Saturday, August 10, 2019

CONVERSACIÓN EN LA CATEDRAL: 50 AÑOS


Por: Eduardo Jiménez J.
        ejimenez2107@gmail.com
       @ejj2107



Desde la puerta de La Crónica Santiago mira la avenida Tacna, sin amor: automóviles, edificios desiguales y descoloridos, esqueletos de avisos luminosos flotando en la neblina, el mediodía gris. ¿En qué momento se había jodido el Perú?

Así comienza Conversación en la Catedral, novela totalizante del Perú de la dictadura de Odría. Mario Vargas Llosa siempre ha dicho que de rescatar una novela del fuego, sería Conversación. Razón no le falta. Rehecha innumerables veces, sus 600 páginas la surcan una variedad de personajes y escenarios, y un pesimismo desgarrador siempre presente. El epígrafe que abre la novela se ajusta a la intención que tenía: la novela es la historia privada de las naciones, y MVLL quiso retratar el ambiente sórdido, pesimista, mediocre, de podredumbre moral del ochenio militar. Quizás en Conversación se refleja muy bien su tesis de cómo el poder corrompe, sobretodo cuando es un poder omnímodo y arbitrario. Sus mejores novelas tienen que ver con la corrupción que ejerce el poder sobre la vida de las personas.

Santiago Zavala, “Zavalita”, refleja su tesis. Un joven idealista que se estrella con la realidad sórdida y gris que le tocó vivir. Teniendo un sinfín de oportunidades como joven de la alta burguesía, navega en la mediocridad del Perú de los 50, haciéndose célebre su frase “En qué momento se jodió el Perú”. Desde su paso fugaz como estudiante sanmarquino hasta su deambular periodístico en La crónica, célebre periódico de la época.

Novela compleja, quizás la más difícil de MVLL, es donde llevó al máximo rigor las técnicas que había empleado en sus anteriores obras. Y, más allá del arduo trabajo que le demandó, es con justicia su mejor novela. Junto a La ciudad y los perros y La casa verde, sus otras dos obras de juventud, retrata muy bien el Perú de ese entonces, con un vigor y fuerza que no veremos en sus posteriores obras.

Tiene razón MVLL, si por alguna novela se le recordará, será por Conversación en la Catedral, sigue tan vívida y vigente como hace cincuenta años.

1 comment:

Carlos said...

El poder, las ansias del dinero y el placer fugaz terminan con el ser humano como el Zambo Ambrosio y dejan como consecuencia una vida gris como la de Santiago