Por: Eduardo Jiménez J.
ejimenez2107@gmail.com
@ejj2107
Las marchas multitudinarias en Colombia por el aumento de impuestos obligó a Iván Duque a retroceder en la medida y presentar su renuncia el ministro de Hacienda.
Existe coincidencia en que las protestas en AmĂ©rica Latina se encontraban “dormidas” el 2020 por la pandemia y la cuarentena forzosa a que gran parte de la poblaciĂłn se vio obligada; pero reaperturadas las actividades econĂłmicas se vuelve a la realidad de los hechos: como muchos paĂses de AL en Colombia el covid trajo desempleo y pĂ©rdida de trabajos formales, afectando la economĂa de los hogares.
En ese contexto y ante la falta de ingresos del gobierno de Duque decidieron subir los impuestos. En renta ampliar la base tributaria, pagando el impuesto más personas con ingresos pequeños y el IVA (el IGV nuestro) subirĂa y gravarĂa más bienes. La idea al parecer era “sacar plata” de dĂłnde sea y la forma rápida es gravando renta de los trabajadores formales y subiendo el IVA.
La intensidad del malestar por la medida ha sido similar al del alza del boleto en el Metro de Santiago. Una pequeña chispa enciende la pradera. En Chile no pararon las protestas hasta la convocatoria de una Asamblea Constituyente. Quizás viendo esa realidad y con 16 muertos por las protestas, Iván Duque se haya querido curar en salud y retroceder en su reforma.
En nuestro paĂs el malestar social se ha canalizado en la votaciĂłn por Pedro Castillo, un outsider con socios de campaña bastante cuestionables como el ex gobernador de JunĂn, Vladimir CerrĂłn, sentenciado por corrupciĂłn y con lazos nada claros con gente del Movadef (ex Sendero Luminoso) y un plan de gobierno delirante que regresarĂa al PerĂş a los años 70 del siglo pasado.
No sabemos cĂłmo reaccionará la gente cuando salgamos de la pandemia, pero veo difĂcil que se pueda ejecutar medidas tributarias como las que intentĂł desafortunadamente el presidente Duque en Colombia.
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