Wednesday, July 29, 2009

AL TERCER AÑO DEL GOBIERNO DE ALAN GARCÍA

Cuando cae el gobierno de Fujimori en el 2000, los partidos y agrupaciones políticas que tuvieron un perfil bajo en la década anterior, comienzan a tener una presencia más notoria en la escena política. Son partidos que quedaron maltrechos luego de las reformas fujimoristas en el plano económico y social, y por lo tanto más o menos deben acomodarse a este “nuevo Perú” que muchas veces no entienden bien y menos sintonizan en forma apropiada. Si bien van copando las instituciones democráticas y el aparato estatal, el alcance nacional es bastante reducido. Incluso el principal y más antiguo partido del país, el APRA, ya no tiene la proyección nacional de otros tiempos, debiendo compartir el escenario con agrupaciones independientes de carácter regional; y, cuando existen crisis graves como la de Bagua no cuenta con operadores políticos locales idóneos que solucionen el problema, debiendo recurrir el primer ministro, en persona, desde Lima. De allí que fue fácil arrinconar y golpear duro al viejo partido de Alfonso Ugarte, cargándole incluso con muertos que jamás existieron. Veinte años atrás era impensable que al partido aprista se lo pueda jaquear con tanta soltura.

Pero, si bien existe una carencia de proyección nacional de los principales partidos políticos, también se suma la carencia de la necesaria democracia interna a fin de elegir a sus dirigentes y tomar las decisiones conforme al principio “un militante, un voto”. La renovación dirigencial es un mito y la “dedocracia” practica común, resistiéndose mucho los partidos políticos ha democratizarse internamente, lo que relacionado con el escepticismo de hacer política de las nuevas generaciones hace que no se encuentren los mejores elementos dentro de las organizaciones partidarias, sino todo lo contrario. Cuando el ex presidente Toledo señalaba que el nuevo premier está en un tercer nivel, razón no le faltaba desde el punto de vista político (aunque la frase muy bien le pudo rebotar a él, como en efecto ocurrió). Ante la carencia de una figura respetable de primer rango para tan importante cargo, a AGP no le ha quedado más remedio que echar mano de un político que pertenece a las filas secundarias de su partido. Faltan operadores políticos idóneos, sobretodo a nivel regional, que tengan la autonomía necesaria, la autoridad y respeto de su comunidad, así como la habilidad política suficiente para solucionar los conflictos. Volviendo otra vez a Bagua, el conflicto debió ser resuelto a nivel regional y nunca debió ocurrir la tragedia subsecuente. Ello nos lleva a plantear otras cuestiones de balance como ¿hasta qué punto son eficaces los gobiernos regionales?, ¿qué están haciendo por mejorar la calidad de vida de su población?

A lo anterior se suma el supuesto giro aprista hacia “la derecha”, lo cual engloba muchos elementos. Más allá de la oposición que se haga al partido aprista por su “viraje político” (bastante discutible en términos absolutos), no se puede negar que haciendo comparación se encuentra en una posición más estable que “el toledato” en su tercer año. Muchos recuerdan que las cifras de aceptación hacia el presidente Toledo eran de apenas un dígito y los escándalos del entorno familiar pan de cada día, y así y todo pudo terminar su mandato. Por eso, es poco probable que la estrategia desestabilizadora que pretenden ciertos grupos radicales de resultados al igual que en Ecuador o Bolivia (aparte que nuestra realidad es muy diferente a la de estos países), estrategia que incluye mucha desinformación como en Bagua y que ha sido desmentida no solo por la Defensoría del Pueblo, sino por propios observadores internacionales que han constatado in situ que no se produjo ninguna masacre de nativos. Incluso esta estrategia desestabilizadora puede ser perjudicial para esos mismos grupos y beneficiar a la derecha autoritaria con la consigna imperante de “Orden”. En política nadie sabe para quien trabaja.

Naturalmente que esperar cambios en los dos años que restan al gobierno de AGP es como pedir peras al olmo (y su reciente mensaje a la nación lo confirma). Seguirán en lista de espera temas como la reforma del estado, la reforma tributaria, la inclusión social, la democratización horizontal, reparto más equitativo de la renta nacional, consulta de leyes a la sociedad civil, igualdad de oportunidades, entre otros temas más. Más bien, por la composición del nuevo gabinete, parece que se prepara para tiempos difíciles, colocando “halcones” de línea dura en ministerios clave para la seguridad, mientras se va preparando para las explosiones sociales que irán aumentando a partir del 2010, conforme nos acerquemos a las justas presidenciales. Que algunas de esas ebulliciones sociales tengan un ingrediente agregado de manipulación política, lo tienen, sin perjuicio de la legitimidad de las demandas. Habría que ser o muy ingenuo o muy calculador para decir que son protestas sociales “puras”. Operadores políticos de izquierda, simpatizantes de la línea chavista y el “socialismo del siglo XXI”, saben magnificar muy bien las protestas, que en eso son buenos, siendo la confrontación más fuerte conforme nos acerquemos al 2011.

Si por el lado del oficialismo tenemos a un gobierno más o menos arrinconado (y que busca “oxigenarse” y salir del jaque con las propuestas de participación popular anunciadas por el presidente), por el lado de la oposición no podemos decir que sea una oposición congruente, con una alternativa de gobierno viable, sino todo lo contrario: encontramos fragmentación, balbuceos ideológicos y cero ideas prácticas de gobernabilidad, más allá de algunas frases clichés. El espectro va desde una derecha tugurizada, comprendiendo al ala liberal y democrática y concluyendo en la derecha de signo autoritario; y una izquierda que va perfilando candidatos variopintos que no están muy convencidos de la opción Humala, y si bien tienen pocas opciones, por lo menos se harán conocidos. En el medio, un centro que todavía nadie llena en su cabalidad, por eso la propuesta de Lourdes Flores de confluir una fuerza de centro no era descabellada, aunque sí inviable por el apetito personal de muchos aspirantes a la banda presidencial que difícilmente abdicarán de sus aspiraciones.

¿Habrá algún outsider esta vez? Difícil saberlo, es poco probable, aunque nada está dicho. Humala ya perdió el encanto de la novedad y ahora es parte del sistema político que tanto denostó en la campaña del 2006, tratando más bien desesperadamente de quitarse todo signo de radicalismo y presentar una imagen de nacionalismo “light” que haga más potable su candidatura para los electores de centro e incluso de derecha moderada. Por eso su conversación con Mario Vargas Llosa en España, para que el célebre escritor no crea que es “el cáncer” de la política peruana y que él no tiene “nada que ver” con Hugo Chávez. Como irónicamente se dijo, el laureado escritor debió haberse matado de la risa con esa entrevista que haría las delicias de “Pantaleón y las visitadoras”.

En ese contexto entraremos a un 2010 agitado, posiblemente saliendo de la crisis económica mundial que afectó nuestras exportaciones no tradicionales, y una serie de “avivatos” de distinto pelaje que querrán pescar a río revuelto.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Tuesday, July 21, 2009

NICARAGUA A TREINTA AÑOS DE LA REVOLUCIÓN SANDINISTA

Nicaragua principalmente exporta materias primas. EEUU es su principal mercado; aunque como sarcásticamente se comenta, la principal exportación es mano de obra barata, “nicas” que van en busca de un mejor futuro para su familia. Se estima que viven fuera de su país un millón y medio de nicaragüenses, la mitad en Estados Unidos, convirtiéndose en el principal “motor” de la economía nacional las remesas que envían a sus familias. El salario mínimo de un trabajador es de apenas 90 dólares al mes, uno de los más bajos de Centroamérica. Nicaragua es considerado el segundo país más pobre en el hemisferio occidental, después de Haití.

Una de cada 4 mujeres adolescentes, entre 15 a 19 años de edad, ya son madres o están embarazadas. Uno de cada tres nicaragüenses sufre desnutrición. En educación básica, terminar los seis años obligatorios de escolarización lleva un promedio de 10,3 años, y solamente un 29% de los niños y niñas terminan la escuela primaria.

Internet es todavía un artículo de lujo. Su uso está limitado tanto por los costos de conexión (US $ 100.00 por mes) como por el escaso acceso de áreas cubiertas; aunque los cibercafés (cabinas públicas) está permitiendo un acceso mayor al servicio, principalmente en las ciudades.

En cuanto a institucionalidad, el poder judicial sufre las presiones del poder político y, en impuestos, carece de un sistema eficiente de recaudación y casi todos buscan evadir sus obligaciones tributarias. Sobre cómo se entiende el poder, luego de la caída de los Somoza se repartió la riqueza de los vencidos entre los principales líderes del victorioso Frente Sandinista de Liberación Nacional. Fue la conocida “piñata”, el botín de guerra de los vencedores.

Todo lo reseñado suena conocido. Matices más o matices menos, es lo que sucede en muchos países de América Latina: pobreza, falta de igualdad de oportunidades, diferencias sociales y económicas abismales, atraso educativo y cultural de la población, economía basada en materias primas, y corrupción, abundante corrupción. Sin embargo, estamos hablando de un país que vivió desangrado por una cruenta guerra civil. De un proceso revolucionario con el objetivo de cambiar las cosas. La toma del poder por el FSLN en 1979 fue el segundo caso exitoso después de Cuba de una guerrilla que tras una insurgencia armada se hacía del control político y militar de un país. Luego de Nicaragua no ha existido otro proceso insurgente que haya tenido similar resultado.

¿Qué pasó?, por qué fracasó el proceso de reformas y Nicaragua es un micro país de Centroamérica que ahora debe aferrarse desesperadamente a la chequera de Hugo Chávez. Creo que no se debió a una sola causa, sino a varias. No fueron solo los “contra” y el implacable bloqueo norteamericano en los ochenta como se justifica para los errores; también contribuyó el contexto internacional, con una AL que por aquellos años viraba hacia procesos democráticos, abandonando los grupos radicales las estrategias de “tomo del poder” por la vía armada y, por supuesto, el derrumbe del “socialismo real” que afectó cualquier proceso revolucionario. Una causa menos estudiada es el elemento cultural para entender ese atraso, que se reflejó en la repartija de los bienes de los Somoza y sus allegados del poder entre los vencedores, entre ellos Daniel Ortega. Pero ese proceder corrupto no fue exclusivo de la izquierda, la derecha cuando gobernó Nicaragua con Arnaldo Alemán a la cabeza estuvo signada por un proceso de enriquecimiento ilícito y dádivas a sus allegados nunca antes vistas. Ahora, Alemán y Ortega han acordado un pacto tácito de convivencia y usufructo del poder. Como dice el conocido adagio popular “Dios los cría…”. Por esa razón algunos marcaron distancia del gobierno sandinista, como el sacerdote y poeta Ernesto Cardenal, hombre de la primera hora de la revolución que ahora vive en su país juicio tras juicio por las denuncias de corrupción que ha hecho contra el gobierno de Ortega. Esa forma de pensar al país como feudo, “como chacra”, es típica de los países atrasados. La institucionalidad es un cascarón vacío. Nicaragua vive en la “maldición bíblica” del atraso como cualquier país subdesarrollado luego de 30 años de revolución, maldición de la cual parece no tener escapatoria.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Tuesday, July 14, 2009

HONDURAS

Las cosas, por lo general, no son blancas o negras, y el golpe de estado en Honduras no es la excepción. Tiene distintas aristas desde donde puede analizarse.

La primera es naturalmente la política, que a su vez tiene dos escenarios: el interno y el internacional. En el interno fue una solución “manu militari” a la creciente tensión entre un ejecutivo cada vez más cercano al chavismo y deseoso de cambiar una “constitución pétrea” o irreformable como la hondureña a cualquier precio a fin de poderse reelegir (sobre “las constituciones pétreas” volveremos más adelante), en un claro enfrentamiento con el poder legislativo, el órgano electoral y hasta la propia iglesia hondureña. La estrategia usada por Zelaya fue la misma que se ha repetido en otros países: ganarse la voluntad popular con algunas reformas y discursos radicales y acto seguido consultar plebiscitariamente la reforma de la constitución y obtener un mandato cuasi vitalicio. La tensión llegó a su cenit cuando el presidente Zelaya contra viento y marea, y pese a estar impedido constitucionalmente, quiso realizar su plebiscito reeleccionista, trayendo el material electoral desde Venezuela dado que había sido prohibido en su propio país de efectuar la consulta (según la carta política hondureña, las reformas constitucionales solo se pueden realizar por medio del Congreso, de acuerdo al procedimiento que se establece en el artículo 373º del texto constitucional). La reacción inmediata del Poder Judicial fue declarar inconstitucional esa consulta y de allí estaba a un paso la destitución del presidente por ir contra la principal norma política de una nación.
Es decir, previo a la destitución de Zelaya existió por parte de este un quiebre del orden constitucional, por lo que estaba en falta no solo ante el país sino ante el estado de derecho.

Pero, el escenario internacional ha sido más llamativo y colorido, con una OEA principista que condenaba el golpe, una un tanto más lejana UE que hacía lo mismo, así como una serie de presidentes regionales de distintos matices que no les quedaba otra cosa que también condenar el golpe. En ese escenario internacional ha tenido un papel protagónico Hugo Chávez. Curiosamente aparece como defensor del sistema democrático, respaldado desde Cuba por Raúl Castro, mientras el compañero Fidel alertaba desde el diario Granma contra los golpes de estado y el quiebre del orden constitucional. Sorpresas te da la vida.

Lo acaecido no pasaría de una comedia de equivocaciones y enredos que harían delirar al mismo Shakespeare, sino fuera porque en ese juego de poderes Chávez sabe muy bien que tiene todos los ases con él para presionar por el retorno de Zelaya al poder. La OEA, los presidentes regionales y hasta el propio presidente Obama no pueden hacer otra cosa que condenar el golpe. Por principio no les queda otra. La pregunta es si Hugo Chávez no obtiene un triunfo diplomático reponiendo a su alfil Zelaya en la presidencia, usaría la fuerza bruta a través de su otro alfil, la Nicaragua de Daniel Ortega. Allí sí el panorama se complicaría y lo que era un conflicto político interno se trastocaría en uno regional. Particularmente creo no lo va a hacer, por más que ganas no le falten. Estados Unidos ha tenido una actitud principista, incluso ha exigido la reposición de Zelaya, quitándole el protagonismo primigenio a Chávez, pero de allí no ha pasado. Por política de estado sabe que no le conviene reponer a un aliado del chavismo en la región y posiblemente busque a través de otros presidentes regionales más “amigables” una salida negociada como adelanto de elecciones o, en el peor de los casos, una reposición del presidente depuesto pero solo para que acabe su mandato sin poder reformar la constitución ni proponer plebiscitos, lo cual zanjaría el impasse político (quien está asumiendo ese papel de buen componedor es el presidente de Costa Rica y premio Nóbel de la paz, Óscar Arias).

Pero, hay otro hecho, más bien jurídico, que legitima la destitución del presidente Zelaya y que pocos han reparado: su constitución política.

Honduras tiene lo que se conoce en derecho constitucional como “constituciones pétreas”, constituciones que contienen cláusulas inmodificables o irreformables a fin que ningún gobierno pueda cambiar a su antojo la carta política. La República Federal Alemana fue la precursora en la pos guerra en cuanto a la inmodificación de ciertos artículos de su carta política, como el referido a los fundamentos del orden estatal o a los partidos políticos que tiendan a desvirtuar o eliminar las bases de la libertad y la democracia. La explicación naturalmente se debe a lo que significó el nazismo, no solo para los alemanes sino para el mundo.

Revisando la constitución hondureña nos encontramos con el artículo 374º que establece –cito textualmente-:
“No podrán reformarse, en ningún caso, el artículo anterior [que establece el procedimiento de reforma de la constitución, N.A.], el presente artículo, los artículos constitucionales que se refieren a la forma de gobierno, al territorio nacional, al período presidencial, a la prohibición para ser nuevamente Presidente de la República, el ciudadano que lo haya desempeñado bajo cualquier título y el referente a quienes no pueden ser Presidentes de la República por el período subsiguiente”. (En negrita nuestro)

O citemos in extenso el primer párrafo del artículo 375º referente a la inviolabilidad de la constitución:
Esta Constitución no pierde su vigencia ni deja de cumplirse por acto de fuerza o cuando fuere supuestamente derogada o modificada por cualquier otro medio y procedimiento distintos del que ella mismo dispone. En estos casos, todo ciudadano investido o no de autoridad, tiene el deber de colaborar en el mantenimiento o restablecimiento de su efectiva vigencia…”. (En negrita nuestro)

En cuanto a la reelección presidencial, el artículo 239º es bastante explícito en la prohibición a ser reelecto el presidente en ejercicio, como en las sanciones que recaerían en aquel mandatario que intente modificar la restricción constitucional:

“El ciudadano que haya desempeñado la titularidad del Poder Ejecutivo no podrá ser Presidente o Vicepresidente de la República.

El que quebrante esta disposición o proponga su reforma, así como aquellos que lo apoyen directa o indirectamente, cesarán de inmediato en el desempeño de sus respectivos cargos y quedarán inhabilitados por diez (10) años para el ejercicio de toda función pública”.
(En negrita nuestro)

Como se aprecia, nadie, ni el propio presidente de la república, puede modificar el tiempo del período presidencial o la prohibición para ser nuevamente presidente, menos modificar la constitución política por procedimientos ajenos a esta. Por eso Zelaya se encontraba en falta cuando intentó reformar vía plebiscito la constitución para hacerse reelegir. La propia constitución lo prohibía.

*****

El problema con las “constituciones pétreas” es que otorgan una rigidez absoluta a la ley fundamental de un estado, convirtiéndola en algo así como un “texto sagrado” inmodificable por siempre y para siempre, ajeno a los cambios políticos, sociales, económicos e históricos; lo cual tiene su ventaja, en cuanto hace imposible que cualquier gobernante ambicioso y sin escrúpulos pretenda cambiar a su antojo el texto constitucional bajo apercibimiento de ser sancionado (como le ocurrió a Zelaya). Pero, por otra parte –prosiguiendo con la discusión constitucional- las leyes (la constitución política al final de cuentas es una ley) deben ser más bien flexibles, adecuarse a los tiempos y circunstancias; aunque, en el caso de la carta política, no tanto, a fin que no pueda ser cambiada por cada gobierno de turno, sino manteniendo un grado adecuado de flexibilidad que permita modificaciones necesarias (un ejemplo de constitución que no es imposible de cambiar pero tampoco inmodificable absolutamente es la peruana de 1993 y su antecesora de 1979, mantienen cierta flexibilidad dentro de la seguridad que debe contener el texto constitucional).

Volviendo al affaire hondureño, evidentemente que se encontraba justificada la deposición del presidente Zelaya. Si el primer mandatario no respeta la constitución que juró defender y hacer cumplir, sino más bien se la quiere traer abajo cueste lo que cueste, se encuentra en falta ante su pueblo y ante las instituciones de su propio país. Lo malo fue la forma para defenestrarlo, dado que el uso de la fuerza armada lo convierte sin querer en “abanderado de la democracia”, calificativo del cual Zelaya se encuentra muy distante y aprovechable subsecuentemente por las fuerzas del chavismo para imponer su forma de gobierno en la región.

Una segunda reflexión que nos trae el caso hondureño es cuan débil es el estado de derecho en muchos países de América Latina, a tal punto que se puede cambiar o pretender cambiar al antojo del gobernante de turno la principal ley que tiene una nación y vaciar de contenido a las instituciones y convertir al sistema democrático en una formalidad, donde el ciudadano acude a sufragar cada cierto tiempo por la re reelección del presidente, como ocurrió en los años 90 en Perú con el presidente Alberto Fujimori (les guste o no a los países y amigos “chavistas”, pero el “mentor moderno” en el continente del sistema autocrático con apariencia de democracia que tienen los países bajo la órbita del ALBA fue Alberto Fujimori, cuando hace 16 años cambió la constitución política para hacerse reelegir).

El otro hecho es constatar una vez más la ineficiencia de la OEA para solucionar los conflictos regionales. Más allá de la condena principista no ha tenido un efecto práctico su actitud que no dice nada sobre el vaciamiento de las instituciones democráticas y la cada vez mayor falta de libertad de expresión en los países de raigambre chavista. Parece no importarle la autocracia que se va consolidando en la región con tal que se cumpla con el formalismo de elecciones cada cierto tiempo. La pregunta obvia que se desprende es si es necesario seguir manteniendo un organismo así o es mejor buscar otros foros más eficaces para el mantenimiento de la democracia y la solución de los conflictos en la región.

Como sucede en todo impasse político, la solución vendrá de la misma política, muy al margen de lo que diga o no diga el texto constitucional, y la solución política será de acuerdo a la correlación de fuerzas tanto interna como externamente: Quien tenga más fuerza y capacidad de maniobra impondrá su agenda para la salida del impasse.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Tuesday, July 07, 2009

BLOGUEROS MERMELEROS

Dícese de aquellos que mediante un blog encomian o ensalzan un producto o un servicio a cambio de una retribución económica u otro tipo de beneficio.

El fenómeno de los “blogueros mermeleros”* ha crecido enormemente en Estados Unidos, donde bajo el ropaje de aparentes comentarios objetivos encomian un producto determinado, induciendo a otros consumidores a comprarlo bajo la idea que es bueno y vale la pena adquirirlo. Así por ejemplo Daniel García, apodado en la red como “The consumer king” y colaborador habitual del blog Theconsumerqueen.com, estaba fascinado con una nueva aspiradora. Sus elogios no tenían límites: “Desde que abrí la caja hasta el momento que aspiré el suelo de la habitación de mi hijo, estuve gratamente sorprendido… No se lo digas a mi esposa, pero con este aparato no me importa pasar la aspiradora”, concluía en su nota encomiástica.

Hasta allí todo puede parecer normal, pero lo cierto es que el “bloguero mermelero” en cuestión recibía una suma de dinero de la compañía fabricante de la aspiradora, cosa que no mencionaba en su ditirámbico elogio. Y así hay varios más que se hacen pasar por críticos imparciales de un producto y están recibiendo dinero de por medio de la empresa auspiciadora.

Esto ha llevado a que el gobierno norteamericano a través de la Comisión Federal de Comercio busque mayor trasparencia en los medios electrónicos, no solo los blogs, sino también medios tan usados por los jóvenes como Twitter, donde se ha detectado que algunos anunciantes pagan a usuarios a fin que escriban comentarios breves sobre productos. En otras palabras, no son críticos objetivos e imparciales, sino vendedores o promotores de un bien determinado, existiendo una relación comercial con la empresa fabricante o distribuidora, lo cual naturalmente “nubla” la objetividad del comentarista.

Cada vez van cobrando más importancia los blogs como medio alternativo a la difusión convencional de ideas o creencias, lo cual es bueno, pero por un principio de trasparencia es bueno también que aquellos que son promotores de productos lo declaren en su portal. “Me pagan por decir esto”, oficio nada censurable, es una forma de ganarse la vida, pero se debe ser trasparente en señalar que se recibe contraprestaciones económicas o beneficios de cualquier índole por escribir un comentario favorable sobre un bien o servicio.

Siempre existe el “contrabando” de ideas y la aparente objetividad, no solo por razones políticas o ideológicas –que es lo más común por acá-, sino por razones económicas. Aunque por estas tierras los “blogueros mermeleros” creo que serían más “baratitos”, de repente por un par de zapatillas, un jean “de marca” , unas entradas a un concierto o “un sencillo” que le sobre, venderían su pluma. En esta parte del mundo los precios son más módicos.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es


* En Perú se dice “mermelero” a la persona que pide o recibe, casi siempre de manera oculta, una retribución económica o algún beneficio a fin de hacer algo (ejemplo: ayudar a ganar una licitación o un concurso) u omitir hacerlo (ejemplo: no imponer una multa), y que muchas veces se encuentra reñido con la legalidad. Si bien lo más común es encontrar “mermeleros” en el sector público, en el privado también existen.

Wednesday, July 01, 2009

LA REFORMA AGRARIA: 40 AÑOS DESPUÉS

¿Fue exitosa o no la reforma agraria? Si lo enfocamos desde la producción y productividad del campo evidentemente que no, fue más bien un sonado fracaso. Ello no se puede negar. Después de cuarenta años de iniciado el proceso de reforma de la tenencia de la tierra todavía se sienten sus secuelas en el campo. Se pasó del latifundio, de la concentración de la tierra en pocas manos, al minifundio, a la microparcelación entre los campesinos, que sin el apoyo técnico y créditos necesarios zozobraron en una economía de sobrevivencia. A ello se sumó el control de precios de aquel entonces, mecanismo por medio del cual literalmente el campo pasó a subsidiar los productos de panllevar a la ciudad, así como el control del mercado por una red de intermediarios que eran y son los que se quedan con la parte más lucrativa del negocio de los alimentos. Igualmente minó contra la reforma la cooperativización de las haciendas cañeras de la costa norte. Estas habían traído el proceso de industrialización al campo, a diferencia de las haciendas de la sierra, más enclavadas en la perspectiva tradicional del señor feudal y su vasallo. Ese proceso de industrialización fue interrumpido al pasar la administración a sus trabajadores, en una suerte de cooperativas agrarias de producción. Las pérdidas eran tan grandes que el estado tuvo que intervenir para que no quiebren. Ya no hablemos del pago con bonos que se les entregó a los propietarios de las haciendas expropiadas, bonos que sucesivos gobiernos nunca han honrado.

Fue un estruendoso fracaso la “estrella” de las reformas del gobierno militar de Juan Velasco Alvarado (1968-75). El patrón ya no comerá de tú pobreza recitaba el eslogan de la época: la pobreza se comió al campesino. Sin embargo, existe un hecho sicológico y cultural que fue importante para desatar las amarras del Perú tradicional y surcar este nuevo Perú que todavía está definiéndose: el campesino dejo de ser vasallo, ente cosificado sin derechos, para elevarse a la categoría de persona con derechos inalienables. Eso crea una sensación de dignidad, que es la compuerta para entrar a la categoría de ciudadano. El acceso a la educación y a las grandes ciudades de los campesinos que migraban por las escasas oportunidades del campo fue construyendo el nuevo Perú. Curiosamente un fracaso económico posibilitó un fenómeno sociológico.

Ahora estamos yendo otra vez al extremo anterior del péndulo: la legislación y las políticas agrarias están encaminadas hacia la concentración de la tierra en pocas manos. La “privatización” del campo fomenta la concentración del capital, lo que si bien posibilita una economía agraria a escala, también genera que el poder económico se detente en pocos, y eso a la larga nunca es bueno.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es