Por: Eduardo Jiménez J.
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@ejj2107
En un futuro no muy lejano una elite policial denominada Precrimen, y gracias a la ayuda de tres jĂłvenes videntes, puede detectar el cometimiento de un delito antes que este se produzca. La vĂctima es salvada a tiempo y el intencionado sujeto que quiso cometer el crimen inmediatamente detenido, procesado y sentenciado. Gracias a la Unidad de Precrimen los delitos prácticamente han bajado a cero. Uno de los principales problemas que enfrenta toda sociedad es resuelto en poco tiempo.
Suena bonita la fábula de la sociedad perfecta en el filme distĂłpico Minority report (Sentencia previa en español, basada en el relato de Philip K Dick), salvo que para llegar al grado cero de delitos se ha vulnerado una serie de garantĂas, entre ellas que no se puede condenar a quien no cometiĂł un delito por más intenciones que tuvo de cometerlo. Un tipo quiere atropellar a su esposa y hacerlo aparecer como accidente. Elucubra todo un plan pero no ha cometido el hecho trasgresor y sin este no hay pena.
Estamos en el ámbito equĂvoco del derecho penal preventivo, aunque en un sentido distorsionado, que en el pasado se llegĂł a utilizar, como en la Alemania nazi, donde el hecho de ser judĂo condenaba a una persona. En estas aguas poco claras se condena por la intenciĂłn o por tener una caracterĂstica distinta de raza o religiĂłn.
Se pensará que la trama de Minority Report sucede solo en la ficciĂłn o sucediĂł en el pasado; pero tambiĂ©n se produjo en este siglo con la sospecha que todo musulmán es terrorista. En plena globalizaciĂłn y cuando se creĂa que el estado de derecho y las garantĂas que contiene salvaguardaban al individuo por siempre, el 11-S significĂł un cambio brusco en las reglas del derecho: secuestros y asesinatos de sospechosos de terrorismo, y tortura y reclusiĂłn sin juzgamiento previo en las cárceles de Guantánamo (suerte de “tierra de nadie”).
Pero allĂ no queda el debate abierto. En la trama tanto de la pelĂcula como del relato el sistema tiene fallos, no es infalible. No necesariamente se encuentran de acuerdo los tres precogs, como les dicen a los videntes, en que se cometerá un delito, en algunos casos uno de ellos emite un informe en minorĂa (de allĂ el tĂtulo original). Es decir se puede haber condenado a personas inocentes. (El final es diferente en la pelĂcula y el relato. En la primera el sistema de precrimen es desmantelado por los fallos detectados, en el relato se llega a cometer el crimen para que el sistema continĂşe a pesar de los fallos; además que el relato de Philip K Dick contiene, en clave de metáfora, una carga más polĂtica en consonancia al macartismo que en ese entonces -1955- vivĂa la sociedad norteamericana, mientras en el filme se inclina más a la acciĂłn).
El siglo XXI trajo a colaciĂłn un gran debate entre los derechos y garantĂas de las personas vs la seguridad nacional y la razĂłn de estado. Hasta quĂ© punto es válido limitar u obviar los derechos de las personas en aras de la seguridad nacional interna o externa.
Premonitoriamente Minority Report suscitĂł un debate (la pelĂcula se estrenĂł un año despuĂ©s de los atentados del 11-S, es decir en 2002) que se prolongarĂa por las dos siguientes dĂ©cadas del presente siglo, siglo convulso y que trae más sombras que luces, más dudas que certezas.