Por: Eduardo Jiménez J.
@ejj2107
Preocupado lector:
Si Usted cree que la segunda vuelta para
las presidenciales es una batalla a tota
ultranca contra la dictadura y la corrupción de los noventa y que su voto
es primordial para ello, se equivoca. Más allá de los agravios naturales entre
los dos contendientes, y gane quien gane, lo más probable es que luego del 5 de
Junio sean cogobierno en los hechos. La afinidad del programa económico es tal
entre ambos que muchos técnicos de uno u otro equipo no tendrán problema en
trabajar para el ganador del balotage.
Si no se ha percatado aún, la economía
(siempre la economía) en uno de sus indicadores, el precio del dólar, está más
tranquilo que paciente anestesiado; lo que no hubiese sucedido de pasar
Verónika a segunda vuelta (la política, siempre la política). De haber
sucedido, quizás el dólar estaría superando la barrera de los cuatro soles, con
pánico financiero incluido.
No se espante, inquieto lector, si
pasado el 5 de Junio, uno de los ex rivales le ofrece su “apoyo incondicional”
al otro. Todo por el Perú, claro está. Y quien sabe, de repente encontramos al
buen PPK –de no ganar la presidencia- fungiendo en un eventual gobierno de
Keiko de primer ministro o de embajador en algún país del occidente
desarrollado – EEUU de preferencia-; haciendo –para variar- sus negociados y
lobby fronteras afuera, y con pasaporte gringo. Todo por el Perú, claro está.
Y de llegar a la presidencia,
necesariamente tendrá que hacer cogobierno con Keiko y su abultado número de
congresistas. No solo porque su grupo político –esa amalgama difusa llamada ppkausas- ya está dando muestras de
resquebrajarse antes de ser gobierno, sino porque sin el visto bueno de los naranjas sería imposible aprobar leyes
importantes en el Legislativo, aprobar el presupuesto y el gasto fiscal, darle
el voto de confianza a un primer ministro o designar a los integrantes de los
organismos constitucionales. No existirá ese derechismo liberal, culto y progresista estilo suiza que muchos
antifujimori sueñan (con unión civil incluida) y por el cual van a votar por
PPK. ¿O usted cree en el fondo de su corazón que de llegar al poder “el gringo
andino” buscará amorosamente a los del Frente Amplio?
Ese cuento que le han hecho creer, que
acá se juega la democracia, es eso: un cuento. No se juega la democracia, ni
vamos a regresar a los noventa por el tunel del tiempo, que las aguas de un río
no bañan dos veces a la misma persona (Heráclito dixit, el creador de la
dialéctica). O, como decía Marx, la historia no se repite igual dos veces (que
de dialéctica sabía bastante).
Usualmente tomar decisiones por
oposición (“voto contra…”) y no por convicción (“voto a favor de…”) genera
pasiones gratuitas y equivocaciones graves de quien elige, como la sucedida en
1990, cuando Mario Vargas Llosa y Alberto “disolver” Fujimori pasaron a la
segunda vuelta. Igual se formó una coalición “anti MVLL” liderada por el Apra y
la izquierda, a fin que el neoliberalismo no se afinque por estas tierras. Ya
sabemos lo que sucedió después por tomar la decisión equivocada. Parece que la
“maestra Historia” no ha sido asimilada por algunos conspicuos representantes
de la “inteligencia peruana” (es un decir), que pronostican una suerte de
apocalipsis de ganar Keiko. Incluyendo a nuestro querido y hepático Nobel y su
habitual humor “anti F”.
Ello no quita que, como
sociedad civil, estemos muy alertas y proactivos luego del 5 de Junio, gane el
que gane. Por un lado tenemos a un movimiento político que si bien se ha
democratizado en ciertos sectores, “se ha lavado la cara” –sobretodo los
liderados por Keiko-; existen otros con un “ánimo de revancha” (pulsiones tanáticas dirían los
sicoanalistas) después de 15 años fuera del poder. Por el lado de los PPKausas,
tenemos un grupo heterogéneo de tecnócratas ávidos de ponerse en seguida a la
orden de la Confiep y de los grandes intereses económicos, sin preocuparles
demasiado el tema social, poniendo énfasis en la estabilidad macroeconómica
para crear el clima para las grandes
inversiones. No nos ilusionemos tanto (o nos hagamos los ilusos), ni
creamos que PPK es un demócrata con vocación social.
También es un cuento eso del endoso
partidario a favor de uno u otro candidato. Cuando el spicker o, a veces, el mismo líder de un partido, entonando voz
grave declara en los medios que su agrupación votará por tal o cual candidato.
¿Usted cree que los votantes de ese partido obedecerán el dictum partidario y, como mansas ovejas, votarán conforme dice el
líder del partido? Claro que no.
Eso sucede en los sistemas con partidos
fuertes y adhesiones leales firmes; pero un sistema débil como el nuestro, lo
único que sirven esas declaraciones es para inflar el ego del dirigente
partidario. Vamos a votar por el
candidato tal. Creo que ni su familia le va a ser caso.
Esta segunda vuelta quiere aparentar ser
ideológica y política, para lo cual ha ayudado bastante que Mendoza quede
tercera. Pero ni ella representa a la tercera parte del Perú, ni su grupo
político se encuentra tan enraizado en la sociedad como ellos creen.
Si Verónika analiza fríamente la
realidad política, se dará cuenta que ese voto obtenido es gaseoso, se moverá
en otro sentido después y la olvidará si no toma decisiones dramáticas (y
apropiadas) el día de hoy. En la segunda vuelta parte de ese electorado marcará
la K naranja.
Y creo que ya se ha dado cuenta y lo que
está haciendo es fijar su liderazgo hacia dentro y fuera de la izquierda,
“marcando su territorio”, y convertirse en algo así como “la líder y candidata
natural” de la zurda con miras al 2021. Lo cual políticamente es válido; pero
debe proyectarse más allá de la coyuntura, y decidir si quiere continuar con un
planteamiento radical a lo Gregorio Santos o ir hacia un planteamiento más
amplio de políticas sociales y económicas, incluyendo –pese a su desagrado- los
grandes proyectos mineros. Su trabajo político debe estar con un pie en la
calle y otro en la escena oficial. Ocasiones para encabezar marchas de protesta
contra algún proyecto conservador o alguna corruptela bastante evidente no le
va a faltar. Ambos grupos que pasan a segunda vuelta tienen las uñas bien
afiladas (y los dientes también).
Hay otras cosas más importantes en la
agenda nacional que deben ser puestas en debate urgentemente como la
reactivación de la economía, los proyectos mineros (¿qué hacemos con ellos, qué
hacemos sin ellos?), la reforma del sistema de jubilación –del que nadie dice
nada-, las reformas políticas y electorales, la seguridad ciudadana, los
derechos posmateriales. Esos temas, de los que hasta ahora solo escuchamos el
consabido manoseo de lugares comunes como volver al 24x24 en la reforma
policial, deben ser forzados a colocar en agenda por la izquierda y Verónika en
especial.
En fin, amable lector. No se obnubile ni
se preocupe tanto. Marx decía que la ideología sirve para disfrazar la realidad
económica. Quizás lo que está sucediendo ahora con estas seudo alternativas
entre votar por el derechista liberal o
la derechista heredera de la corrupción, le esté dando la razón al gran
Carlitos. Todo es puro bluff, pura
neblina. Ojalá que los votantes de PPK luego no se decepcionen cuando haga
cogobierno con Keiko. Juntos y revueltos. Todo por el Perú, claro está.