Por: Eduardo Jiménez J.
ejimenez2107@gmail.com
@ejj2107
La historia es bastante conocida. A Michael Cimino le
llamó la atención una historia poco divulgada del oeste norteamericano ocurrida
a fines del siglo XIX: un grupo de terratenientes, ganaderos y con conexiones
políticas en el gobierno, decide exterminar a campesinos inmigrantes de Europa
oriental, a fin que su ganado tenga más tierras donde pastar.
El
francotirador (The deer
hunter), su anterior filme, venía de ganar una apreciable taquilla así como
múltiples premios, entre ellos el Óscar a mejor película y a mejor director en
1979, por lo que tenía en Hollywood la puerta libre para filmar lo que quisiera
y cómo quisiera.
Cimino era un director que frisaba los 40 años cuando
arremete con La puerta del cielo, y
gracias a los ingresos recaudados por El
francotirador, se le podía considerar como uno de los golden boys de aquellos años, junto a Steven Spielberg o a George
Lucas. Parecía que convertía en oro todo lo que tocaba: su guion de Un botín de 500000 dólares (Thunderbolt and Lightfoot) actuada y
producida por Clint Eastwood y dirigida por el propio Cimino, fue todo un
suceso, siendo el inicio de su meteórica y corta carrera.
Darle carta blanca para que filme como quisiera a un
joven director no era raro en el Hollywood de aquellos años. Una nueva hornada
de jóvenes realizadores estaba cambiando el estilo y forma de hacer cine, por
lo que no fue extraño que United Artist, la productora, le concediera todo lo
que pedía. Heaven's
Gate inicialmente iba a costar alrededor de diez millones de dólares, pero
por el excesivo tiempo de rodaje, gastos de locación y todo lo demás superó los
50 millones (más o menos 170 millones de dólares en la actualidad). Los
ejecutivos de United si bien estaban nerviosos por la subida incesante de los gastos,
confiaban en que la taquilla iba a ser generosa en la retribución.
Llegado el estreno no fue así. La película fue recibida fríamente por
el público. La crítica fue bastante despiadada. Irónicamente un crítico la
calificó como el primer western socialista (aunque, como veremos, no
estaba tan desubicado). Los ejecutivos de United para salvar algo de lo gastado
decidieron acortarla de las tres horas y media de la versión del estreno a poco
más de dos, dejando las partes con más acción y un falso final (la película
terminaba con un congelado saliendo Ella y Jim de la casa de la primera,
recién casados, suerte de falso happy end). Ni así tuvo acogida. El
estudio fundado, entre otros, por Charles Chaplin y Douglas Fairbanks, fue declarado
en quiebra y vendido a MGM, los ejecutivos que apoyaron el proyecto fueron
cesados inmediatamente y Cimino jamás logró remontar ese fracaso en su carrera.
Algunos años después La puerta del cielo apareció en dvd, en una
edición del director, aquella que dura tres horas y media, y poco a poco se fue
volviendo película de culto entre cinéfilos de distintas partes del mundo y la
crítica, despiadada en sus inicios, se fue tornando más indulgente y
descubriendo méritos en el filme antes criticado, a tal punto que ya se la considera
como uno de los filmes esenciales en el siglo XX.
Como dice la Biblia, nadie es profeta en su tierra; y Cimino comenzó a
ser más reconocido en Europa que en su propio país. Antes de su fallecimiento
en 2016, recibió ciertos homenajes, como en Francia con la medalla en La orden
de las artes y letras en 2001 y en 2012, en el Festival de Venecia, un premio
por su talento visionario. El tiempo fue valorando su obra y en especial, La
puerta del cielo.
Heaven's
Gate en su versión de tres horas y media (hay otra versión de más de cinco
horas que parece nunca fue exhibida) comienza con la graduación de la promoción
de jóvenes promesas en la prestigiosa universidad de Harvard, de donde egresa
la elite que regirá el destino de los EEUU, los futuros presidentes y
ejecutivos de las grandes empresas norteamericanas. Allí vemos en su juventud y
sueños a los personajes que estarán enfrentados veinte años después, cuando el
sheriff del Condado de Johnson (en el estado de Wyoming), Jim Averill, en una
decisión de desclasarse y vivir una modesta vida de sheriff de condado, decide
ir en contra de los intereses de su propia clase, encarnados en el
terrateniente Frank Canton, organizando a los campesinos migrantes para
resistir la masacre que quieren acometer contra ellos.
El filme se inscribe dentro de los cánones del género (contraposición
de “buenos” contra “malos”, uso de grandes planos, acción y tiroteos); pero existen
también otros elementos que Cimino los invierte, como la utopía que servía de
justificación para la épica de la expansión hacia el oeste y construir la “gran
nación”. En La puerta del cielo más bien es una antiutopía, todo lo
contrario a la visión romántica e idealizada del “sueño americano”. (La
caballería, que en los filmes del oeste, salva en último momento a los
“buenos”, en este caso aparece para salvar a los villanos que están siendo
aniquilados).
Los migrantes son claves en la historia. Tanto en The deer hunter
como en Heaven’s Gate los personajes son de ascendencia eslava y juegan
un papel primordial para la construcción de la nación norteamericana. En la
primera ya son plenamente asimilados a esta, como hijos de migrantes; en La
puerta del cielo son migrantes de primera generación que quieren asimilarse
a los valores y al estilo de vida en Norteamérica y sentirse americanos. En
cierta manera, el filme narra la desgarradora formación de la nación.
Y lo que dijo irónicamente en su momento cierto crítico, es cierto.
Estamos ante el primer western socialista, en el sentido que
invirtiendo las claves del género y usando un tanto el estilo expresivo del spaguetti
western, narra la confrontación social entre terratenientes y campesinos.
Es pura lucha de clases y la violencia como partera de la historia. Es el nudo
de la trama del filme. De haberlo visionado Carlos Marx, saltaría feliz en su
butaca.
Y, en esa inspiración europea, como anotaron algunos comentaristas, existe
otra película que alienta la poética de La puerta del cielo: Novecento
de Bernardo Bertolucci. Estrenado el filme de Bertolucci algunos años antes,
narra en un canto coral la confrontación de clases, aunque en un tono muy
distinto. Novecento es también una película bastante extensa (la versión
europea dura más de cinco horas), con múltiples personajes y envidiable
escenificación histórica, así como un estilo circular muy similar a Heaven’s
Gate. Parece que Cimino lo tuvo como un referente al momento de hacer su
filme.
Pero la película también tiene una parte existencial-sartreana. Jean
Paul Sartre decía que al individuo le es imposible substraerse de su clase
social donde desde la infancia ha sido condicionado. Sartre sostenía que por
más que no quisiera, morirá burgués. Es lo que sucede con el personaje
principal, el de Jim Averill, que si bien decide renunciar a su condición de
rico terrateniente, para tentar un empleo mal pagado de sheriff de condado y
vivir a su manera, lo cierto es que años después lo vemos reasimilado a su
clase social, navegando en un lujoso yate al lado de una bella mujer. Es el
epílogo a una existencia frustrada (su proyecto de vida queda trunco y su gran amor
muerta en una emboscada). Esa corta escena, no dialogada, donde incluso todo
parece “muerto”, es una suerte de anticlímax. Averill regresa a su clase social,
de la que salió años atrás. Quizás aburrido dentro de ella, pero seguro en
ella.
¿Por qué no tuvo aceptación de público y crítica en su momento La
puerta del cielo?
Es difícil adivinar el éxito o fracaso de un filme. Si bien los
productores quieren obtener un éxito asegurado de público e ingresos, es
difícil garantizar cien por ciento algo así. Muchas producciones planificadas
para ser un éxito comercial navegaron en el fracaso y otras, concebidas como
producciones independientes de bajo presupuesto fueron un éxito de público y
crítica.
Pero en La puerta del cielo quizás concurrieron algunos
factores. En principio el argumento de la lucha de clases. El norteamericano
promedio, a diferencia de un europeo, no es adicto a temas como la lucha de
clases, lo asocia inmediatamente a comunismo. De repente no existe más
anticomunista que un norteamericano. Quizás porque ellos han vivido en carne
propia la polarizante guerra fría con la extinta Unión Soviética y
consideran a los valores del sistema capitalista como “sagrados”. Heaven's
Gate, más allá de las
escenas de acción y romance propias del género, tiene un trasfondo ideológico de lucha de clases. Creo que ese fue
un factor de rechazo inicial de público y de crítica.
Como han
declarado historiadores del oeste de fines del siglo XIX, debe haber sido muy
probable que en las grandes oleadas de migrantes que procedían de Europa en ese
entonces hubiese anarquistas, tendencia radical dominante en aquellos años, y
que exacerbaban a los pobres a luchar contra los ricos
Igualmente
influyó ese estilo “europeo” que tanto se le achacó a Cimino. El público
norteamericano tiene otra sensibilidad y gustos por géneros pre-definidos, con
argumentos que deben explicar todo. Y, La
puerta del cielo era lo opuesto a ese gusto. Existen elipsis que no
explican la conducta de personajes como Averill de desclasarse y el espectador
debe obtener sus propias conclusiones. No es casualidad que haya gustado y haya
sido reconocida más en Europa, especialmente en Francia donde, tengo entendido,
fue el único país que exhibió desde su estreno la versión original del filme.
Y también que
el western ya estaba en franca decadencia
por aquellos años. No llamaba mucho la atención del público, a diferencia del
género bélico que tenía y tiene amplios seguidores. Y quizás también que era un
filme excesivamente largo. El público promedio tolera una proyección de dos
horas, pero tres o más es casi una tortura, salvo que se trate de un gran
aficionado al cine. Y La puerta del cielo
era muy extensa y contenía muchos “tiempos muertos” que impacientaban al
espectador promedio (la acción se concentra únicamente en el último tercio, el
resto es una tensión que sube y baja, acompañado de historias secundarias como
el “triángulo amoroso” entre Jim, Ella y Nathan). Eso fue gravitante también
para el fracaso de la cinta en su momento.
El tiempo,
como sucede con todo, fue el gran juez para valorar una película rechazada en
su estreno. El filme tiene también una bella fotografía del desaparecido Vilmos
Zsigmond y es otra visión sobre la génesis de América. No todo fue tan bello y
épico como la narración oficial hizo creer.