Por: Eduardo Jiménez J.
@ejj2107
Todos conocemos la azarosa historia del rodaje de Apocalipsis now: un fuerte tifĂłn
suspendiĂł el rodaje por varias semanas en Filipinas; al actor principal, Martin
Sheen, le dio un ataque al corazĂłn y casi no quiso regresar a seguir filmando;
Marlon Brando llegĂł al rodaje subido de peso, ebrio constantemente y sin leer
una sola lĂnea del guion; mientras el resto del equipo –actores y personal
técnico- mataban el tiempo con alcohol, sexo, música y drogas (no
necesariamente en ese orden), muy en el ambiente de los años 70.
Francis Ford Coppola, el director y productor, estaba al
borde de la locura y la bancarrota, habĂa hipotecado incluso su casa para
cubrir los gastos que dĂa a dĂa iban subiendo.
Al final del rodaje tenĂa kilĂłmetros de kilĂłmetros de pelĂcula, sin
saber muy bien cĂłmo ordenarlo, teniendo que trabajar con cuatro editores a la
vez para tener a tiempo el filme para el Festival de Cannes.
Cuenta John Miliuis, el guionista, que la adaptaciĂłn al
cine obedeciĂł a un reto que un profesor en la Universidad les lanzĂł de adaptar
la novela de Joseph Conrad (El corazĂłn de
las tinieblas). Inicialmente iba a tener un toque irĂłnico, pero al
reelaborar el guion Coppola le dio ese aliento trágico y de horror que es la
guerra.
No es una pelĂcula de protesta contra la guerra de
Vietnam como otras que se hicieron en aquellos años, lo que se propuso Coppola
fue más una pelĂcula de horror metafĂsico, teniendo como pretexto la guerra de
Vietnam, de reciente data en ese entonces. De allà que las escenas parecen más
de pesadilla que de un seco naturalismo. El viaje del capitán Willard, el
personaje principal, a travĂ©s del rĂo es un viaje hacia el fin de la noche,
hacia el infierno, hasta que llega a la catarsis en el sacrificio del coronel
Kurtz, un archipremiado militar, destinado a las mejores plazas en el establishment norteamericano.
El viaje de Willard es de iniciación, de dejar atrás el
pasado que arrastra y convertirse en un hombre diferente. Mejor o peor no lo
sabemos, pero sĂ diferente. Algunos crĂticos han visto su viaje como un
recorrido a los cĂrculos del infierno de Dante, hasta llegar a lo más hondo y
de allà emerger. Otros también ven una inspiración en La odisea. Willard es una suerte de nuevo Ulises. Algunos
relacionan el encuentro con Roxanne –en la versiĂłn redux- como un encuentro con
la ninfa Calipso, aquella que con sus placeres querĂa retener a Ulises. RazĂłn
no les falta.
La muerte de Kurtz, es la del sacrificio o inmolaciĂłn por
los otros, graficado en el montaje en paralelo del sacrificio del buey que es
también tasajeado como Kurtz. Es el horror llevado a su expresión hiperrealista
y por tanto con connotaciones filosĂłficas y metafĂsicas. Su muerte es un volver
a nacer, la resurrecciĂłn “encarnado” en el capitán Willard que regresa
totalmente cambiado y más cerca del pensamiento de Kurtz que del alto mando
militar que le encomendĂł la misiĂłn de eliminarlo. La inmolaciĂłn de Kurtz es una suerte de entrega crĂstica para
la redenciĂłn de sus semejantes. (La lluvia que cae sobre los personajes puede
interpretarse como una “limpieza” luego de muerto el redentor por nuestros
pecados).
Dicho sea, la actuaciĂłn de Brando fue magistral. EncarnĂł
en la justa medida al personaje y si bien aparece por breves minutos, se “roba
la pelĂcula” sin decir mucho. Es una de sus mejores actuaciones –hacĂa pocos
años habĂa rechazado el Oscar por su actuaciĂłn en El padrino-, pone con Apocalipsis
el punto final a una carrera conflictiva y magistral en la industria del cine
norteamericano, antes de entrar al declive que significó para él los años 80.
Otro personaje inolvidable es el estrafalario Teniente
Coronel William "Bill" Kilgore, encarnado por Robert Duvall. El
ataque de su divisiĂłn de CaballerĂa Aerotransportada al ritmo de la Cabalgata de las Valquirias de Richard
Wagner es sencillamente memorable y ha sido repetido innumerables veces en el
cine y la televisiĂłn.
Francis Ford Coppola seguirĂa produciendo y dirigiendo
algunas pelĂculas más, llegarĂa a la temida bancarrota en la producciĂłn de un
filme posterior (One from the Heart),
para luego reponerse y buscar en las inversiones hoteleras de turismo y sus
viñedos en California el alivio financiero que no encontró en el cine.
En el 2001 presentĂł una nueva versiĂłn de Apocalipsis bajo el nombre de Apocalipsis now redux. Con casi
cuatrocientos kilĂłmetros de pelĂcula rodada, un tanto por cuestiones econĂłmicas
y otro por que sentĂa que no se habĂa dicho todo en la versiĂłn de 1979, se
animĂł a presentar una versiĂłn extendida, con una hora adicional.
El esfuerzo no fue en vano, dado que la nueva versiĂłn
parece una nueva pelĂcula. No se siente forzado los agregados y da pie a la
relaciĂłn de Willard con los franceses, en especial con Roxanne, el reposo del
guerrero en el largo viaje interior.
El final del sacrificio de Kurtz también se decidió sobre
la marcha. Se habĂan propuesto varios finales, ninguno gustaba a Coppola, hasta
que se optĂł por el que vemos: Willard mata a Kurtz, los nativos le permiten el
tránsito hasta la lancha, lleva de la mano al soldado Lance, el único
sobreviviente de su pequeño pelotón, y hay un fundido en negro con las palabras
“el horror”, sin crĂ©ditos finales.
El resto es historia
conocida. La pelĂcula ganĂł la Palma de Oro en el Festival de Cannes de 1979
–junto a El tambor de hojalata-,
consigue aceptaciĂłn de pĂşblico y crĂtica en Estados Unidos y se considera Apocalipsis now como una de las mejores
pelĂculas de todos los tiempos. Considerada la obra maestra de Francis Ford
Coppola, quien antes de los 40 años habĂa filmado sus mejores pelĂculas, tanto Apocalipsis como las dos primeras partes
de El Padrino y la menos conocida La conversaciĂłn.