Parece que algo de eso está
sucediendo al norte del paralelo 38.
Asimismo, las superpotencias no
desean ningún conflicto que desequilibre su influencia en la zona, sea de parte
de Rusia y China “garantes” de Corea del Norte, y EEUU con su par, Corea del
Sur. En caso de una acción bélica cada una deberá tomar partido y acciones
directas que alterarían el equilibrio geopolítico, hecho que no les conviene.
Corea del Norte es un rezago de la
guerra fría y del mundo bipolar. Desde ese punto de vista, es un anacronismo. Desaparecida
la Unión Soviética muchos científicos rusos ofrecieron su experiencia en física
nuclear al mejor postor, entre ellos al gobierno de Pyongyang, iniciando un
proceso de enriquecimiento de uranio y plutonio que ha dado lugar a armas
nucleares. En cierta forma buscaron tener poder a través de la fabricación de
armas nucleares y no “desaparecer” como estado luego del derrumbe socialista,
armas que les permitía tener un poder de negociación ante los aliados (caso de
China) o ante los enemigos (Estados Unidos y Corea del Sur).
De allí que era y es más importante
para la dirigencia partidaria de Pyongyang destinar los escasos recursos del
país en armas y tecnología bélica sofisticada que en dar bienestar a su pueblo.
Pero, al parecer, no contarían con las defensas necesarias para soportar una
contraofensiva nuclear por parte de Estados Unidos y Corea del Sur que,
literalmente, podría desaparecer del mapa todo signo de vida arriba del
paralelo 38. Por ello sería descabellado que Kim Jong-un inicie un ataque
nuclear contra su par vecino, menos contra Estados Unidos; aunque la historia demuestra que los líderes ególatras
o las camarillas de poder cerradas son más propensas a cometer errores
garrafales que les cuesta el poder acumulado y hasta la vida.
Si bien las noticias de Corea del
Norte son escasas (es un régimen bastante hermético), imagino que los problemas
de escasez deben continuar (no se explica de otra manera que su población siga
migrando hacia China en busca de mejores oportunidades) y Kim Jong-un.debe tener
dificultades de afirmamiento de su poder. No tiene el carisma del abuelo y
tiene en contra su juventud y poca experiencia política (era el tercero en la
línea de sucesión y casi accedió al poder por casualidad). Sospecho que algo de
ello existe en un país donde se privilegia de modo excesivo el culto a la
personalidad y se guarda como contribución importantísima al
marxismo-leninismo, ese menjunje llamado
“pensamiento suche”.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es
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