Por: Eduardo Jiménez J.
ejimenez2107@gmail.com
@ejj2107
Las críticas a
las últimas iniciativas legislativas del congreso calificándolas de populistas,
se parece al paciente que observa la fiebre pero no cuál es la causa.
Restando
aquellas opiniones sesgadas por algún interés económico o por ideología, algo
de eso sucede ante las críticas a las recientes normas que promueve el ascenso
automático en el sector salud, la devolución de fondos en la ONP –y antes en
las AFP- o las que plantearían topes a las tasas de interés cobradas en el
sistema financiero.
Generalmente
las soluciones rápidas a problemas sociales o económicos complejos no ayudan
mucho pero, como la fiebre, denotan un síntoma: no existirían de no ser por
algo. Eso es lo que el Congreso ha captado bien. Con intenciones subalternas o
no, lo cierto es que ha sintonizado con los problemas que aquejan al ciudadano,
hoy agudizados con la pandemia y los constantes errores del gobierno central.
No son
soluciones salomónicas ni con gran reflexión, pero han sabido “oler” los
problemas no resueltos a lo largo de años y que han emergido con mayor crudeza.
Para muestra un botón: la reforma del sistema de pensiones público y privado
lleva dando vueltas hace años. Ninguno de los dos sistemas brinda una pensión
digna al trabajador, y ningún gobierno
como tampoco ningún congreso han querido coger al toro. Quizás por intereses
económicos que quieren que las cosas sigan igual. Intereses fácticos que le
dicen.
Lo cierto es
que las medidas “populistas” del congreso están poniendo contra las cuerdas a
un gobierno que sustenta su legitimidad en la popularidad del presidente; por
lo que no le queda otra a este que lanzar una “contrapropuesta” para llegar a
un punto medio, no volviendo las cosas al estado anterior. Es lo que ha
sucedido con la devolución de fondos en la ONP. Diremos como Galileo “pero se
mueve”.
El covid ha
desnudado la ineficacia de muchos gobiernos, incluyendo el peruano, por lo que
los dislates son cada vez más frecuentes. La solución no está tanto en
calificar como “el peor congreso” al presente para buscar un responsable,
tampoco en amenazar el ejecutivo con solicitar declaratorias de
inconstitucionalidad de las normas observadas, sino en buscar soluciones más
adecuadas antes que la olla explote. Recordemos que por ignorar una
problemática que se hacía cada vez más aguda y no hacer nada el establishment
político, fue que personajes como Chávez llegaron al poder por la vía
democrática y recordemos también cómo acaba todo. No esperemos llegar a ello.
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