Sunday, November 27, 2022

CASTILLO Y LA IZQUIERDA

 

Eduardo Jiménez J.

ejimenez2107@gmail.com

@ejj2107

 

Existe una voluntad de parte de la izquierda de desmarcarse de Castillo, ahora que está sepultado en denuncias de coimas y encubrimientos, y de la ineptitud y mediocridad en la gestiĂłn. Decir ahora que Castillo “no es de izquierda”, cuando fue apoyado por la misma, es como negar la luz del sol.

 

Usualmente el argumento negacionista estriba en que las polĂ­ticas de gobierno de Castillo “no son de izquierda”, es decir no hay una agenda ambientalista, pro derechos de las minorĂ­as sexuales o de multiculturalidad. Los argumentos corresponden a las agendas que la izquierda posmoderna ha tenido en el continente. Esta izquierda ha salido bastante golpeada en la repartija del poder con Castillo.

 

Pero hay otra agenda que tambiĂ©n tiene la izquierda post Hugo Chávez: la convocatoria a una asamblea constituyente, la reelecciĂłn indefinida del presidente, lo plurinacional como medio para destruir al “estado-naciĂłn burguĂ©s”, la proliferaciĂłn de empresas pĂşblicas o el clientelismo estatal que concede prebendas. Esa izquierda, aunque golpeada, está vivita y coleando.

 

Esta izquierda que gobierna es más conservadora si se quiere. HomofĂłbica, misĂłgina y poco proclive a los derechos a favor de las minorĂ­as sexuales. No son casuales las votaciones en temas como la educaciĂłn sexual o los polĂ©micos temas de gĂ©nero que la izquierda pro gobierno vote junto a la derecha más tradicional. Y en cuanto a la institucionalidad democrática, como dijo uno de sus preclaros representantes, “es una pelotudez”.

 

Y el tema de la asamblea constituyente fue lanzado por el propio presidente desde un inicio. Y lo sigue haciendo en sus giras en provincias. El mito fundacional, tan caro a la izquierda, se encuentra bien presente en el gobierno de Castillo y sus seguidores.

 

Igual sucede con el tema de las empresas pĂşblicas, sino vean los proyectos de ley que PerĂş Libre ha presentado en el Congreso. O la concesiĂłn exclusiva del lote 192 de petrĂłleo a favor de PetroperĂş. Regresamos al estado empresario. Ello permite clientelaje a favor del partido de gobierno, contratos de obras y servicios a “los amigos del rĂ©gimen”, y corrupciĂłn en la sobrevaloraciĂłn de obras y venta de puestos pĂşblicos.

 

Y no menos importante, lo plurinacional como forma de organizaciĂłn polĂ­tica. Modelo tributario de la Bolivia de Evo y que estaba en el proyecto de constituciĂłn polĂ­tica rechazado en Chile. Mini estados con poder para hacer y deshacer a su libre arbitrio. Allá gente sensata se dio cuenta que ello significaba el fin del estado-naciĂłn tal como lo conocemos y el surgimiento de mini repĂşblicas bastante debilitadas. 

 

El desgobierno y aparente ineptitud del rĂ©gimen parece deliberado en muchos casos. Un poco traerse abajo la institucionalidad del “orden burguĂ©s” y la poca organizaciĂłn que todavĂ­a queda en el estado. Es una labor de demoliciĂłn desde dentro.

 

Y no solo está el origen político del presidente, muy cercano a los sectores filosenderistas, así como de otros personajes allegados al gobierno, si no las reacciones ante hechos que son de trascendencia pública y que son simbólicos de la ideología dominante en el gobierno: 1) la reacción del gobierno ante el fallecimiento de Abimael Guzmán. No sabían qué hacer con los restos. Si darle una sepultura pública, con seguidores incluidos, entregárselo a la viuda o enterrarlo anónimamente. Fueron varios días de incertidumbre en el castillismo. 2) La exclusión del GEIN y de la unidad Chavín de Huántar del desfile de fiestas patrias, hecho anecdótico pero que reflejó molestias en un sector del gobierno contra las instituciones que acabaron con Sendero Luminoso y rescataron a los rehenes del MRTA. En política los gestos también cuentan.

 

Es algo que cierta izquierda jamás le perdonĂł al “estado burguĂ©s”. Gran parte de la izquierda en los 80 demostrĂł una ambivalencia con respecto a Sendero Luminoso o el MRTA. Eran los “primos descarriados”, hasta que los primos comenzaron a asesinar a dirigentes de la propia izquierda. En esa Ă©poca muy poca gente de izquierda marcĂł lĂ­mites claros frente al terrorismo.

 

De tener la fuerza necesaria hace rato habrĂ­amos entrado en un gobierno de dictadura de izquierda. Castillo no ha podido. TodavĂ­a.

 

PD: Este artĂ­culo lo escribĂ­ en Julio de este año. En pocos meses el deterioro de la crisis polĂ­tica es hoy mayor, asĂ­ como la confrontaciĂłn Ejecutivo-Congreso. Se habla de un cierre inminente del Congreso por parte de Castillo. De producirse, no creo Castillo tenga intenciones de convocar elecciones de inmediato, sino más bien darse maña de convocar la acariciada Asamblea Constituyente. Como a Fujimori, su “sueño” es gobernar sin Congreso o tener uno futuro sujeto a sus designios. Sabe que fuera del poder le espera la cárcel. Aunque no debe olvidar que todos los que cerraron el Congreso terminaron mal. Fujimori en la cárcel ya de por vida, Vizcarra inhabilitado polĂ­ticamente. Suerte de “maldiciĂłn gitana”.

 


Sunday, November 20, 2022

UNA COMEDIA DE LA STASI

Eduardo Jiménez J.

ejimenez2107@gmail.com

@ejj2107

 

Deben ser innumerables las pelĂ­culas sobre la Stasi producidas y realizadas en Alemania, sea en drama o en comedia. Es un perĂ­odo en la historia, por lo menos de lo que fue la Alemania Oriental, difĂ­cil de olvidar para los que lo vivieron y sintieron.

 

Es el caso del personaje principal en Una comedia de la Stasi (Leander Haussmann, 2022), un hombre en la cincuentena, que regresa de recoger su expediente de “disidente” que tenĂ­a en la Stasi (Seguridad del Estado en la ex RDA). Es asĂ­ como se abre el conocimiento de una “doble vida” del personaje, de miembro conspicuo de la Stasi y supuesto disidente polĂ­tico.

 

La pelĂ­cula se centra en las protestas de los jĂłvenes disidentes de la Alemania oriental, inspirados en el amor libre, el rock y la poesĂ­a anarquista de Occidente. Sin ser peligrosos para el sistema, son monitoreados por la seguridad del estado.

 

Lo llamativo es el tono de comedia, bastante ligero, como de no tomarse en serio lo que se ve hasta llegar al presente, con nuestro personaje convertido en figura icĂłnica de la resistencia contra la Alemania comunista.

 

“No todo lo que brilla es oro” parece ser el mensaje de la pelĂ­cula, en una Ă©poca que ahora -pese a haber trascurrido poco más de treinta años- parece lejana y algo brumosa.