Showing posts with label Cine de aquí y de allá. Show all posts
Showing posts with label Cine de aquí y de allá. Show all posts

Sunday, September 28, 2025

MEGALÓPOLIS

 Eduardo Jiménez J.

jimenezjeduardod@gmail.com

@ejj2107


En la década del 70 y antes de cumplir los 40 años Francis Ford Coppola hizo sus mejores películas: El padrino I y II Parte, y luego Apocalipsis ahora. Lo que vino después, sin dejar de ser interesante, no estuvo a la misma altura. Fue un genio precoz.

 

También se le puede considerar, junto a Martín Scorsese, como el mejor representante de la generación del 70 que renovó el cine norteamericano, tanto por la calidad como la cantidad de filmes que ha realizado, así como la visión muy personal en cada película hecha, ejecutando proyectos arriesgados, muchos con su propio peculio, que otros cineastas no se atreverían por el alto riesgo de fracaso en taquilla. Algunas veces ganó fama y fortuna como fue en Apocalipsis ahora o la saga de El padrino, y en otras ha perdido estrepitosamente como en su último filme Megalópolis (2024), estrenándose a sus 85 años, edad en que otros cineastas ya se encuentran en el retiro o filmando proyectos más convencionales.

 

¿Qué quiso decir en Megalópolis?

 

Puede interpretarse de distintas maneras. Por razones cronológicas, se le puede ver como el testamento fílmico de Francis Ford Coppola. Quiso entregar toda su visión del mundo del arte y en especial del cine, incluyendo una gran dosis de amargura. El personaje de César vs. el alcalde de la ciudad, Cícero. César busca conseguir a través de la armonía y la belleza una mejor forma de vida para los habitantes de la ciudad; mientras el alcalde busca la solución común, como él mismo lo expresa, en el cemento y el acero, cemento y más cemento. Detrás de ello está el ideal de la belleza de César, sin importar lo que cueste, en contraposición a lo prosaico de la visión del alcalde. No hay que ser demasiado zahorí para darse cuenta en que personaje pone Coppola sus ideas.

 

El detener el tiempo, como lo hace el protagonista, significa la eternidad que todo artista desea. Que su obra sobreviva al tiempo. Aunque se da cuenta que ese poder ya solo lo puede ejercer junto a Julia, su pareja. El amor lo redime todo: al padre de Julia y alcalde de la ciudad, a César que vuelve a adquirir el poder de detener el tiempo. Redención por el amor muy similar a la que tiene Drácula en su célebre adaptación de 1992.

 

También está el espectáculo, el gran show de todo lo público y lo privado. Si no sales en pantalla no eres nadie. La civilización del espectáculo. Y, en el medio, las ambiciones de los que, por interés propio son comparsas, que siguen el ritmo de este o aquel. Otros, como Crassus representa a los millonarios mecenas del arte, hábiles en los negocios, pero con una cuota de sensibilidad social y artística. Representan el dinero necesario para ejecutar los proyectos. Coppola es consciente que sin dinero no se mueve la industria. Ahí también se encuentran reflejadas sus decepciones empozadas a lo largo de 60 años de actividad.

 

Y, por supuesto, la decadencia de una sociedad y una civilización. Se reitera mucho en el filme, haciendo comparaciones con la antigua Roma (la ciudad no por coincidencia se le bautiza como Nueva Roma). Coppola comparte la idea que Norteamérica ya entró en decadencia. Su materialismo, la banalidad de aspiraciones, las cortas miras de sus dirigentes la están llevando a un derrumbe gradual e irreversible, y a que aparezcan demagogos que dicen tener la solución. Una crítica nada velada a Trump.

 

Como buen pragmático que es, en la escena final vemos una reconciliación entre César y el alcalde, entre lo ideal y lo material, expresado en el hijo que tendrá con Julia. La fusión entre los sueños y el pragmatismo necesario para llevarlos a cabo. 

 

Canto del cisne, fue un proyecto largamente acariciado por Coppola. De allí que ha tenido el control absoluto del filme. Él mismo lo financió, escribió y dirigió. Y si bien es un fracaso en taquilla (4 millones recaudados vs. los 120 millones invertidos), el director no ha querido por el momento ofrecer el filme en plataformas de streaming o vía blue ray o dvd. Para él debe exhibirse en pantalla grande. En el cine, como en los viejos tiempos. Así que se desconoce cuál será el futuro de Megalópolis o qué dispondrán sus herederos, fallecido el realizador. Sin ser una de sus mejores obras, merece visionarse.

Saturday, June 03, 2023

BABYLON: EL HOMENAJE AL CINE

Eduardo Jiménez J.

ejimenez2107@gmail.com

@ejj2107

 

Damien Chazelle tenía tras si varios títulos interesantes: Cloverfield, Whiplash y sobre todo la oscarizada La la land que le permitió financiar un proyecto tan ambicioso como Babylon.

 

Con los más de 400 millones que recaudó La la land suponemos que Chazelle no tuvo problemas para poner sus condiciones y carta blanca en la realización de Babylon. Se nota, por lo disparejo y excesivo del filme.

 

La baja recaudación de Babylon (a la fecha 63 millones vs los 110 que costó) no significa que sea una mala película. Sencillamente no tuvo suerte en la aceptación del público. Quizás en otra época, con una sensibilidad distinta, los resultados de taquilla hubiesen sido diferentes; pero, le tocó vivir (al filme) esta época.

 

Es cierto que influyó mucho el metraje (más de tres horas), aspecto que el público actual no lo soporta, salvo que seas cinéfilo o se trate de una película de superhéroes. También que si se recortaba 30 minutos la película no iba a sufrir en su contenido (una de las últimas escenas bastante fellinescas de un Los Ángeles underground estaba demás o se podía incluir en la versión dvd o el streaming).

 

¿Qué quiso Chazelle con la puesta en escena? Primero un homenaje al cine que solo lo aprecian los cinéfilos, contando la historia del tránsito del cine mudo al cine sonoro y cómo destruyó muchas carreras, historia que por cierto ya se contó en tono de comedia en Cantando bajo la lluvia, a la cual Chazelle rinde un homenaje explícito.

 

Luego el retrato de una época. Los locos y pervertidos años 20. Es cierto lo que se cuenta en el filme: existieron esas grandes fiestas-orgías, bacanales romanas que duraban días (la mejor escena creo es la del comienzo, la que narra justamente una de esas orgías), y los grandes actores que vivían en el lujo y esplendor, derrochando dinero como verdaderos príncipes (muchos terminaron luego en la indigencia).

 

Es cierto también que las películas de aquella época tenían escenas muy explícitas de sexo. Todavía el Código Hays no imponía las reglas restrictivas de lo que veríamos en la pantalla (y que tuvo una vigencia de cerca de 40 años).

 

En ese contexto vemos al personaje central Nellie LaRoy interpretado por Margot Robbie, viviendo hasta el límite: drogas, sexo, alcohol, juego marcaron su vida y tan fácil ganaba dinero como lo perdía. Conocida como “la chica salvaje” se auto interpretaba en las películas que hizo. Se dice que el personaje se inspiró en una actriz del cine mudo, Clara Bow, que tuvo una vida tan desenfrenada como la del personaje (aunque Clara Bow luego que se retira del cine tuvo una vida más tranquila, viviendo en un rancho con su esposo hasta la muerte).

 

Babylon, pese a sus altibajos en las más de tres horas, merecía un mejor destino, pero así es el mundo del cine, y su poco rentabilidad le traerá problemas a Chazelle para el próximo proyecto que tenga en mente; aunque presiento que a la larga Babylon se convertirá en un film de culto como ha pasado con otras con destino triste en taquilla pero excelentes en calidad artística.