Por: Eduardo Jiménez J.
@ejj2107
Fosse se hizo conocido en el cine con el filme Cabaret (1972), superpremiado y que
posibilitó la independencia en su siguiente largo, Lenny, sobre la vida del
controvertido y, para la época (años 50), obsceno stand up comedian; pero gana
en complejidad y sutilezas con All that
jazz (estrenada como El show debe
seguir en habla hispana), llevándose la Palma de Oro en el Festival de
Cannes de 1980.
Biografía nada encubierta del propio Fosse a través del
coreógrafo Joe Gideon interpretado por Roy Scheider, quien inicia todas las
mañanas una agitada “puesta en escena personal” con la ducha diaria, el
cigarrillo, los estimulantes y los antiácidos.
Fue el prematuro anuncio de
la muerte del propio Fosse en 1987, a los 60 años.
All that jazz quiso ser un testamento de lo que significaba
para él la vida del espectáculo: narcisista, con buenos y malos momentos,
vital, sensorial. Un hedonista que antepone el placer de los sentidos a la
razón. Una reflexión de todo ello, una suerte de balance de una vida que se
cierra. Algunos lo emparentan con 8 ½ de
Fellini, aunque sea solo en la introspección del creador, porque los estilos
son muy distintos.
Es interesante también como combina diversos planos:
oníricos y reales, presentes y pasados, e interviene la propia Muerte en forma
de ángel (precisamente se llama Angélique)
interpretado por Jessica Lange, quien se llevara a Gideon en la última escena.
Porque para Joe Gideon/Bob
Fosse la vida era una fiesta. Ahora, a cuarenta años sigue tan vital como el
día de su estreno.
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