Friday, June 06, 2014

TIAN'ANMEN, 1989


La forma como un gobierno reacciona a las protestas de la sociedad, dice mucho de su estilo de actuar. Sucede con todo aquel que tiene poder y cómo lo usa en las situaciones críticas. La masacre de Tian'anmen en 1989 dijo mucho del autoritarismo del gobierno chino de ese entonces para resolver una serie de reivindicaciones de apertura social y política.

En cierta manera se puede decir que Tian'anmen fue la primera protesta de la clase media emergente, en ese entonces en formación en China. La apertura económica se había producido diez años atrás y los beneficios todavía no eran tangibles, como lo son ahora. Existía desempleo y las condiciones de vida no eran muy buenas. Por añadidura, la legitimación de la cúpula en el poder liderada por Deng Xiaoping no se encontraba totalmente consolidada al interior del Partido Comunista Chino. Pocos años atrás había mandado a la cárcel nada menos que a la viuda de Mao y a la camarilla conocida como “la banda de los cuatro”. Remedos de juicio que zanjaban la lucha por el poder llevaron a Jiang Qing y a sus principales colaboradores al banquillo de los acusados. Eran tiempos difíciles en China en lo económico, político y social. Quizás por ello Deng Xiaoping optó por la represión brutal antes que el diálogo. Los cálculos más conservadores estiman en dos mil los muertos en la Plaza Tian'anmen, sin contar los numerosos heridos, los deportados y los que siguieron por largo tiempo vigilados por la policía secreta. El silenciamiento de las protestas fue sangriento y brutal.

La pregunta es si consolidado hoy en día en China el modelo de “socialismo de mercado”, una respuesta similar podría producirse. Temo que sí, temo que ese modelo, que algunos quisieran ver implantado en nuestros países, trae libertad económica y tiranía en lo político. Trae un capitalismo que escarapela el cuerpo.

Se dice que ahora los grupos sociales descontentos se encuentran en el campo, en las zonas rurales. Las ciudades chinas crecen a ritmo vertiginoso, existe una clase media desarrollada y los nuevos multimillonarios son legión. Parece que en ese panorama una protesta como la de Tian'anmen es menos probable. Como que la gente se encuentra más interesada en hacerse rico o vivir holgadamente que en demandar mayor libertad política. Algo de eso trae el modelo chino. Un anestesiamiento de las demandas políticas a cambio de un enriquecimiento sin límites. Quizás Huxley y su “mundo feliz” al final tenía razón: la mejor forma de dominar a una sociedad es anestesiándola, dándole placer o un aparente placer que no le permita preocuparse de otras cosas. Es una forma de dominación eficaz. El mito de la caverna de Platón sigue vigente, a pesar de todo.

Tian'anmen parece lejano ya, pero está más cerca de lo que parece.

Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

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