Friday, November 28, 2014

RED BULL NO TE DA ALAS



Por: Eduardo Jiménez J.
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Es conocido el comercial de la bebida energizante Red Bull, donde el personaje luego de tomarla, cual Popeye moderno, cobra una gran vitalidad, representado en unas enormes alas, terminando con la conocida frase Red Bull te da alas.

Pues bien, Red Bull no te da alas. O, mejor dicho, no tiene los efectos que la propaganda anunciaba que tenían (bebida que permite mayor energía física y mental). Sus supuestos benéficos no van más allá que los de una humilde taza de café.

Luego de varias pruebas de laboratorio concluyeron que la conocida bebida no produce el efecto que anuncia, generando en consecuencia lo que se conoce como publicidad engañosa, por lo que un grupo de ciudadanos norteamericanos decidió interponer sendas demandas contra la compañía, las que tendrán efectos judiciales a favor de terceros no intervinientes en el proceso, es decir de todos los consumidores perjudicados.

Por otra parte, las bebidas energizantes están siendo cuestionadas por el efecto que puede causar principalmente entre jóvenes, grupo que se ha vuelto bastante adicto a ellas, sea combinándolas con drogas y alcohol a fin de tener una “mejor performance” sexual o cuando es temporada de exámenes y mantenerse así despierto. Al tener un alto concentrado de cafeína, las bebidas energizantes pueden alterar el sistema nervioso de la persona que las consume regularmente. Algunos proponen que, como en los cigarrillos, las bebidas tipo Red Bull tengan un aviso de advertencia en su envase de los perjuicios que podría tener para la salud.

Volviendo a la publicidad de la conocida bebida, como sería más que evidente que la sentencia falle en contra, a la compañía no le quedó más remedio que proponer una indemnización a todos los consumidores que creen haberse afectado por el engaño publicitario. Indemnización simbólica de diez dólares americanos o quince en productos, bastando para ello que el consumidor afectado de buena fe se inscriba en la página web de la empresa.

Si bien la indemnización solo es válida en los Estados Unidos, ello no obsta a que consumidores de otros países donde se vende la bebida promuevan similares acciones ante los órganos jurisdiccionales locales.

Claro, se dirá que diez dólares no es nada, pero sumados entre miles de consumidores dará una suma de varios millones nada desdeñable.

Más que la indemnización que desembolsará la empresa, está la imagen de cómo queda. En los Estados Unidos y, en general, en países donde existe una estricta cultura de respeto a los derechos del consumidor, una empresa que por largos años lo ha engañado, es una empresa desprestigiada. Posiblemente sus acciones bajen en la bolsa y sus ventas también.

Estimado lector, otra vez que tomé la conocida bebida sepa que Red Bull no le da alas.

Tuesday, November 18, 2014

INTERESTELAR: LA ODISEA DE LA SOBREVIVENCIA

Por: Eduardo Jiménez J.
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Algunos años atrás va rondando entre los grandes estudios un proyecto sobre una película que tenga como nervio central los viajes a través del tiempo. Se piensa en Steven Spielberg como el realizador idóneo dada su trayectoria (ET, Encuentros cercanos…) y que su sola firma es garantía de rentabilidad asegurada. Sin embargo, Spielberg está abocado a otros afanes y los ojos giran entonces hacia Christopher Nolan, quien venía de cosechar enormes éxitos de crítica y público gracias al reboot batmánico; y tras anunciar que se alejaba definitivamente de una cuarta entrega del hombre murciélago, se enfrasca en el proyecto de Interestelar, dándole un cariz bastante personal y exigencias al límite a su equipo de producción, a una inversión que sobrepasó los 160 millones de dólares, razón por la que coparticipan tres grandes productoras en la financiación.

Estamos en un futuro no muy lejano y la tierra se extingue. Los estados nacionales o han desaparecido o se encuentran sumamente debilitados. Todavía existe un orden en el planeta y frente a la carestía de alimentos, se privilegia la formación como granjeros, regresando a la etapa preindustrial. Se ha revisado los hechos más importantes de la historia, como el primer alunizaje del hombre, considerado como políticamente incorrecto, y los ejércitos del mundo han sido disueltos.

Frente a ese futuro apocalíptico, un reducido grupo de científicos de lo que fue la NASA busca formas de viajar en el tiempo, a fin de encontrar un nuevo planeta que posibilite la continuación de la especie humana. Se especula que una civilización más avanzada nos está “ayudando” con “puertas” que conectan a otra dimensión. Frente al fracaso de misiones anteriores, se prepara una última que se encargará de buscar esos nuevos mundos.

El tema es bastante sugerente y nos introduce en teorías que tienen cierto asidero científico a nivel de hipótesis, como los viajes en el tiempo a través de los agujeros de gusano, teoría del físico Kip Thorne (inspirado en los agujeros negros del universo), quien ha sido consultor en la preparación del guión, tomando como base la relatividad del tiempo en el espacio y la gravedad.

Evidentemente que el gran referente de Interestelar es 2001: Odisea del espacio (1968), considerada la catedral de la ciencia ficción. Pero a diferencia del filme de Stanley Kubrick, donde el hombre cruza el umbral a una nueva etapa ascendente en la humanidad (un tanto en la onda new age de ese entonces); en el filme de Nolan más bien se trata de la supervivencia humana, de allí que todo es más “sucio”, hasta las tormentas de polvo que asolan el planeta.

Existen ciertas coincidencias con el filme de Kubrick: el “realismo” en la puesta en escena y  la “seriedad científica” con que fue elaborado el guión (el cual sufrió bastantes modificaciones en su versión original), casi hasta parecer Interestelar un documental en los primeros minutos (de hecho, en el comienzo, uno aprecia entrevistas a los sobrevivientes de la tierra, como era el lugar de, literalmente, irrespirable), centrándose en las posibilidades de los avances de la física teórica hasta el presente. Pero si bien Kubrick no se dejaba apabullar por la base científica del relato, en Nolan a veces cede al imperativo de explicar, como si se tratara de la lección en una clase, absolutamente todo el desarrollo de la trama en la parte de las conjeturas científicas, lo cual le quita cierto encanto a la ficción.

Ya no hablemos de los personajes robóticos. TARS es el HAL de 2001, aunque menos arrogante y con más sentido del humor, convirtiéndolo casi en un personaje humano; Cooper tiene el arquetipo de Bowman, aunque más temperamental, a diferencia de la casi frialdad del otro; en 2001 también existe un viaje por el tiempo a través de un “agujero”, aunque menos explícito y más atractivo visualmente; la Endurance, la astronave que emprende la gran aventura, es el equivalente a la Discovery; el espacio exterior, como lugar de un “horror frío y silente”, etc.

Existen otras influencias cinematográficas, como ya se han anotado: El abismo de James Cameron, Señales de M. Night Shyamalan, Misión a Marte de Brian DePalma, o Alien: el octavo pasajero de Ridley Scott (inspirador de ese “universo sucio”).

Ello no resta la creatividad, el talento, ni la exigencia de Christopher Nolan y su equipo (el coguionista, Jonathan Nolan, tuvo que asistir a clases de física en un instituto científico a fin de “empaparse” del tema). Las casi tres horas tratan de una gran odisea espacial, quizás la próxima gran aventura del hombre. Es cierto que a veces se muestra muy grandilocuente o enfática, como que estamos ante “la gran aventura”; pero salvando esos excesos nos encontramos ante una película manejada con buen pulso narrativo.

Todavía es muy temprano para determinar si estará en el pedestal al mismo nivel de 2001, ello solo el tiempo lo dirá. Personalmente me parece que no. Fue un gran intento, es cierto, pero no llega a ese nivel (dicho sea de paso, frente al tratamiento de la ciencia ficción que realizó 2001, la crítica no fue muy benévola con ella al momento de su estreno, lo que solo ocurrió años después, hasta ser considerada una de las mejores películas de todos los tiempos).

Posiblemente el filme de Nolan deje ese mismo sabor extraño en el paladar, sobretodo si hacemos comparaciones con la trilogía del hombre murciélago; lo que no le resta méritos propios a Interestelar y que estamos frente a un filme que, de hecho, ya marcó un importante hito en el género fantástico.

INTERESTELAR [Interstellar] 
Dir: Christopher Nolan
Guión: Jonathan Nolan, Christopher Nolan
c/ Matthew McConaughey (Cooper), Anne Hathaway (Amelia), Jessica Chastain (Murph), Matt Damon (Dr. Mann), Michael Caine (Professor Brand) Ellen Burstyn (Old Murph), John Lithgow (Donald)
EEUU/2014/CF****/Estrenos








Thursday, November 06, 2014

EL MURO QUE FUE HISTORIA

Por: Eduardo Jiménez J.
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Los muros implican división, separación, el nosotros y ellos. No en vano existe un muro al sur de los Estados Unidos a fin de impedir que ingresen los mexicanos. No se dice mucho de ese muro, pero también implica separación, exclusión.

Otro muro célebre es el de Israel, a fin de aislar a los palestinos, los “otros”, suerte de ciudadanos de segunda categoría. Y no se diga nada de la separación, vigente hasta ahora, con muros, alambradas, policías y toda la parafernalia del terror que impide a los coreanos del norte cruzar la frontera hacia un sur con más oportunidades.

La historia ha enseñado que levantar muros para protegerse de los otros (al final de cuentas un muro es un mecanismo defensivo) ha sido inútil. Los “otros” siempre se las ingeniaron para cruzar los muros, aún a riesgo de su propia vida.

Muros de separación hay y ha habido, y como vamos posiblemente continuarán existiendo, pese a las lecciones que la historia nos proporciona. Pero en nuestra historia contemporánea, el más famoso es el de Berlín, cuyo derrumbe fue hace 25 años y marcó un antes y un después en la historia mundial. Así como la toma de la Bastilla significó un “gesto” que las cosas estaban cambiando en el mundo, que la aristocracia y los reinados divinos llegaban a su fin; el derrumbe (“caída” no es un término muy preciso) o demolición del muro significó el ingreso a una etapa de la humanidad confusa y contradictoria, como todo cambio, pero que nos está llevando –a veces medio a ciegas- a una nueva etapa de nuestra historia, no necesariamente mejor que la anterior.

Marcó el fin del socialismo soviético (dos años después terminaría en implosión la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas), la trasformación en socialismo de mercado de la China pos Mao, la hegemonía del capitalismo como sistema económico dominante en el mundo con una suerte de capitalismo globalizado, y de la democracia representativa como forma política por excelencia.

En el nivel ideológico-político significó la predominancia del liberalismo, en especial la vertiente economicista llamada neoliberalismo (que postula la racionalidad del mercado como eje ordenador de la vida económica, social y política), y el eclipsamiento del pensamiento marxista en todas las variantes conocidas, desde las más ortodoxas a las más originales. Ello significó el replanteo de los discursos de los distintos movimientos de izquierda, desde los aggionamentos democrático-liberales, los socialdemócratas, pasando por los discursos ecologistas y medioambientales, los discursos nacionalistas tipo “socialismo del siglo XXI”, hasta los más ortodoxos en la prédica “original” marxista.

Curiosamente no significó una hegemonía absoluta de los Estados Unidos como “potencia dominante”, más por los propios problemas que arrastra, sino de un mundo multipolar, con distintos centros hegemónicos, muchas veces con alcance solo regional (donde EEUU tiene una hegemónica mundial relativa). Pero sí significó el surgimiento de grupos religiosos extremistas, principalmente en el Medio Oriente, con una visión ideológica fanatizada y contraria a Norteamérica (el hecho más trágico de estas acciones antinorteamericanas fue el 11S), lo que la ha hecho intervenir puntualmente en ciertas zonas del Oriente Medio, a fin de controlar a estos grupos y no se vea afectada su seguridad interna y la importación de petróleo.

El derrumbe del muro dio nacimiento también a un resurgimiento nacionalista en Europa, con la creación de nuevos estados políticos que no existieron antes y los consiguientes peligros que puede conllevar para el proyecto común de la unidad europea. En algunos casos el resurgimiento nacionalista fue sangriento como en la antigua Yugoslavia; en otros consensuado a nivel de la cúpula política como en la separación pacífica de Checoslovaquia en dos nuevos estados; y en otros sujeto a consulta ciudadana como en Escocia y Cataluña.

La historia mundial pos Muro también fue veloz gracias a la mundialización del uso de internet y las tecnologías digitales. Nunca el mundo estuvo tan cerca como al alcance de un clic. La tecnología coadyuvó a sentir un vértigo del proceso histórico que siguió tras el derrumbe, vértigo que impide apreciar en perspectiva todo lo que se vino en escasos 25 años y lo que se viene de aquí en adelante.

Y si hablamos del muro de Berlín, Alemania tras su reunificación se convirtió en la potencia hegemónica al interior de la unión europea. Es la que dicta las pautas en materia económica y financiera.

Algunos sostienen que más que reunificación de las dos Alemanias, fue “absorción” de la Alemania Oriental por la Occidental. En cierta manera esta última “compró” a la todavía Unión Soviética la liberación de la parte oriental. Se comprometió a una serie de pagos a la ex URSS que andaba en problemas financieros bastante graves, por lo que le convino a bien entregarle sin muchas resistencias la antigua República Democrática Alemana. El resto es historia conocida.

La convivencia de la “Alemania rica” con la “Alemania pobre” fue difícil. Los del bloque oriental migraron a las ciudades prósperas del Occidente, otros se fueron del país a mejores rumbos. Y como sucede cuando en un solo país conviven dos sectores económicos marcadamente diferentes, los del sector menos próspero suelen tener menor densidad de población, se quedan los de mayor edad y los jóvenes se van en busca de mejores oportunidades laborales. Otros –sobretodo los mayores de cincuenta años- añoran mejores tiempos, cuando el estado regulaba la vida del ciudadano desde el vientre materno hasta su muerte. Pero, de allí a que exista un ferviente deseo mayoritario de volver a una situación “pre-muro” es difícil, casi imposible.


Lo que sí se percibe es un cuestionamiento a las tesis neoliberales y el resurgimiento de la socialdemocracia. 25 años después se han dado cuenta que el mercado no corrige los desequilibrios sociales, ni las desigualdades; que para ello necesitan estado y más estado. Nada nuevo después de todo.

Thursday, October 30, 2014

¿EN QUÉ MOMENTO SE JODIÓ BENEDICTO JIMÉNEZ?



Por: Eduardo Jiménez J.
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La capacidad subjetiva de albergar en una sola persona el bien y el mal, lo hace un personaje llamativo para la ficción. El bien y el mal reunidos en un único ser, como es en la vida real. Un policía honesto, artífice de la captura del siglo, pasó de héroe a villano en las mismas páginas policiales que cubrían la hazaña de capturar a Abimael Guzmán en aquel, ya lejano, 1992.
La respuesta más directa a la pregunta del título es que lo jodió la ambición, el dinero fácil, algo que no se consigue siendo honesto. De allí a contactar con las personas equivocadas, como el clan Orellana, solo hay un paso. Pero, creo hay algo más en el caso de Benedicto Jiménez.
El ser relegado en su propia institución luego de ser actor principal en “la captura del siglo”, mientras otros, con menos méritos que él, eran promovidos; el pasar al retiro y vivir con una pensión modesta; el no sentirse recompensado como él pensaba, crea una suerte de “desquite” con la sociedad. Si por las buenas esta no me lo da, lo tomaré por las malas. Si a ello se suma que no se posea sólidos cimientos éticos (como los tuvo su gran antagonista en la captura, el general Ketín Vidal), el cruzar el umbral de la delincuencia no es complicado. (Por cierto, toda la gran polémica con Ketín Vidal fue por el reconocimiento de los créditos en la captura: Ketín tuvo todos los honores en calidad de general en jefe, mientras Benedicto y su gente del GEIN pasaron a un segundo plano).
Pero, creo ha existido algo más que conseguir dinero fácil y abundante. Quizás ansia de reconocimiento público. Su trayectoria pos captura lo demuestra. Algo recuerdo, hace muchos años, de un bochornoso incidente en una elección de mi gremio, el Colegio de Abogados de Lima, donde Benedicto quiso entrar a la mala a la sede del Colegio, desconociendo un resultado electoral desfavorable a su candidato.  Métodos hamponescos y mercenarios al servicio de quien mejor pagase, síntoma del contrato con el diablo que suscribiría con Orellana años más tarde.
Ello me trae a colación, tiempo después del incidente narrado, de su candidatura a la alcaldía de Lima por el Partido Aprista con el apelativo El Sheriff. Su sobrenombre lo decía todo: iba a imponer ley y orden. Tampoco consiguió el reconocimiento que creía merecer y su fugaz paso por la política se eclipsó en el olvido.
De allí se le perdió de vista, hasta que reaparece como director de la revista judicial que patrocinaba su nuevo mecenas, Rodolfo Orellana.
Hasta el nombre de la revista sonaba a burla, Juez Justo, o cachita como decimos los peruanos. Una revista que se dedicaba a calumniar a los que osaban denunciar los manejos turbios de su jefe, que utilizaba el amedrentamiento judicial y el reglaje contra los que no habían sido comprados por su actual patrón. Fue parte de su método de trabajo a cambio de dinero y poder. Métodos más de soplón que de policía. Podemos decir que en ese momento ingresó de lleno al lado oscuro de la fuerza.
En cierta forma, estaba en la cúspide del poder. Director de una revista, hombre público respetado. Ahora sí era temido por jueces, fiscales y periodistas. Se codeaba con políticos y empresarios, con aquellos que pocos años atrás lo ninguneaban o lo miraban por encima del hombro. Otros, lo endiosaban, alabándolo. (Basta escuchar el audio de sobonería adulona de una de sus abogadas donde le informa de un conocido y controvertido juez supremo que verá su caso). Imagino que en esta nueva etapa de su vida pensaba que el reconocimiento ya había llegado como esperaba: dinero y lo que el dinero puede comprar, pero sobretodo poder.
Quizás los sicoanalistas lo pueden explicar mejor. Pero, en un momento lo que nos da placer, luego nos puede infligir dolor, nos pasa la factura del goce que hemos recibido. Eso les sucede, por ejemplo, a los drogadictos; y, en general, a todos los que solo buscan un placer sensorial. Esa sensación pasajera se vuelve en contra suya. O, peor aún, necesitan más de esa sensación para sentirse bien. Similar fenómeno les ocurre a los que gozan del poder y vuelven a este porque se les ha convertido en una “droga”, como en los políticos.
Supongo que con todo el dinero y poder acumulado pensaría proyectarse en un futuro no muy lejano a intentar de nuevo algún cargo público importante: alcalde provincial, presidente regional o, porqué no, presidente de la nación.
Por esas ironías de la vida, luego de la captura vuelve a cobrar notoriedad, quizás no como lo había pensado, pero vuelve a estar en los titulares noticiosos y en boca de todos. Vuelve a gozar la efímera fama.
Vicios privados, públicas virtudes. La verdad, Benedicto Jiménez es digno de una novela o una película, siquiera una miniserie.

Monday, October 20, 2014

ENTRE LA FICCIÓN Y LA REALIDAD: EL ELEFANTE DESAPARECIDO

Por: Eduardo Jiménez J.
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Javier Fuentes-León se hizo conocido por su ópera prima, Contracorriente, suerte de “lección moral” (salida del closet como declaró el director) sobre los amores prohibidos entre dos hombres. Esta vez nos sorprende con un thriller con rasgos fantásticos.

Edo Celeste es un escritor de novelas policiales muy vendidas. Ha anunciado la culminación del ciclo sobre el detective Felipe Aranda, con la novela que se encuentra escribiendo. En su pasado, tiene un amor que no puede olvidar: su novia desaparecida misteriosamente el día del terremoto en Ica, frente a la configuración de rocas en la Bahía de Paracas que parecen un elefante. Existen una serie de hechos que en vísperas del séptimo aniversario de la desaparición, llaman la atención de Edo, incluyendo una “encarnación” del personaje central de sus novelas.

Estamos ante un thriller con toques de policial, misterio, motivación sicológica, “novela negra”, coronado todo por el género fantástico, donde realidad y ficción se van mezclando, hasta diluirse una en otro y alterar completamente “la realidad” con un giro de tuerca final sorprende. (También se puede leer como una metáfora del antagonismo permanente entre el escritor y su personaje).

A diferencia de otros thrillers parecidos, donde se aguarda una “sorpresa final” revelada al espectador que a la vez “lo sorprenda” y explique toda la trama claramente; esta vez la revelación no ha querido aparecer demasiado abrupta ni evidente, sino irla dosificando para que el espectador se vaya dando cuenta, hacerla un tanto ambigua, y revelarla luego en toda su plenitud.

Como ya se ha anotado, ello requiere un espectador atento, activo, “cortazariano” (el director es muy adicto a los cuentos de Cortázar), caso contrario “se va a perder” en la trama (esa “discreción” manejada en la resolución ha causado que muchos espectadores, habituales consumidores del cine norteamericano que explica hasta el mínimo detalle la trama, salgan confundidos de la sala). Ello no quita que no se disfrute del suspenso logrado, de principio a fin, conforme se va profundizando en esta suerte de rompecabezas para armar, como el que elabora el protagonista.

Existen ciertos elementos recurrentes con respecto a su anterior filme: el giro de historias tradicionales (en Contracorriente la historia de amor centrada no entre un hombre y una mujer, sino entre dos hombres, en El elefante… la revelación final); la “presencia de fantasmas” que adquieren protagonismo corpóreo (Santiago en Contracorriente, Celia en El elefante…); las locaciones costeñas (el realizador ha declarado que encontró las de este filme cuando buscaba las de Contracorriente); un secreto revelado al final.

Mención aparte merece el uso de las locaciones de la ciudad de Lima, sobretodo la Lima nocturna, que se “sienten” como parte de la trama y no meros decorados, así como la magnífica dirección de actores, desde los principales hasta los secundarios (lo que si es un poco difícil de creer es que acá, en Perú, pueda haber un escritor de novelas policiales, ex policía por añadidura, que viva de sus libros y venda miles de ejemplares como sucede en Estados Unidos o Europa).

Estamos ante el manejo con mano segura que acomete Javier Fuentes-León, en un thriller de impecable factura, muy por encima de otros filmes de similar naturaleza.



EL ELEFANTE DESAPARECIDO
Dir. y guión:Javier Fuentes-León
c/ Salvador del Solar (Edo Celeste), Angie Cepeda            (Mara de Barclay), Lucho Cáceres (Felipe Aranda/Rafael Pineda),  Vanessa Saba (Celia Espinoza), Andrés Parra (Ferrer), Tatiana Astengo (Fiscal Sanchez)
Perú/2014/Thriller sicológico***/Estrenos





Wednesday, October 15, 2014

LA IZQUIERDA EN SU LABERINTO: LA DERROTA DE SUSANA VILLARÁN Y EL AUGE DE LA IZQUIERDA CHOLA EN PROVINCIAS

Por: Eduardo Jiménez J.
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La misma gente de izquierda ya está haciendo sus análisis y la autocrítica en la fallida forma que se hizo gobierno municipal. Más allá de aquellos que achacan la culpa del fracaso del gobierno municipal de izquierda a la derecha (para ellos la culpa siempre es de otros), podemos resumir en algunos puntos cuestionables la gestión de Villarán: privilegio de tecnócratas sobre operadores políticos, provenientes sobretodo de las ONG, buenos para la consultoría y redes sociales, pero nulos para el trabajo de campo (muchos por primera vez pisaban el centro histórico de la ciudad al trabajar en el Municipio) y torpes ante las “zancadillas” que les colocaba la oposición a cada momento –incluyendo la revocatoria-; enfoque básico en la clase media y media alta y nula visión de una Lima en su conjunto para el futuro; improvisación a granel (el “olón” de la Herradura, el corredor azul); descuido de obras para los sectores populares (el puente “Bella Unión” demoró meses en ser restablecido; el túnel de San Juan de Lurigancho se encuentra sin concluir); pérdida de la identidad partidaria por una “mala lectura” del resultado obtenido en el 2010, debido más al azar que a la capacidad de sus dirigentes (Fuerza Social perdió su representatividad política postulando en solitario a las generales del 2011, creyendo que se encontraban en la cresta de una ola electoral); y el subsecuente y desesperado “vientre de alquiler” para las municipales y el “pactismo” con políticos cuestionables de Perú Posible, al más puro estilo de la derecha bruta y achorada. Ya no hablemos de la parte ideológica, donde existe una mezcla en distintas proporciones de progresismo, enfoque multicultural, republicanismo, ecologismo light, aderezado todo con ciertos toques de liberalismo clásico y apertura al mercado.

Es una izquierda que se desdibujó en los últimos años, perdió el norte y perdió aliados dentro de la misma izquierda.

Pero a contracorriente tenemos otra izquierda, la de provincias, una “izquierda chola”, bastante radical, con base política en Patria Roja y base social en el magisterio estatal y el campesinado, cuyos cuadros provienen de una clase media provinciana ilustrada, que en su discurso ha tomado como banderas el cuidado del medio ambiente, la oposición a la gran minería y el predominio de una ruralia, una suerte de gran campo armónico con la naturaleza. Su mejor exponente es Gregorio Santos quien, pese a estar con prisión preventiva por graves cargos de corrupción, ha conseguido cerca del 50% de votos a su favor. En menor medida se encuentran otros “antis” de tendencia radical que operan en el sur del país. El común denominador de todos ellos es su desprecio y desconfianza a todo lo que provenga de Lima, incluyendo a los “dirigentes” de izquierda limeños. (Como una vez sostuve en un post, medio en broma, es el antagonismo irresuelto entre la izquierda caviar y la izquierda salchipapa).

Se puede cuestionar el discurso antiminero de esta izquierda provinciana; pero no se puede negar su arraigo popular. Y difícilmente ese arraigo obedece “al electarado” como acusa la derecha dura, sino a la sintonía con los problemas que tienen las regiones mineras, desde el agua –valiosísimo recurso en los campos cultivables- hasta la repartición de los beneficios de la explotación de las minas.

Evidentemente esa izquierda provinciana ha sabido buscar un enemigo que le sirva de caballito de batalla, y lo encontró en la gran minería formal que curiosamente no contamina en las proporciones que la informal o la ilegal; pero al centrarse en “las grandes empresas mineras” no colisiona contra sus bases partidarias, muchos de cuyos integrantes y familiares se dedican a la minería artesanal y a todo lo que ella conlleva, incluyendo rapto de menores para la prostitución infantil. Fríamente es cuestión de estrategia política. (Ese mismo bastión de izquierda provinciana radical sirvió de base electoral al entonces candidato Humala, tanto en las generales del 2006 como las del 2011).

La pregunta es si tiene futuro la izquierda provinciana. Evidentemente que sí y bastante; pero en el camino va a tener que volverse más orgánica, plantear objetivos viables (atenuar el discurso anti y proponer estrategias viables de desarrollo) y ejercer la democracia interna. Ese es uno de sus grandes retos, pasar de movimiento social de protesta a partido político orgánico. Y si se unifican en un solo partido nacional (tarea, por cierto, bastante ardua y complicada), uniendo todos los movimientos sociales provincianos en una sola plataforma, podemos hablar de un partido político con proyección nacional. (En cierta manera Tierra y Libertad del padre Arana ha dado el salto, pero le falta mucho trecho por recorrer).

En el camino deben evitar repetir uno de los peores males de la política nacional: el caudillismo y el caciquismo, fenómenos que se están volviendo recurrentes en los movimientos regionales de izquierda, emulando el estilo de la derecha conservadora.

¿Esa izquierda provinciana podrá sintonizar con la izquierda light, pituca, de Miraflores y San Isidro?

Lo veo difícil. La limeña izquierda light electoralmente no es significativa. No existen partidos representativos de izquierda, no tienen bases sociales y carecen de coherencia partidaria y programática (hicieron un intento con el Frente Amplio, pero quedó a medias). Deberían mirar hacia el pasado y ver que el mejor momento de la izquierda fue entre los años 70 y 80, teniendo su cenit con Izquierda Unida. El secreto no fue otro que la organización a partir de unas sólidas bases populares y el desenvolvimiento de un populismo edil de izquierda encabezado por un líder carismático al frente (hoy esas bases son o castañedistas o fujimoristas).

Quizás el intento de colocarse Villarán en el centro político, con un discurso dirigido sobretodo a las clases medias ilustradas, poco entendible para el ciudadano común, no dio el resultado esperado. No basta con “renunciar” a un pasado político, sino en ser convincente y coherente en las propuestas.

Y eso lleva también a que la izquierda necesita un líder carismático, que gane elecciones, que “arrastre votos”, como lo fue el desaparecido Alfonso Barrantes, quien no necesitó renunciar a su pasado mariateguista y practicó más bien un populismo edil de izquierda, realizando con escasos recursos una de las mejores gestiones que tuvo la ciudad de Lima. (La institución del programa del vaso de leche nació en su administración).

En estos momentos no cuentan con un líder así y todavía se debaten en pugnas de protagonismo los viejos sesentones y setentones que fueron “revolucionarios” hace ya cuarenta años.

Comparto la idea de Antonio Zapata, en el sentido que los “viejos patricios” de la izquierda -esos que creen estar vigentes porque tienen una columna semanal en algún periódico, concentrados casi todos en el colectivo Ciudadanos por el Cambio- renuncien a todo protagonismo y cedan el paso a los jóvenes. Nunca se aplicaría con más certeza la sentencia de Manuel Gonzáles Prada. Se abran las compuertas a las bases a fin que se produzca el relevo generacional. Quizás de allí surja un líder carismático, en sintonía con la Lima actual y las nuevas generaciones. En la revocatoria del 2013 se vislumbró más de un joven con bastante carisma. (Pienso en Marisa Glave, quien se jugó por entero contra la revocatoria).

Pero como están las cosas, dudo que renuncien. Susana Villarán ya declaró que no abandona la política (en otros países, con el magro resultado cosechado el 5 de Octubre, muchos políticos se retiran a sus cuarteles de invierno), así que suponemos tentará suerte en las congresales del 2016. (No creo sea tan desubicada de pensar en las presidenciales). Los viejos opinólogos tampoco quieren soltar sus posiciones de privilegio en la izquierda; y más o menos se repite en la zurda lo que sucede en los partidos de derecha: caudillismo hasta la muerte; muere el caudillo y con él muere el partido.