Monday, December 28, 2015

CHAPA TÚ CURUL ANTES QUE SEA DEMASIADO TARDE

Por: Eduardo Jiménez J.
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Ha llamado la atención que políticos locales del sector “progresista” hayan recalado en candidaturas cuestionadas, de cara a las elecciones generales del 2016. Como que ha pesado más lo pragmático que los “principios”.

Los casos más notorios son los “antirevocadores” que alguna vez estuvieron juntos y revueltos como Anel Towsend, Lourdes Flores  o el caso más patético, el de la propia Susana Villarán, de la mano en la plancha presidencial con un acusado de asesinato y violación de derechos humanos.

Puede decirse que es real politik; y en cierta manera lo es. La verdad que las opciones de sobrevivencia en el Perú de un personaje político o de un partido no son muchas como se cree.

Las carreras políticas no son prístinas y, por lo general, son fugaces; tienden a un “toma y daca” para sobrevivir. A veces este proceso es “darwiniano”; y, más de una vez, deben coger al vuelo “lo que caiga” con tal de sobrevivir.

Quizás de las tres nombradas, el caso de Anel sea el que presenta mayor movilidad de partido en partido para poder estar vigente. Puede ser descrita como una “oportunista”, pero ello le ha permitido estar en vitrina por 20 años en la política peruana, llegar a ser ministra de estado en un gobierno de triste recordación y hasta darse el lujo de conseguir trabajo como embajador para su marido. Ahora la vemos nada menos que de vicepresidenta en una plancha electoral. Al no haber partidos políticos sólidos ni arraigados en la sociedad, el que desee continuar vigente deberá cambiar, como quien se muda de ropa, el marbete partidario anterior por uno nuevo, y alas y buen viento. La décima de don Nicomedes Santa Cruz les calza como un guante: como has cambiado pelona.

El caso de Lourdes difiere un poco. Creo que en el caso de ella hay un doble aspecto. El personal y el partidario. Lourdes no va de partido en partido como la querida Anel, pero en la alianza con el Apra busca mantener su vigencia como política en momentos difíciles para el PPC y, de paso, salvar la valla de inscripción del partido de sus amores. Muy al margen si funciona o no la alianza, ella estará posicionada en el nuevo Congreso y podrá desplegar su descollante personalidad política, de repente con miras al 2021; y “de yapa”, misma mujer maravilla, habrá salvado la inscripción del único partido donde ha militado. Así que tan descabellado no está el plan de la Alianza Popular. Creo que más gana el PPC y ella que el Apra y Alan.

Pero el caso que linda con lo tragicómico es el de doña Susana Villarán. Es cierto que nadie de la izquierda la convocó. Que la doña tiene sus anticuerpos, hasta dentro de sus “aliados naturales”. Es cierto también que coincidió en el pasado muchas veces con los nacionalistas, especialmente en la época de la revocatoria. Igual de verosímil parecer el rumor que estuvo en conversas con APP, pero no se llegó a nada que estuviese a su “nivel”. Tampoco tuvo suerte en conseguir el puesto de relatora internacional sobre violencia contra las mujeres. Cargo burocrático bien pagado que su amigo Diego no pudo conseguir para ella. De allí que su futuro político era medio oscuro. Con el partido que ayudó a crear, Fuerza Social, reducido a escombros, y un futuro político poco halagador para una ex alcaldesa de la capital, y pese a la solemne promesa –una más que incumplió- de retirarse de la vida política, no le quedó más remedio que aceptar la invitación de los nacionalistas e ir de la mano con Daniel Urresti en la plancha presidencial.

Claro que pasar de defensora de los derechos humanos y de un izquierdismo progresista a esto, hay un gran paso de involución. Pero como diría alguna tía de época cuando una niña era cuestionada por ciertos matrimonios consumados por interés, hijita no hagas caso, abre las piernas y sigue adelante. Creo que esa receta ha seguido doña Susana para sobrevivir.


Total, como alguien dijo, en el Perú nunca hay muertos políticos, a lo cual podemos agregar: no hay muertos políticos, pero sí zombis políticos.

Friday, December 04, 2015

¿SISTEMA PÚBLICO O SISTEMA PRIVADO DE PENSIONES?

Por: Eduardo Jiménez J.
        ejimenez2107@gmail.com
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Generalmente el debate de la política pensionaria ha oscilado entre lo público y lo privado. Recordemos que el sistema privado de pensiones en nuestro país nació como una reacción a la pésima gestión del sistema público, donde distintos gobiernos, democráticos o autoritarios, se agenciaron de recursos disponiendo del ahorro producto de los descuentos pensionarios a miles de trabajadores, principalmente dependientes.

Frente a ello, y en el auge de la ola neoliberal de los años noventa, se instituyó el sistema privado de pensiones, copia directa del sistema que años atrás se había implementado en Chile. El sistema de aportes es similar al público: un ahorro forzoso, descontándose al trabajador una parte de su remuneración (alrededor del diez por ciento, sin contar comisiones a la empresa administradora). La diferencia con el sistema público se encuentra en la individualidad de los aportes, expresado en la tenencia por cada trabajador de una “cuenta individual de capitalización”, a la manera de una libreta de ahorros, donde se abonaría por “la rentabilidad” de sus aportes, más una comisión a favor de las administradoras precisamente por “administrar” el fondo jubilatorio.

No se pudo “matar” al sistema público, el cual quedó a cargo de una oficina descentralizada del estado (la ONP, Oficina de Normalización Previsional); sin embargo, todos los futuros trabajadores activos de aquella primera etapa fueron a pasar obligatoriamente al sistema privado, coartando la libre decisión del trabajador de decidir por el sistema público o privado. En respaldo de la tesis se argumentó que el sistema público estaba “quebrado”, pero en realidad lo que las nacientes AFPs requerían era una “masa crítica” de aportantes a fin que el sistema crezca y se consolide en el tiempo, por lo que se utilizó el subterfugio de la inviabilidad del sistema público.

Esta obligatoriedad se quiso aplicar a los trabajadores independientes –aunque tamizada con la opción de elegir entre el sistema público o el privado-, “reclutándolos” a una nueva AFP, lo cual originó protestas de este importante sector laboral, obligando al gobierno ha retroceder en la decisión.

Pero, de los trabajadores independientes me ocuparé más adelante. Vayamos a algunos aspectos criticables del sistema privado de pensiones, que ya cuenta con veinte años operando en nuestro país y se encuentra consolidado institucionalmente.

Algunos aspectos criticables del sistema se dirigen principalmente a los siguientes aspectos:

1. Pensiones de jubilación ofrecidas,
2. Rentabilidad del fondo de pensiones,
3. Inexistencia de una pensión mínima,
4. Poca trasparencia de las inversiones efectuadas por la administradora,
5. Comisiones cobradas,
6. Concentración oligopólica de pocas AFP en el mercado peruano.

Sobre el primer punto, las pensiones ofrecidas en promedio se encuentran un poco más por encima de las pensiones del sistema público. Vale decir que en veinte años operando el sistema no ha podido ofrecer pensiones más atractivas como las que su oferta inicial promovía. Los defensores de las AFP culpan a los propios trabajadores por no haber ahorrado lo suficiente en su cuenta individual y al gobierno por no dar más “facilidades” de inversión a las empresas administradoras.

Pero, la baja rentabilidad de los fondos de pensiones (negativos en algunos años) también se encuentra relacionado con la poca trasparencia de las inversiones efectuadas por las AFP; las que no buscarían maximizar la rentabilidad del fondo del trabajador, sino de las empresas del entorno de las propias AFP que recibirían liquidez financiera casi a costo cero (“dinero gratis”), empresas que si reportasen pérdidas, significaría pérdidas directas para el trabajador (ya que se trata de su dinero). Ese es uno de los puntos “débiles” del sistema: le puede ofrecer al trabajador una pensión de jubilación atractiva siempre y cuando las condiciones del entorno económico sean prósperas y el portafolio de inversiones sea rentable; pero en entornos recesivos o malas inversiones, el fondo ni siquiera se mantiene en términos positivos, sino que arroja pérdidas.

En otras palabras, la pensión del trabajador se encuentra en directa relación a cómo le vaya al mercado (nacional e internacional) y cómo las AFP han invertido su dinero.

Ese es un aspecto medular del sistema privado que no se discute en forma trasparente.

Se debe sumar a ese panorama poco trasparente, que en el sistema privado peruano no existe pensión mínima a favor del trabajador, como sí existe en el sistema chileno, por lo que hemos visto casos dramáticos de trabajadores con pensiones menores a los cien nuevos soles (algo así como 30 dólares americanos) mensuales. A lo que se debe sumar la “esperanza de vida” calculada a un trabajador que se va a jubilar: no recibe una pensión mayor, en vista que supuestamente va a vivir más de cien años, lo cual es un imposible en la vida real.

A ello se debe sumar las comisiones cobradas por las AFP. Paradójicamente en años anteriores, cuando el fondo arrojaba pérdidas para el trabajador, las AFP arrojaban como empresa, ganancias, dado que la comisión por “administrar el fondo” se le descontaba al trabajador, así genere pérdidas su fondo pensionario. Ello motivó que se implementase la reforma del año 2012 con respecto a las comisiones, pudiendo elegir el aportante entre comisión por saldo o por flujo.

El otro aspecto crucial del sistema privado es el oligopolio de empresas prestadoras. Actualmente son cuatro más una quinta (Habitat) que ingresó por concurso y la cual –por contrato con el estado- tendría la “cautividad” de los nuevos trabajadores que se incorporen a la actividad laboral. Cuando las empresas que prestan un servicio o venden un producto conforman un oligopolio, la competencia prácticamente no existe y generalmente las empresas oligopólicas tienden a “repartirse el mercado” o concertar precios.

Por ello y ante la vulnerabilidad que tiene el sistema privado por los vaivenes económicos del mundo y del país, se necesitaba que ingresen al sistema para reforzarlo los trabajadores independientes. En nuestro mercado laboral, los trabajadores formales son minoría. De esa minoría, aproximadamente solo la mitad aporta regularmente a un sistema de pensiones; la otra mitad o se encuentra desempleada o devino en informal. De allí la importancia cuantitativa de incorporar al sistema a los independientes.

Formalizar a los independientes, a fin que aporten a un sistema pensionario, no es mala idea, si tenemos en cuenta que de aquí a algunos años, cuando su fuerza laboral disminuya, esas personas requerirán una red de protección social. Pero, lamentablemente, ese reclutamiento “forzoso” se hizo en condiciones nada propicias. Creo que primero se debió discutir la reforma del sistema pensionario y de allí diseñar planes alternativos de jubilación para los trabajadores, sean dependientes o independientes. El reclutamiento de los independientes y los ingresantes a la vida activa laboral daba la impresión que obedecía más para favorecer a las AFP que al propio trabajador.

*****

A veinte años de creadas, las AFP “mueven” grandes capitales. Es un poder fáctico y bastante poderoso, por lo que los sucesivos gobiernos han tratado de mantener sus privilegios a cambio que les presten dinero vía bonos del tesoro público (las AFP son una de las principales compradoras de los bonos del estado). De allí que cualquier reforma profunda del sistema (la del 2012 fue bastante tímida) en las actuales condiciones es prácticamente imposible, dado que se requiere una gran voluntad política tanto del ejecutivo como del parlamento, lugares donde los lobies de las AFP están presentes a fin de mantener las cosas como están.

En Chile, por ejemplo, lugar donde nacieron, ya se produjo un amplio debate sobre los pobres resultados de las administradoras de pensiones y el gobierno tomó la decisión de crear una AFP estatal, en vista que por allá también presentaban problemas similares. Con ello, de cierta manera, vuelven al sistema público ante el poco éxito que el sistema privado ha tenido: por lo general los sectores con los ingresos más altos han sido los beneficiados, mientras que la gran base de la pirámide laboral no.

Creo que las condiciones son favorables para una reforma profunda del sistema pensionario en su conjunto, tanto el público como el privado. Hacerle “retoques” o maquillajes no resuelve los problemas de fondo. Quizás, como lo recomienda el Banco Mundial, una salida es un sistema mixto: público para todos y facultativo, con cuentas individuales, para aquellos que tengan expectativas de una mejor pensión. Algo así como tenemos en salud, donde no se rompe el principio de solidaridad y aquellos trabajadores que tienen convenios con clínicas privadas, el empleador sigue aportando a Essalud (el sistema público).

Otra salida, en una línea similar, es la propuesta de la Universidad del Pacífico: pensión no contributiva mínima en base a impuestos para todos los que se encuentren en edad de jubilarse y opciones de ahorro voluntario libre. Para ello deberían entrar al mercado peruano otras administradoras pensionarias que “mueven” grandes capitales y romper de esa forma el oligopolio imperante.

Asimismo, a nivel institucional, lo ideal sería que se cree un organismo regulador y fiscalizador autónomo y técnico, con estatus constitucional de ser posible, que sea el encargado de supervisar todo lo que es pensiones, tanto públicas como privadas. Actualmente la administración pensionaria se encuentra separada en distintos islotes que no ofrecen una solución integral al problema.

En igual sentido debe debatirse la ampliación de la edad para jubilarse. Por la esperanza de vida, una persona de 65 años (edad promedio de jubilación en casi todo Occidente) ya no es “vieja” como sucedía antaño, por lo que está en condiciones de ampliar su ciclo laboral. La decisión es polémica y ha encontrado fuertes resistencias de parte de los trabajadores organizados donde se ha querido implementar (fue el caso de Francia y Bélgica), pero algo se debe hacer; más tomando en cuenta que en los países con “población joven” como Perú, de acá a 40 años será todo lo contrario, un país con predominio de personas mayores de 60 años.

Lo otro sería dejar las cosas como están, con un panorama nada agradable para el trabajador promedio. O, peor aún (y espero no suceda), encontrarnos en poco tiempo con algún gobierno populista que –como ocurrió en Argentina- “expropie” los fondos privados de pensiones y pasen a la administración pública. Dicho sea de paso, es un rico botín y un “bocatto di cardinale” para todo gobierno con problemas de dinero y ánimo populista.


Por ello, la idea de un sistema mixto, donde se vuelva a repotenciar al sistema público con una administración eficiente y tecnocrática, acompañado de los “candados legales” adecuados, es una línea del debate que debe suscitarse en los próximos años y, por supuesto, de la necesaria decisión política. No vaya a ser que de aquí a un tiempo nos encontremos exigiendo la creación de una AFP estatal, lo que no solucionaría los problemas de fondo.

Tuesday, November 24, 2015

UN PAPEL HIGIÉNICO QUE HUELE FEO: LA CONCERTACIÓN DE PRECIOS DE PAPEL HIGIÉNICO EN CHILE

Por: Eduardo Jiménez J.
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Indignación ha causado en el consumidor chileno el conocer que dos empresas concertaron precios del papel higiénico por largos quince años. La Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones (CMPC), conocida como La papelera -que en estas tierras opera las marcas Noble y Elite-, junto a SCA, dominan el mercado chileno de la papelería doméstica (papel higiénico, servilletas, toallas sanitarias, etc.).

Parecía hasta cinematográfica la forma que adquiría el intercambio de información entre las dos empresas. Uso de cuentas clandestinas de correo electrónico, móviles prepago desechados al poco tiempo de uso para evitar rastreos, hasta intercambio de partes matrimoniales para disimular la información.

El dueño de CMPC, con lágrimas en los ojos, salió en público a “pedir disculpas” por los lamentables hechos ocasionados por sus subordinados. Con lo que quiso decir tácitamente que, como dueño, no tuvo nada que ver con el asunto.

La situación no es nueva para nosotros. La más conocida fue la concertación del precio de los pollos. Pero se ha producido en otros sectores de la economía como los medicamentos o las Afp. Y se presentan cuando por el lado de la oferta se encuentra un oligopolio. Pocas empresas que prestan el servicio u ofrecen el producto.

Como en Perú, allá la concertación de precios solo tiene pena de multa, no de prisión efectiva para los directamente responsables. Pagas la multa luego de muchos años de apelación y de idas y venidas en los recovecos del Poder Judicial. Para ese entonces, el valor de la multa ya se encontrará enormemente devaluado.

Con el oligopolio, el mito del mercado se cae estrepitosamente. No hay competencia efectiva. Es como ponerte de acuerdo con el equipo rival para “arreglar” el resultado del juego. Claro, los defensores dirán que los monopolios y oligopolios no están prohibidos, lo cual es cierto; pero sí deben ser regulados escrupulosamente por el estado. Ejemplo: permitir la entrada de más administradoras de fondos pensionarios al país ayudaría a oxigenar una “sana competencia”. No las cuatro o cinco que existen en la actualidad. Al final se trata de administrar un capital a largo plazo y eso lo puede hacer cualquier empresa administradora de capitales, no solo las Afp.


De paso deberían regresar las penas privativas de libertad efectivas para los implicados en casos de colusión económica. Muy al margen de las multas o reparaciones, la pena privativa efectiva por largos años sería más disuasiva de cometer estos ilícitos que pagar una multa totalmente desvalorizada.

Friday, November 13, 2015

¿CONSTITUCIÓN O POLÍTICA?: LA CATALUÑA EN DEBATE

Por: Eduardo Jiménez J.
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Si bien parece se encuentran separadas, constitución y política cuentan con vasos comunicantes que les permite interactuar más allá de los tecnicismos legales.

Una constitución política, al final de cuentas, es el límite que se pone al poder y fijar unas reglas de juego en el actuar de las instituciones. Que a veces funciona y a veces no, es cierto también. Que muchas veces el poder fáctico se ha llevado de encuentro  a la ley de leyes, con derechos e instuciones incluidas, igualmente lo es.

Una constitución es una suerte de cristalización en el tiempo de una coyuntura determinada. Así, se buscaría “perpetuar” un hacer político más allá del calor en que nació. Todo constituyente y toda constitución aspira a la eternidad, ilusiòn que apunta a la prolongación en el tiempo del momento en que se promulgó.

El problema está cuando esa coyuntura cambia y los actores sociales son otros, que ni por asomo se sienten identificados con lo que establecía la carta en su momento auroral.

¿Qué debe prevalecer, la constitución o los nuevos hechos políticos?

El tema surge a colación del deseo de parte del pueblo catalán de querer independizarse de España. Los unionistas han recurrido al Tribunal Constitucional español, invocando la carta del 78 para cualquier intento de reforma, así como la no tan velada amenaza de la Comunidad Europea de no reconocerlos como nuevo estado.

En fin, el asunto por el lado de los unionistas va por la “leguleyeda” (valga la expresión), por los recursos judiciales que van a contrapelo de la autonomía. Como que un juicio pueda frenar los deseos de soberanía de un pueblo.

Olvidan que el pueblo es el soberano más allá de lo que se dijo o no se dijo en una ley cuarenta años atrás; y nadie, ni las personas, ni los pueblos, pueden estar unidos contra su voluntad.

Una constitución es apenas la foto de un momento dado. Los que apuestan por los escritos legales y otrosís digo olvidan que la realidad prima sobre la foto, quizás ya un tanto descolorida luego de muchos años y tanto ajetreo.  

Algo de eso está pasando en el debate español sobre la cataluña.

Los evasivos catalanes quieren irse de la unión ibérica y ningún texto legal o amenaza de exclusión los va a persuadir.

Quizás la mejor forma es que ellos decidan limpiamente en un referéndum, en una consulta ciudadana, como ya se hizo en otras democracias avanzadas. Allí está el caso de Escocia y el de Canadá, y para sorpresa de los unionistas, más bien ganó el “no”, la mayoría decidió quedarse en el viejo y criticado estado.


Es la forma más civilizada para que un pueblo elija su propio destino. Si gana el “sí” buen viaje y mejor destino, si gana el “no” bienvenido de vuelta a la unión; porque eso de que “te demando en el fuero para que te quedes” como que suena hasta medio ridículo. Que se sepa, ningún pueblo se ha quedado atado a otro por una acción judicial. Mejor déjenlos consultar libremente y nos atenemos a los resultados.

Wednesday, October 21, 2015

LAS BAMBAS, LA REUNIÓN DEL FMI-BM, EL TPP, EL MURO DE LA VERGÜENZA



Por: Eduardo Jiménez J.
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Vamos a referirnos a cuatro sucesos que, por razones cronológicas, han coincidido en el tiempo y subterráneamente se encuentran entrelazados: la resistencia al proyecto minero Las Bambas, la asamblea del FMI y BM, el recientemente aprobado Acuerdo Tras Pacífico y el muro que separa parte de los distritos de San Juan de Miraflores y Surco, conocido como “el muro de la vergüenza”.

Que existen grupos antimineros que por oficio están allí para oponerse a cualquier proyecto minero, los hay. Pero no menos cierto es que el proyecto original de Las Bambas sufrió cambios al tenerlo ahora en sus manos una empresa china, como el referido al traslado del mineral por tierra y no por un ducto subterráneo como originalmente estaba concebido. Sin ser demasiado ambientalista, la verdad que el cambio afecta el entorno del ecosistema y a los pobladores aledaños.  Es como si al costado de tú casa salieran a todo momento, mañana, tarde  y noche, volquetes cargados de mineral, aspirando los vecinos polvo tóxico todo el día. Obvio que no te va a gustar.

Que se debe hacer algo, es indudable. Que Las Bambas haría subir un par de puntos porcentuales nuestro alicaído PBI, también lo es.

Lamentablemente el gobierno de Humala, por su debilidad y falta de visión, entierra el pico. No se compra los pleitos como su homólogo Correa, que es conciente que los recursos naturales son parte importante de la renta nacional y el desarrollo del país.

Salidas existen. El hecho es que se pongan de acuerdo y de paso se modifique la distribución del canon minero y parte vaya directamente al bolsillo de los pobladores afectados. Incluyendo, de ser necesario y previo consenso con la población afectada, una reubicación de los centros poblados aledaños al proyecto.

Es cierto que buscar una salida consensuada es como buscar “la cuadratura del círculo”, por lo difícil del tema, y más fácil es suscribir “actas de acuerdo” para luego incumplirlas el propio estado; pero existen experiencias exitosas, aunque requieren mucho de “ingeniería social”, paciencia y buena voluntad, amén de decisión política. Sino, los “antimineros” seguirán ganando agua para su molino.

*****

El otro hecho destacable fue la realización de la asamblea anual de gobernadores del Fondo Monetario Internacional y el Grupo Banco Mundial en el Perú.

Mientras aquí nos debatimos entre “las agendas de Nadine”; la solitaria candidatura de  Alan en las primarias apristas, amén de cargar con la culpa de los narcoindultos; o si PPK y Verónonika Mendoza deben renunciar a sus pasaportes extranjeros, a los que se aferran con uñas y dientes; afuera nos ven con “sana envidia”, como una economía sólida, un país que pudo remontar sus problemas y el que más crece en la región. Claro, no todo es maravillas, nos falta mucho trabajar la institucionalidad y alternativas frente al estancamiento de las materias primas, así como ajustar “el modelo” económico a las necesidades del nuevo entorno.

Satanizados al extremo antaño, no es poca cosa que el FMI-BM hayan realizado la asamblea por estas tierras. Significa que el Perú “está en vitrina”, algo impensable apenas 25 años atrás, cuando comenzaron todos los cambios económicos, época en la que nadie daba ni un sol por nosotros. Cuando teníamos que “rogar” a los inversionistas (con “contratos ley” incluidos) que vengan a un país todavía azolado por el terrorismo y la falta de seguridad jurídica.

Muchos dirán que esto no era lo que pensaban para el país o que no era el Perú de sus sueños.

Es cierto (y me incluyo en ese grupo), pero de nuevo se confunde lo que uno quiere, con lo que es. Y este nuevo (y a la vez viejo) Perú es parte de un proceso inacabado. “Cerrar brechas” entre la ruralia altoandina pobre, todavía resentida y con mucha pobreza evidente, y una costa más próspera y con más oportunidades, que ha sabido “enganchar” con los TLCs suscritos.

Ese cerrar brechas no solo es económico, es también social  y político, e incluso ideológico. Significa, entre otras asignaturas pendientes, reformar el modelo regional imperante, que más ha constituido cacicazgos locales que resultados efectivos a favor de la población, y significa igualmente reformar el sistema de representación política. No la reformita light que se está cocinando en el Congreso (es como pedirle reforma y ánimo de enmienda a un carterista), sino una reforma estructural, que nazca de la sociedad, cosa más compleja.

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Ello nos lleva a la reciente aprobación del Acuerdo Tras Pacífico (TPP, por sus siglas en inglés). Mientras nos afanamos en las cosas menudas de nuestra política local, muy pocos han reparado en la suscripción del acuerdo y las repercusiones que puede traer, sobretodo en el precio de las medicinas y la protección que revestiría a las empresas trasnacionales, muchas de ellas relacionadas con la industria farmacéutica.

Está bien que se suscriba acuerdos comerciales, mientras más, mucho mejor; pero varios de estos tratados, están tocando cuestiones como propiedad intelectual y prolongación en el tiempo de la protección a las patentes, incluyendo las de medicamentos.

Es público y notorio que muchos medicamentos “de marca” tienen un precio mayor acá que en países vecinos. Asimismo, muchas empresas farmacéuticas afuera vienen siendo compradas por otras más grandes (las llamadas big pharma), que no han invertido un dólar en investigación y solo especulan con el precio de los fármacos de las empresas compradas.

El secretismo con el que se llevó a cabo las negociaciones del TPP conlleva suspicacias. Sería bueno que se “airee” en un debate público y franco, antes que el Congreso lo apruebe, o se aplique las cláusulas de excepción en materia de medicamentos antes de aprobarlo a rajatabla.

Sería irónico que los nacionalistas (los que sobreviven al hundimiento del barco) aprueben un tratado lesivo a los intereses nacionales. Crónica de una tragedia que terminó en farsa, aptitud bastante usual por estas tierras, donde los negocios se acuerdan, como dice el conocido tango, a media luz.

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Y hablando de ironías, justo cuando teníamos un acontecimiento de la envergadura de la asamblea mundial, donde se habla de cerrar brechas sociales, salió a luz la noticia del muro (con alambrada de púas y todo) que separa parte del distrito de San Juan de Miraflores con el de Surco. Un distrito populoso y pobre, de otro clasemediero tirando para alto. Construcción de privados con la complacencia de los sucesivos gobiernos distritales de Surco, el “muro de la vergüenza” dice mucho de la segregación que todavía se vive y se padece en nuestro país, pese a los notables cambios que vivimos en los últimos cuarenta años. En otras ciudades, de acá nomás, de América Latina, ese muro hubiese sido impensable; pero estamos en el Perú, donde todavía respiramos un aire rancio a aristocracia virreinal, a apartheid del otro, como en el cercado de la Lima colonial, donde ciertas autoridades no se inmutan frente a la palabra igualdad y trato horizontal. El muro de la vergüenza es un síntoma que en el Perú todavía no hemos superado muchas taras sociales.


Thursday, October 15, 2015

KEIKO CAVIAR



Por: Eduardo Jiménez J.
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Muchos se han rasgado las vestiduras por el giro al centro de Keiko Fujimori. El más visible nuestro Nobel. Olvidan que una cosa son los deseos y odios políticos, y otra la realidad. Y la que manda siempre es nuestra realidad que, por las encuestas, refleja que el electorado no ve con malos ojos la candidatura  de “la hija del dictador”. Es más, muchos guardan un grato recuerdo del gobierno de Alberto Fujimori y lo consideran como uno de los mejores presidentes que ha tenido el país, y ven una suerte de continuidad y “justicia poética” en la elección de su hija.

Que de repente todavía no tenemos inscrito en nuestro ADN político la democracia como mejor forma de gobierno, es posible. Que no nos importe demasiado un gobierno autoritario, también. Pero es nuestra realidad, nos guste o no. La verdad, somos pocos los que nos preocupamos por la institucionalidad democrática. (Modestamente, como buen converso, me incluyo en el grupo).

¿Qué Keiko puede llegar a ser presidenta? Es probable. Como diría Sarah Connor en Terminator 2: el futuro no está escrito. Y, en política, menos; sobretodo en nuestra voluble política nacional, apenas unas variables que pueden cambiar de sentido en pocas semanas. Pero, creo que nadie en su sano juicio podrá creer que Keiko Fujimori repetirá el gobierno de su padre, con escuhas, grabaciones y compra de conciencias y medios por doquier. Difícil, la coyuntura es otra. Es más, como bien señaló Hugo Neira en una entrevista, los reflectores estarán permanentemente puestos sobre ella de llegar a la presidencia, lo que hará imposible salirse del carril democrático.

Keiko sabe bien que el antifujimorismo es fuerte y si bien tiene un “voto duro”, leal a ella, necesita de ese centro político que la haga ganar, si puede en primera vuelta, mucho mejor. De allí sus declaraciones y estrategias, como buscar asesores y gente de la oposición a su padre, tal el caso del ex ministro del interior de Toledo, Fernando Rospigliosi.

Desfujimorizar el fujimorismo, es su consigna.

No es la primera en intentarlo. Como lo recuerda Aldo Mariátegui en una reciente columna, es el caso de Marine Le Pen en Francia, con amplias opciones de ganar la presidencia, quien no dudó en expulsar a su propio padre del partido que fundó, por las declaraciones marcadamente xenofóbicas de este (una suerte de Isaac Humala de derecha) a fin de “mover” al partido hacia el centro político. El otro es el de la presidenta de Corea del Sur, Park Geun-Hye, hija del sanguinario ex dictador surcoreano Park Chung-Hee, quien también se desplazó al centro político, con disculpas incluidas, y ganó las elecciones. ¿Qué se ha convertido en una versión femenina de su sanguinario y corrupto padre? Ni remotamente. Park Geun no se desplaza un ápice del carril democrático.

Y se olvida que en nuestro lindo Perú, Ollanta Humala hizo lo mismo para ganar las elecciones en el 2011. Con fuerte olor a chavismo y a autocracia, enterró la gran transformación y sacó a luz una hoja de ruta más democrática y potable. Se corrió al centro polítco, con bendición y todo de nuestro querido Nobel, que fungió de garante político. El resultado ya lo conocemos.

Un partido político con resonancia más allá de la coyuntura se forja por condiciones sociales, no por inscripciones formales y exhibición de locales, como se pretende en la reforma que lleva a cabo el Congreso. Un verdadero partido político nace de las luchas y contradicciones sociales. De las “pruebas” que le impone el contexto adverso. Fue el caso del Apra en los años veinte del siglo pasado o de Acción Popular en los cincuenta. El fujimorismo está por convertirse en el partido de masas que antaño le cupo al Apra. Y de nuevo digo: nos guste o no.

Mis amigos caviares deberían percatarse que quien invita a Keiko a la Universidad de Harvard fue nada menos que Steve Levitsky, caviar gringo por antonomasia y totalmente alejado de las posiciones de derecha. Levitsky será caviar, pero es inteligente, y, si la invitó, por algo será.