Thursday, March 02, 2023

BUFFET A LA CARTA

Eduardo Jiménez J.

ejimenez2107@gmail.com

@ejj2107

 

Siguiendo el interesante artículo de Denisse Rodríguez titulado Democracia, pero ¿a qué costo? (Gestión, 24.2.23) vamos a revisar desde el Análisis Económico la noticia del carísimo buffet de los congresistas, el último de los escándalos del Legislativo, buffet por cierto que todos nosotros lo pagamos con nuestros impuestos.

 

La noticia no es exclusiva de Perú. La autora señala que escándalos recientes por los costos operativos del Congreso se han dado hasta en democracias bastante consolidadas como la del Reino Unido por el catering de la Cámara de los Lores (Senado), en Francia por el champagne consumido o en el Parlamento Europeo por los regalos a los parlamentarios. La cosa no es nueva y considerando que es un organismo colegiado muy variopinto, no existe en el mundo ningún congreso que tenga una alta aprobación, casi todos van volando bajo y a la gente no se le ocurre por eso pedir el “cierre del Parlamento”. Una cosa es el actuar de un congresista y otra muy distinta la institución parlamentaria.

 

Es, digamos, un “mal necesario”. Mal con ellos, peor sin ellos. Por eso, su baja popularidad siempre ha sido aprovechada por presidentes populistas como Fujimori, Vizcarra o Castillo. Es el perfecto “saco para golpear” que siempre produce réditos.

 

En administración los costos operativos (y el servicio de buffet es uno de ellos) son los gastos de la empresa o institución por el servicio que ofrece (en este caso legislar). La autora señala que los costos operativos de los congresos de Chile y Perú son muy similares (150 millones de dólares al año), pero con la diferencia que en Chile son 205 representantes y tiene dos cámaras. En el caso de nosotros es unicameral y con 130 representantes, por lo que el costo operativo por congresista es más elevado en Perú ($1.15 millones por congresista vs $730,000 en Chile). Por tanto, acá gastamos más por padre de la patria.

 

Veamos su eficacia. Si el gasto vale la pena.

 

En cuanto a iniciativas legislativas, las que presentan los legisladores peruanos son bastante pobres, muchas son plagios de leyes de otros países y algunos congresistas ni se toman la molestia de presentar alguna (son los que “hacen bulto” y solo están activos para votar conforme lo que diga el líder de su bancada) y casi todos han presentado un crecimiento bastante elevado de su patrimonio.

 

Una prueba al canto que no les importó el momento político que vivimos entre Diciembre y Febrero fue que dilataron hasta el cansancio el adelanto de las elecciones y no les importó el ruido de la calle.

 

Si nos atenemos al costo/beneficio, el Congreso actual es bastante caro y poco eficiente. No cumple ni siquiera en forma mediana su labor. De pertenecer los congresistas a una empresa privada (donde te miden eficiencia) hace tiempo hubieran sido despedidos porque no hay resultados, cero goles.

 

Tampoco son empáticos con sus representados una vez que se descubrió lo del buffet de 80 soles (recordemos que ellos nos representan en el poder legislativo). A un congresista se le ocurrió expresar que ellos comen productos de primera no de tercera, menos “van a comer alfalfa”. Y una congresista adujo gastronómicamente “que tenían derecho a comer rico”.

 

Aplicando el costo de oportunidad (el costo de hacer una cosa y no hacer otra), los 208,000 soles mensuales del buffet bien se pudieron haber aplicado a combatir la anemia infantil crónica, que en nuestro país se ha disparado a 11.5% (en Chile apenas llega la anemia infantil a 2.6%). O en reparar escuelas en las zonas más alejadas del país. Un buffet de lujo pudo ser mejor aprovechado de otra manera. Todo en un entorno donde el común de la gente por la subida de precios en alimentos está comiendo menos o la calidad de lo que come ha bajado y ni remotamente accedería a un buffet de 80 soles.

 

Y si tomamos en cuenta que el PBI per cápita chileno es de $ 16,625.00 y el peruano de apenas $ 6,621.00, tenemos que cada ciudadano peruano gasta más por congresista teniendo ingresos menores que en Chile. Es como que una persona gastase en su representante digamos 1,000 soles ganando solo 2,000, mientras que el vecino gasta por representante 800 soles ganando 5,000. El que gana menos gasta más.

 

Por otro lado, está también el costo del buffet. 80 soles es bastante caro si lo comparamos con buffets que ofrecen en Lima restaurantes de buena calidad. Aparte que el concesionario tiene en el propio Congreso infraestructura para prepararlo (cocina) y servirlo (comedor), incluyendo mozos pagados por el  mismo Legislativo y no gasta ni en gas ni en platos. Digamos que se la lleva casi completa.

 

Es decir, ese buffet es exageradamente caro considerando que el concesionario tiene toda una logística a su disposición, por lo que el contrato del servicio es más que sospechoso. En una empresa privada jamás lo contratarían por ese precio.

 

La productividad no es muy buena que digamos, menos la eficiencia. En el caso de los congresistas no los podemos despedir como en una empresa, pero sí renovar o revocar su mandato a mitad de periodo, con las elecciones a medio término. Si ha sido bueno se le renovará la representación, sino será revocado. Claro, como todo en la vida tiene sus pro y sus contras, pero es mejor hacer algo efectivo ante la inoperancia y mediocridad de los padres de la patria.

 

A María Antonieta (la última reina de Francia) se le atribuyó la frase que si no hay pan el pueblo coma tortas. Ya sabemos por historia como terminó. Esperemos que los actuales padres de la patria no tengan el mismo final.

Thursday, February 23, 2023

LA TOMA DE LIMA

Eduardo Jiménez J.

ejimenez2107@gmail.com

@ejj2107

   

Si bien no se puede decir que todo ya pasó, pero sí extraer algunas conclusiones del fracaso de la “toma de Lima”.

 

En principio, el financiamiento. Hay indicios claros que las marchas no fueron espontáneas, sino que existió un financiamiento y coordinación para movilizar a la gente de provincias a la capital. Una bolsa negra cuyo origen se puede rastrear en el narcoterrorismo y la minería ilegal. Incluso las huellas pueden llegar hasta Barbadillo.

 

Ese financiamiento se fue desinflando conforme se constató que los objetivos propuestos (cierre del Congreso, renuncia de Dina Boluarte y convocatoria a Asamblea Constituyente) no se concretaban.

 

Otro aspecto importante fue que el “activo Castillo” fue perdiendo valor en el tiempo. Sus propios aliados lo fueron dejando de lado, ya no era un reclamo presencial en las marchas, salvo en algunos lugares.

 

Haciendo comparaciones con Chile en 2019, el financiamiento entre nosotros fue módico, así como la intensidad de las protestas. Allá fueron mucho más intensas, mantuvieron en jaque al gobierno de Piñera que presionado se vio obligado a convocar a una Asamblea Constituyente. Quienes sufrieron allá las protestas y actos vandálicos, estiman que acá fue el 50% de intensidad de lo sufrido en Chile.

 

¿Qué pasó? Imagino que hubo poco financiamiento, bastante franciscano, por los documentos incautados a algunos organizadores. Por las sumas, podemos decir marxistamente que eran el lumpenproletariado, aquel que se vende por unos soles

 

Aparte que los organizadores estaban muy dispersos en todo el Perú, muchas veces con agendas propias y algo muy peruano: parte del dinero con el que debía pagarse a los manifestantes se “perdió” entre los intermediarios que debían cancelar por los servicios prestados.

 

Las manifestaciones y violencia desatada han puesto a Puno en los reflectores con datos económicos bastante interesantes. Más allá de la imagen de pobreza y atraso con la cual todavía se le ve y que algunos desempolvaron la tesis de “buscando un inca” para explicar lo que sucedió estas semanas, lo cierto es que Puno está creciendo económicamente. Lo malo es que mucho se debe a la economía informal y delictiva (contrabando, trata de personas, minería ilegal); y, cosa insólita, la Sunat está recaudando más impuestos en Puno que en otros años, signo que la economía del sur está creciendo.

 

La pregunta es porqué entonces protestan. Pareciera que no son todos. Son piquetes de grupos organizados que persuaden o intimidan a las mayorías para unirse a las protestas. Incluso los atentados, incluyendo piscigranjas, hacen recordar los viejos métodos de Sendero Luminoso. No se puede obviar el resurgimiento de la organización terrorista. No todo fue “inocentes manifestaciones sociales”.

 

Es la primera vez que ha saltado pública y notoriamente las tendencias sociales y económicas informales y delictivas al mundo político oficial. No será la última tampoco. Es probable que los financistas busquen otro activo nuevo y mejor posicionado para las elecciones que se vienen. Un nuevo Castillo con sombrero o sin sombrero. Aparte que seguirán financiando candidatos al Congreso en distintas bancadas.

 

Quizás debilitadas las protestas por cansancio, tendremos ya una opción más dialogante del gobierno con líderes regionales, lo cual era imposible cuando estas se encontraban en la cima de la exacerbación. Por otra parte, el Congreso respira más tranquilo y postergará para más adelante (¿2024, 2025?) el adelanto de elecciones. Aunque es preferible no cante victoria, sino puede terminar con las barbas en remojo.

Monday, February 13, 2023

REVOLUCIONARIOS DEL TWITTER

Eduardo Jiménez J.

ejimenez2107@gmail.com

@ejj2107 

Las revueltas y desmanes de Diciembre y Enero han dado lugar a la notoriedad de los revolucionarios del twitter. Aquellos dirigentes y políticos de izquierda que soliviantan a las masas con mensajes sin poner ellos en riesgo su vida e integridad física.

 

Antes del surgimiento del conocido pájaro azul los dirigentes y políticos que demandaban el cambio social o político estaban al frente de las luchas. Las marchas y manifestaciones los tenían a ellos en primera línea como un general delante de su ejército. Muchos pararon con sus huesos en la cárcel por largo tiempo, otros en el destierro.

 

En igual sentido había una mística revolucionaria. El revolucionario de antaño predicaba con el ejemplo, no buscaba enriquecerse llenándose la boca con la palabra pueblo. Generalmente terminaban sus días en pobreza absoluta.

 

Ahora cómodamente instalados en una curul o en un cargo político mandan mensajes incendiarios, dirigiendo desde twitter la “toma del poder”, mientras la billetera cada día engorda más.

 

Una cosa es jugar el partido y otra verlo desde la tribuna, dando desde allí las indicaciones a los jugadores de su selección querida. Estos revolucionarios se parecen a esos espectadores pasivos que se creen activos por usar un artilugio digital.

 

Los partidos se juegan en la cancha y a los auténticos dirigentes se les ve también allí, no cómodamente instalados frente a un televisor, viviendo libre de las carencias de quienes mandan a la guerra.