Por: Eduardo Jiménez J.
@ejj2107
Como que el referéndum griego del 5 de Julio
ratificó que los sufridos helenos no quieren más recetas de austeridad
decretadas por la “troika” (el FMI, el BCE y la Comisión Europea) y que
únicamente aumentan el índice de paro (25% de la PEA griega, 50% a nivel de
jóvenes) y recesión. Nosotros, en América Latina, lo sabemos por experiencia
propia: el FMI nos “recomendaba” eliminar gasto social a fin de tener más
dinero para los pagos. Al final nos hundíamos en mayor recesión, mayor
desempleo y mayor pobreza. Es un círculo vicioso que solo asegura el pago a los
acreedores y la inopia de los deudores.
En un ejercicio de democracia directa, la
ciudadanía griega decidió. Existe un mandato claro de no más medidas
draconianas.
¿Qué pasará ahora?
Creo que más allá de las posiciones extremas
en ambos lados, tanto de los acreedores que dan por hecho que Grecia sería
expulsada de la zona euro, como de los deudores más radicales que buscan salir
del euro para resolver sus problemas “a lo griego”; lo cierto es que tanto el
primer ministro Alexis Tsipras como la
dama de hierro Angela Merkel se encuentran buscando salidas intermedias.
Por el momento Tsipras ya ofreció “la cabeza” de su carismático y poderoso
ministro de finanzas, el heterodoxo Yanis Varufakis, sobre quien han recaído
las mayores críticas por no llegar a un acuerdo con los acreedores; así como un
compromiso como gobierno bastante más cercano a lo que recomendaban los
europeos.
La solución es más política que técnica; y,
parece, que parte de los acreedores se han dado cuenta.
Si Grecia sale de la eurozona, posiblemente
caiga en las manos de Rusia y China, sobretodo esta última, con ayuda de dinero
fresco, que lo tiene en abundancia.
Se pensaba que Argentina, luego del default con los llamados fondos buitre, iba a caer en una
recesión tipo la de 2001, y no fue así gracias al dinero de los chinos, que le
pagan en efectivo la soja que exportan.
Grecia puede tomar medidas similares, con el
beneplácito del partido gobernante, Syriza, que es un frente que agrupa, entre
otros, a varios marxistas ortodoxos que no le hacen asco al “capitalismo
chino”. Si a ello le agregamos que Grecia pertenece a la OTAN y geopolítcamente
es estratégica, el panorama no es muy halagador para los europeos y los propios
norteamericanos.
Añádase a ello que si Grecia es excluida,
vuelve a “imprimir” su moneda nacional, con lo que haría competitivas sus
exportaciones y se volvería un lugar “barato” para el turismo europeo y yanqui,
con ingreso sin restricciones de euros y dólares.
De allí que la Merkel y los más moderados
estén dispuestos a seguir negociando “una salida” que no implique la exclusión
de Grecia. Aparte que una exclusión griega, por más que sea un país pequeño,
afectará al euro en beneficio del dólar, que se fortalecería de nuevo como
moneda universal dominante.
Ojalá se imponga la sensatez. No vaya a
suceder, como en épocas pasadas, que por imponer condiciones ignominiosas a la
parte más débil, se desencadene un curso en la historia inimaginable para los
que se mostraron más intolerantes. Eso sí sería realmente una tragedia griega para todos los actores
del drama.
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