Por: Eduardo Jiménez J.
@ejj2107
Se debe reconocer la persistencia y organización de los
grupos de la derecha conservadora en materia de religión. Perdieron en el Poder
Judicial su demanda por eliminar la “ideología de género” de la currícula
escolar, y ahora su debate se concentra en dos espacios: el Congreso, donde
encuentran eco principalmente en Fuerza Popular, y la calle. Colocan banderolas
en las principales vías, reparten folletos, tienen consistencia sus
manifestaciones públicas. Hay que reconocer que se encuentran bien organizados;
y también que tanto grupos religiosos fundamentalistas evangélicos como
católicos se han asociado en la empresa. Para ellos, la “ideología de género”
no es solo la encarnación del mal, sino la punta de lanza para liquidar los
valores cristianos occidentales.
Sin proponérselo, estos grupos fundamentalistas, son
primos hermanos de los terraplanistas y de los que creen que en el centro de la
tierra viven hombres reptiles.
¿Es nocivo el enfoque de género en los textos escolares
como argumentan?, ¿en los colegios se promueven las “orgías sexuales” y las
relaciones anales como arguyen?
Hasta donde he podido informarme no es lo que dicen sus
detractores.
No existe en propiedad una “ideología de género”, sino lo
que se denomina un “enfoque de género” que es un instrumento útil para cambiar
ciertos estereotipos o patrones culturales que lastran sobretodo conductas
contra la mujer.
El clásico ejemplo y que todos lo hemos pasado de
chiquillos es que los “hombrecitos” no deben llorar, las “mujercitas” sí lo
tienen permitido; o los niños visten de azul y las niñas de rosa. Por citar
solo dos ejemplos aparentemente inocuos.
Es que si bien venimos delimitados biológicamente por
nuestros sexos, gran parte de nuestro desarrollo, incluyendo el sexual, es
cultural en todos los sentidos. Somos quizás los únicos animales en el mundo
donde la cultura nos fija pautas y modifica nuestra conducta y herencia
biológica.
Ese enfoque cultural es lo que se busca cambiar. Hablar
de sexo anal o de sexo oral a adolescentes y decirles que este no es tabú si
tiene el consentimiento de ambos, no significa que los mandemos a una orgía sin
límites. Es como hablarles del uso del condón. El recomendarle su uso a un
adolescente no es incitarlo a tener relaciones sexuales desaforadas.
El enfoque de género es más una herramienta de cambio de
ciertos patrones culturales, necesaria en sociedades patriarcales y machistas
como la nuestra que carga con patrones antediluvianos de conducta hacia la
mujer. Para muestra otro botón: no es casual que nosotros como país tengamos una
de las más altas tasas de feminicidio en el mundo.
Hace tiempo que se dejó otro patrón cultural: de que el
sexo solo es válido para la reproducción de la especie, como en los otros
animales, y como creen incluso ciertos congresistas. Claro, según su entender,
solo sexo dentro del matrimonio (religioso) y para fines únicamente
reproductivos.
Las palabras bíblicas del “creced y multiplicaos” contenidas
en el Antiguo Testamento, obedecieron a una época en que el mundo se encontraba
despoblado y la tribu de los judíos era minoría frente a otras etnias. De allí
la función reproductiva del sexo a que alude el texto religioso y que algunos
congresistas todavía la sostienen sin perturbarse.
En esta era de información al alcance de un celular, es
mejor que un niño o un joven se entere de ciertas cosas por voces informadas
que a través de páginas webs que explotan, eso sí, el sexo como mercancía. Un
respetado congresista de la tercera edad perteneciente a este grupo conservador
confesó en una entrevista que recién a los 24 años supo lo que era un
homosexual. Un niño lo sabe en estos tiempos.
Los grupos fundamentalistas, católicos o evangélicos, con
su proceder promueven, quizás sin querer, que los muchachos y muchachas busquen
información “a escondidas”, solo que ahora es más fácil que en la época de sus
padres. Olvidan también que su posición religiosa, respetable, solo es
aplicable en su grupo y en su familia no en el estado, que es laico. Es
totalmente válido que incluso tengan colegios religiosos donde enseñen lo que
proponen (y si quieren también que la tierra es plana y que existen los hombres
reptiles), pero las políticas públicas las fija el estado.
Sus posturas serían risibles, sino fuese porque un
fundamentalista religioso cree tener la única “verdad”, consiguientemente los
demás se encuentran equivocados y es válido su “exterminio” de ser necesario,
como sucede con ciertos fundamentalistas musulmanes.
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