Tuesday, June 26, 2007

LA VENGANZA

-A esa chola la voy a cagar. No sabe con quién se ha metido -me dice exaltado Aurelio.
-¿Pero, crees que valga la pena preocuparse por ella? -le pregunto.
-Vamos Lucho, ella tenía el manejo de mi negocio. Tenía las llaves de la puerta de entrada, de la bóveda, de la caja...
-Hasta de tú cuarto. Recuerda que tú le diste mucha confianza a Sonia -le digo para fastidiar.
-Eso pertenece al pasado -me replica cortante, con los ojos echando chispas de furia y una vena en la frente que le late-: Yo le di todo. Le enseñé cómo es el manejo del negocio, le presenté a los clientes, la vestí decentemente, porque la chola ni siquiera tenía un vestido presentable cuando vino a trabajar conmigo, y ahora me hace esta cochinada. No duermo desde que me enteré de su negocio.
-Pero de todas maneras tú tienes tu clientela -trato de calmarle los ánimos-. Estás en el negocio hace más de veinte años, ya tienes un nombre, un prestigio ganado, no creo que tengas que preocuparte por el negocio de Sonia, ella recién empieza.
-No creas. Ayer me llamaron de la Inca Kola para decirme que ya no querían las placas de honor que todos los años les dan a sus mejores vendedores. Yo me quedé extrañado y confidencialmente le pregunté al Gerente por qué habían cancelado el pedido que siempre me hacen, y me dijo que la chola había presentado una cotización más barata que la mía, y se la aceptaron. Tiene los mismos grabados que tengo yo, con los mismos tipos y estilos de letras, y con precios a mitad de los míos. Fíjate, atreverse a poner su tienda acá, justo frente a la mía -mira al frente detenidamente la tienda de Sonia, ve entrar un cliente y sus ojos azules se entrecierran cargados de odio-: Esa puta me quiere traer abajo el negocio.
-Eso te pasa por tirarte a tus empleadas y después botarlas como basura -le digo burlonamente para bajarle el mal humor-; pero cálmate, ¿ok?. Vamos a pensar fríamente. Primero, que poner un negocio como el tuyo requiere capital. Con lo que Sonia sacó cuando la botaste no podría pagar ni un mes del local que alquila, ni mucho menos comprar las máquinas para grabar. ¿Cómo consiguió la plata? ¿Un préstamo? No creo. Sonia no es sujeto de crédito para ningún banco. Tiene que haber tenido un socio capitalista detrás de ella, alguien que esté interesado en meterse en tú negocio y quiera invertir plata.
-Fue Aldana, de hecho que fue Aldana -me dice iracundo Aurelio, pareciendo que quisiera degollarlo con la mirada, destrozarlo en mil pedazos-. Su comercio de platería está mal y hace tiempo que quería meterse en las grabaciones, solo que no conoce el negocio ni tiene personal capacitado para manejarlo. Una vez quiso comprarme una máquina diciendo que era para una sobrina. Ese hijo de puta ha sido -concluye en tono despectivo.
-Pero el socio capitalista pudo ser Duarte. Él también quiere meterse en tú negocio hace tiempo -le replico.
-No, Duarte, no. Él está metido ahora en lo que es fantasía fina. No es él. No tendría plata para las dos cosas –me responde secamente.
-Bien, supongamos que fue Aldana. Piensa, ¿cómo puedes cortar la ayuda del socio capitalista?
-A ese maricón le debo plata. Son como treinta mil dólares que le debo en materiales que le compré al crédito hace más de cuatro meses y ahora me llama y me llama para que se los pague. Sencillo, no le pago. Que me haga juicio si quiere, no le pago. ¿Cuánto demorará el juicio, cuatro, cinco años? Yo sé que él está jodido de plata, le debe a todo el mundo y no va a aguantar tanto tiempo -ahora sus ojos brillan con malicia mientras habla.
-Por ese lado lo podemos agarrar -le sugiero-. Cortarle los pagos y que suplique le pagues algo siquiera. Tú eres su principal deudor, y Aldana tiene deudas con el Banco de Crédito y el Interbank. Si tú no le pagas, él no puede pagar a los bancos y pierde todo. Lo reventamos.
-¿Y Sonia? -me pregunta Aurelio.
-Si agarramos por los huevos a Aldana, no va a poder continuar financiando a Sonia y tendrá que cerrar su tienda.
-Pero Lucho, yo no quiero que solo cierre su tienda, lo que yo quiero es joder a esa puta, cueste lo que cueste, que sepa que conmigo no puede meterse -sus ojos tienen una expresión sombría mientras habla, perdida en otras cosas.
-Si eso es lo que quieres, entonces primero debemos averiguar si su establecimiento es legal. Si tiene RUC, licencia de funcionamiento, paga impuestos. Hacer una investigación exhaustiva. Si descubrimos que funciona ilegalmente mandamos una carta anónima a la SUNAT donde decimos que Sonia no paga impuestos, y otra cartita a la Municipalidad diciendo que allí funciona un establecimiento comercial clandestino. Se clausura su tienda, encima la SUNAT le pone una fuerte multa y de paso le hacemos un servicio al gobierno y otro al municipio, y todos quedamos contentos.
-¿Y? Está bien, le hacemos eso, pero la chola se acoge a una amnistía tributaria, regulariza todo, obtiene su licencia, paga sus impuestos y abre su tienda de nuevo -me dice incrédulo y con un tono irónico, Aurelio-. Yo lo que quiero es que la cierre para siempre.
-Espera pues, ten paciencia -trato que me escuche-. Acá vamos a aplicar la tenaza del cangrejo. Mira, lo de la SUNAT y el Municipio es una tenaza. La otra tenaza es la denuncia por robo que le vamos a interponer. ¿Entiendes?
-¿Y la denuncia? ¿Cómo la hacemos? -me pregunta más calmado.
-Vamos a denunciar que Sonia, abusando del cargo de confianza que tenía cuando trabajaba bajo tus órdenes, te robó en forma constante, que te ha robado todas las cosas necesarias para grabar y así poner su tienda: moldes de letras, reglas, placas, diamantes, de todo. Calcula que las pérdidas te salgan por unos veinte mil dólares o más. A mayor cantidad mejor. Eso impresiona. Diremos que si te robó unos moldes, también pudo robarte los demás accesorios: hurto sistemático.
-Correcto, la denuncio por hurto sistemático, pero ¿qué consigo? Igualito va a seguir trabajando -me responde agriamente.
-No, cuando presentemos la denuncia ante la Fiscalía y la deriven a la Policía para su investigación, allí conversamos con los policías que van a ver el caso y sacamos una orden judicial para que le incauten a Sonia los bienes hasta que se esclarezca el asunto. Todo legal. Paralelamente a eso corremos la bola que ella está trabajando con cosas robadas. Imagínate que los de la Inca Kola se enteren que la policía allanó su tienda porque Sonia trabaja con cosas robadas: la cosa es romper la botella y derramar la leche. Al final, si la declaran inocente, pides disculpas y dices que acatas lo que la justicia determine.
-Y ella me inicia a mí una demanda de indemnización por daños y perjuicios y otra por difamación y calumnia, por haberla denunciado falsamente -me contesta escéptico Aurelio.
-Quizás, pero ya derramaste la leche y te libraste de la competencia. Además, quién te dice que Sonia tenga dinero para iniciarte un juicio. Aldana con todos los problemas que tiene y los que tú le vas a ocasionar cuando dejes de pagarle se le va a voltear. Le cortaste la ayuda del socio financiero, encima la SUNAT y el Municipio le clausuran su negocio, y para remate la justicia le abre instrucción: Sonia no va a tener plata para continuar trabajando.
-Tú idea suena bonita -me dice más tranquilo-; pero, ¿qué pasa si los policías se venden?, ¿si la chola les pone el culo? Nos cagan el plan.
-Recuerda al General Gallardo, el esposo de la Jueza que ve tú caso de estafa. Recientemente ha sido promovido a Inspector General. Podemos hablar con él para que no se volteen los policías. Es más, una vez incautados los bienes, podemos arreglar para que la policía nos los presten por un ratito, grabamos tú nombre en las cosas, y de paso arreglamos también algunas facturas para que aparezcan como tuyas. ¿Qué más pruebas de que las cosas con las que Sonia trabaja en su tienda son de tú propiedad?
-Me parece bien tú plan -me dice ya calmado del todo Aurelio-. ¿Cuánto crees que demore hasta que le quiten las cosas a la chola?
-Dos semanas, tres a lo sumo. Mañana comenzamos a trabajarlo. Dentro de pocos días tú problema quedará resuelto.
-Y la chola no se atreverá nunca más a abrir un negocio. Que se dedique a vender caramelos en los micros o a putear en el Jirón Cailloma, es para lo único que sirve -me contesta, ahora excitado, echando chispas de contento por los ojos.
-No te preocupes, que luego de esto es para lo único donde va a conseguir trabajo. Bueno, ahora déjame descansar. Mañana tengo mucho que hacer en mi estudio. Te llamo a las nueve para coordinar. Chau.
-Chau, Lucho. Que tengas buenas noches y disculpa mi mal humor, pero esa chola de mierda...
Lo corto, prefiero evitarme su discurso de nuevo:
-Olvídalo, para eso me pagas. Nos vemos.
-¡Ah!, espera. El sábado es el cumpleaños de Leslie, cumple un añito, mi mujer le va a preparar una fiesta, date una vuelta por la casa y trae a tú novia para conocerla. La tienes escondida maricón.
-Allí estaré y llevaré a Patty para que la conozcan. Hasta mañana Aurelio.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es







Monday, June 18, 2007

¿FUJIMORI EXTRADITABLE?

Me ha llamado la atención que algunos “analistas” políticos escriban sobre la posible extradición de Fujimori como si fuera un hecho inminente, que se produciría ya, en cualquier momento, lo cual dista mucho de la realidad. El hecho que la Fiscal chilena haya acusado, dictaminando que procede la extradición, no en todos, sino en seis de los once cuadernillos de extradición, no es motivo para algaradas ni falsos triunfalismos que pueden degenerar en una decepción futura, sino tomar las cosas con bastante serenidad. La acusación fiscal es apenas un paso en un largo proceso que en el mejor de los casos podría terminar a inicios del próximo año con la extradición definitiva o la absolución del extraditado, supuesto último por el cual podría retornar libre a Japón.

No vamos a comentar los barbarismos legales que se han dicho estos días, algunos incluso comentaban que se agregarían nuevos cuadernillos con nuevos cargos para la extradición de Fujimori. Hasta donde se por mis clases de derecho internacional, una vez que la Corte Suprema envía los cuadernillos de extradición no puede agregar nuevos cargos, y de hacerlo serían objeto de un nuevo proceso, no del que está tramitándose en estos momentos.

Pero, supongamos que es posible la extradición y esta se produce (a contrapelo de lo que sostiene Javier Valle Riestra que plantea una tesis opuesta por razones de precedentes de la propia justicia chilena en el caso Pinochet y algunos antecedentes interesantes de denegatoria de extradición que menciona en su artículo en el diario Correo del 17 de Junio pasado), el efecto político local sería sísmico, no solo en las huestes fujimoristas, sino en las demás tiendas políticas. En principio que todo el debate sobre las reformas políticas se paralizaría. Estamos ante la posibilidad de reformar el sistema. Claro que es una reforma incompleta y a tropezones, pero allí vamos. Todo ese esfuerzo se paralizaría para focalizarnos en el proceso judicial contra Fujimori.

También la correlación de fuerzas cambiaría. La alianza tácita entre fujimoristas y el gobierno se trastocaría, debido a que el APRA tendría que marcar distancia con los seguidores del ex presidente. (Es curiosa la alianza tácita formada entre perseguidores y perseguidos de ayer, algo similar a lo sucedido con la coalición del APRA con los odriístas en los años 60, luego de que en la década de los 50 éste los persiguiera a muerte).

En el campo de la oposición la correlación de fuerzas también cambiaría. Entre una Unidad Nacional que no se siente fastidiada con el modelo económico que legó el gobierno de Fujimori y una UPP-Humalistas que harían un circo del encarcelamiento del ex mandatario, tendríamos a una serie de histriónicos metidos a políticos que competirían por decir el peor disparate.

El mismo encarcelamiento de Fujimori en Perú sería políticamente contraproducente debido a que le generaría simpatías. Recordemos que una buena parte del electorado siente simpatía por el ex mandatario. Imagínense recluido a Fujimori en la base naval del Callao. Generaría reacciones encontradas. Los que están a favor sostienen el argumento de que robó pero hizo obra, exculpando así al ex mandatario.

El propio megaproceso se vería politizado, con show mediático de por medio, llegando al paroxismo con el careo frente a frente con Vladimiro Montesinos, con cámaras de televisión incluidas. Y, de llevarse el mismo proceso hasta el final, la sentencia que se dicte en definitiva (que sea cosa juzgada y por tanto firme) se emitiría cerca al año 2011 –considerando apelaciones y excepciones que pueden dilatar el proceso-, vísperas de las elecciones presidenciales y parlamentarias, por lo que el argumento de la judicialización sería usado políticamente, con resultados que podrían ser insospechados.

Por eso, políticamente quizás no convenga la venida de Fujimori para las fuerzas políticas en escena, aparte que muchos tienen un temor escondido de que el prófugo comience ha hablar de vínculos nada democráticos con los actuales actores de la escena nacional.
Asimismo, la venida podría servir para saltar a la publicidad a otro outsider más radical que Humala, que se subiría a la cresta de la ola para hacerse propaganda y quien sabe hasta ganar la presidencia. Los disparates y el circo ganan popularidad en el show mediático, por más disparatado que parezca el argumento del candidato.

Estamos en el inicio del partido, como jueguen los equipos dependerá el cambio en el marcador a favor de uno u otro bando. La última palabra todavía no está dicha, dejemos los falsos triunfalismos de lado y veamos con serenidad el desenvolvimiento del juego, sin falsas expectativas ni triunfalismos infundados.

POST SCRIPTUM: LA DESIGNACIÓN PARA EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL.-
Lo sucedido con la designación de los nuevos miembros del Tribunal Constitucional es vergonzoso. Un Congreso que se autotitule democrático no puede efectuar la elección entre bambalinas y a media luz, con audiencias privadas y sin dar a conocer el currículo de los candidatos. Votar a ciegas por una lista cerrada que contenía a un candidato con antecedentes bastante oscuros y relaciones nada santas con un conspicuo ex dirigente aprista y operadores fujimontesinistas, dejando de lado a muchos candidatos probos e idóneos por aquellos proclives a uno u otro grupo parlamentario, dice mucho de la forma en que se eligió a los cuatro candidatos finalistas: no importaba mucho su trayectoria ni méritos personales (bastante pobre de los cuatro designados en el campo constitucional) con tal que sean afines a una u otra tienda política. Lo sucedido me convence cada vez más que la designación de los miembros del Tribunal Constitucional debe ser hecha por un organismo técnico autónomo, sea el Consejo Nacional de la Magistratura u otro similar y no por un órgano colegiado tan politizado (y mediocre en la actualidad) como el Congreso. Pero, como eso sería posible solo con una reforma constitucional y legal, si el actual Parlamento quiere reivindicarse ante sus electores debería anular la elección del miércoles último y volver a fojas cero. Es mejor demorarse un poco más y evitar desbarres como el sucedido, actuando esta vez sí públicamente y a luz de todos, con audiencias abiertas y difusión en el portal del Congreso del currículo de cada candidato, respetándose estrictamente el orden de méritos. Transparencia, publicidad y meritocracia. Quizás sea mucho pedir para el actual Congreso, pero algo hay que hacer si no quiere caer en la deslegitimación absoluta antes que finalice su mandato.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Monday, June 11, 2007

SANTA ANITA DESPUÉS DEL DESALOJO

No voy a repetir la cacareada (aunque cierta) mención que se respetó el estado de derecho y se hizo cumplir la ley con rigor. Cierta prensa ha saturado el ambiente con el mismo argumento, sin enfocar otros ángulos del caso (el leit motiv repetitivo ha sido le gustaría que invadan su casa y quedarse tranquilo, con lo cual cortan toda posibilidad de analizar el problema desde otros ángulos).
Tampoco voy a colocar un velo ideologizado sobre los desalojados invasores, cubriéndolos de un aura romántica.

Es cierto que salió ganando la justicia y que no podía continuar manteniéndose en el tiempo una situación anómala que duró más de cinco años. Pero, debemos recordar que el nuevo Perú está hecho de informalidad, de “saltarse a la garrocha” los principios legales que estuvieron vigentes en un momento histórico determinado. Los que invadieron hace cincuenta años lo que hoy son los distritos de San Martín de Porres, Comas, Los Olivos o Villa El Salvador igual fueron contra la legalidad de ese entonces y con el tiempo fueron legitimados y formalizados.

Lo que sucede es que en el caso del mercado de Santa Anita, de permitirse la continuación de la posesión por parte de los invasores se daba una mala señal a la sociedad de permisibilidad por parte de los órganos del estado ante una situación anómala y ejemplo para otras posibles invasiones de la magnitud de Santa Anita.

No solo era el derecho a la propiedad lo que estaba en juego (argumento en que se queda cierta prensa de derecha), sino la seguridad jurídica necesaria para garantizar una vida pacífica y que en la sociedad nadie sea despojado de lo suyo.
Por otra parte, el “costo social” no eran los comerciantes que estaban en el interior del mercado como quisieron hacer creer los invasores y muchos de sus adláteres, sino toda la ciudad. Eran siete millones de habitantes que merecen contar con un mercado mayorista moderno -y no el que tenemos ahora dentro del distrito de La Victoria- contra unos cientos de comerciantes que ingresaron ilegalmente. El “costo social” tenía que ser el más beneficioso o rentable para la mayor cantidad de ciudadanos, no solo para unos cuantos.

Es que subsiste una visión romántica e ideologizada de los invasores. Se les considera como los “sin tierra” de los años 50 y 60, los “homeless” del mundo anglosajón. Quizás esa visión correspondía al invasor de hace cuarenta o cincuenta años. Recuerdo que cuando se produjo la invasión, una de las invasoras era una cómoda comerciante del mercado mayorista de frutas de San Luis, que cuenta con flota propia de camiones para traer la fruta desde la ceja de selva. Conozco personalmente a sus primos y sabía por ellos que había “comprado” un puesto en el mercado de Santa Anita a la banda de Herminio Porras y colocado a su empleado para que lo “cuide”. Como ella, había otros más que de pobres no tenían ni la solemnidad.

Cuando conversábamos del tema, les decía a sus primos que tarde o temprano iban a ser desalojados los invasores porqué no eran propietarios ni estaban con título legítimo en esa propiedad; aunque ellos se mostraban escépticos y como un hecho poco probable de suceder. Su confianza nacía en los vínculos con el poder que existían entre los autores intelectuales de la invasión y varios políticos. Se hablaba de fujimoristas con contactos en el Congreso y también de apristas que podían apoyar la legalización de la invasión con una ley del Legislativo.
Efectivamente, los políticos (no todos) siempre han apoyado subrepticiamente las invasiones debido a que representan votos para ellos y su partido. Un reciente reportaje ha dado a conocer los lazos existentes entre un conocido y prontuariado promotor de invasiones y conspicuos dirigentes apristas. No creo que sean los únicos, es muy probable que en otras bancadas también existan quienes apoyan las invasiones con fines políticos.

Es que la rentabilidad para un político es alta: mediante una ley legaliza la invasión, se paga al verdadero propietario un justiprecio que no sale de su bolsillo sino del de todos nosotros, se les concede créditos para construir viviendas (también de nuestros bolsillos) que es muy posible que no se paguen y sean declarados en moratoria, se sanean los títulos de propiedad y a continuación viene el programa “Agua para todos” y se tiene asegurado un número de votos para la siguiente elección. El negocio para el político sale redondo y sobretodo no le cuesta un centavo.
Y usando la imagen del invasor paupérrimo se consigue sensibilizar a la población, a lo que se añade el subterfugio del “costo social”.

Ojalá que el ejemplo de Santa Anita de cumplir la ley se repita en casos similares. El efecto réplica es muy importante. No solo conllevaría el respeto a la propiedad privada y hacer cumplir los mandatos judiciales (y por supuesto contando con jueces probos al momento de impartir justicia), sino que se sancionaría a los “vivos” que trafican con las ilusiones de la gente. Cuando el efecto de réplica del mercado de Santa Anita repercuta y veamos que la propiedad tiene seguridad jurídica, así como que se cumplen las normas de mandato imperativo, podremos decir que el Perú está saliendo de su (larga) adolescencia y está entrando a una madurez bastante promisoria.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Monday, June 04, 2007

DERECHO A LA INTIMIDAD O LIBERTAD DE INFORMACIÓN: EL CASO CECILIA BOLOCCO

El caso de la ex Miss Universo y actual esposa de Carlos Saúl Menem, Cecilia Bolocco, trae a colación de nuevo el eterno debate entre libertad de información o el derecho a la intimidad.

Hasta qué punto es permisible divulgar imágenes, audios o escritos que siendo de un personaje público conocidísimo contenga información que solo le compete a él y a nadie más. ¿Es cierto que por ser un personaje público debemos escudriñar hasta el último rincón de su vida privada o se merece una pequeña esfera de privacidad?

En mis clases siempre pongo el siguiente ejemplo: supongamos que un conocido político es fotografiado en su intimidad teniendo relaciones sexuales con otro hombre y donde, para mayores detalles, asume el rol pasivo. ¿Por el hecho de ser un conocido político debemos de publicar esas fotografías?

Ahora bien, supongamos que ese mismo conocido político que tuvo relaciones sexuales con un hombre, descubrimos que usando su poder lo ha colocado como un importante funcionario de su gobierno o como asesor en su bancada política.

En ambos casos el dilema más que legal (que existe) es ético; pero, en el primer supuesto (tener relaciones sexuales con una persona del mismo sexo sin que trascienda de su intimidad) el hecho ha quedado en la esfera de su privacidad y debemos tener presente que por más personaje público que sea tiene todo el derecho de realizar actos que permanezcan en una exclusiva privacidad (muy pequeña, por cierto, al ser persona pública) y que su divulgación sólo le compete a él.
En el segundo supuesto (usar sus influencias como político para nombrar a esa persona con la que sostuvo relaciones sexuales en un cargo público) al haber usado su poder y por consiguiente actuar como hombre público, el acto que inicialmente estaba en su esfera personal pasa a la esfera pública y por tanto puede ser materia de denuncia en los medios de comunicación, ya que conciernen al político más que al hombre de la vida privada (usar influencias desde un cargo público).

La delgada línea que separa ambas esferas es muy sutil, pero hay que tener en cuenta que toda persona por más pública o notoria que sea tiene siquiera un pequeño espacio de privacidad que no podemos invadir impunemente. A mayor espacio público la esfera de la privacidad se reducirá, y a menor actuar público de una persona su esfera de privacidad aumentará. Pero, en ninguno de los dos casos deja de tener un margen –siquiera mínimo- de derecho a la intimidad, sino estaríamos actuando arbitrariamente y violentando los derechos de esa persona.

Es cierto que en el mundo anglosajón prima el derecho a la información, sin importar si el asunto trasciende o no la esfera de la intimidad del personaje descubierto y así se publican fotos de personas públicas del mundo de la política, los deportes o el espectáculo sin que existan mayores consecuencias. Es lo que pasó con el acoso a la princesa Diana de Gales, con una nube de fotógrafos que literalmente la perseguían a todas partes y cuya persecución ocasionó el fatal accidente.

Es cierto también que el ejercicio inmisericorde de intromisión en la esfera íntima de las personas lo ejerce el periodismo amarillo o sensacionalista que vende más que noticias, chismes, y se basa en una lógica perversa de ventas: a nadie le va a importar la vida privada de usted o la mía, ya que nadie nos conoce, pero saber que hacen los famosos en su vida íntima despierta el morbo de las personas y por tanto aumentan las ventas del medio que hace noticia del hecho. El rating o las ventas de una publicación se escudan en el derecho a la información, alegando una suerte de patente de corso para violentar la intimidad de las personas por el simple hecho de ser públicas. El lema de estos medios de comunicación parece ser: “Eres famoso, por tanto, tengo el derecho de meterme en tú vida”.

En cambio, dentro del mundo latino, hasta ahora hemos tenido un precario equilibrio entre el derecho a la intimidad y el derecho a la información, donde ha ganado –a veces maltratado- el primero. De allí que una conocida periodista local dedicada al espectáculo haya perdido todos los procesos judiciales que le han entablado quienes se han visto afectados por la publicación de escenas de su vida íntima.

Por eso el caso de Cecilia Bolocco despierta la atención desde el lado jurídico. ¿Tuvieron derecho a tomar fotografías de su vida íntima donde mantenía relaciones sexuales con un hombre que no era su esposo? ¿Las relaciones extramatrimoniales sostenidas por la Sra. Bolocco afectaban la vida pública de Argentina o de Chile, nacionalidades de su esposo y ella? Evidentemente que no. Es más, hasta donde sabemos la Sra. Bolocco no tiene cargo público alguno en ningún país. Entonces el asunto estaba en el ámbito de su competencia privada, de ella y de su esposo. De nadie más.

Muchas veces confundimos libertad con libertinaje. El ejercicio de cierta prensa sensacionalista pretende hacer sinónimo de ambos para actuar con impudicia, y lo peor de todo es que lo está consiguiendo.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es