Saturday, May 28, 2022

DE TESIS Y PLAGIOS

 

Por: Eduardo Jiménez J.

ejimenez2107@gmail.com

@ejj2107

 

Los plagios en PerĂş, asĂ­ como en otros paĂ­ses de la regiĂłn, no son mal vistos, ni condenados socialmente. A ello sĂşmenle que para muchos egresados de universidades lo importante es el tĂ­tulo profesional o el grado de magĂ­ster o doctor, y el escollo que significa obtenerlo, la tesis, una valla a ser saltada usualmente comprando una tesis o recurriendo al copia y pega facilitado por la informaciĂłn que existe en internet. Lo cierto es que no tenemos estudiantes-investigadores, objetivo implĂ­cito en la Ley Universitaria.

 

El problema se ha vuelto recurrente con la fiscalizaciĂłn laxa de las tesis en ciertas universidades pĂşblicas o privadas, pese a que ya el turnitĂ­n, el software antiplagio, tiene varios años asentado en nuestro paĂ­s. Algunas casas de estudio (es un decir) están más preocupadas en que el tesista cumpla con formalismos como la “plantilla” de tesis o “el formato Apa” que en el contenido mismo. Las tesis exprĂ©s agudizan el problema y el fin que era la generaciĂłn de conocimientos queda solo en una declaraciĂłn lĂ­rica.

 

Es verdad que en pocas universidades públicas y privadas sí están más encaminadas en generar nuevos conocimientos que en los formalismos académicos; pero el funcionario público que requiere con urgencia titularse u obtener una maestría o doctorado para ascender no acude a estas sino a las otras. Basta ver en el buscador de Sunedu para saber que muchos de estos funcionarios e incluso profesores de universidades, obtuvieron su título o grado académico en una universidad no licenciada o de baja calidad académica. Incluyo congresistas y ministros de estado.

 

El problema se complica con la demanda creciente de tĂ­tulos profesionales, dado que ahora para un trabajo más o menos remunerado la exigencia del diploma es requisito indispensable. Oferta y demanda confluyen. Por ello, el precio (la pensiĂłn de enseñanza) es bajo en muchas universidades licenciadas o no. Se sacrifica calidad por cantidad, y es posible pensiones al alcance de los sectores medios y bajos. En la Ă©poca de la Colonia eran los tĂ­tulos nobiliarios los que distinguĂ­an a una persona, ahora son los tĂ­tulos profesionales que se han “democratizado”. Basta como botĂłn que en la actualidad el nĂşmero de agremiados en el Colegio de Abogados de Lima, el más antiguo, bordea los cien mil afiliados, un crecimiento más que geomĂ©trico.

 

La situación se agudiza con aquellos que con pecho inflado vienen con un título obtenido en universidad extranjera, ahora más fácil de conseguir que antaño. Título que muchas veces implica algunas horas del titulado en la casa de estudios foránea (las clases son en línea), una sustentación virtual del tesista y un título de una universidad de dudosa reputación afuera, donde no hay Sunedu o su equivalente, ni control de calidad educativa, pero eso sí, universidad extranjera; y en estas tierras siempre se mira con admiración todo lo foráneo.

 

El problema aumenta debido a que los tĂ­tulos “a nombre de la naciĂłn” son de por vida. Quien lo obtuvo ya no tiene que demostrar habilidades adquiridas como dicen los educadores. La experiencia no importará mucho, más importa el diploma colgado en la pared. Quizás es hora de ir pensando en dar la licencia que confiere el tĂ­tulo por un tiempo limitado y someterla a evaluaciones periĂłdicas. El mercado de tesis perderĂ­a clientes y de repente lo ganan las academias de titulaciĂłn que aparecerĂ­an por aquĂ­ y por allá; pero no hay soluciones integrales.

 

Veo difĂ­cil que el problema se solucione en corto plazo. El problema más que de leyes es cultural. Una sociedad promiscua con apropiarse de la propiedad intelectual de otros difĂ­cilmente tendrá aportes originales al conocimiento. La “cultura de la pendejada” es más fuerte que cualquier ley por más draconiana que fuese, donde un “cartĂłn” es solo un medio para ascender de estatus o mejorar en algo el sueldo diario y se obtiene cueste lo que cueste.

 

Saturday, May 14, 2022

LA VĂŤA NO PACĂŤFICA

 

Por: Eduardo Jiménez J.

ejimenez2107@gmail.com

@ejj2107

 

No es necesario devanarse el seso para deducir que la “vĂ­a no pacĂ­fica” que plantea Vladimir CerrĂłn para imponer su asamblea constituyente es la violencia, o en su lenguaje, la “violencia revolucionaria” como partera de la historia.

 

Sin perjuicio del delito de sediciĂłn, su amenaza no puede caer en saco roto, por las implicancias que puede traer.

 

Dudo que Cerrón tome las armas, se vaya al monte y pase a la clandestinidad a la usanza de su ídolo Fidel Castro; pero sí azuzar conatos de disturbios focalizados a fin de crear un clima de zozobra y cumplir con el dicho de la ganancia de pescadores, apuntando a las elecciones regionales y municipales de Octubre próximo. Pese a su verborrea radical, Cerrón está más cerca al prototipo del político criollo astuto y pendenciero que busca sacar ventajas políticas y económicas para él.

 

Pero más allá de la megalomanĂ­a de poder del secretario general de PerĂş Libre y de ser reconocido como “el que manda”, están las consecuencias que su anuncio de uso de la violencia puede generar como reacciĂłn: la creaciĂłn de grupos armados paramilitares de derecha como sucediĂł en Argentina o Colombia en dĂ©cadas pasadas. La consigna “haga patria y mate un comunista” nos puede regresar a una espiral violentista como la que vivimos durante el terrorismo. Incluyendo al propio Vladimir CerrĂłn como vĂ­ctima de la tormenta que iniciĂł. Es peligroso jugar con fuego.

 

Nos verĂ­amos envueltos ya no solo en una debacle econĂłmica e inflacionaria, en falta de oportunidades, en emigraciĂłn de los jĂłvenes al extranjero, sino en una violencia polĂ­tica que nadie en su sano juicio quisiera regresar.

 

Cuentan los griegos que los dioses enceguecen a quien quieren echar a perder. La hubris. Sería conveniente que Vladimir Cerrón revise un poco a los clásicos (no solo los marxistas). Existen profecías que se autocumplen. Una es la de creerse el líder leninista de la inminente revolución social en el Perú. La comedia puede terminar en tragedia.