Sunday, July 01, 2018

FEMINICIDIO: ¿FIN DE LA CULTURA MACHISTA?

 
Por: Eduardo Jiménez J.
        ejimenez2107@gmail.com
       @ejj2107


Algunos sociólogos sostienen que posiblemente estemos terminando, por lo menos en Occidente, la larga etapa histórica del patriarcado y dando paso a una nueva etapa de mayor igualdad entre los sexos, por lo que fruto de este fin de período es la desesperación de muchos hombres que sienten que su dominación sobre la mujer termina y se ven frustrados al no poder actuar con tanta impunidad como antaño. De allí los crímenes execrables contra mujeres que se ven a menudo.

Es una hipótesis que, naturalmente, requerirá data para confirmarla o no.

Las ideologías (ideas para entender o ver el mundo) universales tienen una duración histórica prolongada. Traspasa fronteras, etapas de la historia y se asienta en el sentido común como algo natural. Es lo que sucede con las grandes religiones y con la ideología del patriarcado (y su secuela más epidérmica, el machismo) con la predominancia del hombre sobre la mujer.

Aunque no siempre fue así. Por estudios antropológicos de sociedades arcaicas, al parecer antes que existiera la civilización patriarcal, la mujer en el mundo remoto de aquellos tiempos predominaba sobre el hombre. Parece que su poder emanaba de la fertilidad, asociada a la tierra, ocupando el hombre un segundo plano en esas sociedades primitivas de carácter comunitario.

La situación se invierte con el nacimiento de las grandes civilizaciones del mundo antiguo, donde predomina el hombre sobre la mujer. Algunos asocian el hecho al nacimiento también de la propiedad privada y de la familia como la conocemos ahora, donde la mujer pasa a ser una propiedad más del hombre y administradora del hogar. En algunas sociedades se sacraliza el lazo con el matrimonio monogámico (que va implicar que la mujer no puede ser compartida con otro hombre, pero este sí puede tener otras mujeres, reconocidas o no).

Coadyuva al hecho los grandes relatos justificatorios, incluyendo los religiosos, del sometimiento al hombre, donde incluso se da a entender la superioridad física e intelectual de este con respecto a la mujer, o la naturaleza un tanto pérfida de esta última (es el caso del relato bíblico del génesis referente a Eva y el fruto prohibido). La justificación de la sujeción de la mujer al hombre se condice con la interpretación del relato bíblico del “pecado” de Eva y otros ejemplos como la “traición” de Dalila.

En algunos casos el relato justificatorio de la superioridad masculina tendrá un aura más romántica (caso de los juglares europeos) o será vista la mujer como un ser débil e indefenso que requiere la protección del hombre. O aquellos que la retrataban como un niño, un incapaz que debe ser conducido primero por el padre y luego por el esposo.

Brutal o suavemente, despótico o persuasivo, lo cierto es que en los relatos justificatorios se va a entender como algo natural la superioridad del hombre con respecto a la mujer y este hecho como si fuese algo biológico o puesto por designio divino.

De allí la ideología patriarcal dominante se expandirá por la educación y a otros ámbitos como los derechos de la persona, donde hasta hace poco la mujer era ciudadana de segunda categoría.

Es en el occidente contemporáneo que esta situación va cambiando poco a poco. Comienza con el derecho al voto de la mujer, a la elección en cargos políticos, se traslada al derecho a trabajar fuera del hogar, a tener una profesión como el hombre y, a mediados del siglo XX, la igualdad sexual.

Quizás ha contribuido a la aceleración de estos cambios los medios digitales. Las noticias del abuso contra mujeres llegan más rápido que antes al ciudadano, así como las denuncias a través de las redes, sensibilizando a la población. Lo que a su vez ha repercutido en los medios de comunicación que hacen eco de las denuncias contra abusos o maltratos a mujeres y niños.

Ello ha permitido crear un clima de sensibilización y, en cierta manera, a actuar por parte de quienes tienen el poder, que no pueden mostrar indiferencia ante casos de esta naturaleza. Incluso, jurídicamente se ha abierto un debate en distintos países para aplicar la pena de muerte en los casos más abominables.

Creo que estamos en una etapa de transición (no exenta de riesgos o retrocesos) entre el debilitamiento gradual del pensamiento patriarcal-machista y algo nuevo, quizás una etapa de mayor igualdad entre los sexos. Incluso la aparición de grupos machistas en redes como los incels (célibes involuntarios), hombres que no han podido tener sexo voluntario con mujeres al ser rechazados y actúan violentamente, es reflejo de esa etapa de transición que estamos pasando, donde lo viejo se resiste a morir frente a lo nuevo que está naciendo.

Claro, si queremos reforzar el proceso es necesario no solo una penalización (el feminicidio) sino que las instituciones del estado actúen eficientemente. En el caso de nosotros, se hace necesario un mejor actuar por parte del Poder Judicial y el Ministerio Público para sancionar ejemplarmente los casos más flagrantes de feminicidio. Se ha constatado reiteradamente que la norma sola no ayuda a bajar los índices del delito; es más, las tasas de feminicidio desde que se promulgó la ley han aumentado notablemente. De allí el necesario actuar coordinado y eficiente de distintas instituciones del estado y la sociedad civil.  

La tarea es compleja, porque muchos de los operadores tienen el pensamiento machista enraízado (jueces, fiscales, policías), aparte que gran parte de las víctimas todavía no se atreven a denunciar a sus victimarios, o ven como algo natural el maltrato a la mujer. La escuela también juega un papel clave, sobretodo para educar en valores de igualdad a los niños que ingresan a la vida escolar. A ellos va a ser más fácil cambiarles “el chip” que a un adulto formado en valores tradicionales.

Todo proceso histórico de largo aliento no es mecánico. Requiere la participación activa de los involucrados y un trabajo a largo plazo cuyos frutos recién se apreciarán en las futuras generaciones.

Friday, June 08, 2018

A 50 AÑOS DEL ESTRENO DE 2001

Por: Eduardo Jiménez J.
        ejimenez2107@gmail.com
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2001 hizo célebre el inicio del poema sinfónico de Richard Strauss, Así habló Zaratustra, que servirá de leitmotiv a lo largo del filme, cada vez que el monolito aparece.Basado en el cuento El centinela de Arthur C. Clarke, y con la colaboración directa de este en el guion, la película planteaba la existencia de una civilización extraterrestre que guiaba a la humanidad desde sus albores de homínido hasta la etapa de “superhombre”. Se hizo clásica la elipsis de cuatro millones de años, desde que el primer homínido asesino de otro homínido lanza el arma-hueso al cielo y vemos en la siguiente toma la nave espacial que se dirige a la luna. (Hipótesis que no es tan disparatada, dado que algunos científicos sostienen que el avance de la humanidad se ha debido a la creación de armas).

También acentuaría la etapa del Kubrick meticuloso hasta los mínimos detalles, característica que sería su marca en posteriores filmes, espaciando cada vez más el tiempo dedicado a la preproducción. Aquel Kubrick que repetía tomas infinitas hasta el cansancio de los actores y del equipo técnico. La búsqueda de la, muchas veces, inasible perfección total. Para 2001 buscó el asesoramiento técnico de científicos y de cómo sería el mundo 35 años después, cuando suceden los hechos del filme. Recordemos que en los sesenta se vivía un optimismo en cuanto a los vuelos espaciales y se especulaba que los viajes a la luna y planetas cercanos iban a ser cosa de rutina.

Si bien la anécdota central estaba en el marco del new age de la época, lo cierto es que desde su estreno gozó la fama de película difícil, críptica, sujeta por ello a múltiples interpretaciones; aunque muchos realizadores, disímiles entre si, se han sentido tributarios del filme: George Lucas, Ridley Scott, James Cameron o Christopher Nolan que recientemente rindió oblicuamente un tributo a 2001 con Interestelar.

Considerada “la catedral de la ciencia ficción”, nunca más el género fue el mismo. De presupuestos modestos y actores desconocidos, y las más de las veces con argumentos disparatados, el género pasó a las grandes ligas de las superproducciones, con un rigor de “cientificidad”.

No obstante ello, algunos consideran el filme como pretencioso y vacuo, y prefieren los anteriores de Kubrick, más sencillos pero con mayor hondura dramática. Lo cierto es que 2001 fue un parteaguas en la trayectoria del realizador y de un género que hasta ese momento era considerado menor.

Friday, May 25, 2018

LA IMAGINACIÓN AL PODER: MAYO 68

Por: Eduardo Jiménez J.
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       @ejj2107

¿Revuelta o revolución?, ¿tuvo o no trascendencia histórica Mayo 68?, ¿fue una revuelta demasiado sobrevalorada puesta en contexto histórico?

Algo hay de eso cuando se habla de Mayo 68, la revuelta parisina que recorrió el mundo, quizás por el hecho de haberse producido en Francia, cuna de las grandes revoluciones contemporáneas. Es romántico ver las fotos de las barricadas al estilo de la Comuna de 1871 y creer que estábamos ante una revolución de dimensiones históricas y otra distinta la realidad de los hechos.

La revuelta de los estudiantes de la Universidad de Nanterre se produce en el marco contestatario que ocurrió a lo largo de los años 60 y 70 del siglo pasado: el movimiento hippie en los Estados Unidos, cuya bandera era el pacifismo contra la guerra de Vietnam; o la más dramática: la matanza, en el mismo año, de estudiantes en la Plaza de Tlatelolco en México; o la insurrección que desestabilizó el imperio soviético: Praga 68. La década de los sesenta estuvo impregnada de cambios, movilizaciones y un sentido de lo contracultural, que repercutirían en los años siguientes.

Incluso, puesto en ese contexto, el movimiento hippie que nace en los Estados Unidos tuvo una trascendenciahistórica mayor a Mayo 68. El movimientode los chicos del pelo largo contribuyó a la liberación de las rígidas costumbres puritanas de la Norteamérica post segunda guerra mundial. Propició un giro radical a la llamada cultura de masas. Cuestionó a la sociedad de consumo de la por entonces nación más poderosa del mundo. Y, en cierta forma, rechazó la guerra fría al oponerse a la guerra en Vietnam, guerra en la cual estaban involucradas las dos grandes potencias de ese entonces, los Estados Unidos y la Unión Soviética.

Mayo 68 recoge todas esas banderas que “flotaban” en el ambiente de la época y le da un “toque político”. Por lo tanto no fue un movimiento original ni fundacional de una “nueva era”. Más bien parece que con el tiempo fue naciendo el mito de la “trascendencia histórica” de la revuelta parisina.

Algunos señalan que ayudó a liberalizar las costumbres francesas y remover los sedimentos de conservadurismo. Argumentan que personajes como Sarkozy, de origen familiar extranjero, gracias a esa liberalización mayistapudo llegar a la presidencia sin ser de “sangre gala”.

Puede ser, pero lo cierto es que por aquellos años en las sociedades de Europa occidental empezó el ascenso social de grupos no pertenecientes a las etnias originales de la nación y ocupar puestos clave en la sociedad y el estado. Fue un fenómeno que ocurrió en distintas naciones de Europa occidental,en parte por el proceso de integración que supuso la Unión Europea y en parte por la política de “puertas abiertas” a extranjeros que iban a laborar o estudiar allá, muchos de ellos atraídos por el estado de bienestar implementado luego de la post guerra. De allí que comenzaron a migrar a Europa, por mejores oportunidades,personas provenientes tanto de América Latina, África, Asia, de la Europa socialista de ese entonces o de los “parientes pobres” como la España franquista. Fue un fenómeno masivo, que matices más o matices menos, se replicó en toda Europa occidental. Francia, hay que reconocerlo, fue una de las naciones más generosas de esa migración extraordinaria, por lo que no era tan sorprendente que hijos de migrantes con el tiempo llegasen a ocupar cargos en las más altas magistraturas.

Otros sostienen que Mayo 68 posibilitó la liberación de la mujer de los corsés que la sociedad le imponía (roles estándar como madre y esposa ejemplar). Igual que sucede con la anterior hipótesis del ascenso social por la revuelta de Mayo, no se puede ser tan enfático en la afirmación. Sobre el rol que le cupo a la mujer en las revueltas de Mayo, existen testimonios de mujeres que siendo en ese entonces jóvenes de 18 o 19 años, declararon que el rol que tuvieron en las revueltas fue el de objeto sexual al ser “chantajeadas ideológicamente” para tener sexocon muchachos que apenas conocían con el argumento que eran “mujercitas burguesas reservadas para casarse”, suerte de coacción moral.

Mayo 68 tampoco fue un impulsador de la reforma educativa, como lo fue, por ejemplo, la reforma de Córdova en 1918 que se expandió a toda América Latina.

Una de las demandas estudiantiles era exigir compartir cuartos entre estudiantes de distinto sexo en las residencias universitarias. Y, si bien el número de alumnos de educación superior se elevó notablemente en los siguientes años, lo cierto es que la calidad de la educación francesa ya no estuvo a la altura de los años previos.

Mayo 68 no se propone reformas, sino la de ser un grito anarquista (como lo expresan los propios grafitis de la época). Nunca estuvo en su mente tomar el poder. Las huelgas obreras que luego acompañaron la revuelta terminaroncon acuerdos salariales y con el inicio del verano europeo. Menos quiso instaurar “la dictadura del proletariado” (la revuelta tenía un rechazo tanto al “liberalismo burgués” como al socialismo de la ex Unión Soviética). Y si bien tuvo referentes icónicos como Mao o el che Guevara, más fueron modas de la época que verdaderos referentes ideológicos, en el contexto de lo que se conoce como “nueva izquierda”.Y si hablamos de acontecimientos históricos, quizás fueron más importantes por su trascendencia la revuelta de Praga o la matanza de Tlatelolco, ambas del mismo año. La primera marcó el inicio del fin del imperio soviético y la segunda el progresivo resquebrajamiento de la hegemonía del PRI en México.

¿Qué queda de todo ese movimiento?


Creo que Mayo 68 debe ser ubicado en su real contexto. Fue la expresión de la contracultura en todo el destello de su pirotecnia, deudora del movimiento iconoclasta hippie que, a diferencia de la revuelta parisina, trasciende los ámbitos de la cultura, la literatura, el cine o la música, proyectándose a todo el mundo. Mayo 68 fue, al final de cuentas, una bocanada de aire fresco en un contexto mayor, una expresión del espíritu contestatario de la época, de aquellos convulsos y ahora lejanos años 60.