Wednesday, November 04, 2020

RASHOMON: LA IMPOSIBILIDAD DE CONOCER LA VERDAD

 

Por: Eduardo Jiménez J.

ejimenez2107@gmail.com

@ejj2107

 

Un monje, un leñador y un ladrón esperan a que pase la lluvia en Rashomon, una de las puertas de entrada a la ciudad imperial de Kyoto. Para hacer tiempo reconstruyen una violación y asesinato del que tuvieron noticia. Así empieza Rashomon, la película que hizo conocido en Occidente a Akira Kurosawa y cuyo estreno acaba de cumplir 70 años.

 

Inspirado en dos cuentos de Ryunosuke Akutagawa (En el bosque y el que da título al filme) mediante el uso de flash backs cada narrador va dando la versión de los hechos. Ninguna coincide. En un momento hasta el muerto da su versión a través de una médium y tampoco va a coincidir. ¿Qué sucedió realmente? ¿Lo mató el ladrón, lo mató su propia mujer violada para irse con el ladrón o se suicidó la propia víctima para evitar la deshonra? Nunca lo sabremos.

 

Rashomon plantea la imposibilidad de conocer la verdad. El ser humano solo ve ilusiones de lo que cree es real; pero la esencia de esta le es inasible. El escepticismo coincide con el planteamiento filosófico de la película. El escepticismo plantea la imposibilidad del conocimiento veraz de toda verdad absoluta, por ello poner en duda todo es el método de análisis para llegar a una verdad relativa, nunca absoluta, dado que podrá ser rebatida por otra que aparezca después. El escepticismo es muy útil para hacer avanzar la ciencia y desterrar las creencias, incluyendo las espirituales. El escéptico está a un paso de ser agnóstico.

 

Por cierto, en el derecho también se utiliza. Si no se alcanza un grado certero de verosimilitud en los hechos expuestos, la acción quedará desestimada. En materia penal la duda favorece al reo. Si no se puede probar los hechos imputados en su contra como delito deberá ser absuelto. Es una garantía procesal a fin de evitar arbitrariedades en el juzgamiento. Igual sucede en los procesos civiles. Si el demandante no prueba la fundamentación fáctica, sustento de su petitorio, la demanda será desestimada. Quien afirma los hechos debe de probarlos.

 

Volviendo al filme, la escena final aborda una aparente solución a esta necesidad del hombre de creer todavía, y es tener fe en algo, aunque la realidad y el comportamiento humano digan lo contrario: Un bebe es abandonado en la puerta donde ocurre la discusión entre los tres personajes, y mientras el ladrón le roba las escasas pertenencias que tiene el niño, el monje lo protege en sus brazos y el leñador se lo lleva para criarlo, total dice, tiene 7 hijos y uno más no hará la diferencia, salvando al pequeño de una muerte inevitable.

 

Creer en algo, un poco para aferrarse a alguna verdad, a pesar que la realidad diga lo contrario y mantener viva como una llamita de luz esa verdad. Kurosawa en sus filmes de la madurez será un poco más pesimista en relación a este principio.

 

Rashomon ganó el León de Oro en Venecia, Kurosawa inauguró lo que en Occidente se conocería algunos años después como el cine de autor. Realizadores como Lucas y Coppola se reconocerían como tributarios suyos. Luego vendrían otros títulos bastante interesantes y un realizador que tuvo un pie en la cultura tradicional del Japón y otro en Occidente.


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