Por: Eduardo Jiménez J.
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@ejj2107
El escándalo de las vacunas contra el covid no es exclusivo de PerĂş. Se ha producido en Argentina y tambiĂ©n en Chile. Es posible que otros paĂses registren escándalos similares. La diferencia es que en ninguno de los otros el presidente de la RepĂşblica accediĂł irregularmente primero a una vacuna. Por lo general han sido funcionarios de nivel alto y medio, pero no el presidente como sucediĂł entre nosotros.
Existe un abuso de la posiciĂłn de poder del vacunado para acceder a algo que no le corresponde. Por lo general alguien que tiene poder o influencias. Y por el lado del vacunador una tentaciĂłn a obtener un beneficio ahora o en el futuro a cambio de la vacuna que aplica. Por ejemplo, si eres mĂ©dico, de repente el presidente en agradecimiento por la vacuna aplicada hasta te puede llamar en el futuro para ocupar el Ministerio de Salud. Como que seguimos mentalmente siendo Colonia y la ciudadanĂa solo es un poco de tinta y papel.
El vacunador ha ejercido un poder indiscriminado. Ha vacunado a lobistas que lo pueden ayudar en su carrera, a rectores y vicerrectores de universidades o a mĂ©dicos de exclusivas clĂnicas particulares en un evidente quid pro quo. Quizás el vacunador no haya cobrado por las vacunas, pero las daba con un interĂ©s a futuro que la persona vacunada deberĂa “agradecer”, más si tiene un cargo importante o influencias de por medio. Una vacuna que te salva la vida en plena pandemia es más preciada que todo el oro del mundo, no importa si los demás se mueren. La metáfora del Titanic es bastante clara: se salvan solo los que pueden, como sucediĂł cuando se hundiĂł el cĂ©lebre trasatlántico.
Y en este affaire está tambiĂ©n el fabricante de las vacunas. Eso de traer un lote extra de vacunas “de cortesĂa” sonaba a alagar al funcionario que debe aprobar la compra. PruĂ©bele gratis usted y su familia y verá que son buenas. Quizás ahora se entienden los obstáculos que en el gobierno de Vizcarra se ponĂa a la compra de las vacunas de otras marcas que no fuera Sinopharm y la dilaciĂłn que significaron las negociaciones. No era tanto la usual paquidermia del estado o el temor usual de los funcionarios pĂşblicos a firmar un contrato, sino la “comisiĂłn” y cĂłmo deberĂa ser repartida.
Posiblemente aparezcan luego más nombres que los 500 que se vacunaron irregularmente. Sigan la pista a las vacunas que recibiĂł la Embajada China. El nĂşmero de dosis excede a la cantidad de funcionarios que tiene y no alcanzarĂa para todos los ciudadanos chinos residentes en PerĂş. Es posible que usando el softpower se quieran congraciar con empresarios con los que hacer negocios siempre es rentable o polĂticos que faciliten las relaciones econĂłmicas con China. Todo acuerdo es mejor si hay vacuna de por medio.
El que irregularmente se haya vacunado el presidente y altos funcionarios no es tan dramático como la muerte diaria de muchos connacionales que no recibieron a tiempo la vacuna. Aquellos que no tuvieron el poder o la influencia de acceder a una. La miseria humana siempre se expone en los peores momentos y es donde impera el instinto de sobrevivencia o el lucrar con la desgracia ajena antes que los valores éticos y la ley.
Esperemos que cuando pase la situaciĂłn crĂtica de salvar vidas se nombre una ComisiĂłn neutral que vea todas las irregularidades que se cometieron durante la pandemia por parte de quienes gobernaron para lucrar con la muerte de peruanos. Esperemos no quede en letra muerta y las sanciones sean ejemplares. Esperemos.