Eduardo Jiménez J.
jimenezjeduardod@gmail.com
@ejj2107
La recopilación de la producción
periodística de Mario Vargas Llosa comenzó con sus artículos sobre literatura y
arte en el Volumen I, bajo comentario; luego ha continuado con el volumen II
sobre artículos y ensayos relacionados con su país natal, el Perú (El país
de las mil caras. Escritos sobre el Perú. Obra periodística II, comentado
en https://laescenacontemporanea.blogspot.com/2024/12/el-pais-de-las-mil-caras-obra.html).
A
diferencia del prólogo del Volumen II, a cargo también de Carlos Granés, este
es más detallado y amplio, quizás por un conocimiento mayor de la materia
literaria del prologuista que de la realidad peruana, la cual obviamente
desconocía a profundidad. Es interesante el análisis en pocas líneas de la
evolución artística del Nobel peruano.
La
división de los artículos se hace por materias, comenzando por las ideas de
MVLL acerca del arte en general y la literatura en particular, abriendo la
sección su célebre discurso al recibir el premio Rómulo Gallegos en 1967, La
literatura es fuego; pasando luego a una clasificación (bastante arbitraria
a mi parecer) entre novela primitiva y novela de creación en América Latina,
donde escritores como Ciro Alegría y otros “regionalistas” conforman el primer
grupo (son “los primitivos”), y MVLL y algunos coetáneos como Cortázar, Fuentes
o García Márquez el segundo grupo (los “creadores”). Algo así como un antes y
un después. A continuación, su credo sobre el arte de mentir de un narrador o
la verdad de las mentiras: hacer pasar ante el lector una ficción por un hecho
real, la “hechicería de la narración”, algo básico a todo buen escritor.
Trasluce también el cuidado desde sus primeras obras por la forma. Cuál va a
ser la estrategia narrativa que utilizará el escritor. Como buen flaubertiano,
la forma lo es todo.
Una
pequeña digresión sobre el uso de la palabra “exilio” que, en aquellos años,
utilizó frecuentemente MVLL y otros escritores de su generación para justificar
la salida de su país natal y migrar a Europa para escribir. Creo que José María
Arguedas (un escritor que, de acuerdo a la clasificación antes citada, podría
ser catalogado como “primitivo” por su escritura regionalista) tenía razón
cuando aclaró que está mal usada la palabra exilio por los escritores del boom,
la cual connota una huida forzosa, muchas veces por conservar la vida la propia
persona o no terminar en una mazmorra, y casi siempre por razones políticas, en
una época donde las dictaduras militares y las desapariciones estaban a la
orden del día. En el caso de MVLL y varios de sus coetáneos del boom se
trató más bien de algo más prosaico: buscar mejores condiciones para escribir.
Países como los europeos en ese entonces recibían mucho latino y trabajando a
medio tiempo, como lo hizo el propio MVLL en Inglaterra o Francia, aparte del
ambiente cultural efervescente que se vivía en Europa, quedaba tiempo libre
para escribir, con una paga que permitía solventar las cuentas a fin de mes. El
uso indiscriminado de la palabra “exilio” fue más pose de escritor que
un hecho real.
En
la segunda parte de la antología pasa revista a Libros y escritores, un rápido
panorama de un puñado de escritores, sobre todo de Latinoamérica, Francia,
España, EEUU e Inglaterra. La crítica literaria de un escritor sobre otros
escritores. Lo bueno es que, a diferencia de las críticas de “análisis literarios”,
que se pierden en un lenguaje oscuro e ininteligible, MVLL hace amenas y con
profundidad las críticas sobre otros escritores. Al “estilo clásico” de los
comentaristas de antaño, antes que aparezcan los deconstruccionistas,
existencialistas o los marxistas y plaguen de una farragosa jerigonza sus
“análisis literarios”.
Como
buen cinéfilo hay un puñado de críticas de cine, y ya en el presente siglo, de
miniseries que siguió con pasión como 24 o The wire, célebres en
su momento de emisión, a inicios de siglo. No hay comentarios de miniseries más
actuales, por lo que tememos o que no las llegó a apreciar o carecieron de su
interés para un comentario. Igual sucede con la ausencia de comentarios de
filmes y realizadores interesantes en la actualidad, casi siempre se queda en
los “clásicos” como Buñuel, Bergman, Huston o Godard.
Un
importante apartado es sobre arte. Desde muy joven MVLL se interesó por el arte
y era un frecuentador asiduo de galerías en su estancia europea. Tenemos un
nutrido acápite de casi cien páginas dedicadas al arte y los artistas, con gran
conocimiento de causa y diseccionando las obras de artistas clásicos y
contemporáneos. Sobre el arte moderno tiene críticas despiadadas, al haberse
perdido todo referente de obra artística y ser solo una mercancía valuable y de
consumo. Hasta la caca de elefante pasa por arte, como comentó sarcásticamente
en un artículo crítico.
A diferencia del volumen II dedicado a su país natal, donde le gana la pasión y subjetividad de ciertos hechos y personas, y donde muchas veces desbarra en sus apreciaciones críticas; al tratarse el volumen I sobre arte y literatura esa subjetividad y apasionamiento no rechina ni parece inapropiada: a diferencia de la realidad, donde es necesario ser lo más objetivo posible sobre los hechos sucedidos, en el mundo del arte tiene patente de corso la plena subjetividad del artista.
* Mario Vargas
Llosa: El fuego de la imaginación. Libros, escenarios, pantallas y museos. Obra
periodística I. Edición consultada: Edición Alfaguara, 2022, 786 pp.
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