Por: Eduardo Jiménez J.
@ejj2107
Algunos años atrás va rondando entre los
grandes estudios un proyecto sobre una película que tenga como nervio central
los viajes a través del tiempo. Se piensa en Steven Spielberg como el
realizador idóneo dada su trayectoria (ET,
Encuentros cercanos…) y que su sola
firma es garantía de rentabilidad asegurada. Sin embargo, Spielberg está
abocado a otros afanes y los ojos giran entonces hacia Christopher Nolan, quien
venía de cosechar enormes éxitos de crítica y público gracias al reboot batmánico; y tras anunciar que se
alejaba definitivamente de una cuarta entrega del hombre murciélago, se
enfrasca en el proyecto de Interestelar,
dándole un cariz bastante personal y exigencias al límite a su equipo de
producción, a una inversión que sobrepasó los 160 millones de dólares, razón por
la que coparticipan tres grandes productoras en la financiación.
Estamos en un futuro no muy lejano y la
tierra se extingue. Los estados nacionales o han desaparecido o se encuentran
sumamente debilitados. Todavía existe un orden en el planeta y frente a la
carestía de alimentos, se privilegia la formación como granjeros, regresando a
la etapa preindustrial. Se ha revisado los hechos más importantes de la
historia, como el primer alunizaje del hombre, considerado como políticamente incorrecto, y los ejércitos
del mundo han sido disueltos.
Frente a ese futuro apocalíptico, un reducido
grupo de científicos de lo que fue la
NASA busca formas de viajar en el tiempo, a fin de encontrar
un nuevo planeta que posibilite la continuación de la especie humana. Se especula
que una civilización más avanzada nos está “ayudando” con “puertas” que
conectan a otra dimensión. Frente al fracaso de misiones anteriores, se prepara
una última que se encargará de buscar esos nuevos mundos.
El tema es bastante sugerente y nos introduce
en teorías que tienen cierto asidero científico a nivel de hipótesis, como los
viajes en el tiempo a través de los agujeros
de gusano, teoría del físico Kip Thorne (inspirado en los agujeros negros del universo), quien ha
sido consultor en la preparación del guión, tomando como base la relatividad
del tiempo en el espacio y la gravedad.
Evidentemente que el gran referente de Interestelar es 2001: Odisea del espacio (1968), considerada la catedral de la ciencia ficción. Pero a diferencia del filme de
Stanley Kubrick, donde el hombre cruza el umbral a una nueva etapa ascendente
en la humanidad (un tanto en la onda new
age de ese entonces); en el filme de Nolan más bien se trata de la
supervivencia humana, de allí que todo es más “sucio”, hasta las tormentas de
polvo que asolan el planeta.
Existen ciertas coincidencias con el filme de
Kubrick: el “realismo” en la puesta en escena y
la “seriedad científica” con que fue elaborado el guión (el cual sufrió
bastantes modificaciones en su versión original), casi hasta parecer Interestelar un documental en los
primeros minutos (de hecho, en el comienzo, uno aprecia entrevistas a los
sobrevivientes de la tierra, como era el lugar de, literalmente, irrespirable),
centrándose en las posibilidades de los avances de la física teórica hasta el
presente. Pero si bien Kubrick no se dejaba apabullar por la base científica
del relato, en Nolan a veces cede al imperativo de explicar, como si se tratara
de la lección en una clase, absolutamente todo el desarrollo de la trama en la
parte de las conjeturas científicas, lo cual le quita cierto encanto a la
ficción.
Ya no hablemos de los personajes robóticos.
TARS es el HAL de 2001, aunque menos
arrogante y con más sentido del humor, convirtiéndolo casi en un personaje humano;
Cooper tiene el arquetipo de Bowman, aunque más temperamental, a diferencia de
la casi frialdad del otro; en 2001
también existe un viaje por el tiempo a través de un “agujero”, aunque menos
explícito y más atractivo visualmente; la Endurance,
la astronave que emprende la gran aventura, es el equivalente a la Discovery;
el espacio exterior, como lugar de un “horror frío y silente”, etc.
Existen otras influencias cinematográficas,
como ya se han anotado: El abismo de
James Cameron, Señales de M. Night Shyamalan, Misión a Marte de
Brian DePalma,
o Alien: el octavo pasajero de Ridley
Scott (inspirador de ese “universo sucio”).
Ello no resta la creatividad, el talento, ni
la exigencia de Christopher Nolan y su equipo (el coguionista, Jonathan Nolan,
tuvo que asistir a clases de física en un instituto científico a fin de
“empaparse” del tema). Las casi tres horas tratan de una gran odisea espacial,
quizás la próxima gran aventura del hombre. Es cierto que a veces se muestra
muy grandilocuente o enfática, como que estamos ante “la gran aventura”; pero
salvando esos excesos nos encontramos ante una película manejada con buen pulso
narrativo.
Todavía es muy temprano para determinar si
estará en el pedestal al mismo nivel de 2001,
ello solo el tiempo lo dirá. Personalmente me parece que no. Fue un gran
intento, es cierto, pero no llega a ese nivel (dicho sea de paso, frente al
tratamiento de la ciencia ficción que realizó 2001, la crítica no fue muy benévola con ella al momento de su
estreno, lo que solo ocurrió años después, hasta ser considerada una de las
mejores películas de todos los tiempos).
Posiblemente el filme de Nolan deje ese mismo
sabor extraño en el paladar, sobretodo si hacemos comparaciones con la trilogía
del hombre murciélago; lo que no le resta méritos propios a Interestelar y que estamos frente a un
filme que, de hecho, ya marcó un importante hito en el género fantástico.
INTERESTELAR [Interstellar]
Dir: Christopher Nolan
Guión: Jonathan Nolan, Christopher Nolan
c/ Matthew McConaughey (Cooper), Anne Hathaway (Amelia), Jessica Chastain (Murph), Matt Damon
(Dr. Mann), Michael Caine (Professor Brand) Ellen Burstyn (Old Murph), John Lithgow (Donald)
EEUU/2014/CF****/Estrenos