Por: Eduardo Jiménez J.
ejimenez2107@gmail.com
@ejj2107
Son esas ironĂas que trae la historia. El Frente Sandinista de LiberaciĂłn Nacional con Daniel Ortega se ha convertido en lo que tanto aborreciĂł y por lo que murieron muchos nicaragĂĽenses: una dictadura. Ellos que emergieron a la vida polĂtica precisamente por luchar contra la dictadura de los Somoza, años despuĂ©s acaban convirtiĂ©ndose en lo que tanto aborrecieron.
Encarcelando a todos los opositores, al mejor estilo de las dictaduras folclĂłricas, Daniel Ortega acaba de rereelergirse, sumando con el nuevo perĂodo 20 años consecutivos en el poder. Y cĂłmo no podĂa ser de otra forma en una dictadura tropical, su mujer es la vicepresidenta. Todo queda en familia.
Son esas pesadillas que suceden en AmĂ©rica Latina. PaĂses con poca solidez democrática y más bien tendientes a gobiernos autoritarios, difĂcilmente pueden aclimatar un proceso polĂtico de democracia representativa. Para los actores polĂticos del autoritarismo, parafraseando a un conocido operador local, la democracia “es una pelotudez”.
Por lo general se combina autoritarismo con corrupciĂłn. Algo se veĂa venir en Nicaragua con la llamada “piñata” que fue la repartija en los años 80 de las grandes propiedades de los colaboradores de Somoza entre los entrantes revolucionarios sandinistas. Algo que en su momento denunciĂł EdĂ©n Pastora, militante de antigua data del sandinismo y que fue satanizado de “contrarrevolucionario” por la izquierda de ese entonces. Total, era un “gobierno progresista” y todo se perdona.
Curiosamente muchos gobiernos de izquierda terminan pareciĂ©ndose a lo que más aborrecieron en la derecha: una dictadura. Solo que en este caso no se denuncia tanto precisamente porque es “un gobierno de izquierda”. Se combina populismo con un lĂder carismático y termina la obra de teatro en hambruna del pueblo, corrupciĂłn y sin libertad, acompañado de nuevos millonarios que hicieron su fortuna al cobijo del rĂ©gimen. Por lo general todo comienza con una “asamblea constituyente”, el resto del libreto es conocido.
¿CĂłmo terminará la nueva dictadura en Nicaragua?
Posiblemente en un momento Ortega caerá, el asunto es si quien lo reemplace no se convierta en un nuevo Ortega, y la obra se repita solo que con nuevos actores.
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