Eduardo Jiménez J.
jimenezjeduardod@gmail.com
@ejj2107
Es el título de un artículo de Berit Knudsen aparecido el 3 de Julio de 2025 en el portal El Montonero (https://elmontonero.pe/columnas/canones-y-seduccion-anatomia-del-poder-inteligente). Resumiendo, el artículo trata del ejercicio combinado del poder duro con el poder blando por parte de China en sus relaciones internacionales. Para nosotros, en América Latina, usa el poder blando (créditos a bajo interés, inversión en infraestructura, becas para universidades chinas, etc.); mientras para sus vecinos como Taiwán o la India usa el poder duro de la amenaza con las armas.
Existe
una combinación de ambos, nos dice la autora, cuando un estado se sale de los
parámetros o de los intereses chinos. Puede retrasar créditos, detener
inversiones o exigir el pago inmediato de una deuda. Vamos, la política del
garrote y la zanahoria, tantas veces usada.
La
usó el imperio inglés en el siglo XIX con los nacientes estados en la América
española, que comenzaron su vida independiente hipotecados a Inglaterra. Lo usó
también EEUU en el siglo XX, con el añadido de invasión a algún país pequeño si
osaba contrariar los intereses de Washington o cobrar impuestos a una empresa
norteamericana, como sucedió con el gobierno de Juan Jacobo Árbenz en la
Guatemala de los años 50.
No
hay nada nuevo bajo el sol, pero sí una señal de alerta que China, como
cualquier imperio, resguardará de una u otra manera sus intereses extramares,
algo que no se debe olvidar.
EEUU
en el presente siglo se desentendió de “su patio trasero” (América Latina),
dejando de invertir en la región y dejar de ser interés geopolítico. Ese vacío
lo ocupó China con su política blanda en la región. Evidentemente no es
gratuito su interés en nosotros: materias primas, estabilidad, posición
geopolítica estratégica, nueva ruta de la seda.
Pero,
el otro lado de la moneda está en el segundo gobierno de Trump que ha decidido
desempolvar el garrote para amenazarnos. Como en los viejos tiempos. Esta vez
no nos amenaza con una invasión de los marines, sino con los
aranceles. No le interesa que exista un tratado de libre comercio. Le tiene sin
cuidado el derecho internacional.
Esa
política internacional de amenazas directas conseguirá que muchos estados
acepten los regalos chinos de los créditos blandos y las inversiones. A pesar
que pueden ser regalos envenenados. Con su política, Trump le hace un gran
favor al rival actual de Norteamérica.
No
es la primera vez que EEUU se equivoca de estrategia. Con su fobia a los
migrantes y a todo gasto superfluo, ha recortado la inversión a los institutos
científicos y el dinero será gastado … en cárceles para migrantes. No es
necesario ser demasiado zahorí para deducir que el resultado será que de aquí a
algunos años EEUU dejará de liderar los avances científicos y tecnológicos en
el mundo y el lugar lo ocupará China. Algunos, con cifras en la mano, dicen que
estamos ante la decadencia del imperio norteamericano, como en su época otros
imperios desaparecieron. Lo cierto es que Trump acelera el final y con ganas.
Lo recomendable para un país como Perú, con un PBI mundial bastante pequeño, es no hipotecarse demasiado a un solo país. Como recomendó el desaparecido ex canciller José Antonio García Belaunde, debemos mantener una saludable equidistancia, tanto de China como de EEUU. O, como dice el conocido refrán Ni tan lejos que no caliente, ni tan cerca que te queme.
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