Monday, September 22, 2014

REFERENDO EN ESCOCIA

Por: Eduardo Jiménez J.
        ejj39@hotmail.com

El “no” a la independencia se impuso sobre el “sí” en el referendo del 18 de Setiembre, por lo tanto Escocia continuará siendo parte del Reino Unido de la Gran Bretaña. De haberse impuesto el “sí” hubiese tenido posiblemente un “efecto dominó” en otras regiones separatistas de Europa, especialmente los catalanes que se preparan para una consulta similar.

Una de las consecuencias del fin de la guerra fría fue el resurgimiento de los nacionalismos europeos que se encontraban en un segundo plano por las tensiones entre el Este y el Oeste. Terminada la guerra con la implosión de la Unión Soviética, se elevaron a primer plano, a veces en forma dramática como en la ex Yugoslavia o las propias repúblicas ex soviéticas y, en ciertos casos, el silenciamiento independentista fue sangriento como en Chechenia.

En otros, donde existe un desarrollo mayor de las formas democráticas, la decisión de declararse autónomos pasa por las ánforas, por la consulta directa a los ciudadanos involucrados. Es lo que sucedió en Escocia, lo que puede suceder en España con respecto a los catalanes y vascos,  y lo que también pasó en la zona franco parlante del Canadá. Matices más matices menos ha existido un deseo de independencia que se ha resuelto “civilizadamente”.

Nosotros tenemos también, de vez en cuando, ansias separatistas, como la del sur de Puno, con la creación de la Nación Aimara que reúna a las etnias a los dos lados de la frontera, tanto los aimaras de Perú como los de Bolivia. Hasta ahora el asunto no ha pasado más allá de poses declarativas y sustentos “históricos”; pero como Estado debemos estar preparados para lo que pueda venir, si el estado de las cosas cambia.

Ello obedece a que los estados-nación que se crearon fue producto de un sometimiento violento de unos pueblos hacia otros, no consensual, pueblos que por otra parte conservaron un fuerte nacionalismo; por lo que en ciertas coyunturas resurge, como la acaecida en Europa a raíz de la crisis económica que todavía no la superan. Así, la nación que dentro de un Estado pretende autonomía, supone que con sus recursos le irá mejor que siendo parte de otro Estado. Es lo que acaeció con los escoceses y el petróleo del Mar del Norte, cuyas reservas no están del todo justificadas, dependiendo cómo se mire el vaso, pero sirvió de incentivo a favor de la campaña por el “sí”.

Quizás en el caso de Escocia primó cierta cordura.

Con las naciones sucede lo mismo que con las familias: a veces podemos renegar de nuestros parientes más próximos o desconocerlos como tales. Las imposiciones de los lazos consanguíneos son arbitrarias, pero lo cierto es que el paso del tiempo y el trato nos hace verlos como personas cercanas a nosotros, y con ciertas características más o menos similares.

No obstante el ambiente polarizante que se vivió en las últimas semanas, muchos escoceses, sobretodo los indecisos, con la cabeza más fría sopesaron lo que podrían perder en caso separarse de Gran Bretaña (la estabilidad de la libra esterlina, puestos de trabajo en empresas inglesas, barreras migratorias, incertidumbre frente a un futuro desconocido, posible no reconocimiento por parte de la Unión Europea) y aplicaron el viejo adagio que dice más vale malo conocido que bueno por conocer.


Mal que bien son parte del Reino Unido y de un gobierno que les ha prometido más autonomía de la que en la actualidad gozan. Es meritorio reconocer la labor de persuasión (a veces aplicando el “susto” de lo que podría pasar en caso de una secesión) que han tenido los líderes de los tres principales partidos: los conservadores, los liberales y los laboristas. Todos ellos han suscrito el acuerdo para mayor autonomía política y financiera-tributaria a favor de Escocia que, conocidos los resultados, comenzaría a ejecutarse el próximo año; abriéndose paso a un “nuevo pacto político” entre las naciones del Reino Unido: una suerte de federalización con “micro estados” al interior de un gran estado, experimento político que quizás sirva de ejemplo para casos similares. 

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