Wednesday, October 15, 2014

LA IZQUIERDA EN SU LABERINTO: LA DERROTA DE SUSANA VILLARÁN Y EL AUGE DE LA IZQUIERDA CHOLA EN PROVINCIAS

Por: Eduardo Jiménez J.
         ejimenez2107@gmail.com
         ejj39@hotmail.com
        

La misma gente de izquierda ya está haciendo sus análisis y la autocrítica en la fallida forma que se hizo gobierno municipal. Más allá de aquellos que achacan la culpa del fracaso del gobierno municipal de izquierda a la derecha (para ellos la culpa siempre es de otros), podemos resumir en algunos puntos cuestionables la gestión de Villarán: privilegio de tecnócratas sobre operadores políticos, provenientes sobretodo de las ONG, buenos para la consultoría y redes sociales, pero nulos para el trabajo de campo (muchos por primera vez pisaban el centro histórico de la ciudad al trabajar en el Municipio) y torpes ante las “zancadillas” que les colocaba la oposición a cada momento –incluyendo la revocatoria-; enfoque básico en la clase media y media alta y nula visión de una Lima en su conjunto para el futuro; improvisación a granel (el “olón” de la Herradura, el corredor azul); descuido de obras para los sectores populares (el puente “Bella Unión” demoró meses en ser restablecido; el túnel de San Juan de Lurigancho se encuentra sin concluir); pérdida de la identidad partidaria por una “mala lectura” del resultado obtenido en el 2010, debido más al azar que a la capacidad de sus dirigentes (Fuerza Social perdió su representatividad política postulando en solitario a las generales del 2011, creyendo que se encontraban en la cresta de una ola electoral); y el subsecuente y desesperado “vientre de alquiler” para las municipales y el “pactismo” con políticos cuestionables de Perú Posible, al más puro estilo de la derecha bruta y achorada. Ya no hablemos de la parte ideológica, donde existe una mezcla en distintas proporciones de progresismo, enfoque multicultural, republicanismo, ecologismo light, aderezado todo con ciertos toques de liberalismo clásico y apertura al mercado.

Es una izquierda que se desdibujó en los últimos años, perdió el norte y perdió aliados dentro de la misma izquierda.

Pero a contracorriente tenemos otra izquierda, la de provincias, una “izquierda chola”, bastante radical, con base política en Patria Roja y base social en el magisterio estatal y el campesinado, cuyos cuadros provienen de una clase media provinciana ilustrada, que en su discurso ha tomado como banderas el cuidado del medio ambiente, la oposición a la gran minería y el predominio de una ruralia, una suerte de gran campo armónico con la naturaleza. Su mejor exponente es Gregorio Santos quien, pese a estar con prisión preventiva por graves cargos de corrupción, ha conseguido cerca del 50% de votos a su favor. En menor medida se encuentran otros “antis” de tendencia radical que operan en el sur del país. El común denominador de todos ellos es su desprecio y desconfianza a todo lo que provenga de Lima, incluyendo a los “dirigentes” de izquierda limeños. (Como una vez sostuve en un post, medio en broma, es el antagonismo irresuelto entre la izquierda caviar y la izquierda salchipapa).

Se puede cuestionar el discurso antiminero de esta izquierda provinciana; pero no se puede negar su arraigo popular. Y difícilmente ese arraigo obedece “al electarado” como acusa la derecha dura, sino a la sintonía con los problemas que tienen las regiones mineras, desde el agua –valiosísimo recurso en los campos cultivables- hasta la repartición de los beneficios de la explotación de las minas.

Evidentemente esa izquierda provinciana ha sabido buscar un enemigo que le sirva de caballito de batalla, y lo encontró en la gran minería formal que curiosamente no contamina en las proporciones que la informal o la ilegal; pero al centrarse en “las grandes empresas mineras” no colisiona contra sus bases partidarias, muchos de cuyos integrantes y familiares se dedican a la minería artesanal y a todo lo que ella conlleva, incluyendo rapto de menores para la prostitución infantil. Fríamente es cuestión de estrategia política. (Ese mismo bastión de izquierda provinciana radical sirvió de base electoral al entonces candidato Humala, tanto en las generales del 2006 como las del 2011).

La pregunta es si tiene futuro la izquierda provinciana. Evidentemente que sí y bastante; pero en el camino va a tener que volverse más orgánica, plantear objetivos viables (atenuar el discurso anti y proponer estrategias viables de desarrollo) y ejercer la democracia interna. Ese es uno de sus grandes retos, pasar de movimiento social de protesta a partido político orgánico. Y si se unifican en un solo partido nacional (tarea, por cierto, bastante ardua y complicada), uniendo todos los movimientos sociales provincianos en una sola plataforma, podemos hablar de un partido político con proyección nacional. (En cierta manera Tierra y Libertad del padre Arana ha dado el salto, pero le falta mucho trecho por recorrer).

En el camino deben evitar repetir uno de los peores males de la política nacional: el caudillismo y el caciquismo, fenómenos que se están volviendo recurrentes en los movimientos regionales de izquierda, emulando el estilo de la derecha conservadora.

¿Esa izquierda provinciana podrá sintonizar con la izquierda light, pituca, de Miraflores y San Isidro?

Lo veo difícil. La limeña izquierda light electoralmente no es significativa. No existen partidos representativos de izquierda, no tienen bases sociales y carecen de coherencia partidaria y programática (hicieron un intento con el Frente Amplio, pero quedó a medias). Deberían mirar hacia el pasado y ver que el mejor momento de la izquierda fue entre los años 70 y 80, teniendo su cenit con Izquierda Unida. El secreto no fue otro que la organización a partir de unas sólidas bases populares y el desenvolvimiento de un populismo edil de izquierda encabezado por un líder carismático al frente (hoy esas bases son o castañedistas o fujimoristas).

Quizás el intento de colocarse Villarán en el centro político, con un discurso dirigido sobretodo a las clases medias ilustradas, poco entendible para el ciudadano común, no dio el resultado esperado. No basta con “renunciar” a un pasado político, sino en ser convincente y coherente en las propuestas.

Y eso lleva también a que la izquierda necesita un líder carismático, que gane elecciones, que “arrastre votos”, como lo fue el desaparecido Alfonso Barrantes, quien no necesitó renunciar a su pasado mariateguista y practicó más bien un populismo edil de izquierda, realizando con escasos recursos una de las mejores gestiones que tuvo la ciudad de Lima. (La institución del programa del vaso de leche nació en su administración).

En estos momentos no cuentan con un líder así y todavía se debaten en pugnas de protagonismo los viejos sesentones y setentones que fueron “revolucionarios” hace ya cuarenta años.

Comparto la idea de Antonio Zapata, en el sentido que los “viejos patricios” de la izquierda -esos que creen estar vigentes porque tienen una columna semanal en algún periódico, concentrados casi todos en el colectivo Ciudadanos por el Cambio- renuncien a todo protagonismo y cedan el paso a los jóvenes. Nunca se aplicaría con más certeza la sentencia de Manuel Gonzáles Prada. Se abran las compuertas a las bases a fin que se produzca el relevo generacional. Quizás de allí surja un líder carismático, en sintonía con la Lima actual y las nuevas generaciones. En la revocatoria del 2013 se vislumbró más de un joven con bastante carisma. (Pienso en Marisa Glave, quien se jugó por entero contra la revocatoria).

Pero como están las cosas, dudo que renuncien. Susana Villarán ya declaró que no abandona la política (en otros países, con el magro resultado cosechado el 5 de Octubre, muchos políticos se retiran a sus cuarteles de invierno), así que suponemos tentará suerte en las congresales del 2016. (No creo sea tan desubicada de pensar en las presidenciales). Los viejos opinólogos tampoco quieren soltar sus posiciones de privilegio en la izquierda; y más o menos se repite en la zurda lo que sucede en los partidos de derecha: caudillismo hasta la muerte; muere el caudillo y con él muere el partido.


No comments: