Thursday, July 17, 2014

BRASIL, 2014

Por: Eduardo Jiménez J.
        ejjlaw@yahoo.es

Existen vínculos subterráneos entre el fútbol y la sociedad y la política. No necesariamente es una relación evidente de causa-efecto, pero de haber vínculos, los hay; como que el fútbol despierta pasiones multitudinarias y eso lo sabe muy bien cualquier gobierno, democrático o dictatorial, de derecha o de izquierda. Como el de Brasil, durante el gobierno de Lula da Silva, a fin de ser sede del mundial 2014.

Por aquella época el “modelo brasileño” estaba en boca de todos. Incluso la izquierda local lo quería replicar por estos lares. Se repetía constantemente que Brasil estaba en “el umbral” de los países en desarrollo y Lula era una suerte de superstar de la política; pero como dice el viejo adagio “el pan se puede quemar en la puerta del horno”. Obras sobrevaluadas, otras a medio hacer, constantes protestas callejeras mientras duró el evento, pifiaderas solemnes a la presidenta Dilma Rousseff cuando aparecía en los estadios, crecimiento mínimo el presente año pese al mundial e inflación al alza, reflejaban más a un país del tercer mundo que a uno desarrollado. La soberana goleada que le infligió Alemania en las semifinales simbolizó magistralmente ese ambiente poco sano que vive la política y economía brasileña: bastante mediocre y por añadidura enormemente corrupta. Brasil, a pesar de todo, sigue siendo “un país tropical”.

Otro que fue “el gran perdedor” es Argentina que, si bien llegó a la final, muestra al igual que Brasil, un equipo que depende de individualidades, y si estos desaparecen o juegan de regular para abajo, el equipo no responde. Le sucedió a Brasil cuando su jugador estrella, Neymar, no jugó ante Alemania ni ante Holanda. Las individualidades en el fútbol reflejan muy bien el caudillismo que todavía impera en nuestras sociedades. Si el caudillo desaparece, se hunde el partido político y con él todo el gobierno. Los equipos de acá van a tener que aprender de Alemania que no juega con individualidades, sino con equipos, y si uno de los integrantes se lesiona y no participa, se le reemplaza por otro con cualidades parecidas. En el fondo el sistema aplicado es el taylorista, de la revolución industrial del siglo XX, donde todos los trabajadores son engranajes, piezas que pueden ser reemplazadas indistintamente.  El sistema tiene sus ventajas, pero también sus límites.

Por cierto, los desmanes producidos en el gran Buenos Aires luego de la derrota, dicen mucho de la grave anomia que atraviesa la sociedad argentina, así como su clase política. Atrapados entre un pasado que fue glorioso y un presente más bien decadente, y un futuro bastante incierto; los exabruptos violentos son reflejo del miedo ante un futuro nada halagüeño.

Otro gran perdedor fue España. Eliminada sin conmiseración apenas comenzó el torneo. Qué le pasó a los españoles, a los campeones del anterior mundial, era la pregunta que flotaba en el ambiente. Sirvió para ejemplificar que nadie se puede dormir en sus laureles. Más en estos tiempos. Que seguir la misma estrategia y con los mismos personajes, no necesariamente produce los mismos resultados que antaño. En los ambientes competitivos, como es un mundial de fútbol profesional, no se puede ir confiado en que el pasado se repetirá de usar los mismos procedimientos y los mismos insumos (léase jugadores). El caso español da para estudiarlo en las escuelas de administración y de paso en las estrategias de guerra que es el fútbol.

Con Costa Rica, Chile y Colombia se cumplió el conocido adagio de “no hay enemigo chico”. Sobretodo los queridos “ticos”, a quienes menospreciaron (venían a que les hagan goles, se decía sarcásticamente). El secreto de su éxito es bastante obvio: disciplina y profesionalización, roce internacional y cumplimiento de lo que el Amauta decía: sin Europa no hay posibilidad de aprender. Europa, a pesar que ya no es el continente todopoderoso de antaño, sigue siendo una fuente inagotable de conocimientos, incluyendo los futbolísticos, sino pregúntenle a los alemanes.

De los DT de estos tres países, dos también lo fueron en el nuestro. Cuando estuvieron acá quisieron imponer disciplina a los jugadores, profesionalización, y no los dejaron. Migraron a otras latitudes y ya vemos los resultados. Por eso nosotros solo tenemos a un Reimond Manco y por allá hay un James Rodriguez y otros más. La política del compadrazgo y de las juergas apañadas solo produce mediocridad, típico de las sociedades mercantilistas y poco competitivas. Después no se sorprendan que no lleguemos a ningún mundial hace más de treinta años.

Y otro que llamó la atención fue Estados Unidos. El soccer, como ellos lo llaman, está entrando poco a poco en la sociedad americana. La generación joven lo practica más. Algunos son escépticos si alguna vez será el deporte favorito en Norteamérica. Tendrá que ver con la cantidad de latinos para dar una respuesta. Ya son la segunda mayoría luego de los WASP y, al paso que van –se reproducen más que los blancos-, en un momento de este siglo los igualarán o incluso los superarán en número. Si sucede eso, el fútbol podría ser el gran deporte de Norteamérica. Tan cierto como que algún día el presidente de allá será alguien de origen latino, apellidado López, Ramírez o Gonzáles. A la sociedad norteamericana le sucederá lo mismo que le pasó al Imperio Romano en sus postrimerías: fue tomado por los bárbaros, pero estos conservaron las instituciones diseñadas por Roma.

El próximo mundial será en la fría Rusia. Muy posiblemente con Vladimir Putin dando la bienvenida a las delegaciones. Imagino que por allá a los opositores a su gobierno no les aplicarán solo agua fría como sucedió en Brasil, sino los mandarán directamente y sin juicio previo a una gélida prisión. Es que el gobierno de Putin representa muy bien lo que se conoce como “democracia autoritaria” y no se anda con muchas exquisiteces.  

Felizmente nosotros no hemos caído en la insensatez de “hacer un mundial” en asociación con Chile y Colombia (nuestros socios en la Alianza del Pacífico), como algunas voces sugerían. Sería doblemente oneroso: despilfarrar dinero público que puede servir para mejorar los servicios que presta el estado y hacer el ridículo en apenas la primera vuelta con una solemne goleada de ocho a cero contra cualquier “equipito” del barrio. Mejor nos olvidamos de eso hasta nuevo aviso.

De todas maneras, de acá a cuatro años, será de nuevo un placer ver por televisión un encuentro de fútbol y no de “fulbo”, practicado por estas tierras, y que se parece al fútbol pero no llega a ser lo mismo.



Monday, July 07, 2014

PROFETAS DEL ODIO

Por: Eduardo Jiménez J.
        ejjlaw@yahoo.es

Al terminar de leer los ensayos que componen el libro Profetas del odio de Gonzalo Portocarrero, me confirma lo que siempre pensé: el origen del terror desatado por Sendero Luminoso obedeció, entre otras causas, a razones ideológicas asentadas en un contexto cultural determinado.

Practicando lo que se conoce como sociología de la cultura (con un toque especial de sicoanálisis, segunda especialidad del autor), Portocarrero llega a una conclusión parecida: el contexto provinciano de la tranquila Huamanga se vio trastocado por la Universidad que se constituye a fines de los años cincuenta, emergiendo en los sesenta como un centro de intensa actividad marxista en la sierra central. En ese contexto de despiadado debate político, donde la polémica URSS – China es el eje y toma de posición de unos y otros, llega un joven profesor, Abimael Guzmán, que con un discurso retórico emotivo, esperanzador y seudo científico gana adeptos principalmente entre los jóvenes. Con esos jóvenes va formando una suerte de “congregación religiosa laica”, bajando el paraíso prometido a la tierra.

Uno de los aportes del doctor Portocarrero es dejar de lado el típico enfoque economicista de buena parte de la izquierda que justificaba el terror de Sendero Luminoso por las condiciones de pobreza extrema en Ayacucho y más bien trata de explicarlo por las condiciones culturales e ideológicas imperantes que permiten el surgimiento de la organización terrorista más letal que hayamos conocido. (Martín Tanaka tiene un excelente ensayo sobre las incongruencias que marcan el discurso del Informe Final de la CVR, discurso redactado mayormente por gente de izquierda).

Pero la explicación no se agota en las condiciones culturales (la relación compleja amo – siervo desarrollada por Portocarrero se va a repetir en el imaginario huamanguino, pese a que en la realidad ya había desaparecido años atrás con la finalización del mundo oligárquico), ni en el pasado de las estructuras culturales incásicas y coloniales que se asientan en un pueblo; sino que aborda la biografía del cabecilla, del líder del grupo, y cómo fue necesario un hombre con las características especiales de Abimael Guzmán para dar nacimiento a las acciones armadas de Sendero Luminoso. Difícilmente se hubiesen producido con otra persona distinta a Guzmán. Sus cualidades personales (desgarrado como hijo bastardo en un país donde la inclusión y ascenso social estaban limitados y hasta prohibidos por razones socio-económicas, de raza u origen) fueron esenciales para dar nacimiento a todo lo que vino después. Con ello Portocarrrero también  rompe otro mito de la izquierda: el que la revolución la hacen las masas y no individualidades; existe más bien una relación de ida y vuelta, de franca retroalimentación, entre unas y otros.

Demuestra también que el pasar Sendero Luminoso a las acciones armadas hacia finales de los años setenta fue practica, sino común, bastante frecuente entre grupos terroristas de extrema izquierda y que se auto proclamaban marxistas como las Brigadas Rojas en Italia o los montoneros y tupamaros en Argentina y Uruguay. La diferencia entre SL y los demás grupos de la izquierda peruana, fue que el camarada Gonzalo decidió pasar a la acción y no quedarse en el mero discurso retórico (casi toda la izquierda maoísta proclamaba en ese entonces la lucha armada).

Eso explica también –si bien Portocarrero no lo desarrolla en su libro- la razón por la cual gran parte de la izquierda, sea tácita o explícitamente, expresó su apoyo a las acciones de Sendero Luminoso. Los consideraban como los primos hermanos que se “atrevieron” a llevar a la práctica la tesis de la violencia revolucionaria, hasta cuando sus queridos “primos hermanos” comenzaron a asesinar a los dirigentes de la izquierda legal, a fin de limpiar el camino de la revolución de “reformistas”. Y esa complicidad explica en parte que para muchos grupos de izquierda la democracia siga siendo un medio y no un fin, así como sus reiterados fracasos de unión electoral y política: existe un “trauma” (para usar la jerga sicoanalítica cara a Portocarrero) que no lo han superado todavía y les lleva a cometer error en error político como, por ejemplo, el apoyo a Fujimori en los noventa o a Humala en el presente siglo.

Precisamente una de las tesis centrales del libro y que merece el título –Profetas del odio- es la galvanización de las contradicciones a través de la violencia. Abimael Guzmán y sus discípulos practicaron una vieja tesis del marxismo: la violencia revolucionaria. La violencia debía agudizar las contradicciones entre el proletariado –o la vanguardia que lo representaba que para Guzmán era SL- y las fuerzas represivas del orden burgués. De allí que adoctrina a sus huestes en el odio de clase, visto y vivido desde niños por los muchachos que provenían de hogares humildes y excluidos, y vivido también por el propio Guzmán en sus años mozos y de exclusión en la ciudad de Arequipa. Ese odio de clase será la gasolina que haga girar el motor de la historia; de allí la importancia que le otorgaba. Lo que precisa Portocarrero es que en un momento determinado, hacia la segunda mitad de los años ochenta, ese odio se le escapa de las manos al líder senderista y comienza a ser practicado irrefrenablemente por sus huestes.

Otro mito que se rompe es el del supuesto cientificismo de la ideología marxista. Para todo aquel que se haya acercado al marxismo auroral sabrá que los propios Marx y Engels autodenominaron a su teoría como socialismo científico, desacreditando despectivamente al socialismo de sus rivales (Saint-Simon, Proudhon) como “socialismo utópico” o no realizable.

El autoproclamado socialismo científico era producto de la época que vivieron, de un positivismo imperante, donde el progreso se dibujaba como una línea francamente ascendente; por lo que ellos deducían que las condiciones estaban dadas para que el proletariado europeo conduzca la revolución que, previo estadio de una dictadura que “limpie” las desigualdades y taras del capitalismo, conduzca inexorablemente al comunismo, a la tierra prometida de la justicia y la igualdad. Desde el punto de vista de los mitos movilizadores, Marx y todos sus discípulos que vinieron después lo que hicieron fue traer el paraíso a la tierra, convirtiéndose así una ideología en un dogma “laico religioso”.

Lo que demuestra Portocarrrero es que frente a la secularización de la sociedad, cuando la religión comienza a perder presencia y poder en el mundo occidental, se hace necesario que los mitos bajen a la tierra. El hombre tiene que creer en algo que suceda a futuro. Eso lo sabía muy bien José Carlos Mariátegui, cuyos artículos y libros exploran la idea del mito que sirva de impulso al obrero para la lucha revolucionaria, lo que en su época fue muy criticado por el marxismo estaliniano, más pedestre y economicista.

Abimael Guzmán era adicto a los sofismas con los que cautivaba a sus seguidores, principalmente jóvenes, justificando así las acciones sangrientas y el sacrificio más duro en aras de una sociedad justa y sin clases. Aplicando sofísticamente el materialismo histórico arengaba a sus huestes en su accionar como resultado de la evolución de millones de años que tenían como desenlace inevitable el socialismo; por lo tanto todo sacrificio y acción por más despiadada y sangrienta que fuese se encontraba justificada por tan noble propósito. Premisas indemostrables, como la “raza superior” de los nacionalsocialistas, pero que servían para justificar no solo las acciones más sangrientas sino también la entrega de la propia vida a la causa revolucionaria.

Una digresión adicional que tampoco se encuentra en el libro de Portocarrero, pero igualmente se desprende de su lectura: sobre el reclutamiento de jóvenes militantes a “la causa revolucionaria”. Sucedió en el pasado y sucede actualmente con el Movadef. Los jóvenes son “el insumo” de SL/Movadef, la razón es obvia: son más fáciles de manipular con un discurso inflamado sobre las desigualdades y la inoperancia de la democracia para resolverlas. Algo evidente por cierto y que permite concluir que solo la lucha armada permitirá corregir esas graves desigualdades y que, por supuesto, Abimael Guzmán se encuentra recluido en una base naval por haber entregado su vida a tratar de corregir esas desigualdades que ningún partido o político “tradicional” lo hizo. Si a ello se agrega que generalmente los jóvenes tienen una entrega más generosa y desinteresada que los adultos, y que la historia de los años del terrorismo no se detallan con la suficiente convicción en las aulas escolares tenemos lo que ya hemos constatado: jóvenes que creen sinceramente que el camarada Gonzalo fue un luchador social y merece ser amnistiado.

Merece leerse Profetas del odio (el estudio iconográfico de los dibujos de los senderistas es también interesante y merece todo un análisis aparte) por la perspectiva que trabaja el autor, apartándose de los clichés tradicionales tanto de la izquierda, como de la derecha que solo ve la parte cuantitativa y epidérmica de los daños del terror pero no se atreve a penetrar más allá. Profetas del odio obliga al lector a tomar una posición y a un permanente interactuar con el libro, desde ese punto de vista es una lectura estimulante.

Profetas del Odio. Raíces culturales y líderes de Sendero Luminoso
Gonzalo Portocarrero
Fondo Editorial de la PUCP
1ª Edición, Lima 2012, .258pp


Monday, June 16, 2014

RANKING DE LAS MEJORES UNIVERSIDADES PERUANAS

Por: Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Si bien todo ranking de mérito es siempre discutible, el establecido por América Economía
(http://rankings.americaeconomia.com/mejores-universidades-peru-2013/ranking/) tiene la virtud de ubicarlo en el contexto nacional y, no obstante estar pensado para el mundo empresarial, podemos extraer algunas conclusiones preliminares:

1ª) LOS DIEZ PRIMEROS PUESTOS

El orden de ubicación es el siguiente:
1. Pontificia Universidad Católica del Perú
2. Universidad Peruana Cayetano Heredia
3. Universidad Nacional Mayor de San Marcos
4. Universidad de Lima
5. Universidad del Pacífico
6. Universidad Nacional Agraria La Molina
7. Universidad Nacional de Ingeniería
8. Universidad San Martín de Porres
9. Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas
10. Universidad de Piura

De los diez primeros puestos, solo en tres se encuentran universidades públicas: San Marcos en tercer lugar y un poco más lejos La Agraria y la UNI. El resto lo cubren universidades privadas (la PUCP, Cayetano, Lima, Pacífico, San Martín, Ciencias Aplicadas, y la U de Piura).

En un ranking anterior no efectuado por América Economía (ranking iberoamericano SIR 2011), el orden de las diez primeras universidades peruanas era el siguiente:

1. Universidad Peruana Cayetano Heredia
2. Universidad Nacional Mayor de San Marcos
3. Pontificia Universidad Católica del Perú
4. Universidad Nacional Agraria La Molina
5. Universidad Nacional de Ingeniería
6. Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco
7. Universidad Nacional San Agustín
8. Universidad Nacional de Trujillo
9. Universidad Ricardo Palma
10. Universidad San Martín de Porres

Lo primero que llama la atención es que cuatro universidades no aparecen en el primer ranking, de las cuales tres son nacionales. Debemos suponer obedece a un prejuicio de los encuestados (mayormente empresarios en el ranking de América Economía) o a las variables y peso de ponderación entre uno y otro listado.

Así también resalta que en el ranking de América Economía aparezcan en el top ten universidades “pro empresariales” como la Pacífico, la UPC o la Privada de Piura, las que no aparecen en el ranking iberoamericano SIR entre los diez primeros lugares.

Si nos centramos en los tres primeros puestos, percibimos coincidencias entre ranking y ranking, dado que se encuentran las mismas universidades, solo que en diferente orden (Católica, Cayetano, San Marcos en uno; Cayetano, San Marcos, Católica en el otro).

¿A qué se debe?

Depende mucho de las variables de medición que existan en cada ranking, así como el peso relativo que se le quiera dar a cada variable. Si, por ejemplo, le doy un peso ponderado importante a número de alumnos matriculados, las “universidades masivas” saldrían bien posicionadas; pero si le doy más peso a investigación y publicaciones, no será así.

No es necesario ser adivino para concluir que estando sustentado gran parte del ranking de América Economía en la opinión de los empresarios, así como de empresas reclutadoras  de personal (los headhunters), ha influenciado notablemente su opinión para elegir o discriminar a determinada universidad; mientras el ranking SIR es más académico que gremial-empresarial, por lo que pondera mayormente producción científica o publicaciones en revistas de las mejores universidades iberoamericanas.

Así también si contextualizamos el top de los tres primeros lugares nacionales a nivel iberoamericano (ya no mundial, porque allí sí se diluyen en el infinito), encontramos que la Cayetano a nivel iberoamericano se encuentra en el puesto 147, San Marcos en el puesto 211 y la Católica, más lejanamente, en el puesto 262 (ranking iberoamericano SIR 2011).

Este “triunvirato” de mejores universidades nacionales se repite, con ligeros cambios de orden, en la cuarta edición del QS University Rankings: Latin America 2014 (allí el orden es primero la PUCP, luego San Marcos y en tercer lugar la Cayetano).


2ª) LAS NUEVAS UNIVERSIDADES

Las universidades creadas en los últimos veinte años, en la segunda gran oleada de universidades privadas (ver en el presente blog nuestro anterior artículo Universidad, cosa de locos), se percibe un doble fenómeno:

- Un pequeño grupo de universidades se ha consolidado en prestigio académico en corto tiempo (menos de veinte años), pero también son las más caras del medio. Es el caso de la Universidad Esan en el puesto 16 o la USIL en el puesto 18.
- Contrariamente las universidades privadas masivas –caracterizadas por cobrar menos pero con alta concentración de alumnado- ocupan lugares más inferiores en el escalafón, como el caso de la Universidad César Vallejo en el puesto 34 o Alas Peruanas en un lejano puesto 42.

Vayamos a un segundo análisis comparativo: cómo se encuentran posicionadas en el ranking iberoamericano SIR las universidades nuevas “caras” tipo Esan o la San Ignacio.

La San Ignacio se encuentra en el ranking SIR en el puesto 48 (ya no en el puesto 18 que le otorga América Economía) y la de Esan sencillamente brilla por su ausencia. Volvemos a reiterar, en el ranking de América Economía existe un abundante prejuicio empresarial que considera “muy buenas” a universidades que más son “colegios caros” que universidades propiamente.


3ª) LAS UNIVERSIDADES CON RECTORES ALTAMENTE REMUNERADOS

Un caso curioso es el de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega, universidad con 50 años de creación (pertenece a la primera gran oleada de universidades privadas de los años sesenta), por lo que su estatus es el de una universidad consolidada y añeja. Pero pese a tener la misma antigüedad que, por ejemplo, la San Martín y contar con el rector mejor remunerado en todo el Perú (y quizás de Latinoamérica), la Garcilaso se encuentra en un lejano puesto 32 en el ranking de América Economía (42 en el  ranking SIR a nivel nacional), superada incluso por universidades con menos de veinte años de creadas.

En el ranking SIR superan a la Garcilaso universidades novísimas como Alas Peruanas o la UCV, e incluso la superan universidades nacionales con infraestructura y recursos precarios como la Nacional Agraria de la Selva o la Amazónica de Madre de Dios; pudiendo concluirse que no existe una relación de causalidad directa entre antigüedad y calidad; y, peor aún, entre remuneración elevadísima del rector y calidad educativa.

Dicho sea de paso, en otras encuestas esta conclusión se confirma, siendo los profesionales de la Garcilaso los menos deseados por los reclutadores y empresas privadas de primer nivel. Preocupante.


4ª) RANKING POR ESPECIALIDADES

En el ranking por especialidades de América Economía, en Derecho son más atractivos para los reclutadores de personal y las empresas privadas los profesionales egresados en el siguiente orden: la PUCP, San Marcos, Lima, San Martín y la Universidad de Piura. Cuatro privadas y apenas una pública.

De nuevo se debe tamizar el resultado, dado que existe un cliché o prejuicio de asociar a una especialidad con una sola universidad. Es el caso, por ejemplo, de economía, donde se asocia que los mejores economistas son los egresados de la U Pacífico; en Comunicaciones los de la de Lima; o en Arquitectura los de la Ricardo Palma. Y si bien Sociales, por obvias razones,  no aparece ni remotamente en el ranking, en Sociología o en Ciencia Política el primer puesto se lo disputan San Marcos y la Católica, una pública y otra privada.


5ª) LA PUCP, ¿LA MEJOR DEL PERÚ?

Caso aparte merece la PUCP, considerada la mejor universidad del país.

Dentro de las universidades católicas de Iberoamérica, la PUCP ocupa un lugar bastante inferior, frente a otras universidades católicas mucho mejor posicionadas.

Según el ranking SIR 2011, el orden de las diez mejores universidades católicas de Iberoamérica era el siguiente:

1. PUC de Chile (puesto 31)
2. PUC de Río de Janeiro (puesto 73)
3. PUC Río Grande do Sul (puesto 78)
4. PUC de Paraná (puesto 129)
5. PUC de Valparaíso (puesto 136)
6. UC del Norte (puesto 148)
7. PUC Minas Gerais (puesto 170)
8. UC Brasilia (puesto 184)
9. UC Portuguesa (puesto 185)
10. PUC de Sao Paulo (puesto 206)

… Y la Pontificia Universidad Católica del Perú se encontraba en el lejano puesto 262 (posición 13 a nivel de universidades católicas), ni siquiera dentro de las cien primeras de Iberoamérica.

Por ello, y ante la evidente pauperización y crisis del sistema universitario peruano, bien se aplica entre nosotros el conocido adagio “en el país de los ciegos, el tuerto es rey”.

Nuestra hipótesis es que, por múltiples factores externos e internos, desde hace algunos años la PUCP ha ingresado a un proceso de pérdida lenta y progresiva de calidad educativa o, por lo menos, de estancamiento, frente a otras opciones educativas que se encuentran consolidando a nivel local. Es un proceso a largo plazo, pero nos parece irreversible.


6ª) PRODUCCIÓN CIENTÍFICA

Otro hecho que se aprecia es el de la producción científica. Muy pocas casas de estudio realizan investigación en nuestro país –y su secuela la publicación-. El grueso de producción científica lo tienen las tres universidades que se encuentran en la cabeza del ranking, pero en el siguiente orden: primero la Cayetano, luego San Marcos y al final la Católica.

Volviendo a producción científica se observa que, luego de las tres mencionadas, la producción mayor la tienen universidades nacionales en el siguiente orden: Agraria, la UNI y la San Antonio Abad; confirmando que las nuevas universidades “de la segunda gran oleada” en los años noventa prioritariamente se han dedicado a ser solo “centros de enseñanza” o escuelas de formación profesional, filón más rentable para las privadas que la investigación.


7ª) LAS UNIVERSIDADES QUE NO SE ENCUENTRAN EN EL RANKING

Muchas universidades no se encuentran en el ranking de América Economía. Aparecen apenas 55 casas de estudio de más de 137 entre instituidas y provisionales que existen hoy en día. Por ejemplo, según dictamen de la Comisión Mora, las que cuentan apenas con autorización provisional de funcionamiento (que las que funcionan así y dan títulos profesionales a nombre de la nación “provisionalmente” son una buena mayoría) suman nada menos que 61, lo que dice mucho de la alta precariedad institucional en que se desenvuelve la educación superior en el Perú.

Ninguna de estas universidades con “autorización provisional” se encuentra en el ranking. Desconocemos si es por razones que los reclutadores y empresarios ni saben que existen o se trata de una exclusión deliberada al preparar la encuesta. Sería interesante que en un futuro ranking se incluya un mayor número de universidades en el espectro, así como opiniones académicas extra empresariales, ello contribuiría a un cuadro más preciso y amplio.

Un hecho que ha merecido crítica es la mala posición en el ranking de América Economía de las universidades públicas. Ello puede deberse tanto al prejuicio que el sector empresarial tiene de las públicas (consideradas a rajatabla como “malas” o donde solo se va “para hacer política”), como a la falta de inversión de estas en calidad educativa –pese a contar varias nacionales con recursos propios y del canon-; y, sobretodo, a la necesaria reingeniería que deben efectuar, no solo en lo económico, sino hasta en la propia cultura académica, donde apenas se salvan en prestigio dos o tres (básicamente San Marcos, Villarreal y la UNI).

Según algunos analistas, de continuar la misma tendencia en los próximos años, la mediocridad se entronizará totalmente en las públicas, dejando de ser emblemas de la educación superior peruana, a diferencia de otros países, donde las universidades públicas son las líderes del sistema educativo.


No podemos concluir radicalmente que las universidades privadas sean superlativamente mejor que las públicas, ni que las más caras dentro de las privadas sea sinónimo de calidad (es lo que sucede, por ejemplo, en la carrera de medicina humana, donde dicho supuesto no se produce); pero sí confirma nuestra hipótesis que la creación de nuevas privadas obedeció a una demanda insatisfecha sobretodo de una clase media emergente con poder adquisitivo y que el crecimiento de estas fue desordenado y poco supervisado por parte del estado, sobretodo en control de calidad, por lo que se hace necesario y fundamental una reforma urgente del sistema universitario peruano.

Friday, June 06, 2014

TIAN'ANMEN, 1989


La forma como un gobierno reacciona a las protestas de la sociedad, dice mucho de su estilo de actuar. Sucede con todo aquel que tiene poder y cómo lo usa en las situaciones críticas. La masacre de Tian'anmen en 1989 dijo mucho del autoritarismo del gobierno chino de ese entonces para resolver una serie de reivindicaciones de apertura social y política.

En cierta manera se puede decir que Tian'anmen fue la primera protesta de la clase media emergente, en ese entonces en formación en China. La apertura económica se había producido diez años atrás y los beneficios todavía no eran tangibles, como lo son ahora. Existía desempleo y las condiciones de vida no eran muy buenas. Por añadidura, la legitimación de la cúpula en el poder liderada por Deng Xiaoping no se encontraba totalmente consolidada al interior del Partido Comunista Chino. Pocos años atrás había mandado a la cárcel nada menos que a la viuda de Mao y a la camarilla conocida como “la banda de los cuatro”. Remedos de juicio que zanjaban la lucha por el poder llevaron a Jiang Qing y a sus principales colaboradores al banquillo de los acusados. Eran tiempos difíciles en China en lo económico, político y social. Quizás por ello Deng Xiaoping optó por la represión brutal antes que el diálogo. Los cálculos más conservadores estiman en dos mil los muertos en la Plaza Tian'anmen, sin contar los numerosos heridos, los deportados y los que siguieron por largo tiempo vigilados por la policía secreta. El silenciamiento de las protestas fue sangriento y brutal.

La pregunta es si consolidado hoy en día en China el modelo de “socialismo de mercado”, una respuesta similar podría producirse. Temo que sí, temo que ese modelo, que algunos quisieran ver implantado en nuestros países, trae libertad económica y tiranía en lo político. Trae un capitalismo que escarapela el cuerpo.

Se dice que ahora los grupos sociales descontentos se encuentran en el campo, en las zonas rurales. Las ciudades chinas crecen a ritmo vertiginoso, existe una clase media desarrollada y los nuevos multimillonarios son legión. Parece que en ese panorama una protesta como la de Tian'anmen es menos probable. Como que la gente se encuentra más interesada en hacerse rico o vivir holgadamente que en demandar mayor libertad política. Algo de eso trae el modelo chino. Un anestesiamiento de las demandas políticas a cambio de un enriquecimiento sin límites. Quizás Huxley y su “mundo feliz” al final tenía razón: la mejor forma de dominar a una sociedad es anestesiándola, dándole placer o un aparente placer que no le permita preocuparse de otras cosas. Es una forma de dominación eficaz. El mito de la caverna de Platón sigue vigente, a pesar de todo.

Tian'anmen parece lejano ya, pero está más cerca de lo que parece.

Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Tuesday, May 27, 2014

UNIÓN CIVIL

Existen proyectos de ley polémicos, sobretodo si afectan áreas sensibles de las creencias de las mayorías o de la ideología, civil o religiosa, dominante en una sociedad. Ya no hablemos de los proyectos de ley que afectan los intereses de los grupos fácticos de poder y que rápidamente son archivados, casi sin discusión.

Algo de eso se percibe en el debate afiebrado que ha traído el proyecto de Unión Civil propuesto por el congresista Carlos Bruce, entrampado en la Comisión de Justicia por las fuerzas evangélicas y católicas que, curiosamente, se han vuelto aliadas de hecho para que no se convierta en ley. A tal punto de difícil se encuentra la situación que el propio congresista Bruce tuvo el coraje de declarar públicamente –posiblemente a un costo personal elevadísimo- su orientación sexual, a fin de usarlo como argumento político de defensa que destrabe el empate.

Estos proyectos polémicos son los que le toman el pulso a las sociedades, los que diagnostican más certeramente el carácter tolerante o no de las mayorías; y, no es secreto, que frente al proyecto la intolerancia viene de todas partes, desde los segmentos más pobres y menos educados hasta los más refinados y elitistas.

Solo una minoría lo apoya, mejor dicho lo apoyamos. Porque acá no se trata de imponer la razón de la mayoría, sino que los derechos se extiendan a todos. Existe un principio jurídico, el de la universalización de los derechos, sin importar los rasgos particulares del beneficiario. Caso contrario, estaríamos segregando a un grupo humano, fundamentando la segregación, en la razón de la mayoría. Ese es el camino más corto y rápido para la intolerancia y la discriminación.

Por eso los derechos no son sometidos a ninguna clase de consulta, porque los beneficiarios, si son un grupo minoritario, se les negaría el reconocimiento. Imagínense si en los Estados Unidos de los años sesenta se hubiera sometido a consulta las leyes de afirmación a favor de un grupo minoritario como eran los negros en ese entonces. Jamás habrían obtenido el reconocimiento efectivo de sus derechos civiles.

Ideológicamente el proyecto es liberal, en el sentido clásico del término, moderno; pero refleja muy bien, por las reacciones suscitadas, lo conservadora y premoderna que todavía puede ser la sociedad peruana. Todavía respira ese aire malsano de la Colonia. Las iras desplegadas al proyecto de Unión Civil tienen un tufo reaccionario tanto en hombres como en mujeres. De intolerancia ante el otro, al que es distinto por el hecho de serlo. E igualmente evidencia el temor y menosprecio que sentimos ante el homosexual.

De cierta forma nos encontramos en un periodo transicional en la sociedad peruana, entre lo viejo que se resiste a morir y lo nuevo que está naciendo. Como todo cambio es conflictivo, a veces anárquico, otras errático. Esta “revolución social” es silenciosa, pero de consecuencias mayúsculas en las estructuras sociales, políticas, económicas y culturales del país. Afecta a los partidos políticos e, incluso, a la ideología dominante y a los valores que hasta ahora se consideraban incuestionables, como el rol del varón o de la mujer, y lo que entendemos por familia.

Y, de igual manera, refleja también que todavía no hemos separado la razón de Estado de la religión. Y las pruebas las vemos cada vez que ingresamos a una dependencia pública. Por mi trabajo debo ir constantemente a las dependencias del Poder Judicial. No es casual encontrar dentro de sus instalaciones una capilla católica, una gruta de adoración a la Virgen María, para no mencionar los abundantes crucifijos y ejemplares de la Biblia (católica) en los despachos de los magistrados. Como les digo a mis alumnos, se supone que el estado es laico, pero viendo toda esa simbología sacra parece que estamos ante un estado confesional. Por desgracia no tuvimos las guerras religiosas que padecieron los europeos y que los obligó a no meter a Dios en los asuntos de la tierra.

El proyecto de Unión Civil no significa el fin de la familia. La familia, acá y en otras latitudes, se está reestructurando, está cambiando, pero no es su fin. El proyecto aboga básicamente porque esas nuevas familias, que en los hechos ya existen, no queden desamparadas patrimonialmente.

Si el proyecto se aprueba, diría mucho más de la sociedad peruana que tomos de tomos de libros y ensayos, que avanzamos hacia una tolerancia al otro, tolerancia a regañadientes, pero tolerancia al fin y al cabo.
Eduardo Jiménez J.

ejjlaw@yahoo.es

Monday, May 19, 2014

LUCHAS Y CONTRALUCHAS, HUELGAS JUDICIALES Y JUEGO DE TRONOS EN LOS ÓRGANOS CONSTITUCIONALES

La larga huelga de los trabajadores del Poder Judicial duró más de cuarenta días sin importar la paralización de miles de procesos pendientes de resolución. Su principal pedido era ser excluidos de la ley de Servicio Civil.

Todo cambio genera resistencias. Lo insólito sería que los afectados se allanen al cambio. Por eso las resistencias en el pasado a la Ley de Carrera Magisterial, hoy a la ley de Servicio Civil, mañana a la inminente reforma universitaria y a la siempre postergada reforma política.

Es cierto que al momento de la aprobación de la ley en el Congreso de la República se cometió el error de exceptuar de los alcances de la norma, sin existir justificación alguna, entre otros, a los trabajadores del propio Congreso, de la Sunat o de la SBS, lo que motivó que otros trabajadores del estado con gran poder de negociación como son los judiciales busquen también “salirse” del marco normativo; pero no menos cierto es que de satisfacer su pedido, se vendría un “efecto cascada” de otras instituciones del estado que requieren lo mismo, y solo quedarían comprendidos dentro de la ley los estatales con menos poder de negociación. Por ello sería recomendable que el Congreso enmiende su propio error y derogue la excepción que, incluso, es inconstitucional, atendiendo al artículo 103º de nuestra Carta Política.

No obstante ello, efectuar los trabajadores judiciales una huelga indefinida por más de cuarenta días paralizando un servicio esencial del estado para exigir la exclusión del marco de una ley, contando con el entusiasmo explícito del propio presidente del Poder Judicial, no se ve en una democracia realmente con estado de derecho. En una democracia consolidada sería descabellado paralizar el servicio de la administración de justicia. Miles de miles de procesos de alimentos, de familia, de inquilinos morosos, de reos en cárcel o de trabajadores que solicitan sus beneficios sociales quedaron paralizados a lo largo y ancho de todo el país.

Ello ha llamado a cuestionar la poca eficacia del Consejo Ejecutivo del Poder Judicial a darle solución inmediata y efectiva a la atención básica a los usuarios, que somos todos nosotros. No es posible que denegasen la declaratoria de emergencia del Poder Judicial a fin de contratar trabajadores que realicen las labores de los huelguistas.

Si bien la huelga es un derecho reconocido en la propia Constitución Política, ello no quita que se corte el derecho de servicio a los ciudadanos o se haya previsto siquiera una atención mínima (audiencias, recepción de escritos, atención en juicios de alimentos y  juicios penales). Imagínese, querido lector, si los trabajadores de Sedapal deciden realizar una huelga indefinida y suspender el servicio de agua a toda la ciudad de Lima. Sería impensable porque también están los derechos de los usuarios a recibir el servicio. Algo similar se produce con los usuarios del Poder Judicial. A quienes toman las decisiones no les importó el ciudadano, síntoma que estamos en muchos aspectos en una sociedad pre-moderna.

Y ya es hora que a los servidores del estado que hacen huelga se les descuente por los días no trabajados y no reciban su sueldo sin trabajar, bajo el subterfugio que van a “compensar” las horas perdidas, horas que jamás se compensan en la práctica. Día trabajado, día pagado; y si no se labora no existe contraprestación económica, como sucede en el sector privado.

Y ya es hora también que se modernice ese poder del estado. No me refiero a las computadoras de última generación, sino a las decisiones políticas, que las aplicadas son de antiquísima generación. En pleno siglo XXI al representante de un importante poder del estado, como si todavía estuviésemos en el medioevo, solo lo elijen “sus pares”, otros jueces supremos, y no la totalidad de jueces de todo el país, como sucede cuando se elije al presidente de la República, cuya decisión recae en todos los ciudadanos, o al presidente del Congreso, que lo determinan todos los congresistas electos y no solo los portavoces de cada bancada. Y lo mismo sucede con la designación del representante máximo en el Ministerio Público. De allí que se producen esos conciliábulos a media luz, los “toma y daca” de espaldas a la ciudadanía.

Ojalá algún día veamos elegido al presidente del Poder Judicial por todos los jueces del Perú. Ojalá. Con ello obviamente no se solucionarán todos sus problemas, pero se avanzaría un gran paso en la democratización de este importante poder del estado.

El otro tema es “la lucha de poderes” entre el Consejo Nacional de la Magistratura y el Tribunal Constitucional. Eso tampoco se ve muy seguido.

Juego de poderes, es cierto. Intereses políticos para nombrar a dos fiscales supremos cuestionados, los hay. Lo malo es que ese “juego de tronos” se llevó de encuentro al estado de derecho. Algo similar pasó semanas atrás con las movidas para elegir, pese a los cuestionamientos con los que carga, al primo de la primera dama como el Fiscal de la Nación.

Esos roces de organismos constitucionales en gran parte se producen cuando no existe una institucionalidad sólida. Vienen los forcejeos bastante ásperos.

Es evidente que tanto en el Poder Judicial, el Ministerio Público, el Consejo Nacional de la Magistratura y el propio Tribunal Constitucional existen intereses políticos y económicos. Se produce acá y en otros países. Lo malo es que en países como el nuestro, donde no tenemos una sólida institucionalidad, quedan las instituciones a merced del juego político o los intereses económicos, y poco se puede hacer para que no se lleven de encuentro al maltrecho estado de derecho. De allí que luego nos enteramos de extrañas resoluciones que exculpan a un político importante o le archivan el proceso por alguna nulidad formal, amen de esas resoluciones judiciales que “amparan” a empresas poco escrupulosas a seguir abusando del erario público y de los consumidores o a saltarse las normas porque “lesionan” su derecho constitucional. Y por eso algunos que están adentro del Leviatán prefieren “no comprarse el pleito”, para estar tranquilos en su puesto hasta que termine su mandato o, vencido el mismo, permanecen en sus cargos por falta de nombramiento de los sucesores, como sucede con los miembros del TC y su alambicada resolución, atribuyéndose funciones que no le corresponden.

Creo que es hora también de buscar otras formas de nombramiento de los integrantes de los órganos constitucionales. El Congreso, por lo menos el que tenemos, no parece el más apropiado para estos menesteres.

Y todos estos cambios tienen un nombre y un apellido: Reforma Política. Tan mal vista en los noventa, pero tan necesaria ahora.
Eduardo Jiménez J.


Monday, May 05, 2014

DOS NUEVOS SANTOS EN LA IGLESIA CATÓLICA

El mundo católico ha presenciado y vivido la elevación a estatus de santo a dos papas, hecho inusual y cuya característica común es que fueron los más carismáticos de la Iglesia en los últimos cincuenta años.

Más allá de los posibles “milagros” atribuidos a los ahora dos santos, así como la fe de los creyentes, se encuentra el hecho que una institución milenaria y que a su vez es un estado político haya tenido necesidad de un proceso de santificación tan rápido en el siglo XXI. ¿Por qué?

Creo que frente a los graves problemas que hoy día enfrenta la Iglesia Católica, entre otras estrategias, ha visto necesario contar con dos “héroes contemporáneos” que sirvan de aliento y ejemplo a la feligresía en un mundo bastante escéptico, y mitigar los problemas existentes al interior de la Iglesia (pederastía, corrupción en las altas esferas, escasez de nuevos servidores religiosos, peligro de anacronismo frente a los grandes debates del mundo contemporáneo).

Toda institución, laica o religiosa, necesita héroes, referentes que sean ejemplo que la institución y la ideología que están detrás, siguen vigentes, son “las correctas”, y puedan ser el paradigma a seguir, otorgue un referente de unidad a los militantes y capte nuevos simpatizantes. Los “héroes” cumplen esa función, muchas veces contra sus propios designios personales. Ejemplo del lado “ateo” lo puede ser el Che Guevara en la segunda mitad del siglo XX. Cohesionó después de su muerte a los movimientos comunistas y progresistas, sobretodo del llamado Tercer Mundo. Quizás el Che jamás se propuso ello, pero terminó siendo un icono post mortem y “santo laico”.

Algo similar ha pasado con los dos papas que han subido a los altares. Probablemente jamás se les cruzó por la mente ser santificados algún día; pero sus imágenes y prédicas serán usadas para un propósito subalterno a lo que ellos se propusieron.

Y si bien los dos papas santificados son los más carismáticos de los últimos cincuenta años, las coincidencias terminan allí. Me parece no es casual que uno, Juan XXIII, haya sido el de la apertura de la iglesia al mundo, el del Concilio Vaticano II; mientras el otro, Juan Pablo II, fuera el papa de la reacción, de la vuelta al conservadurismo y a las tradiciones, y el silenciamiento de las voces del denominado cristianismo de izquierda, aquellos seguidores de la Teología de la Liberación.

Creo que la propuesta de ambos papas ha sido producto de un “toma y daca” dentro de las altas esferas del Vaticano. En buen romance: una transacción en la lucha por el poder entre la facción progresista y la facción conservadora. Se eleva a los altares en tiempo record a Juan Pablo II, pero también al “papa bueno”, a Juan XXIII. Y en ambos casos festinando trámites y hasta cantidad de milagros.

Tan graves problemas debe estar atravesando la Iglesia de Pedro, que no sería raro que de aquí a algunos años comience el proceso de santificación del papa Francisco. Se comience a buscar “milagros” que haya hecho después de muerto, se abrevie trámites para subirlo a los altares, se busque testimonios de fe. No sería raro.
Eduardo Jiménez J.



Monday, April 21, 2014

HASTA SIEMPRE GABO

Por mérito propio es uno de los grandes de las letras hispanoamericanas del siglo XX. Solo con Cien de años de soledad, su novela más emblemática, hubiese pasado a la inmortalidad.

Curiosamente, a Gabo le pasó lo mismo que a Cervantes en el siglo XVII: para este Los trabajos de Persiles y Segismunda era su pasaporte al parnaso literario; García Márquez siempre defendió que El amor en los tiempos del cólera era su mejor novela. Sin embargo, uno pasó a la eternidad con El Quijote de la Mancha y el otro siempre será recordado por Cien años de soledad.

Quizás Cien años… es su novela más acabada, aquella que tiene inspiración de los dioses. Gabo “levita”. Y no es para menos. Se preparó con anteriores libros que describían ese fabuloso mundo como La hojarasca o Los funerales de la mamá grande, y Cien años de soledad era el resultado natural, la culminación del ciclo de Macondo, final apocalíptico, con trasfondo bíblico.

Pero, al publicarla, Gabo contaba con apenas cuarenta años de edad, por lo que tenía una “carrera literaria” por delante. Época del boom latinoamericano, combinación de notable talento con marketing editorial, los escritores de aquella generación debían entregar a su editor, bajo contrato, una nueva obra cada cierto tiempo. Por lo que el escritor estaba obligado a “dar algo” que estuviese a la altura de su prestigio. No siempre lo lograban (prueba de ello son las innumerables novelas menores tanto de Vargas Llosa como del propio García Márquez); pero en GGM dos novelas post Macondo son realmente muy buenas: El amor en los tiempos del cólera y El general en su laberinto, magistral obra sobre los últimos días de Simón Bolívar. A ellas dos podemos sumar su primer tomo de memorias, Vivir para contarla.

El cine fue otra de sus pasiones. Incluso el García Márquez joven se matriculó en una escuela de cine en Roma. Su cinefilia no solo comprendía los comentarios de películas, sino escribir guiones y, posiblemente lo más importante, la promotoría cultural. Fue el de la iniciativa para la Academia de Cine en Los Baños – Cuba. Gracias a su prestigio, pudo llevar a la isla a realizadores de diferentes partes del mundo, incluyendo norteamericanos, a fin que vuelquen su experiencia en los jóvenes cineastas latinoamericanos. A casi treinta años, la experiencia de Los Baños no ha sido todavía adecuadamente sopesada; pero sospecho que el impacto en la formación de los jóvenes cineastas no fue tan grande como Gabo lo deseaba, en parte por la misma situación que se vive actualmente en Cuba y los problemas que arrastra desde hace varios años el modelo de socialismo cubano.

No tuvo igual suerte con las adaptaciones de sus novelas. Quizás por la inexorable ley que determina que de una buena novela es muy difícil hacer una buena película, en cambio de una mala novela sí se puede hacer una buena película. Algo de cierto hay. Es muy difícil adaptar una buena novela (hay excepciones como las adaptaciones de El gatopardo o Muerte en Venecia, ambas de Luchino Visconti), salvo que se realicen adaptaciones parciales o libres; en cambio las malas novelas, por el hecho de ser malas, pueden ser mejoradas y recreadas por un buen director con la complicidad de un hábil guionista, trasformándolas en una buena película. Cual destino trágico, a las obras de García Márquez se aplicó dicha ley.

La parte política fue la más discutible de Gabo. Su férrea defensa del régimen castrista le granjeó algunos enemigos y rivales, incluyendo al propio Mario Vargas Llosa, que tomó una posición radicalmente distinta con respecto a Cuba y al socialismo real. No obstante, Gabo no era un ideólogo como MVLL. Mario es un sistematizador lógico y coherente de una ideología. Sus ensayos y artículos periodísticos no tienen fisuras en la defensa y toma de posición sobre el liberalismo como ideología política. Gabo más fue un compañero de ruta del régimen cubano, un amigo leal que se encuentra al lado en las buenas y en las malas.

Dicho sea de paso, el célebre puñetazo que le infirió Vargas Llosa a García Márquez en los años setenta trascendió lo anecdótico personal (se decía que Gabo estaba enamorando a la esposa de Mario o, como decimos los peruanos, la estaba afanando). Ese puñetazo marcó el fin de una amistad y la separación ideológica de dos amigos que en los años previos defendieron a capa y espada la revolución cubana. Después de ese KO el boom ya no fue el mismo.

Personaje querible y carismático, lo cierto es que Gabo será recordado más por sus novelas que por las enemistades o posiciones políticas. Esta es una buena ocasión para entrar al fabuloso mundo que construyó con palabras o, si ya se conoce, volverse a internar. No hay pierde.
Eduardo Jiménez J.

ejjlaw@yahoo.es

Thursday, April 10, 2014

NOÉ


Darren Aronofsky tiene muy buenos títulos como El Luchador, otros francamente fallidos como La fuente de la vida, y unos geniales como Réquiem por un sueño. Pero fue gracias al éxito que le trajo El cisne negro que consigue un presupuesto de superproducción para un proyecto ambicioso y arriesgado: una versión contemporánea de Noé y el diluvio universal; y el resultado está a medio camino, con un sabor que no deja contento a nadie, incluyendo por igual a católicos y musulmanes.

El asunto va por el lado histórico. Tanto por el relato bíblico, como por las películas que Hollywood ha producido sobre el diluvio universal, tenemos una idea pre-concebida de “lo que debió ser” el diluvio, con un Noé medio estrafalario, del cual todos se burlan mientras él pacientemente va levantando su arca. Y entramos al cine con la creencia que nuestra idea es “la verdad histórica”; obviando que el filme es una ficción y por tanto se permite una serie de licencias tanto en el personaje como en el contexto.

Es que contemporizar el relato del diluvio universal supone ponerlo a tono con nuestras preocupaciones actuales; de allí que vemos un Noé con un look más de guardián ecológico que de profeta bíblico (incluyendo el uso de blue jeans, sí, lo leyó bien, jeans). Pero también supone acercar al hombre y dejar el mito, lo que implica un ser contradictorio, con dudas y certezas, como cualquier mortal. Incluso en un momento se presenta la faceta del Noé totalitario e infanticida que, cuchillo en mano, trata de imponer su “verdad revelada” cueste lo que cueste. Y, como todo ser humano, falla en el objetivo final de su misión. Los resultados nunca serán los esperados, el fracaso siempre está a la vuelta de la esquina. Se hizo lo que se pudo, parece decirnos nuestro personaje.

Quizás esa lucha entre lo que es y lo que se espera ser se grafica mucho mejor en el antagonismo entre Tubal-cain y Noé. Uno se sabe que es de barro y viene del barro, es un hombre y no aspira a más; mientras el otro sabiendo que viene del mismo barro, quiere elevarse por encima de el. Esa contradicción la tenemos todos, solo que unos están más cerca del suelo, como los descendiente de la raza de Caín, y otros, los menos, hacen méritos para elevarse, con riesgo a caer en cualquier momento. Tarea difícil y a veces imposible.

Detrás de ello se encuentra impregnada la filosofía que sostiene que el ser humano es malo por naturaleza. La maldad del mundo que vemos en el filme lo demuestra muy bien. La novedad es que el bien busca trasformar esa maldad. De allí que el bien es una tarea ardua, difícil, llena de peligros y caídas, como lo evidencian los graves trances que pasa el personaje bíblico; mientras el mal fluye con naturalidad. Con este nacemos, el otro significa una reeducación permanente del hombre.

Se debe agradecer que no se usara la voz en off para que Noé “converse” con El Creador (se le llama así en la película, no Dios o Yavé), como era usual en las viejas películas con Charlton Heston, donde Dios conversaba con su profeta con voz grave e imperiosa. Los sueños premonitorios sirven para revelar lo que sucederá después (esa visión subjetiva de las cosas es un rasgo típico en el estilo de Aronofsky). Igual sucede con la inclusión de Los Guardianes, los ángeles caídos en la tradición bíblica, suerte de Transformers del mundo antiguo y venia al público adolescente.

Como se aprecia, esta versión de Noé ha significado hacer muchas concesiones al relato original, deviniendo casi casi en un Noé heterodoxo. Quizás por ello muchos espectadores que iban por la versión clásica de semana santa se han sentido decepcionados y más de uno abandonó la sala antes de finalizar la función. No se asemeja a las versiones que hemos visto tantas veces en las películas sobre La Biblia.

Y si bien Noé es irregular, al final el saldo es positivo. Es mejor dejarse llevar por el relato, sin prejuzgarlo.
Eduardo Jiménez J.

NOÉ [Noah] 
Dir: Darren Aronofsky
Guión: Darren Aronofsky, Ari Handel
c/  Russell Crowe (Noah), Jennifer Connelly (Naameh), Ray Winstone (Tubal-cain), Anthony Hopkins (Methuselah), Emma Watson (Ila), Logan Lerman (Ham), Douglas Booth (Shem), Nick Nolte (Samyaza), Leo McHugh Carroll            (Japheth)
EEUU/2014/Épica religiosa***/Estrenos

Thursday, April 03, 2014

EZEQUIEL NOLASCO: CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA

Tomando el título de la célebre novela de Gabriel García Márquez, nunca fue tan anunciada una muerte. Como en las tragedias griegas, su destino ya estaba escrito.

Enfrentarse solo a una mafia enquistada en un gobierno regional, con instituciones que prefirieron mirar a otro lado antes que investigar y menos otorgarle las garantías necesarias, estaba descontado que en una región donde los diferendos políticos son resueltos matando al opositor, que la vida de Ezequiel Nolasco pendía de un hilo.

Por distintos motivos es preocupante lo que está sucediendo en el gobierno regional de Áncash.

En primer lugar, porque el gobierno regional de Áncash es parte del estado peruano y es preocupante que los operadores políticos se hayan asociado a mafias que usan la violencia y el asesinato contra quienes se opongan a sus intereses.

Intereses que deben ser investigados en forma minuciosa. Posiblemente exista más que sobrevaloración de obras como se presume. Sería bueno que se investigue si existe lavado de activos o capitales del narcotráfico moviéndose por allí. Para que exista una organización que tiene poder e influencia en el Congreso de la República, el Poder Judicial, el Ministerio Público, la Controlaría General, la policía nacional y otras instituciones del estado peruano a fin que no se le investigue y queden impunes sus delitos, se debe presumir que existen operaciones de gran envergadura económica que no quieren ser reveladas.

También llama la atención que el presidente regional de Áncash no tenga ni una sola propiedad a su nombre. Como bien señaló en un programa dominical su operador político en el Congreso de la República, Heriberto Benites, bien se puede presumir obedece a operaciones de lavado de activos y uso de testaferros. No hay que ser muy zahorí para darse cuenta de ello.

Y si queremos profundizar en el tema, es propicio que se revise el proceso de regionalización en su conjunto. No está funcionando debidamente y al interior de cada región no tenemos un presidente regional, sino un reyezuelo que dispone de los recursos públicos como si fuesen suyos. Intereses políticos e intereses económicos, gracias al canon minero y gasífero, se han coludido para aprovechar los enormes ingresos disponibles en provecho propio y desmedro del mejoramiento en la calidad de vida de la población. Se hacen necesarios mayores controles, trasparencia, pesos y contrapesos institucionales, a fin que no se distorsione el fin por el cual nació la regionalización.

Ojalá esta vez los órganos que deben investigar al gobierno regional de Áncash sí usen las facultades constitucionales y legales que detentan, y el crimen contra Ezequiel Nolasco no quede impune. Por el bien de la democracia, por el bien del proceso de regionalización, por el bien del estado peruano y por el bien del país esperamos que los responsables de este alevoso crimen sean sancionados.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es