Por: Eduardo Jiménez J.
ejimenez2107@gmail.com
@ejj2107
EL
NUEVO CONGRESO
1.- No creo que el nuevo congreso elegido
solucione la crisis política, ni creo sea mejor que el disuelto. No se ha
consolidado la democracia como algunos –interesada o ingenuamente- sostienen. La
crisis de los partidos y de la representación política continuará, y de acá a
un tiempo la aceptación del Parlamento comenzará a bajar y el ciudadano
promedio pedirá “que lo cierren”.
2.- Tiene sorpresas este congreso electo.
El voto por el FREPAP y por la UPP antaurista es un voto de cólera, de rechazo
absoluto al sistema, de que “se vayan todos”. Y, ninguna encuestadora lo vio
venir. Es un voto que ha ido creciendo a sotto
voce con una constante “labor de hormiga” de los nuevos israelitas y los
reservistas, y una prueba irrefutable que una elección se puede ganar con poco
dinero y mucha convicción.
3.- Son una incógnita los del FREPAP, cómo
votarán en temas claves. Quizás sean pragmáticos en ciertos temas, pero
conservadores en materia religiosa. Y, cuidado, que han solicitado la Comisión
de Educación, justo la que tiene que ver con aspectos como igualdad de género o
sobre sexualidad en los textos escolares. Las agrupaciones conservadoras de
sesgo religioso que no llegaron al congreso quizás encuentren en el Frepap a un
interlocutor político válido para dichas propuestas.
4.- Los antauristas de UPP, con un
conglomerado no muy armónico, quizás muestre las primeras desafecciones una vez
juramenten el cargo. Hay muchos allí que son antauristas por conveniencia. Lo
cierto es que buscarán una amnistía para su líder en un toma y daca en los
cubileteos políticos, y pueda postular el 2021. El fantasma del antisistema de
nuevo.
5.- Y Acción Popular, el gran ganador de
las elecciones del 26 de Enero, puede ser un arma de doble filo para sus
ambiciones presidenciales del 2021. El tener una mayoría bisoña, sin
experiencia, lo puede hacer cometer serios errores, más visibles ahora que son
la primera fuerza del congreso, que puede pasar factura para las elecciones
generales del año siguiente. El ser la primera mayoría en un breve congreso,
puede ser un presente griego para los líderes del partido de la lampa.
6.- Haciendo un poco de política-ficción,
de estar unidas en una sola fuerza política toda la izquierda (FA, JPP y PL),
esta habría sido la gran ganadora en la noche del 26. El “voto rojo” se
traduciría en cerca de 30 congresistas y hubiese sido el desvelo de muchos de
la extrema derecha que, para consuelo de ellos, una reagrupación como lo fue
Izquierda Unida en el pasado es bastante remota.
El Frente Amplio sigue siendo el partido
institucional de la izquierda en el congreso y el ex padre Arana, como buen
seminarista que fue, tiene entrenamiento en la contemplación de la eternidad y
tranquila y pacientemente ha visto caer y perder peso político a sus rivales dentro
de la izquierda como Gregorio Santos, Susana Villarán, Vladimir Cerrón, Yehude
Simon y la propia Verónika Mendoza, cuyo voto del sur fue traspasado a UPP; lo
cual no quiere decir que sea el partido hegemónico dentro de la izquierda, pero
sí el más consolidado.
7.- El partido Morado fue uno de los
grandes perdedores. La expectativa inicial se fue desinflando no solo por los
escándalos que se sucedieron en los días previos a la elección, sino porque es
un partido apenas conocido en la ciudad de Lima, por lo que le puede suceder la
“maldición del PPC”: nunca llegar al poder y contentarse con ser furgón de cola
de otros partidos. A ello se debe sumar su mensaje muy “políticamente
correcto”, estar bien con todos, olvidando que en política, como en cualquier
actividad humana, se debe romper huevos para hacer las tortillas.
8.- Más allá de odios o fobias, dos
partidos institucionales como el Apra y el PPC no pasaron la valla electoral.
No han desaparecido, pero van a tener que hacer una reingeniería política y sus
actuales dirigentes, como se estila decir, “dar un paso al costado”. Por el
Apra pesa un fardo muy grande de colaboración con el fujimorismo en el último
congreso y el ciudadano los ha castigado. Ni siquiera en el norte, antes gran
bastión aprista, consiguieron una votación aceptable. Cada vez que hace pactos
con la derecha, el Apra sale mal parada electoral y políticamente.
9.- Alan en sus memorias decía que el Apra
perdió representación entre los años 50 y 60 por los pactos con la derecha. Cansados
de esperar llegar al poder, decidieron hacer alianzas con sus antiguos enemigos
de la derecha oligárquica. No les fue bien. Mucha gente valiosa del partido se
fue a la izquierda o al naciente Acción Popular. En la Constituyente de 1978
fueron aliados tácitos de los militares, bastante desprestigiados al final del
docenio, y perdieron las presidenciales de 1980. Ahora, aliados de Fuerza
Popular (sinónimo de corrupción en política), les fue peor: por primera vez en
muchas décadas dejan de tener representación en un ambiente tan natural para
ellos como es el Parlamento.
10.- Y Fuerza Popular pagó factura por la
soberbia y arrogancia de su aplastante mayoría (la hybris griega a la que aludía AGP). Tenía todo para ser gobierno el
2021, de usar inteligentemente su mayoría. Optaron por hacerle la vida
imposible al gobierno y buscar la vacancia, primero de PPK y luego de Vizcarra,
calculando adelantar elecciones (en una jugada muy parecida a la del Apra contra
Belaunde en su primer gobierno). Salió el tiro al revés. En una dudosa
disolución del congreso perdieron todo el poder. Sic transit gloria mundi.
11.- En cierto modo el resultado del 26 de
Enero es un capítulo –no se si final- de la corrupción y Odebrecht. De nuestro
proceso de mani pulite. En Italia
significó el fin de la clase política nacida luego de la II Guerra Mundial. En
nuestro caso tengo mis dudas. (Dicho sea, en Italia la clase política que vino
luego fue peor que la enterrada).
12.- Suerte de puente entre el disuelto y el
2021, este Congreso es corto, pero trae sorpresas. Posiblemente de su seno
salga el Bolsonaro peruano tantas
veces predicho en las profecías políticas. Es probable que Urresti –el más
votado- enarbole un discurso de mano dura contra la delincuencia, pena de
muerte para los corruptos y violadores y hasta toques de xenofobia, que vende
electoralmente. Los constantes robos, asaltos, violaciones, feminicidios y
asesinatos por encargo son la principal preocupación de los ciudadanos, por lo
que el terreno se encuentra abonado para propuestas populistas.
La verdad, este congreso va a tener poco
tiempo, apenas para revisar los decretos de urgencia, aprobar algunas leyes
necesarias, concluir con lo pendiente de la reforma política y judicial, y algo
más. Esperemos que no pierda tiempo y dinero de los contribuyentes en aspectos
secundarios o innecesarios.
Y esperemos también no exista la
tentación en algunos nuevos padres de la patria de permitir una postulación de
Vizcarra para el 2021 con alguna “interpretación auténtica” de la Constitución
(avalados por algunos “constitucionalistas”). Recordemos que fue el congreso en
los años 90 quien permitió una tercera elección de Alberto Fujimori y cómo
terminó.
LA
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
Todo magistrado, incluyendo los del
Tribunal Constitucional, tiene su “corazón”. Es decir sus preferencias
políticas, opciones ideológicas, sus intereses. No existe el magistrado
impoluto, “químicamente puro”. Esa es una idea que nos quieren vender
precisamente quienes dicen ser imparciales en sus decisiones. Se vio cuando los
magistrados del TC debatían sobre si era o no constitucional la disolución del
congreso del 30 de Setiembre.
Solo ganaron por cuatro ajustados votos
contra tres por la supuesta constitucionalidad, amparados en una dudosa
ponencia.
No soluciona nada el TC de cara al
futuro. En los criterios de mayoría no existen los suficientes candados de
existir la tentación de algún presidente de turno de querer cerrar el congreso
si este no es afecto a sus intereses. Hay zonas grises en la sentencia que bien
podrían ser aprovechadas por alguien sin escrúpulos y con tendencia autoritaria.
De repente, lo mejor sería eliminar la cuestión de confianza del texto
constitucional y no se preste a abusos de un ejecutivo que quiera avasallar al
otro poder del estado.
LA
NUEVA PRISIÓN PREVENTIVA DE KEIKO
Keiko de nuevo. Otra prisión preventiva.
Nadie discute la lucha anticorrupción. El caso Odebrecht ha abierto una impredecible
caja de Pandora difícil de controlar hasta para aquellos que manejan los hilos
de la persecución de “políticos corruptos”. Lo que se cuestiona es que la lucha
contra la corrupción se parcialice, se mire solo a un lado y excluya a los
amigos del que está de turno en el poder.
No es exclusiva de Perú, en otros países
se da también. Ya no se elimina físicamente al opositor como antaño, pero se le
“empapela” judicialmente para neutralizarlo. Se le mete a la cárcel “preventivamente”
y si después se descubre que no había indicios suficientes del crimen, ya su
poder político se habrá desvanecido.
Creo que cuando todo esto sea historia y
los personajes centrales hayan desaparecido de escena, se podrá reflexionar
mejor en el abuso de la judicialización de la política, en complicidad con
medios de comunicación, periodistas y ciertas ONGs.
Hay otro detalle que me llamó la
atención de la farragosa y por momentos aburrida lectura de la resolución a
favor de la nueva prisión preventiva de Keiko. Muy alambicada como la ponencia
del magistrado Ramos en el TC para avalar el cierre del Congreso por el
presidente Vizcarra. Cuando se elabora un texto así, ampuloso, lleno de citas
que no vienen al caso y no va a la esencia del asunto, generalmente lo que se busca
es ocultar algo y así engañar a quien lo lee. Algo de esa sensación tuve cuando
escuche la lectura de la resolución que ordenaba una nueva prisión preventiva
para Keiko. Como decíamos anteriormente, todo magistrado no es “químicamente
puro”, tiene su corazoncito o sus intereses.
3.2.20
No comments:
Post a Comment