Monday, October 20, 2008

LA VISIÓN DE LOS COMBATIENTES: A PROPÓSITO DEL FILME VIDAS PARALELAS

Las películas peruanas que tocan el tema del terrorismo son pocas todavía. Quizás el hecho traumático que significó la violencia terrorista y la relativa cercanía de los acontecimientos, amén que muchos actores del drama siguen vivos, no ha permitido procesar con serenidad lo ocurrido en esos terribles años y por ende ficcionalizarlos. Solitariamente, La boca del lobo (1988) y Días de Santiago (2004), cada una con enfoques y estilos totalmente distintos, siguen siendo las mejores representaciones en el cine de la temática terrorista.

Vidas paralelas es lo que podríamos llamar una película apologética y, por tanto, con un punto de vista y una carga ideológica declarada, no oculta. No creo que sea casual que la haya producido una universidad donde los militares todavía tienen presencia y que haya sido estrenada coincidiendo con el quinto aniversario del informe final de la Comisión de la Verdad – CVR. Podríamos decir que Vidas paralelas es el “anti-informe fílmico” a la CVR.

Pero, que una película tenga una carga ideológica y un mensaje declarados abiertamente no quita las bondades estilísticas que pueda tener. Dependerá del punto de vista del espectador o del crítico de cine valorar la propuesta de “reaccionaria” o no, de “encubridora de crímenes de guerra” o de “denuncia reveladora de hechos del pasado”, lo cual es ajeno a la calidad intrínseca de la película. Hay filmes que ideológicamente son “reaccionarios” (por ponerlo en esos términos), pero estilísticamente son muy buenos. Eso sucede cuando el realizador ha sabido “ocultar” su mensaje en la ficción, por lo que el mensaje subyacente no entorpece el discurso narrativo de esta; cuando pasa lo contrario (que el mensaje se sobrepone a la ficción), estamos solo ante el panfleto o la propaganda descarada.

Veamos que bondades y flaquezas se aprecian en Vidas paralelas.

La película tiene un buen comienzo, que cautiva al espectador. Con escenas rápidas y concisas, acompañado de buen pulso en las escenas de acción, nos adentra rápidamente en el tema. En un pueblito de Ayacucho incursionan los terroristas, matan a varios pobladores, secuestrando a otros, entre ellos un niño (Sixto) que con los años se convertirá en el brazo derecho del “camarada Teodoro” (un apenas camuflado Abimael Guzmán), mientras el otro niño (Felipe) será adoptado por el oficial del ejército encargado de la incursión militar, iniciándose así “las vidas paralelas” a que alude el título del filme, abarcando un arco temporal de veinte años aproximadamente.

El uso de la pantalla partida en que nos va narrando el discurrir de la vida de estos dos jóvenes (uno adoctrinado por Teodoro, el otro siguiendo los pasos de su padre adoptivo) gana en agilidad al relato, con una –baches más, baches menos- lograda primera parte. Sin embargo, en la segunda parte, flaquea, hasta desbarrancar en el epílogo conclusivo. Cuando se cambia la perspectiva de “las vidas paralelas”, con el protagonismo de la “camarada Bertha” (Jimena Lindo, como siempre muy buena) y su relación con Felipe, como que lo contado hasta ese momento ya no convence, como que la relación sentimental se nota forzada, impostada, fuera de lugar (incluso tenemos un “bache narrativo”: de la escena del encuentro casual de Felipe y Bertha, cuando se tropiezan en la calle, pasamos sin mayor resolución de continuidad al diálogo entre ambos posterior al primer combate amoroso de la pareja: una elipsis más rápida que un cuy eléctrico). Pero, donde ya desbarranca totalmente es en el juicio a Felipe, ubicado en la época actual (“post CVR”) y restaurada la democracia. Todo es demasiado esquemático, panfletario y burdo.

Incluso, y debido a este esquematismo, subliminalmente parece decirnos que en la época de la autocracia fujimorista todo estaba mejor o por lo menos se combatía más eficientemente al terrorismo, no como ahora que se le deja hacer de las suyas. Porque algo que no oculta la película es precisamente “la eficacia” con que se pudo actuar contra el terrorismo en los años noventa y que esta “guerra interna” no ha terminado, lo cual se grafica en la escena final donde apreciamos a Sixto dirigiendo un grupo terrorista dedicado al narcotráfico. Por tanto –es lo que dice implícitamente la película- se debe dejar actuar libremente a los militares a fin que terminen con el problema y no entrabar su accionar con juicios parcializados, mediáticos, engorrosos e injustos, que solo le hacen el juego al terror, suerte de “tontos útiles”.

Como decíamos líneas arriba, cuando el mensaje se sobrepone a la ficción, esta pierde su sentido y pasa a ser un filme panfletario o propagandístico, consiguiendo un efecto opuesto al deseado: que el receptor del mensaje (el espectador) no se lo crea. Es lo que le sucedió a Vidas paralelas.
Es muy respetable que los militares quieran “lavar su imagen” de los hechos acaecidos en la época del terrorismo. Tienen todo el derecho de plantear su punto de vista y cómo se sienten; pero, si se quiere hacer apología a favor de un grupo determinado, existen medios más eficaces, aprovechando mejor los recursos disponibles (que suponemos provienen de los ingresos de dicha universidad, al ser la productora del filme).

Para terminar, hay una cosa en que sí acierta la propuesta narrativa de la película: que la violencia terrorista no se debió a las condiciones de pobreza de la zona como machacona y simplistamente se ha sostenido, sino a la fanatización ideológica de un grupo altamente politizado. Quienes hayan conocido un senderista de verdad, sabrán que citaban los textos de Mao o del “camarada Gonzalo” como si fuesen citas de la Biblia, similar a esos grupos religiosos que en siglos pasados mataban “en nombre de Dios”. Eso pasa cuando la ideología la elevamos a dogma de fe, y es lo que le pasó a SL, generando la ola de violencia que desangró al Perú por más de doce años. Lástima que no haya podido ser tratado de forma más inteligente, los resultados hubiesen sido distintos.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es


VIDAS PARALELAS
Dir.: Rocío Lladó
Guión: Carlos Freyre
c/ Oscar López Arias (Felipe), Jimena Lindo (Bertha), Renzo Schuller (Sixto), Fernando Vásquez (Teodoro), Edgar Núñez (Alcalde), Rocío Lladó (La fiscal)
Perú/2008/Drama**/Cine/Estrenos

Tuesday, October 14, 2008

“EL KARMA DE GARCÍA”

Según las doctrinas religiosas orientales, el Karma son las acciones de un ser y su retribución. La causa y el efecto. En otras palabras, “pagamos” por nuestros actos, en esta vida o en la siguiente.

El primer gobierno de Alan García estuvo caracterizado por dos hechos que marcaron su administración: la inflación que llegó a niveles astronómicos y la corrupción que también llegó a niveles siderales.

Si bien parecía querer desligarse de estos dos pesados lastres de su primera administración, ambos, poco a poco, subrepticiamente, sin que nadie lo note, han retornado como si se tratase de un destino trágico o de un “karma”. Sobre la inflación, si bien no estamos en los índices hiperinflacionarios de hace veinte años y es justo reconocer que gran parte no es su culpa –como sí lo fue en su primer gobierno-, pero que hay inflación reptante, la hay. Y sobre la corrupción revelada en los audios, donde dos connotados apristas están concertando esfuerzos nada santos a favor de una empresa extranjera para la concesión de lotes petroleros hace pensar como que los viejos tiempos vuelven de nuevo.

La primera pregunta que el ciudadano de a pie se hace es ¿se trata de un caso aislado de corrupción en la actual administración de AGP o pueden existir más casos similares por “desenterrar”? Todo parece indicar lo segundo. Sin ánimo de rasgarnos las vestiduras (en buena cuenta todos los gobiernos han tenido grados más o grados menos de corrupción), la verdad es que los compañeros tienen una vocación por copar las instituciones del estado y medrar de estas en lo cual son campeones, por lo que no sería raro que existan más casos similares. Y no se crea, como han sostenido algunos periodistas venales a favor del régimen, que estamos ante una conspiración o preguntándose masoquistamente quién pagó los benditos audios. Es difícil encontrar ingenuidad en esas preguntas, por lo general más bien existen oscuros intereses cuando se hacen, como queriendo desviar el foco de atención. Lo más sano es reconocer que sí hay corrupción en el presente gobierno, por infantil que pueda parecer admitirlo. Ese reconocimiento dice mucho más de quienes gobiernan que la tesis conspirativa de buscar “tumbarse” –o siquiera “desprestigiar”- al partido en el gobierno, o esgrimir la tesis acusativa preguntándose quién compró los audios, buscando culpables donde no debe ser. Generalmente los halagos o el echar la culpa a los demás (la tesis del “perro del hortelano”) llevan al despeñadero al gobierno de turno. Entre tanto aplauso interesado y lisonja cortesana es fácil perder el rumbo.

Por cierto, cuando se escuchan los audios, hablando con esa familiaridad, lo primero que se viene a la memoria son los videos de Montesinos. Todo “se arreglaba” de la misma manera: con naturalidad, entre amigos, acompañado de algunas palabras de grueso calibre que coloreen la conversa y, por supuesto, “billete de por medio”. El “cuánto hay” se impone. Tarde o temprano llega en el negocio del arreglo. En uno de los audios escuchamos entre ajos y cebollas de manera elegante hablar de “honorarios de éxito”. No coima por favor, eso será para un policía de tránsito, los corruptos de alto vuelo hablan de “honorarios de éxito”. Y en otro audio escuchamos con la mayor naturalidad, aludiendo al ex diputado Rómulo León Alegría, el “manager de la gestión”, a que tiene derecho a “ganarse los frejoles”. Con la mayor concha, como si el tráfico de influencias se tratase del trabajo más respetable y honrado del mundo. Gente curtida en estos menesteres. Precisamente escuchamos al “coordinador” de todas las transacciones, el tristemente célebre RLA, hablar con seguridad y desenvoltura al referirse a los “chanchullos” que hay que hacer para conseguir la licitación. Tiene “labia”, hay que reconocérselo, incluso se jacta de haber realizado “un faenón”. Un tipo con “expertise” en estos asuntos, de eso no cabe duda.

Igualmente llama la atención el desparpajo y la excesiva confianza con que hablan por teléfono los implicados, sin temor a ser escuchados o “chuponeados”. ¿Inexperiencia o soberbia? Creo que es más lo segundo. Tipos que se sienten protegidos por el poder y eso les permite hablar sin inhibiciones. Lo mismo les pasaba a los que se sentaban en la salita del SIN a hablar de sus problemas con el “Doc”: los ganaba la excesiva confianza de estar amparados por los poderosos de turno y que nada les iba a pasar. Y como aquella vez, existe similitud hasta en el show mediático de la “búsqueda del ladrón”. Igual que cuando Fujimori buscaba a Montesinos. Solo que a veces la historia se repite como comedia.
Los audios de la corrupción trajeron cola, se “tumbaron” un gabinete entero, con un premierato que tuvo una buena performance, pero que necesitaba oxigenación y la entrada de un nuevo equipo con Yehude Simon a la cabeza, izquierdista radical reciclado en socialdemócrata y que da un poco de confianza y optimismo frente a los hechos acaecidos (nos reservaremos para otra oportunidad un análisis de lo que pueda ofrecer al país cuando se presente ante el Congreso, pero se trata de un giro de timón hacia la centro izquierda de AGP, real o aparente lo veremos en las próximas semanas). Pero, más allá de lo que pueda augurar la nueva gestión y la defensa que el gobierno aprista ha hecho de sus principales líderes (y sobretodo “blindando” a AGP), tenemos a un gobernante acorralado entre sus dos más terribles “karmas”: la inflación y la corrupción. ¿Podrá salir de ellos?

Post Scriptum: Un lector me comenta sobre el caso de discriminación denunciado recientemente por Morgana Vargas Llosa. Entre audios y corruptelas pasó medio desapercibida la denuncia de Morgana que estando en un conocido restaurante campestre de Santa Clara, sus empleadas del hogar fueron discriminadas por los propios mozos. Segregación racial y social monda y lironda. Nadie se cree que los empleados hayan actuado por iniciativa propia como manifestaron los dueños en sus descargos (es como creer que el grupo Colina “se mandó” por su cuenta sin órdenes superiores) sino que se trata de una política de los propietarios del local. Lo mejor que se puede hacer es no ir jamás a ese restaurante y no recomendarlo, por lo menos hasta que cambie de política y no segregue a las personas. Es el poder que tenemos los consumidores.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Tuesday, October 07, 2008

3 DE OCTUBRE DE 1968

Los sucesos en el Perú y en el mundo han pasado tan rápido que lo acaecido hace cuarenta años, el 3 de Octubre de 1968, tiene sabor a pre-historia, a “ya fue” como dicen los muchachos ahora. Quién se acuerda del general Juan Velasco Alvarado y la reforma nacionalista que lideró. Muy pocos, como que este 3 de Octubre pasó medio desapercibido.

Las “nacionalizaciones” de empresas extranjeras que inició con la IPC, la reforma agraria, el uso oficial del quechua, la confiscación de los periódicos o la formación de una frondosa e inepta burocracia consecuencia del rol empresarial del estado, son hitos de un proceso que quedará, como muchas cosas en el Perú, a medio hacer. ¿Fue necesaria la revolución nacionalista del 3 de Octubre? Visto a la distancia, pareciera que no; es más, vistos los resultados económicos de la reforma, supondría que incluso fue contraproducente. Y cuando un candidato en las últimas elecciones presidenciales enarboló las banderas del extinto general Velasco, auto declarándose “nacionalista”, prácticamente fue “crucificado”, generando un rechazo en gran parte del electorado (y los intonsos no crean encontrar en lo dicho una defensa de ese candidato, dado que el propio suscrito contribuyó con su “granito de arena” a la campaña de demolición).
Todavía hablar del gobierno reformista iniciado en 1968 genera polarizaciones, o estás a favor o estás en contra; algo muy similar a lo que sucede –a pesar que a muchos no les guste- cuando se habla del gobierno de Fujimori.

En esta época de “globalización” y de libre mercado, como que el nacionalismo suena a anacronismo y se cree rápidamente que más es el daño que el beneficio que pueda traer. Pero limitar el análisis de lo que comenzó el 3 de Octubre de 1968 al plano solo económico sería bastante reduccionista de un hecho tan complejo como las reformas que comenzaron aquel año; algo similar a cuando los neoliberales simplifican la rica tradición liberal nada más que al “libre mercado”. Simplificación ingenua o interesada.

A veces quienes lideran un proceso de cambio generan en la sociedad un efecto duradero que no estaba previsto en sus planes originales, mientras estos últimos no perduran más allá del tiempo que estuvieron en el poder. Un ejemplo de lo expuesto es Napoleón. Su sueño de la Francia imperial no duró más de diez años, pero su Código Civil lleva más de doscientos, y ha sido fuente de inspiración para muchos códigos civiles fuera de Francia. Un efecto secundario que no estaba previsto y tuvo más trascendencia que sus sueños de ambición.

Igual sucede con la reforma nacionalista de 1968. De la reforma iniciada aquel año, no queda nada. Es más, casi todos los proyectos reformistas fueron un sonoro fracaso y originaron una deuda externa enorme dado que no había financiamiento interno (por lo que se tuvo que recurrir a un “desembalse” en la llamada “segunda fase” del gobierno militar).
Pero quedaron dos cosas. La primera, una ideología nacionalista, cuyo referente básico pasa por la figura y gestión del general Juan Velasco Alvarado.
Que esta ideología puede ser totalmente debatible, lo puede ser; pero, que tiene un sustento de oposición a la globalización que vivimos y se presenta precisamente como alternativa anti-globalizadora, también lo es. Con mayor razón en esta época de crisis del sistema capitalista. Esa ideología no ha muerto y es posible –dependiendo como marchen las cosas en el Perú y el mundo- que pueda ser “resucitada” con fuerza en un futuro mediato o inmediato. Los fantasmas del pasado no han muerto, están vivitos y coleando.

Y el otro efecto secundario de la revolución nacionalista del 3 de Octubre es que gracias a ella se cortaron amarras y se eliminaron muchos lastres del pasado feudal y aristocrático que impedían una movilidad social de los de abajo. Los Quispes y los Mamanis pudieron emerger como actores sociales, dejando de ser considerados ciudadanos de segunda. Lo voy a poner de otra manera: fenómenos (en el sentido de hechos sociales) como el de estrellas de televisión del nombre, presencia y extracto social de Tula Rodríguez o Karen Dejo, o de congresistas con los apellidos Arpasi o Sucari (para no mencionar a dos ex presidentes, uno de origen marcadamente andino y otro hijo de migrantes japoneses), emergen gracias a la reforma nacionalista, a que se cambia la mentalidad feudal que teníamos, y se permite una mayor afluencia de los procesos inclusivos dentro de la sociedad peruana (procesos que todavía no han terminado). Esos cambios (de esquemas y de mentalidades) hubiesen sido imposibles sin la reforma del 3 de Octubre, dado que cortó las amarras que mentalmente nos mantenían atados a un pasado todavía colonial, a la llamada república aristocrática, cuyo tiro de gracia lo dio justamente Velasco (de allí también el odio o la gratitud que genera, “los cholos se igualaron” como decían antaño). Eso fue quizás lo más importante de aquel ya lejano proceso. Cortó amarras del pasado y nos hizo enfrentar a un nuevo Perú. A la “cholificación”. Para bien o para mal (esa es otra cosa), pero muy distinto al Perú anterior a 1968.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Tuesday, September 30, 2008

CRISIS FINANCIERA EN WALL STREET, ¿EL FIN DEL CAPITALISMO?

En la década de los noventa se decía que las medidas autoritarias del gobierno de Fujimori si bien no eran bien vistas en el mundillo político de Washington por el tema de los derechos humanos, sí lo eran en el mundillo financiero de Nueva York, al ver que se ponía “orden en la casa” para que lleguen los miles de millones de dólares en inversión extranjera.
La crisis asiática de 1998 y la caída del régimen en el 2000 nos trajeron de nuevo a la triste realidad, tanto en lo económico como en lo político.

La reciente crisis del sistema financiero norteamericano ha demostrado que esa aparente fortaleza estaba cimentada sobre pies de barro o mejor dicho que los cuentos que nos vendieron los neoliberales foráneos y criollos era puro cuento chino; vale decir, después de todo era necesaria la presencia del satanizado Estado y que “la mano invisible del mercado” puede cometer los peores despropósitos. Porque quizás la primera lección que se puede extraer es la necesidad de un estado regulador de la economía y las finanzas, ninguna novedad por cierto, pero que se quiso “enterrar bajo la alfombra” en la administración Bush, quien, luego de la crisis desatada, ha tenido que decretar similares medidas a las que dictó Alan García en su primer gobierno, cuando estatizó la banca, solo que a niveles infinitamente mayores y con una impopularidad igualmente infinita (de allí que se diga que Bush Jr. es uno de los más incapaces gobernantes que ha tenido Estados Unidos, ganándose con justicia el apelativo de “Bush, el torpe”).

Otra lección es que el estado “enterrado bajo la alfombra” en la época de bonanza y prosperidad, es desenterrado y tiene que ir al rescate de las instituciones financieras caídas en desgracia luego de la “timba” que propiciaron con las hipotecas sub-prime, lo que irónicamente se ha venido en llamar “el socialismo de los ricos” (con un desparpajo digno de mejor causa y olvidando sus manidos conceptos de populismo y demagogia, los neoliberales ahora sí admiten la necesidad del tantas veces negado estado… pero para que “salve empresas” en quiebra).

Existe un reparo ético de falta de consecuencia. No es posible que la administración norteamericana que más propalara las ideas de libre mercado y libre empresa esté hoy nacionalizando, evitando quiebras, comprando deudas, siendo aval solidario o rescatando empresas privadas con un costo para el contribuyente de setecientos mil millones de dólares. Claro, no es ético, se supone que si han sido empresas mal administradas deben quebrar y salir del mercado, por una lógica de eficiencia, donde solo quedan los mejores o más aptos. El problema está en que si se les deja quebrar, el problema puede ser mucho peor por el “efecto dominó”, dado que “jalaría” a otras instituciones, poniendo en jaque al mismo sistema económico, por lo que no queda más remedio que “rescatarlas”. Lo malo está en que aquellos que jugaron a la “timba” con dineros ajenos no están siendo sancionados como debe ser, lo cual evidentemente estimula que este tipo de conductas se repitan a futuro. El mensaje es claro: mientras seas grande y poderoso, podrás ser impune, hacer jugadas arriesgadas y no te pasa nada. Mal ejemplo, si hablamos de la economía de mercado por excelencia como la norteamericana. Vamos a ver si el estado de derecho se pone a derecho y sanciona como debe ser a los responsables de tamaño descalabro económico. Como dijo recientemente con toda justeza y precisión la presidenta Bachelet “la crisis mundial se debe a la codicia de unos pocos y a la desidia política de otros”.

Pero, ¿en qué quedará todo esto? Dudo que sea el fin del mundo o el inicio de un ciclo recesivo como el de 1929, menos el fin del capitalismo como pronostican ciertos agoreros desde la izquierda. En principio, la economía mundial está más descentralizada que en aquel entonces, y por otro lado existen mecanismos e instituciones que impiden se caiga en el hoyo negro de aquel año. Lo que si va a afectar son nuestras exportaciones a Estados Unidos justo cuando va a entrar en vigencia el TLC, el próximo 1º de Enero del 2009. No habrá tantos pedidos como se esperaba por la recesión que vive la economía más grande del planeta. Por esa razón y atendiendo a la vieja regla que enseña no se debe poner todos los huevos en la misma cesta, es que éramos partidarios de TLC’s sí, pero no exclusivamente con la gran potencia, sino la mayor cantidad de TLC’s diversificados, hasta con economías chiquitas como las centroamericanas, pero sacábamos algo. Complejos de inferioridad del empresariado local (que se verá afectado de tener solo como principal cliente a empresas del norte) y de cierta clase política bastante miope y obsecuente. Ahora vamos a pagar las consecuencias de la poca visión a futuro.

En lo interno dudo que entremos a un ciclo recesivo. Estamos mejor que hace veinte años y tenemos buen “colchón” de reservas internacionales para enfrentar el tiempo de las vacas flacas. Asimismo, nuestro sistema financiero aparte de ser pequeño, está mejor regulado que el norteamericano. Parece increíble, pero nosotros somos mejores “guardianes” del dinero público que los gringos. Vamos a seguir creciendo, aunque no a niveles astronómicos, y también bajará la inflación. Una ventaja que trae la recesión de fuera es que los precios internacionales comiencen a bajar. No creo que en este nuevo marco económico mundial se deba recortar drásticamente el gasto, todo lo contrario, debemos activar nuestra economía. Las condiciones externas han cambiado y si somos muy drásticos en el gasto, podemos caer en un ciclo recesivo. El ministro de economía, Luis “el mago” Valdieso, está siendo demasiado fondomonetarista, todo lo ve recortes en el presupuesto y eso puede traer un ciclo recesivo indeseable (haber hecho un post grado en el extranjero para terminar de “tijeretero” no dice bien de las proclamadas bondades profesionales del ministro). Lo malo es que cuando él se vaya, quienes paguen los platos rotos seremos nosotros, los peruanos que nos quedamos acá.

Otra consecuencia que traerá la recesión norteamericana es que gracias al TLC suscrito vamos a ser inundados de importaciones norteamericanas a precios relativamente baratos. Recesado su mercado, van a buscar nichos en “mercados emergentes” y el peruano es uno de ellos gracias a la entrada en vigencia del TLC el próximo año. No solo de productos acabados (y sofisticados) sino de productos agrícolas primarios, subsidiados por el tío Sam.

En fin, vamos a tener que “hilar fino” de aquí en adelante, ser bastante pragmáticos y despojarnos de anteojeras ideológicas, no caer en los errores que se cayó en la crisis del 30 (ojo Alan como acabó Leguía por ser demasiado genuflexo con el capital extranjero) y admitir, sobretodo los fundamentalistas y los “reconversos” como nuestro presidente, que nada es peor que creer a pie juntillas en una doctrina como la verdad absoluta, como “la llave mágica” que explica todo y soluciona nuestros problemas, sea en materia religiosa, política, social o económica. No existen las verdades absolutas. Salvo Dios, nadie las tiene (y eso que lo dice un agnóstico).
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Tuesday, September 23, 2008

TORMENTA TROPICAL EN CUBA

Quizás un desastre natural sea la forma más apropiada de conocer si un gobierno tiene reflejos rápidos para socorrer a la población o se ve enmarañado en trabas burocráticas, políticas inadecuadas o sencillamente torpeza administrativa. “Es el momento de prueba” donde no valen ensayos ni excusas ex post.
Los recientes huracanes Ike y Gustav han asolado Cuba y puesto en jaque al gobierno de Raúl Castro. No solo porque la ayuda no está llegando oportunamente, sino porque el propio gobierno cubano está poniendo trabas a la ayuda extranjera, politizando un asunto que debe ser lo más práctico posible.
Deng Xiaoping (el gestor del modelo de “socialismo de mercado” en el cual Raúl Castro se inspira) decía que no importa de qué color sea el gato con tal que cace a los ratones. No importa si la ayuda viene de Estados Unidos (donde existe una gran cantidad de migrantes e hijos de migrantes cubanos), la Unión Europea o la Venezuela chavista. No se puede seleccionar la ayuda en momentos tan cruciales.

Según cuenta Yoani Sanchez en su blog, la ayuda del gobierno no está llegando oportunamente a los damnificados y más por inoperancia de aquel, a quien los huracanes han cogido con los pantalones abajo. Mercados desabastecidos, carencia de luz y agua por varios días, subida de precios oficiales y una cada vez mayor presencia de un mercado paralelo donde se encuentra de todo pero a precios astronómicos y solo para quien cuente con dólares gringos, la moneda del imperio. Los huracanes Ike y Gustav también influirán sobre la tímida reforma de Raúl Castro que se verá sino detenida por lo menos obstaculizada en los próximos meses. La recuperación va a ser lenta y dudo mucho que Hugo Chávez pueda poner todos los millones que son necesarios con un precio del barril de petróleo a la baja.

Eso no quita el maquiavelismo político del gobierno norteamericano, que en vísperas de elecciones presidenciales no ha querido suspender temporalmente el embargo hacia Cuba, a fin que ciudadanos e instituciones norteamericanas ayuden directamente a la isla. Tampoco quita que nosotros, los latinoamericanos y en especial los peruanos, ayudemos a Cuba. Más allá de las diferencias ideológicas, son seres humanos, algo que se olvida frecuentemente en las disputas políticas y en los cálculos del poder; y, también debemos recordar que Cuba nos socorrió sin pedir nada a cambio en el terremoto de 1970, así como en el sismo del año pasado que azoló el sur del país. La solidaridad del pueblo cubano no se hizo esperar y es hora de retribuirla. Por eso llama la atención que el gobierno no haya dispuesto las vías adecuadas para canalizar la ayuda del pueblo peruano, que estoy seguro no vacilará en aportar su óbolo, por más pequeño que pueda parecer.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Tuesday, September 16, 2008

EL PRESIDENTE ¡AY¡ SIGUIÓ CAYENDO

La situación es preocupante. Los asesores no saben qué hacer frente a la caída en las encuestas de nuestro presidente. El propio Alan García se pregunta por qué cae de esa manera, si la revista Latin Finance lo eligió como hombre del año “por liderar el resurgimiento del Perú” (sic). Algunos áulicos para “zafar el cuerpo” le echan la culpa a la oposición y a “los perros del hortelano” como los causantes de la baja de popularidad de nuestro querido mandatario. Otros dicen que la culpa es por la subida de los alimentos y que AGP –pobrecito- no tiene la culpa. La oposición entre insidiosa y maquiavélica –sobretodo la oposición humalo izquierdista- cree ver en la caída el comienzo del fin del gobierno aprista y de un posible adelanto de elecciones y ya comienza a jugar sus fichas. Y frente a todas esas especulaciones, malos augurios y peores vientos, como en los versos de Vallejo, el presidente ¡ay¡ siguió cayendo.

La presidencia es una institución fuerte en América Latina, fruto de la herencia colonial que daba plenas potestades al Virrey, así como del modelo norteamericano donde la institución presidencial tiene amplios poderes. Por eso, los ojos están puestos más en el ejecutivo que en el parlamento, institución que últimamente ha caído en desprestigio cada vez más vergonzoso (parece que su descenso al fondo de la ciénaga no tuviera límite). Al presidente se ve como “el hombre” que debe solucionar los problemas del ciudadano. Por eso, frente al alza del precio de los alimentos, todos miran al gobierno “para que solucione” el problema. Si hay lluvias torrenciales que asolan todo un pueblo, un terremoto o cualquier catástrofe natural, igual, se mira a “papa gobierno”, y quien encarna al mismo es el presidente de la república.

Pero, por qué cae en aceptación, o mejor dicho por qué se mantiene en “el tercio inferior” (para usar una frase cara al gobierno) y en franca caída libre. No creo que la causa sea una sola (falta de un gran objetivo nacional, sobreexposición del presidente, estilo confrontacional contra sus detractores –“comechados”, “perros”, “vagos”,”traidores”-, o carencia de cuadros técnicos preparados en el gobierno). Tampoco la solución es una sola (marketing comunicacional del ejecutivo, incorporación de tecnócratas calificados, un plan nacional a largo plazo) o de imagen personal (que baje de peso, “se haga una lipo”, grite menos o siquiera elimine la papada). Creo que se debe hacer un poco de memoria para encontrar los orígenes de su desaprobación. En principio que el programa que enarboló siendo candidato fue uno socialdemócrata, moderno e inclusivo, alternativa al programa neoliberal de Unidad Nacional y al rancio nacionalismo arcaizante del Partido Nacionalista. Era una alternativa centrista. Sin embargo, una vez elegido presidente ese programa lo traiciona, sustituyéndolo por el de Unidad Nacional, incorporando en el gabinete ministerial a varios connotados neoliberales cercanos a dicha alianza política. Allí existe una primera causa del lento pero progresivo deterioro de la aceptación del presidente.

Tampoco hay una clara y firme voluntad política para impulsar programas sociales que disminuyan la pobreza más rápidamente. Recursos hay, pero falta voluntad y un mejor uso de esos recursos. Estamos creciendo, es indudable, pero no se distribuye ese beneficio entre todos los peruanos. Hasta el momento está dejando que el mercado se encargue de repartir la torta (“el chorreo”), algo que su homólogo anterior, Toledo, también hizo. A ello agreguemos la subida de precios en alimentos, algo que hace impopular a cualquier gobierno. Cuando “se choca” con el bolsillo del pueblo, no cree en nadie y no se salva ningún gobierno, sea de derecha o de izquierda, democrático o dictatorial, y que ha sido el detonante para “la caída libre” del presidente.

El pueblo no es tonto y no ve mejoras en su situación. “No hay chorreo” para él. Sin embargo, el gobierno no caerá como anhela la oposición más extrema. Algo que demostró Toledo es que se puede gobernar con baja popularidad. Si Toledo lo pudo hacer teniendo una aprobación menor al cinco por ciento en sus peores momentos, con mayor razón Alan García que tiene un partido sólido detrás de él (el único partido sólido del país para ser franco).
Claro, ningún gobierno democrático puede basar sus políticas en los resultados de las encuestas (“encuestitis”), pero tampoco puede dejar de revisarlas. Es cierto que muchas políticas obedecen a criterios de largo plazo y a veces son contra el agrado de la ciudadanía; y, es cierto también que los peruanos somos bastante cortoplacistas y facilones, queremos que los resultados sean “ya ya” y si es improvisadamente y sin sacrificio alguno, mejor todavía. Ejemplo: el actual modelo económico comenzó a inicios de los años 90, con las primeras reformas. Para que se vean los frutos deben pasar entre 20 a 30 años, sacrificando incluso a una o dos generaciones en el camino. Eso suena a jarabe amargo, y ningún político se atreve a decirlo porque significa “perder votos” y exponerse al escarnio de sus adversarios. Sin embargo, es necesario. De allí que cuando son candidatos prometen, juran y rejuran ante Dios, la patria o los Apus que “cambiarán el modelo” a fin de encandilar a las masas y llegados al poder “se olvidan” de la promesa. Fue la táctica de Toledo, la del propio AGP y será también de quien lo suceda, por más que declare ser antisistema, antipartidos y antitodo. Y recién luego de 18 años estamos “viendo los frutos”. Si cambiábamos de modelo económico en el 2006 de haber ganado Humala, regresábamos a fojas cero y estaríamos ahora mucho peor y con una inflación galopante de dos dígitos como en Venezuela, Bolivia, Argentina o Nicaragua.

Pero, el modelo económico vigente genera desigualdades que el propio mercado no las puede corregir, por lo que requiere de voluntad política para cerrar o por lo menos aminorar esas desigualdades (lo que se llamaría en la jerga económica “hacerle ajustes”). Ajustes que deben tener mayor énfasis en los programas sociales y a largo plazo. No tanto como populismo asistencialista, que el propio Fujimori lo practicó y que AGP lo intentó tímidamente con las bolsas de alimentos repartidas en la madrugada en los asientos humanos o en forma más descarada, ahora que su aceptación popular está bastante baja, con la designación de Carlos Arana -un hombre de “la maquinaria aprista”- en el Foncodes, sino en cambio de mentalidades y de formas eficientes de ayuda del estado a fin de mejorar la calidad de vida de la mayoría de los ciudadanos. Eso sí se puede y es lo que le falta a la actual administración. Que los programas sociales lleguen efectivamente a las mayorías, que los subsidios no se queden a medio camino como sucede con el programa del vaso de leche. ¿Por qué no lo hace? Algunos sostienen que el presidente, en su maquiavelismo político, “soltará los millones de dólares” hacia el final de su gobierno a fin de no tanto ganar un “presidente compañero” (algo bastante improbable dado que el propio Alan García prefiero que “nadie le haga sombra” dentro del partido aprista), por lo menos obtener una mayoría holgada en el congreso que lo “blinde” ante posibles denuncias terminado su mandato, a fin de “negociar” con el partido que resulte ganador o hacerle una oposición despiadada de mostrarse reacio a algún acuerdo bajo la mesa (algo para lo que sí son buenos los compañeros).

Personalmente dudo que el presidente “suelte los millones” hacia el final de su periodo como anhelan muchos de sus correligionarios (que viven literalmente de “la teta presupuestal”). No creo que veamos nadar sobre las olas a las corvinas fritas con su limón, como dice el viejo valse criollo. No lo creo porque AGP es un converso convencido (y las recientes medidas de “freno” del gasto público lo corroboran). Los años de exilio le han permitido reflexionar sobre las políticas que usó en su primer gobierno, optando ahora por políticas ortodoxas de equilibrio fiscal, más conservadoras pero menos riesgosas que las políticas de “inflación cero” de su primer mandato (que, ironías de la economía, terminó en hiperinflación), amén de haber hecho una alianza tácita con los denominados “grupos de poder fáctico”; aparte que los organismos internacionales monitorean muy de cerca el modelo peruano y no van a permitir que se produzcan cambios bruscos como lo demuestra la designación de los ministros de economía nombrados: todos provienen de las canteras del sistema financiero internacional.
Así que mientras tanto habrá que recitar con Vallejo “y el presidente, ¡ay¡, siguió cayendo”.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Tuesday, September 09, 2008

A CINCO AÑOS DEL INFORME DE LA COMISIÓN DE LA VERDAD

Quizás por el clima “más económico” que vivimos en la actualidad, medio que ha pasado desapercibido para la gran mayoría el quinto aniversario de la entrega del informe final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación –CVR- sobre los trágicos sucesos acaecidos en la década del ochenta. Actualmente más nos preocupan la inflación, el crecimiento económico y “el chorreo”, o la crisis energética, que recordar un hecho trascendente e inusual en nuestra historia: se nombraba una comisión que debería recopilar toda la información que pudiese de los doce o trece años de violencia terrorista, seguido de conclusiones y sugerencias. La idea era que no se repita nunca más un hecho tan desgarrador.

Pero, como que la pesadilla que significó la década del terror es mejor olvidarla o relegarla a un segundo plano, lo cual es natural cuando se han vivido hechos demasiados duros (sin mencionar a los nacidos en la década del noventa, para los que solamente es historia de textos escolares lo que vivimos en carne viva los adultos). El olvido alivia. Eso está pasando ahora, prefiriendo sumirnos en una furia consumista que recordar hechos dolorosos del pasado. Aunque más bien la pregunta es si fue útil el informe final que emitió la CVR.

Más allá de la exactitud o no en las cifras de muertos y desaparecidos –bastante cuestionable por cierto, dada la metodología que usó para el cálculo- o de los intentos de ciertos sectores políticos de convertir “en dogma de fe” las conclusiones del informe, creo que sí fue útil porque permitió “exorcizar” un trauma de la sociedad peruana que no había sido resuelto en los años 90 cuando fueron capturados los principales líderes terroristas y desarticulados Sendero Luminoso y el MRTA. En ese sentido fue útil y necesario. Permitió librarnos de ciertos fantasmas del pasado. Ese proceso en el cual las víctimas de la violencia exponían en audiencias públicas, en una suerte de catarsis colectiva, los padecimientos de la locura terrorista, coadyuvando para “sacar afuera” tanta ira y dolor acumulado.
¿Qué falta por hacer? Falta mucho, sobretodo reforzar instituciones, pero quienes vivimos y padecimos la demencia terrorista y la insania de un estado que usó las mismas armas que sus oponentes; y que en paralelo sufrimos la crisis económica e hiperinflación en la década del ochenta, dándonos la sensación que en cualquier momento desaparecíamos como país, sabemos que esos “fantasmas” no están muertos sino apenas agazapados y que al menor descuido pueden saltar de nuevo. Por eso, debemos recordar esos hechos por más amargos y dolorosos que sean. Para que la historia no se repita y podamos decir con toda fuerza y seguridad: “¡Nunca más¡”.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Wednesday, September 03, 2008

UN PERRO POR CASA: CONTROL DEMOGRÁFICO CANINO EN JESUS MARÍA

Hay normas que se caracterizan por ser absurdas y lindar hasta con lo risible como la ordenanza del alcalde del distrito de Jesús María que limita el número de canes por casa.

¿Se cumplirá? Evidentemente que no. Es imposible que se lleve un monitoreo de la norma sea por el principio de inviolabilidad del domicilio, que no puede ser forzado por ningún funcionario municipal (no podría ingresar a un domicilio particular sin mandato judicial) y por la propia logística de la comuna distrital, que dudo tenga una cantidad suficiente de inspectores o policías municipales que verifiquen el cumplimiento estricto de la norma. Es como querer controlar gatos, loros, cuyes o hámsters. Imposible.

Pero, la ordenanza en cuestión permite reflexionar sobre la utilidad o no de las normas que se emiten desde las de más alta jerarquía hasta las más humildes ordenanzas. Si comenzamos a numerar la cantidad de leyes que se promulgan y el nulo cumplimiento de las mismas, no solo dice de un ciudadano que todavía es indócil al acatamiento de dispositivos legales (el peruano, obvio, todavía no es un ciudadano suizo) sino de la escasa correspondencia entre norma legal y realidad social.

Si se tomaran un poquito de tiempo en reflexionar sobre ese punto difícilmente se promulgaría tanto disparate como el del control canino (que ya el propio alcalde ha tenido que retroceder insinuando un reglamento de la ordenanza “más suave”). Aunque también tiene que ver con el escaso ejercicio democrático de quienes detentan el poder por representación. Casi todas estas normas son inconsultas con el ciudadano, quien se ve sorprendido con la publicación de una ordenanza o de una ley que ni le va ni le viene y a veces hasta entorpece su vida. Cuando leo la opinión de especialistas sobre la variopinta infinidad de reglamentos promulgados (sea en el gobierno central, los gobiernos regionales o los gobiernos locales) que en vez de ayudar perjudican al ciudadano, muchas veces porque a un oscuro burócrata “se le ocurrió” (en el cauce de la buena fe) o algún funcionario que dentro de la estructura del estado busca beneficiarse directa o indirectamente con la norma publicada (en el cauce de la mala fe), pienso que los anarquistas tenían razón al sostener que cuanto haya menos estado, mejor. Unas cuantas normas sencillas y bien hechas bastarían en vez de tan oscuro y frondoso andamiaje legal que muchas veces trata de encubrir fines no muy santos o a veces ridículos como la ordenanza contra los pobres canes de Jesús María.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Tuesday, August 26, 2008

CARTA ABIERTA AL ALCALDE DE LA MUNICIPALIDAD DE LIMA

Se bien que usted no es aficionado a la lectura, así que difícilmente leerá mi carta, pero como aquellos náufragos que arrojan una botella al mar, tengo una leve esperanza que llegue por el mar electrónico a su despacho. Porque me siento como un náufrago en mi propia ciudad entre calles cerradas y obras inconclusas. Quizás para usted debo ser uno de los que están contra el progreso (una variante del “perro del hortelano” de nuestro presidente) o que no quiere romper los huevos para hacer la tortilla, en la usual metáfora que suele emplear cuando escapa de su habitual mudez. Pero, las obras que empiezan con el natural estilo eufórico de su administración, con un cartelito donde se distingue una imagen de cómo será “la nueva avenida”, pasan rápidamente a un deplorable estado depresivo dado que destrozada “la vieja avenida” no se ve personal que esté edificando “la moderna”, la que quedará para la posteridad, salvo un par de operarios que con una pala extraen la tierra hacia una carretilla. Y así pasan semanas y semanas sin que nadie de razón del motivo de tanta melancólica inacción. Igual sucede con las obras “inauguradas” (sería más preciso decir reinauguradas) donde lo nuevo solo consiste en haberle pasado un poco de brea por encima y punto. La avenida Arequipa luce igual que antes, la Marina ídem, la Javier Prado ni que se diga. O ver que un volquete carga tierra de lo que era la berma central de la avenida, para al día siguiente devolverla a su lugar de origen. Entonces, por qué la extrajeron. ¿Para “airearla”? Igual sucede con el misterio de la vía expresa. Hasta ahora solo vemos las señales de desvío hacia calles laterales, pero de la obra bien gracias, y según parece el presupuesto “ya voló”. No se si se refieren a que el presupuesto tiene la condición de alado o que el dinero se ha terminado. Si es lo segundo, ¿no tienen en el municipio contadores y gente especializada en finanzas que realicen un cálculo elemental de lo que costará una obra? Un contador egresado de un Cenecape lo podría hacer muy bien. Extraño, muy extraño, un caso digno de los expedientes X. Y frente a estas inquietudes ciudadanas solo tenemos su habitual mudez, salvo su habitual metáfora de los huevos y las tortillas.
Otra cosa es el tiempo de duración de las obras. ¿Será que tampoco tienen un ingeniero que pueda decir cuánto demorará la obra en ejecutarse? Sin ser muy zahorí uno puede pensar que de repente la tardanza en ver concluidas las obras obedece a que se acerque el 2010. De repente, conforme nos acerquemos a ese número cabalístico las obras por arte de magia se irán terminando con un lindo letrerito en color amarillo que nos recuerde quién fue el alcalde que “inauguró” la “nueva avenida”. Pero, no vaya a ser que de repente para ese año sea demasiado tarde. Utilizando su misma metáfora de los huevos y la tortilla, no vaya a ser señor alcalde que se le vaya a quemar la tortilla en la puerta del horno.
Con mis naturales irrespetos,
Un vecino de la ciudad.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Tuesday, August 19, 2008

EL CLUB DE TOBY DEBERÁ ADMITIR A LAS NIÑAS

Existen ciertas medidas normativas que se producen por ser “políticamente correctas”. No es exclusividad de nuestro país, sucede en otras latitudes, incluyendo a sociedades más abiertas y críticas como las europeas o la norteamericana. Todo lo “políticamente correcto” –entendido como aquellas formas o maneras de tratar a las denominadas minorías o a sectores segregados o agredidos en la sociedad- es plausible. Por eso nadie se atreve a ir en contra de una medida que contribuya, por lo menos en el papel, a superar una desigualdad, menos los políticos, ni mucho menos opinar en sentido opuesto, dado que inmediatamente sería blanco de las más severas críticas. Es así que generalmente aquellos que van con la ola de lo “políticamente correcto” opinarán favorablemente sobre cualquier medida que supuestamente beneficie a una minoría o los más decorosos, que sienten va contra su conciencia, guardarán un prudente silencio.
Es lo que ha sucedido con el reciente decreto supremo que “ordena” no se discrimine el ingreso de las mujeres a las personas jurídicas sin fines de lucro reguladas por el Código Civil, en especial a las asociaciones privadas, que van a ser las más afectadas*.

Como puede existir algún lector desorientado(a) que puede sacar conclusiones apresuradas como calificar de “machista” lo que lea a continuación, debo aclarar que el comentario que sigue es netamente jurídico, quizás una deformidad inevitable de mi segunda profesión, y si sigue pensando que soy machista o pertenezco al club de Toby (donde no se admiten niñas) lo remito a mis artículos anteriores publicados en El Observador o En la escena contemporánea (como se habrán percatado algunos, un pequeño homenaje al Amauta).

El decreto en mención confunde lo que son los derechos en igualdad entre géneros con los derechos de las asociaciones privadas de, conforme a su estatuto, tener una calidad específica de asociado.

Los derechos a igualdad entre géneros se califican en abstracto, y pueden ser derechos políticos (derecho a elegir o ser elegido), derechos económicos (igualdad en la remuneración por un mismo trabajo), derechos educativos (el ingreso en igualdad de condiciones desde los estudios primarios hasta superiores) o sociales de carácter especial (derecho al reconocimiento como madre y lo que se deriva de ello: el período pre y post natal, la lactancia, etc.). Esos derechos son indiscutidos e indiscutibles, y al consagrarlos en norma (algunos elevados a precepto constitucional) se ha buscado materializar la igualdad entre el hombre y la mujer en la sociedad, lo cual no se ha debido a la generosidad de ningún mandatario, sino a las propias conquistas sociales que ha conseguido la mujer principalmente a lo largo del siglo XX.

Las asociaciones privadas, consagradas también a nivel constitucional, como el derecho a la reunión libre de las personas naturales y/o jurídicas para un fin común, se les considera como personas jurídicas sin fines de lucro, debido a que a diferencia de las asociaciones mercantiles, no buscan el lucro o la ganancia de sus asociados, sino la consecución de un fin de interés para la comunidad.
Por lo que la gran variedad de asociaciones que existen las podemos clasificar atendiendo a su finalidad en asociaciones educativas, deportivas, recreacionales, políticas, culturales, científicas, etc., etc.

Ahora bien, existen asociaciones que congregan ciertos grupos humanos minoritarios, que asociándose buscan defender sus derechos. Ejemplo, una asociación de homosexuales o una asociación de lesbianas. Sería ilógico que en una asociación, por ejemplo, que agrupa a una minoría sexual, por mandato de un decreto supremo se deba admitir a mujeres. O, volteando la pregunta, en una asociación de lesbianas, ¿sería racional y prudente que se admita a hombres atendiendo al principio de igualdad entre géneros? Obviamente no, debido a que cada asociación tiene una finalidad distinta y por lo tanto agrupa a asociados con ciertas calidades especiales (homosexuales en un caso, lesbianas en el otro).
De la misma forma podemos tener una asociación que agrupe a personas por su pigmentación de piel o por su origen nacional. Así podemos tener una asociación de solo negros o una asociación que agrupe solo a los descendientes de chinos –por poner solo un par de ejemplos-, a la cual -atendiendo a la igualdad entre géneros- “forzaríamos” a incluir a un hombre o mujer blancos –“caucásicos” como dicen eufemísticamente los norteamericanos-.

También podemos poner el caso de las asociaciones religiosas. Hasta donde tengo entendido existen asociaciones religiosas que agrupan a hombres por un lado y mujeres por el otro, atendiendo a criterios como edad y preparación especial religiosa para cada género. Incluso existe una asociación educativa que tiene una universidad exclusivamente para mujeres, y en particular mujeres católicas. Si aplicáramos el decreto en mención y apelando a la igualdad entre géneros deberían forzar a esta asociación –que es religiosa- a admitir también hombres o mujeres que sean de otra fe o pero aún agnósticos o ateos, lo cual va contra su finalidad y objeto para la cual fue creada.

El decreto supremo ha confundido burdamente lo que son los derechos de igualdad entre géneros con los derechos de la asociación (y por extensión de todas las personas jurídicas sin fines de lucro) a agrupar a sus agremiados atendiendo a la finalidad y objeto de esta. Al existir la confusión entre unos y otros se producen los contrasentidos ilustrados. De allí que el bonachón de Toby y su pandilla, no entendiendo en que país ha caído, entre resignado y confuso deberá sacar su cartelito que advertía que en ese club “no se admiten niñas”. Todo por lo “políticamente correcto”.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es


* El d.s. 004-2008-Mimdes utiliza una jerga más “técnica”, indica en su art. 1º: “Precísase [sic] que los estatutos de todas las formas de organización jurídica sin fines de lucro deberán adecuarse a las normas de la Constitución Política del Perú y de la Ley relativas a la igualdad jurídica del varón y la mujer.” Por cierto es un calco de una norma similar de España, que obligaba el ingreso en partes proporcionales de hombres y mujeres a los directorios de las empresas.

Monday, August 11, 2008

¿UN MINISTERIO DE CULTURA?

Dentro de su último mensaje a la Nación, el presidente de la república propuso la creación de un Ministerio de Cultura a la usanza de otros países donde ya cuentan con uno.

Creo que la idea no es oportuna, por el momento, y por varias razones.

Un Ministerio de Cultura exige que previamente exista una política cultural por parte del estado. Sin política cultural explícita no puede haber ministerio de cultura. Es una relación de causa a efecto. El estado peruano es huérfano de políticas culturales. Siempre lo fue, salvo contadas excepciones. Un ministerio de cultura no va a llenar ese vacío, le faltaría “alma” (para citar un término que usó el presidente) convirtiéndose como tantas otras propuestas en un elefante blanco, repleto de burócratas (que ya salieron algunos buscadores de “chamba” en el nuevo ente) y decorativo.

Si se quiere fomentar la cultura (que el término es bastante amplio y se presta a múltiples interpretaciones) se debe comenzar por lo más sencillo. De menos a más. Una primera medida es potenciar el Instituto Nacional de Cultura, de repente otorgándole nuevas competencias y un perfil más ejecutivo y no “el cuidador de huacas” en que se ha convertido. Lo mismo se puede hacer con las demás instituciones que tiene el estado, incluyendo un mejor presupuesto. Y por qué no, se debe dar paso a la creación de un Instituto Nacional del Cine que pueda promover el cine peruano, tanto dentro como fuera del país. Si existe un arte que es la imagen y representación más directa de un país es el cine, y el estado debería fomentar una industria nacional del cine, no “regalando” dinero para hacer películas, sino auspiciando, apoyando, dando becas de estudio a los realizadores peruanos, sobretodo a los de provincias, y otras tareas más que no requieren demasiada inversión y sí aparejan bastante beneficio. Hasta ahora no tenemos una carrera profesional de cine propiamente, menos estudios de post grado, ni tampoco el personal académico necesario para impartir cine. ¿Por qué no empezamos trayendo a algunos destacados cineastas internacionales a que dicten un seminario por estas tierras?

Igual sucede con el fomento a los actores de la cultura. Hace mucho tiempo que no existen premios nacionales de cultura o por rubros o sectores que estimulen a los cultores de un género determinado. Para citar solo algunos casos, dónde están los premios nacionales de ensayo, de crítica de arte, de pintura, de música folclórica, para no mencionar el fomento a la ciencia y tecnología. Dónde la política cultural para “atraer” a los talentos que se fueron del país.
Y requiere también que el estado “invierta” en cultura. No tratarla como un gasto superfluo, sino como una inversión a largo plazo, que redundará en los millones de peruanos.

Por esa razón, mientras no se despejen estas y otras interrogantes y el estado no se comprometa con el fomento a la cultura, difícilmente prosperará la iniciativa de un ministerio “de cultura” eficaz.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Monday, August 04, 2008

LUCES Y SOMBRAS DEL DISCURSO DEL 28 DE JULIO: COMENZANDO EL TERCER AÑO

Se ha dicho que el discurso del 28 de Julio más parecía la rendición de cuentas de un gerente ante el directorio de una empresa que un discurso político propiamente; pero, creo que ese ha sido su motivo: aburrir, distraer, con exposición de cifras que es imposible verificar en el momento y de esa manera eludir los temas palpitantes. El “animal político” que es AGP está agazapado detrás de ese soporífero discurso. Maniobra distractiva hábil para no entrar a temas espinosos como la desigualdad social, la creciente brecha entre ricos y pobres, o el problema del narcotráfico –sino queremos convertirnos en un “narcoestado”, que hacia eso vamos-; sin embargo sí tocó un tema peliagudo que puede echar abajo cualquier buena intención o política pública: la inflación. Conocida como “la maldición de García” o “el karma de García” (debido a que en sus dos gobiernos lo ha perseguido), la inflación actual se debe principalmente a factores externos relacionados con la subida del precio de ciertos productos alimenticios (trigo, maíz y soya principalmente), del precio del petróleo y el destino de tierras cultivables para los biocombustibles; pero existen ciertos factores internos que coadyuvan al proceso inflacionario como la mayor demanda interna, el gasto público o la especulación. Esa es la razón por la cual ha anunciado el recorte del gasto público a fin de “no acelerar” los precios internamente, lo cual tiene que estar coordinado con una política de subida de las tasas de interés por parte del BCR, a fin de “enfriar” el calentamiento de la demanda. En cuanto a la especulación, se hace necesaria una intervención del estado. No basta con decir que los precios suben y punto. Es cómo decir qué vamos a hacer, es producto de la fatalidad o del destino. Se hace imperativo que el estado intervenga, no controlando precios, que no funciona, pero existen otras formas que permitan detener la especulación, más allá del fatalismo que expresó nuestro presidente.

Curiosamente, en esta semana patria que pasó, lo más llamativo fue el exagerado “desgarro de vestiduras” de ciertas autoridades gubernamentales con respecto a la fotografía de una conocida vedette de cumbia que posó desnuda en un caballo y con la bandera como manta de descanso de sus posaderas. Sin ser muy suspicaz se puede sospechar que con el “arrebato” se buscaba más distraer sobre las jugadas políticas para conseguir la presidencia del Congreso que una sincera reacción por una supuesta afrenta a nuestros símbolos patrios.

Discurso con más vacíos y sombras que luces (sobre una política para la ciencia y tecnología no se dijo nada, y sí más bien de un –por el momento- innecesario Ministerio de Cultura), sin mucha autocrítica y con un “autobombo” excesivo que no convence. Comenzando el tercer año, busca seguir en “piloto automático” la economía. La pregunta es ¿podemos hablar de gobernabilidad a largo plazo solo contando con las cifras de crecimiento económico o hace falta una distribución por parte de el estado de ese beneficio a fin que “chorree” a todos?
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Monday, July 21, 2008

EN EUROPA YA NO NOS QUIEREN: LA DIRECTIVA DEL RETORNO

Ya se ha escrito y abundante sobre el tema. Desde los inflamados “anti-europeístas” que súbitamente han salido a escena condenando la tibieza de la OEA y faltando poco para que reclamen el rompimiento de relaciones con el viejo continente o no firmar ningún tratado comercial con ellos (posición de los “bolivarianos”) hasta los que no han hecho mucho aspaviento. Como latinoamericano es necesario condenar la aprobación por el parlamento europeo de la directiva que lesiona los derechos de muchos connacionales que laboran por allá, a los cuales se les va a tratar como criminales.

Sin embargo es necesario recordar que la directiva del retorno obedece a un contexto específico en Europa: la vuelta de gobiernos derechistas en casi todo el continente y la exacerbación mayor o menor por parte de estos gobiernos y partidos políticos de culpar a los migrantes de la condición de los naturales. Si no hay empleo, la culpa es de los migrantes que se ofrecen casi gratis; si hay muchos robos y asaltos, la culpa es de ellos; si se vende droga o hay violaciones, ídem.

Dentro de ese contexto tarde o temprano se iba a dar una directiva como la aprobada por el parlamento europeo. Es parte de un sentimiento xenófobo que ha regresado a Europa y se traduce en leyes y en gobiernos conservadores. Cuando el ciudadano común se siente amenazado por “lo extraño” busca sobretodo orden y seguridad, y esos elementos son los gobiernos de derecha quienes lo ofrecen con mayor certeza. Es la vuelta a la historia, a períodos de triste recordar que parecían olvidados. Si bien no podemos decir que la historia se repetirá literalmente, pero los síntomas que se presentan son preocupantes. Primero serán los ilegales, luego vendrán los otros, a pesar de las buenas intenciones de ciertos grupos progresistas en el viejo continente.

Solo espero que esta decisión no sea “el huevo de la serpiente”, el inicio de alguna pesadilla como la vivida entre los años 30 y 40. Ojalá.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Sunday, July 13, 2008

BALANCE DEL PARO NACIONAL 9.7.08

Un paro esencialmente es una protesta. Es el ejercicio de un derecho político (el derecho a la disconformidad o a disentir canalizado a través de la protesta), incluyendo un petitorio con una serie de demandas y promovido u organizado por una o varias organizaciones sean de tipo gremial, ambiental, de defensa de derechos, políticas o una combinación de dos o más de ellas (un “frente”). En otras palabras, es la sociedad civil organizada la que protesta a través de un paro. Un paro difícilmente cambia la correlación de fuerzas en el escenario político o las políticas de gobierno, salvo que sea un paro absolutamente contundente como lo fue el “histórico” del 19 de Julio de 1977 que posibilitó –junto a otros factores- la retirada ordenada del gobierno militar de ese entonces. Fue el único caso de paro exitoso en la historia moderna, donde se consigue remover los cimientos de un gobierno. En los noventa los paros casi no se sintieron debido a la desmembración del tejido social, no como se especula por “culpa” de la política neoliberal del gobierno de Fujimori, sino por qué las organizaciones sociales estaban severamente golpeadas luego de la grave crisis de los años ochenta y a la falta de representatividad de las mismas en el nuevo Perú que se estaba gestando en aquellos años. De allí que el gobierno de Fujimori no encontrara demasiada resistencia de las organizaciones sociales a fin de ejecutar el programa económico neoliberal, apenas dándoles el tiro de gracia.

En la presente década y restablecida la democracia han buscado reorganizarse y los gremios como la CGTP han querido dar de nuevo la batalla. El 2004 contra el gobierno de Toledo y el 2008, cuatro años después, contra el de Alan García. Pero, el panorama social es muy distinto al de los años 70 y 80. La mayoría de los trabajadores no están agremiados como antaño. En gran parte son informales, sub-empleados, independientes o no sindicalizados, como lo prueban los innumerables vendedores ambulantes que más interesados que en la plataforma del paro estaban en vender sus productos justamente a los “paristas”… y a los policías que los custodiaban (como anécdota personal recuerdo que en el paro del 19 de Julio de 1977 los policías más bien nos perseguían con bombas lacrimógenas y el rochabús que preocupados en custodiarnos). Asimismo, la “estrategia” del paro como manifestación de protesta no es tan efectiva como antaño. Si se quiere llegar al resto de la población extragremial, un paro no llama tanto la atención, incluso causa molestias a los ciudadanos que realizan sus labores cotidianas; más efectivos resultan otros mecanismos. El mismo día del paro pasó por la avenida Arequipa un ciclista con un cartel enorme donde se leía “La vida está cara” culminado con dos banderitas bicolor. Estoy seguro que eso ha llamado más la atención del público “no parista” que las marchas programadas el miércoles 9 por los organizadores del movimiento de protesta. El mundo ha cambiado en 30 años y las estrategias para llegar al ciudadano del siglo XXI también.

Por otro lado, dudo, como algunos sostienen, que el gran ganador de la jornada sea Ollanta Humala. Si bien la oposición social y política –sobretodo de izquierda- necesita cohesionarse detrás de un líder (y de un programa serio y realista), este no parece ser Humala. Por más que lo desee difícilmente con su discurso ambiguo y poco articulado podrá llegar al poder. Ahora, por ejemplo, habla de una “economía nacional de mercado” (?), a fin de ganarse a los sectores medios y altos y que estamos seguros ni él sabe a que se refiere. De presentarse a las elecciones del 2011 es muy posible que obtenga menos votos que en el ya remoto 2006. A la oposición de izquierda le hace falta un líder y urgente.

Este será también un primer paro de muchos más que probablemente vengan a futuro y con mayor razón conforme se acerque el 2011. Si uno revisa la “plataforma” del paro tiene un programa variopinto, desde protestar contra “el programa económico neoliberal” y el costo de vida, pasando por el retiro de las bases norteamericanas y las promesas incumplidas del presidente hasta los reclamos locales y regionales bastante concretos o contra autoridades específicas (la quema del local del gobierno regional de Madre de Dios es sintomático de estos problemas caseros). La plataforma fue multivariada y multicolorida. Como dijeron Los chistosos en su programa radial se podía incluir también que Burga salga de la Federación de Fútbol. Es cierto que las promesas incumplidas de Alan García dan sustento a la protesta, del programa socialdemócrata moderno planteado en la candidatura, pasó a un programa conservador continuista en la presidencia. El giro a la derecha fue decisivo para la pérdida de aprobación (conservada en alrededor de 30%), aunque los motivos para tal cambio son tanto políticos como sicológicos (en un anterior artículo ya lo desarrollamos). Asimismo, el incremento del costo de vida es un caballito de batalla efectivo, aprovechable políticamente, y que va a ser “plataforma de lucha” de futuros paros. Los alimentos y el petróleo van a continuar subiendo en los próximos años y si bien existen factores internos y externos que se están conjugando, achacar exclusivamente la culpa al gobierno de turno es un recurso efectivo de cualquier oposición: afecta los bolsillos del votante y generalmente este hecha la culpa al gobierno de cómo su dinero va perdiendo el poder adquisitivo.

Por parte del gobierno, llama la atención la reacción desmesurada contra el paro. Cualquiera pensaría que estamos sitiados por una turba de agresores contra la estabilidad institucional y la democracia, hasta trasmitieron inopinadamente un spot televisivo contra el paro con la imagen y voz de Vladimiro Montesinos (conocido como el “vladispot”). La pregunta es: se trata de nerviosismo o de cálculo político del gobierno. Perdieron los papeles o fue una jugada de ajedrez a futuro. Creo que más es lo segundo. Se ha tratado mas bien de crear un “cuco” de cara al futuro que sirva de contención a las posibles manifestaciones de protesta social que vengan después, de cara al 2011, y de chivo expiatorio (o de “perro del hortelano”) a fin de tener la coartada que permita no quedar huérfano de votos de acá a tres años cuando la situación de la inflación y pérdida del poder adquisitivo de la moneda se pueda trasformar en inmanejable de no tomarse las medidas adecuadas (lo que ha venido en llamarse “el karma de García” o “la maldición de García”). En un partido tan experimentado como el APRA y con un presidente que no es novato en cuanto a enfrentar paros se refiere, es muy difícil que pierdan los papeles tan fácil como supuestamente se creyó; más bien se están cuidando las espaldas, con un mensaje como “si votan por ellos ya saben lo que les espera”; y, siempre es útil tener un chivo (o perro) expiatorio a la mano a quien echar la culpa si las cosas van mal y aparecer como la alternativa seria y responsable cuando el votante independiente esté solo en la cámara secreta.

Al final de la jornada, ¿cómo quedaron los resultados del paro? Para todo gobierno los paros promovidos son un fracaso, para los organizadores, en cambio, serán un éxito. Como siempre, la verdad está en el justo medio. El paro se ha “sentido” más en provincias que en la capital, sobretodo en la zona sur y el oriente, donde el gobierno tiene menos favoritismo en la aprobación de los ciudadanos. Ello hace pensar que el paro del 9 de julio sea probablemente el inicio de una serie de “pulseadas” de los movimientos sociales y políticos de oposición contra el gobierno, pero sin el impacto de otras épocas, buscando apenas reagrupar fuerzas y capitalizar en votos al 2011 la insatisfacción popular creciente por el alza del costo de vida, luego de la larga languidez presencial en el escenario oficial de los noventa (insistimos: los alimentos y el petróleo van a continuar subiendo en los próximos años y ello ocasionará mayor malestar social aprovechable políticamente por la oposición de cualquier matiz).

Hay una lógica de acumulación de fuerzas en los paros: mientras la base social de los gremios organizadores sea escasa, pequeña, como es ahora, difícilmente conseguirán sus objetivos, salvo que trasciendan sus propias bases, lo cual con la vieja estrategia que usan difícilmente lo conseguirán. Por eso, el éxodo que les tocó vivir en los noventa, y a la izquierda en general, luego de tocar tan cerca el cielo, todavía no ha llegado a su fin.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Monday, July 07, 2008

EL DÍA DEL MAESTRO

En su día, reproduzco este aleccionador artículo de León Trahtemberg. Para todos los maestros que realmente tienen vocación y pese a los desalientos no desmayan: FELIZ DÍA, de un no maestro, pero que por circunstancias terminó enseñando a jóvenes (y no tan jóvenes) de educación superior, y está convencido que sin una verdadera reforma educativa es poco lo que se puede hacer por el futuro del país, por más que tengamos las cuentas en azul, exportemos a raudales y suscribamos cuanto TLC pueda haber.
EJ

LEÓN TRAHTEMBERG Aprecio por los maestros
La educación en el Perú es sólo para los fuertes, para quienes tienen sólidas convicciones, ideales e inspiraciones; para quienes son capaces de luchar por sus derechos fuera del aula, sin convertir a los alumnos en los depositarios de su agresión, malestar y sinsabores.
Mi propuesta a los maestros es que continúen en la educación si se sienten capaces de ser innovadores, creadores, de hacer cosas diferentes y romper con el pasado. Trabajen en educación si quieren realizar su vocación navegando contra la corriente, muchas veces solitarios y hasta recibiendo señales de desaliento desde diversos flancos. Trabajen en educación si creen en el Perú, si creen que algún día los peruanos apostarán por la educación, si confían en que es posible poner en la agenda de los políticos y candidatos la apuesta por la educación.
Se necesita mucho coraje para elegir ser educador e ir contra lo establecido, porque sin eso nada cambiará. Si la corriente educacional peruana es obsoleta, el educador debe ir contra la corriente, para lo cual requiere tener mucha convicción y mucho respeto por la vida democrática y los cambios pacíficos basados en el poder de la palabra y el ejemplo. Aquellos que quieran limitarse a cumplir una profesión de manera rutinaria, siguiendo solamente las pautas que le han dado sus mentores, están perdiendo el tiempo. Trabajar en la educación es trabajar en un mundo en el que tenemos que cambiarlo todo. El que no esté dispuesto a eso, mejor que se retire.
Para ir en esa dirección, los ISP y las facultades de educación deberían ser convertidas en talleres de creatividad y en laboratorios de innovación. Sólo siendo altamente creativos y originales tendremos una oportunidad para revertir nuestro por ahora nebuloso destino.
A los verdaderos maestros no les podemos contar cuentos. Ya asumieron el reto de ir contra la corriente para educar y merecen nuestro reconocimiento.
En ocasión del Día del Maestro, a pesar de las justificadas ambivalencias y malestares que les genera a los maestros las difíciles condiciones de vida y trabajo, quiero saludarlos con el mayor aprecio, animarlos para insistir empeñosamente en esta noble tarea docente, nutriéndose de la convicción y esperanza que emerge de aquel rincón del alma que goza íntimamente cuando observando la inocente o pícara cara de un alumno, o los brillosos ojos de un conmovido padre de familia, escucha la conmovedora expresión ¡GRACIAS, MAESTRO!
CORREO 4.7.08

Tuesday, July 01, 2008

DESDE CUBA: YOANI SÁNCHEZ INFORMA

Antiguamente las cartas nos daban cuenta de lo que sucedía en un lugar remoto. Así nos enterábamos qué sucesos importantes habían ocurrido en un país lejano o con fronteras cerradas, o quién había muerto o caído en desgracia, amén de los chismes que nutren la curiosidad humana. Fue el medio tecnológico por excelencia a lo largo de muchos siglos. Actualmente esa forma de comunicación ha sido sustituida por el correo electrónico y los blogs, que ahora último han crecido geométricamente. Uno de esos blogs es el de la joven cubana Yoani Sánchez.
Desde el portal www.desdecuba.com/generaciony/ nos va noticiando de la vida cotidiana de un cubano de a pie. De sus carencias e ingenio para satisfacerlo, de lo que le ocurre cuando se topa con las barreras burocráticas del sistema y cómo eludirlas, crónicas narradas en pequeñas viñetas de tono confesional y estilo amical, no exento de una cuota de humor, con el cual es necesario pasar los tragos amargos de la vida.

¿Quién es Yoani Sánchez? Ella misma se describe en su blog. Es una madre de familia joven, de poco más de treinta años, filóloga de profesión, que como muchos cubanos debió abandonar su carrera para buscar otro medio más lucrativo con que sobrevivir. Por la fotografía que vemos en su blog apreciamos a una mujer de contextura delgada, con bastante energía y pese a esa confesión cálida con que nos cuenta sus avatares dentro de la isla, con mucho carácter, como que lo debe tener para criticar de esa manera mordaz al régimen. Ya Yoani se ha hecho acreedora al Premio Ortega y Gasset 2008, en la categoría de Periodismo Digital, por su labor de difusión de cómo andan las cosas por allá.

Digamos que en esta coyuntura de “perestroika” del régimen cubano (cada vez con pasos más decisivos hacia el modelo de “socialismo de mercado”), su versión de los hechos es importante. Saber lo que el gobierno quiere ocultar: que hay carestías; que casi todo se encuentra en el mercado de divisas como ellos llaman a los lugares donde solo se compra con dólares; que el gobierno quiere ocultar la pobreza eliminando a los “recicladores”, tipos que buscan algo útil o de valor escudriñando en la basura; que las barreras burocráticas todavía no dejan prosperar a empresarios que se las deben ingeniar en la informalidad; que neurocirujanos brillantes deben trabajar como vendedores detrás de un mostrador a fin de obtener un salario digno; que cada vez es más difícil encontrar bienes elementales, salvo teniendo “dólares gringos”, la moneda “del enemigo”; todo narrado con ese tono libre de amargura y más bien con una gracia y serenidad, haciendo de tripas corazón frente a los infortunios que depara la vida, cumpliendo el viejo adagio “al mal tiempo, buena cara”.

Quizás llame la atención de ciertos intelectuales de izquierda -conservadores del imaginario donde la juventud cubana va cantando feliz construyendo el socialismo- que el joven habanero más preocupado que en construir “la patria socialista” está en conseguir unas zapatillas marca Nike o un polo Adidas, no importa si “de marca” (original) o “bamba” (copia), similar a cualquier joven de una ciudad capitalista. Es que “los hijos de la revolución”, nacidos entre los años 60 y 80, tienen otros desvelos menos el soñado por sus padres. Cambios generacionales que le dicen.

Por cierto, Yoani no es la primera voz crítica de la sociedad cubana. Por citar un caso, ya Tomás Gutiérrez Alea, el querido “Titón”, hombre de la primera hora de la revolución cubana, dejó en su filme póstumo Guantanamera (1995) un testimonio crítico de que algo andaba mal en el paraíso, de que las cosas no eran como los textos explicaban o como los discursos oficiales decían. En uno de los diálogos, un personaje aludiendo a una profesora “cuadriculada” que enseñaba el “socialismo científico”, es decir de cómo sería “el paraíso en la tierra”, a lo que el otro personaje retruca, “a este paso lo que se va a enseñar es el capitalismo científico”. Amarga y descarnada verdad. O el mito del diluvio contenido en la misma película, cuando los hombres no mueren y son inmortales, no dejando espacio vital a las nuevas generaciones (aludiendo claramente a la presencia asfixiante de los “padres fundadores” de la Cuba socialista con Fidel a la cabeza), o el pastiche del personaje que encarna al típico burócrata del partido comunista que trata de acomodar la realidad a lo que piensa y no al revés, al encargarle un servicio funerario que ahorre combustible. Guantanamera fue una voz clarividente de que algo andaba mal en la sociedad cubana, cuando muchos no querían ver lo que estaba pasando.

¿Cuánto durará la labor informativa de Yoani? Los gobiernos totalitarios son de poco “aguantar pulgas” y en una de esas le cortan el acceso a internet a través de los hoteles de turistas donde –hasta ahora- ella puede acudir, como ya le negaron el permiso de salida de la isla para recibir el premio Ortega y Gasset, sin mayores explicaciones, con un lacónico “no viajará por el momento” rubricado por un oscuro funcionario de inmigraciones, que en Cuba todavía “están verdes” para sutilezas de estado de derecho y que todo acto de gobierno hacia los ciudadanos debe tener una motivación jurídica y no arbitraria. Incluso Fidel ya le mandó una “indirecta bien directa”, aludiendo al dichoso premio como "uno de los tantos premios que propicia el imperialismo para mover las aguas de su molino", a lo que la calmada Yoani, a fin de “no pisar el palito”, respondió con una deliciosa crónica titulada “Cosas de hombres”, parodiando la cultura machista, propia de la región, con un hilarante “entiéndase con mi marido” (“…Al sentirme atacada por alguien con un poder infinitamente superior al mío, con más del doble de mi edad y además -como dirían mis vecinas de la infancia- por un “macho-varón-masculino”, he decidido que sea mi esposo, el periodista Reinaldo Escobar, quien le responda”). Así que al pobre cónyuge no le quedó más remedio que enfrentarse al patriarca de la isla.

Imaginamos que ante esta situación, la buena Yoani se las arreglará para seguir mandando sus crónicas desde Cuba o de repente como esos antiguos náufragos a la deriva, tirará una botella al mar con sus cartas noticiándonos, siempre con ese estilo confidencial, de la vida en la isla que hace cincuenta años atrás trató de hacer un paraíso en la tierra y terminaron por convertirla en un infierno.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Tuesday, June 24, 2008

DE AQUÍ Y DE ALLÁ EN AMÉRICA LATINA

NO LLORES POR MI ARGENTINA
Hasta hace 15 o 20 años, Argentina le hacía la competencia a Brasil por liderar la región. Era una lucha de colosos y pese a que los argentinos ya no eran los de antaño, luchaban por posicionarse como líder regional. Hoy es un pálido reflejo de mejores tiempos y Brasil se “posicionó” como el líder en América del Sur. Es más, empresarios brasileños están comprando empresas argentinas, visto el amplio mercado gaucho. Actualmente Argentina se debate en una espiral inflacionaria que bordea el 30% mensual, una larga huelga del campo sobre la ciudad que luego de más de cien días acaba de terminar, originada por los impuestos confiscatorios de la Kirchner que desabastecieron a las principales ciudades de productos esenciales, una insatisfacción popular in crescendo y un desequilibrio fiscal que hace temer otra crisis financiera.
Cuando se llega al 30% de inflación mensual –el gobierno quiso “maquillar” cifras- estamos a un paso del 50% y de allí al 100% ya no la para nadie. Entramos a las puertas de la hiperinflación. Nosotros ya pasamos por esa experiencia en los años 80, cuando tuvimos desabastecimiento de productos básicos, inflación galopante y desequilibrio en las cuentas. Si el gobierno argentino no hace algo pronto y urgente (o si Chávez no va rápidamente en su auxilio), con un sinceramiento de precios brutal y una política económica más saludable y equilibrada, entrarán más temprano que tarde a un nuevo ciclo de crisis económica, con el consabido malestar social y la consecuente desestabilización política. La situación en Argentina es bien delicada.

CHÁVEZ LLAMA A LA PAZ A LAS FARC
Resulta paradójico, pero así es. Hugo Chávez, en giro de 180º, llamó a deponer las armas a las FARC y a insertarse en la legalidad. Jugada de ajedrez fina, dado que estamos acostumbrados a las “pachotadas” del émulo de Bolívar. Si se trata de ser suspicaces podemos deducir lo siguiente: Chávez quiere calmar el frente interno y externo –de allí que esté “tranquilo” estas semanas-. Se vienen las elecciones regionales en Venezuela y el pueblo ya está cansado de sus desvaríos megalomaníacos, gastando millones de millones en subsidios y prebendas a “países amigos” y descuidando el propio. Algo así como que la caridad empieza por casa. (Es curioso, pero Venezuela con todo el dinero que tiene por el alto precio del petróleo, no reúne las condiciones para dar el salto al desarrollo sostenido por lo que de acabarse este ciclo expansivo, retornarían a la pobreza original, como les sucedió en anteriores oportunidades). Chávez ha lanzado un “megaplan” para reactivar la economía, pero el escepticismo reinante hace que sea recibido fríamente. Si no quiere perder estas elecciones –como perdió el referéndum- deberá calmar la casa y poner orden en sus filas. Quizás haya una depuración dentro de su partido y algunos “leales” caigan, así como mantenga contenta a la cúpula del ejército, con generales leales bien “aceitados”. Ya el retroceso en la ley de seguridad por la cual todo venezolano podía fungir de delator de su vecino, a la usanza de la existente en Cuba, marca un cambio, por lo menos temporal hasta que pase el proceso eleccionario. Asimismo, la laptop encontrada al “camarada Reyes” y examinada por la INTERPOL, demuestra que existen mensajes comprometedores que involucran al propio Chávez con el financiamiento y apertrechamiento a la guerrilla colombiana. ¿Durará su “reconversión” pacificadora?

RÉGIMEN CUBANO ELIMINA LA IGUALDAD SALARIAL
Como un paso más al modelo de “socialismo de mercado” (condiciones de mercado en lo económico y partido único en lo político), el gobierno de Raúl Castro eliminó el salario único o igual entre los trabajadores, bandera del socialismo tradicional, por lo que a más tardar en Agosto del presente año, las empresas cubanas pagarán por resultados. Cuando Fidel estaba todavía en el gobierno, la Ley de inversiones extranjeras cubana fomentaba la venida de inversiones foráneas, aperturando la economía a formas capitalistas y poniendo los cimientos para el sistema económico-político denominado “socialismo de mercado”. Fidel lo comenzó en sus últimos años de gobierno y Raúl Castro lo está profundizando, por lo que de cimentarse el modelo es muy probable que muerto Fidel –e incluso Raúl- una casta dirigente desde el Partido Comunista (una burocracia gris sin el carisma de los fundadores) maneje las riendas de la sociedad cubana, siendo poco probable un derrumbe “cataclísmico” del régimen político como algunos pensaban, sino una tranquila transición del poder, como en otras sociedades socialistas que han seguido el modelo con buenos resultados: China, Vietnam o Corea del Norte. Matices más, matices menos, el modelo les permite subsistir como clase dirigente.

EL SÍ GANA EN EL REFERÉNDUM DE TARIJA
Con más del 80% ganó el referéndum autonómico en la última provincia del oriente boliviano donde estaba pendiente la consulta popular: Tarija. Con más del 85% del gas la convierte en zona rica en energía –su carta negociadora en la actualidad- y que junto a las provincias de Santa Cruz, Beni y el Pando apuestan por un régimen autonómico en materia legislativa, fiscal, económica y distributiva de ingresos, que podría ocasionar una eventual secesión del gobierno central.
Si reducimos todo el asunto autonómico a “una maniobra del imperialismo”, simplificamos el problema a un maniqueísmo de “buenos y malos”, y el problema boliviano es mucho más complicado que el blanco o el negro a los que se quiere reducir.
Evo y su discurso indigenista, a menos de tres años de gobierno, se encuentra entre Escila y Caribdis, de allí que busque afianzar su legitimidad en el referéndum revocatorio de los mandatos del presidente y de los prefectos de Agosto próximo, donde espera salir bastante holgado de la justa electoral. Con una constitución aprobada dentro de un cuartel militar, una dependencia discursiva, logística y militar de Venezuela, y una ideología política que lo aísla del mundo, es muy probable que su proyecto de socialismo del siglo XXI termine en un desastre más para el pueblo boliviano.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Tuesday, June 17, 2008

ANECDOTARIO DE NUESTRO CONGREZOO Y MOQUEGUA INSURGENTE

LA “REFORMA” CONSTITUCIONAL
Sin pena ni gloria, aunque sí con mucho de vergüenza ajena concluyó “el debate” de los padres de la patria sobre la reforma constitucional. Dicho sea, más eran “parches” que reforma propiamente. Semanas atrás había sido archivada y sepultada la iniciativa del voto voluntario y ahora se iba a ver algunos aspectos de la justicia (la discrecionalidad de la Corte Suprema para abocarse a los casos de casación), la bicameralidad, la renuncia de los congresistas, entre otros puntos. El debate se centró en un falso dilema: el retorno a la constitución de 1979 o la reforma de la constitución de 1993.
Como ya apuntamos en anterior artículo (¿Es necesaria una nueva constitución?): La visión de cambio social a través de un texto legal es algo bastante usual en países subdesarrollados. Se cree que así cambiarán las cosas. Lo cual es falso. La situación política, social o económica no cambian por existir un nuevo texto constitucional, eso es poner la carreta por delante de los caballos. Más bien un nuevo texto constitucional se hace imperativo cuando la situación social o política ha cambiado de tal forma que el texto constitucional anterior está tan anquilosado que ya no refleja ni de lejos esa nueva situación social, no al revés. Es lo que pasó en 1978, luego de las reformas del gobierno de Velasco, para bien o para mal, el Perú fue un país diferente.
Por lo tanto, querer “retornar” a la carta del 79 es tan utópico como querer mantener la actual constitución sin cambiarle una coma. Los cambios deben obedecer a la naturaleza de las cosas y previo y amplio debate de la sociedad sobre la necesidad de esos cambios, sino será un debate de entendidos que pretenden pasar por iluminados. Por ejemplo, cuáles son los argumentos a favor de un regreso a la bicameralidad, más allá de la consabida “cámara reflexiva”, si cuando existieron dos cámaras el Congreso igual daba leyes tan torpes e impopulares como el de ahora.
Creo que más urgente que las enmiendas constitucionales es que los partidos políticos seleccionen y recluten gente de nivel para sus listas partidarias. De nada nos sirve una “magnífica” constitución si los usuarios directos de la misma son de una calidad lindante a la de un primate (con el perdón de los primates).

LA GRATUIDAD DE LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA:
Otro tema tabú donde el Congreso decidió más bien postergar el debate para un futuro incierto, quitándose de las manos una “papa caliente”, fue la gratuidad de la enseñanza universitaria. Es cierto que el art. 17º de la carta política contiene parámetros a la misma, pero creo que se debe ir un poco más allá y “tomar al toro por las astas” siendo realista y viendo la calidad de la enseñanza universitaria no solo pública sino privada.
La gratuidad total de la educación universitaria obedeció a un contexto social determinado, cuando la población universitaria era infinitamente menor a la actual y los centros de enseñanza superior contados con los dedos de una mano. Pero, a partir de los años sesenta la educación superior se masifica, crece enormemente el número de estudiantes superiores gracias a la movilidad social, a la explosión demográfica y a la democratización progresiva de la educación, por lo que las viejas universidades públicas no se dan abasto y en complementación comienzan a nacer las privadas, muchas de ellas de muy buen nivel.
La reforma universitaria por ello es más compleja de lo que supone, pero tocando solo la gratuidad, supone cambiar de parámetros que ya no son útiles en los tiempos actuales. Una propuesta que ha sido exitosa en otras latitudes es el crédito educativo, a fin que el estudiante que desee seguir estudios superiores se vea beneficiado con un crédito que deberá pagar cuando comience a trabajar. Es reciprocidad, son derechos a acceder a los estudios, pero también obligación de parte del educando. La fórmula es sencilla y fácil de implementar, aunque estamos seguros que nuestra clase política no se atreverá por el “costo” que supondría ante el electorado en la próxima elección, por lo que seguiremos teniendo una educación universitaria totalmente deficiente y divorciada de los requerimientos contemporáneos.

¿Y LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA?
Me informo por artículo de Richard Webb que en el gasto comparativo en investigación y tecnología de 69 países, Perú está a la cola, en último lugar, incluso nos superan Uganda en el África y en nuestro continente, Guatemala. No hablemos de Chile (nuestro rival, a quien queremos superar) que gasta ocho veces más que nosotros. Sin gente preparada adecuadamente no daremos el salto al desarrollo que se necesita. El desarrollo no solo consiste en tener las cuentas en azul o en medir crecientemente nuestras exportaciones, sino en la educación de un pueblo, y un pueblo que no esté adecuadamente educado, difícilmente podrá competir en las condiciones que el contexto mundial impone ahora. Así, difícilmente le vamos a ganar a Chile, que, con un fondo proveniente del cobre, ya está becando a sus mejores estudiantes a fin que se perfeccionen en universidades norteamericanas, europeas o australianas, poniendo énfasis en la ingeniería, ciencia y tecnología (como lo hacen China e India). Ya no hablemos ni siquiera de llegar a unas dignas olimpiadas en el 2016 o el 2020.
Antes que nuestros queridos congresistas se enfrasquen en discusiones bizantinas, como si retornamos a la carta del 79 o dejamos la actual, deberían preocuparse por fomentar la ciencia y la tecnología. La creación –financiado por medio de un impuesto ad hoc a nuestros commodities que están a buen precio- de un fondo intangible de algunos millones para la educación científica haría mucho más por el país que discutir el retorno o no de cartas políticas. ¿Lo harán?

ADENDA: MOQUEGUA INSURGENTE
Cuando estaba terminado el presente artículo, llega la noticia de “la toma” de la ciudad de Moquegua y captura del jefe policial y efectivos que estaban comisionados precisamente para desbloquear la carretera hacia el sur del país, tomada por lugareños hace una semana. Más allá de los responsables por los actos suscitados, no se trata solo de condenar a los sublevados, como muchos periodistas han esgrimido desde Lima (es verdad de Perogrullo que han existido un conjunto de delitos que deberá investigar el M. Público); sino que merece reflexión cómo un problema aparentemente sencillo de resolver (la separación del canon de Moquegua y Tacna, según la cantidad de mineral extraído en cada región), se complica, desembocando en los sucesos del lunes 16.
En primer lugar, una vez más se nota la poca fluidez en las relaciones entre el gobierno central y los gobiernos regionales por un lado, y por el otro, la poca legitimidad del presidente regional ante sus electores, por lo que “la olla de presión” que son los reclamos regionales se desborda de los cauces institucionales. Pese a los pedidos de calma invocados, ninguno de los sublevados le hizo caso al presidente de la región Moquegua. De haber tenido un gobierno regional legitimado en su autoridad, difícilmente habrían sucedido todos estos hechos lamentables. Algo pasa, que las correas de trasmisión de la representatividad política son poco efectivas, y eso conlleva reforzar las instituciones regionales.
Antes de debatir en el Congreso si regresamos a la constitución del 79 o nos quedamos con la actual, sería mejor reformar la legislación regional, pasando por el porcentaje de votos efectivos para ser presidente de región (similar al “balotage” para presidente de la república) y fortalecer los partidos regionales, democratizándolos, ampliándolos, que no sean solo partidos coyunturales de caciques, sino de masas. Con sólidos y representativos partidos políticos regionales difícilmente habría sucedido todo esto y no estaríamos viendo estupefactos las imágenes de los hechos acaecidos, ni a presidentes regionales impotentes ante el furor de las masas.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Wednesday, June 11, 2008

EL MRTA QUIERE SER PARTIDO POLÍTICO

El hecho no debe de extrañarnos, pese a los comentarios recelosos que la noticia ha ocasionado. Los movimientos guerrilleros o insurgentes -sea que hayan empleado actos terroristas o no, lo cual es materia de un análisis distinto-, al fracasar en la lucha armada tienen tres opciones: se auto disuelven insertándose en la sociedad civil, se mantienen en estado larvado sufriendo un proceso de degeneración (deciden dedicarse a los secuestros, a robos lucrativos o al servicio del narcotráfico), o deciden asimilarse a la legalidad y el estado de derecho constituyéndose como partidos políticos. Es lo que sucedió, por ejemplo, con el Frente Sandinista de Liberación Nacional en Nicaragua una vez llegado al poder (el único caso de un movimiento guerrillero que actuando en democracia cede el poder a un partido opositor en justas electorales), el Frente Farabundo Martí en El Salvador, el M-19 en Colombia. El caso más emblemático de grupo insurgente que se mantiene en estado larvado, degenerando en negocios turbios con el narcotráfico o el secuestro de personas son las FARC en Colombia, y en nuestro país, Sendero Luminoso.

El ingreso a la legalidad de los grupos armados se produce por tres causas: primera, por “la conquista del poder”, vale decir la guerrilla resulta triunfante y procede a instaurar “un nuevo orden” desde el estado conquistado (los únicos casos exitosos en la región fueron los de Cuba y Nicaragua); la segunda, por amnistía, cuando existe un “empate” político y/o militar entre las fuerzas del orden y el movimiento armado (caso del M-19 o el F. Martí), en éste caso a veces una organización internacional o un grupo de gobernantes vecinos interponen “sus buenos oficios” a fin de facilitar el diálogo y la subsecuente solución; la tercera causa es cuando el movimiento subversivo ha sido derrotado y sus principales dirigentes encarcelados y aquellos que han purgado su pena, salen libres (generalmente mandos intermedios), recobrando sus derechos ciudadanos, incluso el derecho de elegir y ser elegido (es el caso del MRTA).

El problema gira en torno a si deben o no ser admitidos en la legalidad, considerando con cautela su pedido, dados sus antecedentes. Es como si un ladrón prontuariado, una vez cumplida su condena, quisiera ser vigilante de una entidad bancaria. Quizás sus antiguos hábitos todavía hagan recelar.

Es natural la suspicacia, pero el caso no es tanto juzgar a priori, sino que por los actos de sus propios integrantes se conocerá si existe un verdadero sinceramiento democrático. Generalmente los grupos subversivos que pasan a la legalidad atraviesan por una etapa de transición, en la cual si bien realizan una autocrítica de sus actos pasados, todavía reconocen con orgullo el fin noble de sus objetivos (una sociedad más justa). Se desprenden del pasado pero todavía no del todo. Es el caso del MRTA actualmente (y lo fue del APRA en sus orígenes). Superada esa etapa de transición, si logran desprenderse del todo de su pasado, entrarán cien por ciento en las puertas de la legalidad y el sistema democrático, lo cual puede ser coadyuvado con el ingreso de nuevos miembros que no hayan estado comprometidos con los hechos subversivos.

Sobre este punto una aclaración. La subversión en si misma no es buena o mala. Por citar solo dos ejemplos. Los fundadores de nuestro país como república fueron considerados “subversivos” en su tiempo, al igual que los padres de la naciente república norteamericana. Otra cosa muy distinta es la defensa del sistema democrático contra quienes lo atacan. Obviamente que aquellos que no creen en el sistema no pueden actuar en la legalidad, como sucede en España con los etarras o en Alemania con los nazis. Es un mecanismo de protección que el propio sistema crea para ser inmune a los ataques desde dentro de la sociedad.

Ahora bien, si ciertos cuadros del MRTA quieren actuar en la legalidad, como hemos visto no existiría ningún impedimento, siempre que cumplan con las formalidades de ley (inscripción como partido político, número mínimo de adherentes, locales partidarios, etc.); pero, sobretodo, interioricen sus integrantes los valores democráticos, esta última tarea más larga y compleja que la simple inscripción.

Muchos de los miembros del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru han purgado carcelería y están libres. Jurídicamente, como ciudadanos con sus derechos recobrados, pueden ejercer sus derechos políticos irrestrictamente, incluyendo el asociarse y decidir inscribir un partido político. Desde el punto de vista de la variedad partidaria, será una alternativa que oxigenará nuestro enrarecido y atomizado medio. Que convenza o no su programa político, que sus dirigentes sean expresión de la “conversión” democrática que manifiestan, que llegue a cuajar o no como partido político y sea representativo de la sociedad peruana, eso solo el tiempo lo dirá.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Tuesday, June 03, 2008

A 45 AÑOS DE LA INMOLACIÓN DE JAVIER HERAUD

Los 45 años de la muerte del poeta Javier Heraud y el traslado de sus restos de Puerto Maldonado a la ciudad de Lima, son motivo de reflexión sobre el sacrificio de una generación de jóvenes por un ideal, así como el gesto inútil de su inmolación, mirado a distancia.

Los años 60 en Latino América fueron remecidos por la revolución cubana, el primer experimento socialista en la región. La estrategia “del foquismo” (la “guerra de guerrillas”) obedeció a la situación insular de Cuba y a contar con un régimen político totalmente corrupto, lo que permitió que un grupo insurgente pueda desplegar su acción, amparado por la población civil, y facilitado por el terreno como la falta de comunicación entre distintas partes de la isla.

Esa situación inédita quiso ser calcada por distintos grupos de izquierda en el continente que decidieron alzarse en armas por una sociedad más justa. Todos, absolutamente todos, fracasaron, incluyendo a la guerrilla de Javier Heraud, la de Luis de la Puente y Uceda, así como la del “Che” Guevara en Bolivia (la única excepción fue la guerrilla del Frente Sandinista de Liberación Nacional en Nicaragua, que llegada al poder se corrompería en la repartija de “la piñata”). En gran parte, el fracaso se debió al trabajo de contrainsurgencia del ejército norteamericano, adiestrando a sus homólogos latinos para detener los movimientos insurgentes en el continente; pero también que en el caso peruano vivíamos un gobierno democrático de corte reformista, por lo que difícilmente iba a cuajar la insurrección armada en el país, amén de la extensión de nuestro territorio, mucho más grande y complicado que el de Cuba, así como las condiciones para desarrollar un movimiento de esa naturaleza.

La guerrilla estaba condenada al fracaso desde el inicio. Fue puro voluntarismo de un grupo de jóvenes con más corazón que serenidad y análisis frío. Su entusiasmo por la revolución cubana, reafirmado por visitas a la isla y entrevistas con el propio Fidel (que en un principio alentó la propagación de la lucha armada en AL), motivaron que se lancen a la aventura de un cambio social. Heroísmo que solo concede la juventud.

Javier Heraud muere a los 21 años, en la flor de la edad como se estila decir. No sabremos nunca si pudo dar más a la poesía, su verdadero elemento y fuego vital; y, si bien es muy comprensible que la devoción filial haya permitido traer los restos para reposar junto al padre, quizás el homenaje todavía pendiente es la edición crítica de su obra. La cortedad de esta no debe ser óbice para publicar una edición cuidada y pulcra de la misma.

Javier es símbolo de una época y de una generación: la de aquellos jóvenes con ideales que entregaron su vida por lo que creían. Algo difícil de comprender en estos tiempos de frío pragmatismo.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es