Tuesday, January 20, 2009

GAZA O EN LAS GUERRAS NO HAY INOCENTES

Es muy difícil hacer un análisis desprejuiciado cuando se trata del eterno conflicto entre Israel y Palestina, casi siempre subyace el criterio que tiene el autor sobre el tema, su ideología o sistema de ideas, y sobretodo sus creencias. Quien quiera ver a Israel como genocida sistemático y copiador fiel de los métodos nazis que usaron contra ellos en la II Guerra Mundial, lo que ocurre en Gaza es prueba irrefutable de ello. En cambio, quienes defienden al estado israelita y están contra Hamas, opinarán que Israel está en todo su derecho a defenderse y eliminar los focos terroristas y, por añadidura, que esa es obligación de todo estado democrático. Sin embargo, ambas posiciones pecan de extremistas y parcializadas.

Como bien apuntó MVLL en reciente artículo, desde el punto de vista práctico, entendido como solución del conflicto, la incursión militar israelí difícilmente solucionará el problema sino, todo lo contrario, lo agravará, endureciendo y radicalizando a los más moderados hacia una “guerra santa” contra Israel. Es cierto, desde el punto de vista político, difícilmente la intervención en Gaza solucionará el problema, más si tenemos en cuenta que el grupo radical Hamas actúa camuflándose entre la población civil (estrategia similar a la de Sendero Luminoso en nuestro país), por lo que es muy difícil la detección de sus actividades. A no ser que los israelitas solo busquen golpearlos fuertemente para debilitarlos lo más que puedan (que, al parecer, lo han conseguido dado el cese al fuego), con el costo enorme de civiles inocentes muertos. En el frente interno, indudablemente ganará votos la coalición en el gobierno israelí de cara a las próximas elecciones y quizás hasta ganen los comicios, pero a un costo que a largo plazo será enorme para la paz y estabilidad en la región.
De repente Israel ya se acostumbró a vivir en permanente conflicto y al estar preparados para ello no les importa demasiado una paz duradera, existiendo una polarización en ambos bandos.

El resultado es demoledor. Según las estadísticas 1300 palestinos han muerto en la intervención a Gaza, de los cuales un tercio por lo menos es menor a los 16 años versus 13 israelitas muertos en combate, de los cuales 10 son soldados y 3 civiles. En infraestructura: 4,000 edificios destruidos y 16,000 dañados. En pocas palabras: la ciudad de Gaza ha quedado en escombros e Israel en condiciones de superioridad en la región, “dominando militarmente al enemigo” y con una sociedad mayoritariamente cohesionada en torno a una “línea dura” de acción. (No se puede negar que la operación desde el punto de vista estratégico es brillante: Invaden, destruyen los objetivos y salen. De quedarse, se enredarían en una guerra de guerrillas desgastante militar y políticamente, como le sucedió a EEUU en Iraq).

Por el lado de Hamas (que tienen a Irán como aliado) tampoco son unas mansas palomas, amantes de la paz y la convivencia pacífica, menos desquiciados o enajenados mentales como usualmente se les pinta. Todo lo contrario. Su estrategia de provocación también obedece a un frío cálculo político. Desde que Al Fatah perdió el poder en Palestina, han tratado de radicalizar el conflicto y provocar la intervención militar con los misiles con que atacaban a la población civil israelita. Claro, los defensores de Hamas dirán que esos misiles son inocuos, apenas cuetecillos de artificio, poco menos que palomillada de muchacho de barrio; pero, provoca a un gigante y obtendrás una respuesta.
Hamas ha buscado que suceda la intervención militar para potenciarse como grupo político y ganar adeptos a su causa, desplazando a los moderados, cohesionando a los palestinos detrás suyo y apareciendo como víctimas en el escenario internacional. Buen negocio político: de terroristas a “mártires del holocausto”. A ellos les importa un rábano que mueran inocentes palestinos en la contienda. “Todo es por la causa”. (También con una lógica similar a Sendero Luminoso).

Y, para remate, una vez más se constata que cuando existe el apoyo por acción u omisión de algún “país grande” integrante de la ONU y por añadidura miembro permanente del Consejo de Seguridad, como EEUU, difícilmente prevalece el derecho internacional público, el derecho humanitario y todos los derechos habidos y por haber, quedando por los suelos las instituciones y los organismos internacionales. “Poderes fácticos” que le dicen.

Tiempos sombríos y revueltos, donde el panorama es poco halagüeño para aquellos que buscan la convivencia pacífica de árabes y judíos, y se constata una vez más que en esta guerra no hay inocentes, salvo las pobres víctimas.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

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