Friday, January 09, 2015

JE SUIS CHARLIE

Por: Eduardo Jiménez J.
        ejimenez2107@gmail.com
        ejj39@hotmail.com
       @ejj2107


Yo soy Charlie, fue el grito desgarrador y solidario de miles de franceses ante el asesinato de los dibujantes del semanario satírico Charlie Hebdo.

Más allá de los motivos, el terrorismo, como su nombre lo indica, busca causar el terror y la zozobra entre la sociedad y azuzar al estado en métodos represivos que le permita al mando terrorista justificar las acciones. Una suerte de círculo perverso: más represión, más violencia y en el camino el grupo terrorista va ganando legitimidad.

De allí que el estado de derecho debe combatirlo bajo ciertos parámetros y no degenerar en violaciones a los derechos humanos que permitan a los terroristas convertirse en mártires. Nosotros lo sabemos por experiencia propia y los franceses también, ya que lucharon contra los independentistas de Argelia –que usaron métodos terroristas para obtener su autonomía de la metrópoli- violando derechos, como ocurrió en aquellos años. Fue una mala estrategia del gobierno galo de ese entonces y suponemos ha aprendido la lección (para lo cual, igualmente, basta ver lo que sucedió con los prisioneros de Al Qaeda en manos de la inteligencia norteamericana, y las consecuencias que ello ha generado después).

Curiosamente los que cometen atentados en Europa son personas que tienen un doble lazo cultural: por un lado está el de sus ancestros que provienen del Oriente próximo, conservando su religión y costumbres milenarias, y por el otro, los lazos culturales con el país adoptivo de raigambre occidental. Y si nos adentramos un poco más, es probable que encontremos un odio creciente ante Occidente, sea inducido por extremistas musulmanes o deducido por lo que ha pasado en los últimos años post 11-S (violación de derechos a minorías árabes, segregación racial y cultural, xenofobia creciente, etc.).

Lamentablemente el hecho va a traer políticamente repercusiones, se quiera o no. Una de ellas es el fortalecimiento de los grupos radicales de extrema derecha de clara tendencia xenófoba, como el Frente Nacional de Marinne Le Pen, con altas probabilidades de ganar la siguiente elección presidencial en Francia. La xenofobia hecha la culpa de todos los males a los extranjeros (los judíos en la Alemania nazi, los árabes en Europa o los latinos en Estados Unidos).

El racismo antimusulmán y antiárabe en general se va a acentuar y las fronteras europeas se van a cerrar ante todo lo que no sea “occidental”, con la consiguiente acentuación de la discriminación.

Lo malo es que existe una notable población de origen árabe que tiene ciudadanía francesa (se estima en alrededor de cinco millones) que van a ser “sospechosos” de terrorismo por el hecho de tener una ascendencia no europea. Lo cual puede agravar las cosas en el corto plazo, por lo que el panorama no es muy halagador en los siguientes años.


Nos guste o no es probable que continúe corriendo sangre de uno y otro lado.


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