Saturday, January 22, 2022

TODOS LOS HOMBRES DEL REY

 

Por: Eduardo Jiménez J.

ejimenez2107@gmail.com

@ejj2107

 

Willi Stark es un idealista que se lanza a la política. Piensa erradicar la corrupción que se encuentra enraizada en su condado de llegar a alcalde y hacer obras para los más necesitados. Perderá la elección, quizás con fraude. La pasión, la vehemencia y sinceridad de su discurso llama la atención de un grupo político que quiere dividir el voto del rival poniendo a Willi de candidato a gobernador. Pagará su derecho de piso y aprenderá la lección de no pecar de ingenuo. De allí en adelante aprenderá el camino para llegar al poder, no tan idealista como él pensaba. Tendrá que pagar sobornos, usar los trucos de sus adversarios. Todo lo necesario para llegar a la cima. En suma, cada vez se parecerá más a los que tanto aborrecía. El poder corrompe.

 

Es la fábula pesimista de Todos los hombres del rey. De la soledad del poder y que es imposible hacer algo sin mancharse las manos. La trasformación que sufre Willi Stark parece inexorable. Se convierte en un hombre autoritario que busca conservar y acrecentar su poder. En términos políticos es un populista autoritario. Llega a la gente con un lenguaje sencillo de un hombre que también tiene orígenes humildes. Hay una comunicación directa, por lo cual lo aprecian. Se granjea la voluntad del pueblo con obras (no exentas de corrupción). Tiene su propia guardia de seguridad y su equipo especial para los trabajos sucios. Y ganará las elecciones también con fraude, como hicieron sus antiguos rivales.

 

PelĂ­cula de 1949 inspirada en una novela homĂłnima. En su Ă©poca cosechĂł tres Oscar, incluyendo el de mejor pelĂ­cula. En 2006 se estrenĂł una segunda versiĂłn no tan buena como la original.

 

En la historia de la polĂ­tica han existido y existen muchos Willi Stark. Algunos acabaron bien, otros no tanto. Virtud y fortuna como decĂ­a Maquiavelo.

 

Tuesday, January 04, 2022

LA GUERRA DEL FIN DEL MUNDO

 

Por: Eduardo Jiménez J.

ejimenez2107@gmail.com

@ejj2107

 

Cuando apareció hace cuarenta años la novela de Mario Vargas Llosa las críticas fueron controversiales, muchas cargadas con matices ideológicos. Recordemos que MVLL se había apartado dramáticamente de los grupos y posiciones de izquierda y estaba en lo más álgido la satanización del escritor, lo que se agudizaría cuando se lanza a la presidencia de la república, en una campaña bastante accidentada y no exenta de los cabes y golpes bajos.

 

La novela se basa en un hecho histĂłrico sucedido en el Brasil de fines del siglo XIX, hacĂ­a poco Brasil se habĂ­a convertido en repĂşblica sin disparar una sola bala, a diferencia de lo que sucediĂł con sus vecinos de la AmĂ©rica hispana. Un predicador llamado “el Consejero” recorre los sertones del nordeste predicando el evangelio. Su carisma le permite captar adeptos entre la gente más humilde, asentándose en Canudos, un poblado rural semiabandonado.

 

La primera parte de la novela trata precisamente del recorrido del Consejero por esas tierras baldĂ­as y cĂłmo a la manera de JesĂşs va reclutando entre los marginados, perseguidos y hasta de los bandoleros a los que podrĂ­a llamarse sus “apĂłstoles”. El Beatito, el LeĂłn de Natuba, MarĂ­a Quadrado, Joao Abade, Pajeu, entre otros, los vemos convertidos y formar parte del sĂ©quito del Consejero.

 

La segunda parte, en cambio, es el desenlace de la guerra. Es la más interesante y de mayor desarrollo. Las expediciones fracasadas, el fin del general Moreira Cesar, líder de la naciente república, y, la cuarta y definitiva expedición punitiva que moviliza a casi todo el Brasil, levando hombres de todos los puntos cardinales. Desde diferentes puntos de vista nos va narrando el desarrollo de la guerra.

 

En paralelo aparecen otros personajes de la naciente repĂşblica, como Epaminondas Goncalves, radical jacobino y propietario de un periĂłdico en BahĂ­a. PolĂ­tico ambicioso, buscará en el incidente de Canudos deshacerse de sus oponentes monárquicos, inventando un supuesto plan de restauraciĂłn financiado y asesorado por la monarquĂ­a inglesa.  Y en el lado de los monárquicos que aĂşn quedan quien aparece más nĂ­tido es el BarĂłn Cañabrava, polĂ­tico lĂşcido que hace recordar al PrĂ­ncipe Salina de la novela El gatopardo. Como este, sabe que su tiempo ha terminado, que ha llegado el turno que otros ocupen el poder y de recoger lo mejor que se pueda el patrimonio acumulado en la Ă©poca de la monarquĂ­a. Es el personaje polĂ­tico que mejor resalta en la novela.

 

Galileo Gall, el anarquista que cree ver en Canudos la revolución proletaria, sin saber en detalle lo que ese movimiento mesiánico significaba. Encarna a esos intelectuales que creían percibir en todo movimiento social la chispa de la revolución. Otros, como el periodista miope, son un claro homenaje a Euclides Da Cunha, testigo presencial de Canudos y que escribió Os sertões, primer testimonio de lo que sucedió.

 

Parece decir MVLL que las guerras se inician por malos entendidos. Los seguidores del Consejero creen que la naciente república es el anticristo, la encarnación del demonio, y son creyentes del antiguo régimen monárquico, a quien consideran legítimo. En su discurso milenarista, el apocalipsis estaría próximo y solo se salvarían los hombres de fe en Cristo. Por parte de los republicanos, creen que en Canudos existe una insurrección monárquica y pro restauradora que debe ser exterminada. El fracaso de las anteriores expediciones militares, las confabulaciones políticas y los intereses económicos se van a confabular para creer que existe allí un monstruo de siete cabezas.

 

Pero es más interesante que se haya adelantado a los movimientos mesiánicos y apocalípticos, religiosos o seculares, que aparecerían en las últimas décadas del siglo XX: desde los ayatolas en Irán, pasando por los Kmer rojos en Camboya hasta Sendero Luminoso en nuestro país. Todos tienen una connotación de acabar con el presente y renacer hacia algo nuevo y mejor, para quienes lo pasado significa un lastre o una reacción que debe ser eliminada. Para unos la recompensa está en el cielo, para otros, el paraíso en la otra esquina.

 

Como decĂ­amos la novela en su momento fue recibida con crĂ­ticas opuestas. Nadie negaba el aliento Ă©pico que insuflaba, una suerte de La guerra y la paz latinoamericana; pero el mote de “reaccionaria” en muchos crĂ­ticos no dejo de ser señalado. Ahora, cuarenta años despuĂ©s de su publicaciĂłn y con los ánimos más calmados, podemos decir con justeza que es la mejor novela de MVLL, su obra cumbre, solo comparable a ConversaciĂłn en la Catedral. Con su impecable arquitectura creĂł un universo con infinidad de personajes, tramas y subtramas realmente complejo y creĂ­ble para todo lector.