Sunday, February 18, 2024

EL MODELO BUKELE

 Eduardo Jiménez J.

ejimenez2107@gmail.com

@ejj2107


Generalmente se enfoca el fenómeno Bukele desde la violación a los DDHH, conculcación de libertades, formación de un gobierno autoritario o la efectividad real de sus medidas en seguridad ciudadana para atenuar las sucesivas olas de violencia delincuencial. Enfoques críticos más bien valorativos que realmente prácticos. Es decir, dicen el diagnóstico o las consecuencias jurídico-políticas de las medidas ejecutadas, pero no proponen alternativas diferentes para luchar contra la inseguridad ciudadana y el crimen organizado.

 

Más allá de los supuestos en que puede terminar un gobierno autocrático como el de Bukele, el hecho es que el modelo ha cruzado fronteras en América Latina y más de un candidato ofrece la bukelización como solución a la inseguridad ciudadana.

 

La pregunta clave es por qué, si el modelo tiene fisuras, fuera del discurso retórico, no surgen alternativas distintas para combatir la inseguridad ciudadana, principalmente en la izquierda, que es la principal cuestionadora.

 

Una respuesta está en que la izquierda no tiene alternativas viables más allá del mantra de la violación a los ddhh de los pobres inculpados. Desde una aparente “superioridad moral” se han quedado en el discurso de denuncia contra la derecha autoritaria, pero sin encontrar alternativas viables en el marco del estado de derecho. Es el guion típico en las argumentaciones retóricas de la izquierda, pero sin soluciones concretas.

 

Países donde se encuentra la izquierda gobernando como en México o Venezuela, la inseguridad ciudadana y el crimen organizado se han desbordado sin que el estado tenga políticas eficaces para combatirlos. Más bien existe un pacto entre crimen organizado y funcionarios del estado para dejar hacer a la delincuencia. Llámenle corrupción si quieren.

 

Al no contar la izquierda con políticas eficaces, el ciudadano ve a la derecha como, desde un modelo Bukele, pueda combatir el crimen organizado y bajar los índices de delitos. La derecha autoritaria en el poder no tendrá remilgos y recortará las garantías y derechos constitucionales, pero a los ciudadanos eso no les va a importar demasiado si hay resultados efectivos. Y los únicos resultados efectivos e inmediatos serán utilizando el modelo Bukele. Es una paradoja. De allí su éxito inmediato, casi pegajoso. No en vano ha ganado en El Salvador una elección francamente cuestionable desde el ángulo constitucional (no así de los votos obtenidos) y que solo preocupa a una oposición electoralmente bastante disminuida. Para el ciudadano común -parafraseando a un tristemente célebre político de izquierda de mi país- esos temas constitucionales son “pelotudeces democráticas”.

 

El único candidato en Perú que aplicaría un modelo Bukele desde la izquierda es Antauro Humala. Por lo menos no se anda con remilgos en temas constitucionales o de ddhh. Imagino que muchos de los que gozaron del poder al lado de Pedro Castillo se están reciclando y haciendo cola para entrar al partido del etnocacerista, si es que ya no están adentro.

 

Disminuyendo la inflación y el costo de vida a paso seguro, lo que más preocupa al ciudadano de la región es la seguridad ciudadana. Tener no solo un discurso creíble para combatir la inseguridad y la delincuencia, sino medidas eficaces y prácticas en el corto plazo. De allí el éxito del modelo Bukele, pese a los riesgos que conlleva.

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