Por: Eduardo Jiménez J.
@ejj2107
Desde la puerta de La
Crónica Santiago mira la avenida Tacna, sin amor: automóviles, edificios
desiguales y descoloridos, esqueletos de avisos luminosos flotando en la
neblina, el mediodía gris. ¿En qué momento se había jodido el Perú?
Así comienza Conversación
en la Catedral, novela totalizante del Perú de la dictadura de Odría. Mario
Vargas Llosa siempre ha dicho que de rescatar una novela del fuego, sería Conversación. Razón no le falta. Rehecha
innumerables veces, sus 600 páginas la surcan una variedad de personajes y
escenarios, y un pesimismo desgarrador siempre presente. El epígrafe que abre
la novela se ajusta a la intención que tenía: la novela es la historia privada
de las naciones, y MVLL quiso retratar el ambiente sórdido, pesimista,
mediocre, de podredumbre moral del ochenio militar. Quizás en Conversación se refleja muy bien su
tesis de cómo el poder corrompe, sobretodo cuando es un poder omnímodo y
arbitrario. Sus mejores novelas tienen que ver con la corrupción que ejerce el
poder sobre la vida de las personas.
Santiago Zavala, “Zavalita”, refleja su tesis. Un joven
idealista que se estrella con la realidad sórdida y gris que le tocó vivir.
Teniendo un sinfín de oportunidades como joven de la alta burguesía, navega en
la mediocridad del Perú de los 50, haciéndose célebre su frase “En qué momento
se jodió el Perú”. Desde su paso fugaz como estudiante sanmarquino hasta su
deambular periodístico en La crónica,
célebre periódico de la época.
Novela compleja, quizás la más difícil de MVLL, es donde llevó
al máximo rigor las técnicas que había empleado en sus anteriores obras. Y, más
allá del arduo trabajo que le demandó, es con justicia su mejor novela. Junto a
La ciudad y los perros y La casa verde, sus otras dos obras de
juventud, retrata muy bien el Perú de ese entonces, con un vigor y fuerza que
no veremos en sus posteriores obras.
Tiene razón MVLL, si por alguna novela se le recordará,
será por Conversación en la Catedral,
sigue tan vívida y vigente como hace cincuenta años.
1 comment:
El poder, las ansias del dinero y el placer fugaz terminan con el ser humano como el Zambo Ambrosio y dejan como consecuencia una vida gris como la de Santiago
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