Thursday, November 02, 2006

EL LARGO MURO DE LA NECEDAD

El presidente Bush acaba de firmar la ley que autoriza la construcción del muro que separará México de Estados Unidos, a fin de evitar la migración ilegal. La construcción demandará unos 1,200 millones de dólares y recorrerá los estados de California, Nuevo México, Arizona y Texas. El muro también incluirá otras medidas de seguridad, como la instalación de iluminación, sensores sofisticados y barreras vehiculares, amén de una vigilancia permanente de las 24 horas del día por patrullas de la guardia nacional.

No es la primera vez que una sociedad trata de protegerse de los “extraños” erigiendo muros. El más famoso quizás sea la muralla china, con la cual se quería detener a las hordas bárbaras que ya azolaban la antigua China, el centro del poder económico y político en ese entonces.

Existen otros muros no menos famosos, pero si llenos de oprobio, como el muro de Berlín, que se erigió para que los alemanes del este no escaparan a la “democrática y capitalista” Alemania del Oeste. Sintomáticamente su caída marcaría el fin del socialismo realmente existente.

Quizás el muro que se erige ahora pase más a las páginas de la necedad o de la ridiculez, y de repente siquiera llegue a materializarse en toda su dimensión, pero de ser así, pasará más como un monumento a la estupidez humana.

Generalmente las sociedades buscan protegerse de los de fuera erigiendo barreras. Los otros son los extraños, los “bárbaros”, los que quieren robar nuestro patrimonio, nuestro estilo de vida o lo que consideramos más valioso para nosotros. Por tanto, para que no ingrese el “extraño” se erigen muros. Es más un mecanismo de autodefensa, de miedo a lo extraño, a lo culturalmente ajeno, a lo que se considera una amenaza, que en el caso presente se trata de los latinos que cruzan ilegalmente la frontera, a los que se considera “roban” los empleos a los norteamericanos, ofreciéndose a trabajar por menos paga. Esa idea está muy extendida entre los sajones, es una idea que se ha ido machacando en sus cabezas a lo largo de los años, por lo que el ciudadano común y corriente termina de creerla. Algo similar pasó en Europa con las creencias que se tenía acerca de los judíos. Ya vemos como acabó la historia.

De allí que los republicanos hayan tratado de ganar votos en las próximas elecciones con la autorización para la construcción del muro. Como se sabe están mal en las encuestas y es probable que pierdan la hegemonía en el Congreso, lo que sería la antesala del fin de la presidencia republicana y el final de la era Bush y los “neocon”. Por eso no han tenido mejor idea que “vender” al “ordinary people” la idea del muro.

Cualquiera que tenga dos dedos de frente sabe que el muro no detendrá la migración ilegal. Existen otras formas para entrar al “país de las oportunidades”. Generalmente entran como turistas y se quedan como ilegales. Y si es por tierra (los “espaldas mojadas”) buscarán otras rutas (ojo que no se va a cerrar toda la frontera con México). Demorarán más, pagarán más dinero a los “coyotes”, pero llegarán, asediarán el imperio, los “bárbaros” entrarán y harán suya esa tierra. Es la ley de la historia. No hay forma de detener las “invasiones bárbaras”, sino pregúntenles a los romanos. De aquí a unos cuarenta o cincuenta años (nada en la historia del mundo) quizás tengamos al primer presidente de origen latino en USA. Ningún muro podrá parar el destino que le espera a Estados Unidos, así que el muro –de llegarse a construir- será parte de un pasado y por ahí de alguna postal que recuerde cómo, a veces, puede llegar tan alto –o tan bajo- la necedad humana.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

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