Tuesday, July 23, 2024

DUNE: IDEOLOGÍA Y JUSTIFICACIÓN DE LAS GUERRAS SANTAS

 Eduardo Jiménez J.

jimenezjeduardod@gmail.com

@ejj2107


La adaptación al cine de la novela de Frank Herbert rondaba desde los años 70, siendo Alejandro Jodorowsky el encargado de llevarla a la pantalla; pero, el desmesurado proyecto del chileno, la cantidad de horas que iba a tener el filme y el presupuesto que se desbordaba más allá de todo límite hicieron cancelar la adaptación hasta nuevo aviso. Por lo que quedó (existe un documental al respecto) iba a ser una recreación de la novela en ese estilo hiperrealista propio de Jodorowsky. Por cierto, el diseño visual y argumentativo del proyecto inspiró películas de la época como Star wars, Alien, Blade runner o la célebre Terminator.

Los elementos de la novela eran bastante atractivos para llevarlos al cine, así que, ante el fallido proyecto de Jodorowsky y habiendo comprado los derechos de la novela Dino de Laurentis, habría que esperar a 1984 para la primera adaptación.  

Luego de descartar algunos nombres y ante el éxito que tuvo el film El hombre elefante (1980), el convocado fue David Lynch. Si bien los efectos especiales no fueron los mejores, su adaptación de Dune (1984) no es mala; aunque, resumir una compleja novela en poco más de dos horas era un reto difícil, hasta para el mismo Lynch. El final del filme daba a entender una continuación, pero vista la baja taquilla que tuvo en su estreno, esta nunca llegó. Actualmente se la considera como una película de culto.

 

Habría que esperar casi 40 años para una segunda adaptación cinematográfica. El encargado fue el canadiense Denis Villeneuve, imaginamos por contar en su haber con el inquietante filme de ciencia ficción La llegada (2016), pero sobre todo por los méritos de Blade runner 2049 (2017), notable secuela de la célebre película distópica de Ridley Scott.

 

Si bien la novela por fines comerciales ha sido catalogada como una de space opera, Dune es compleja y de ritmo lento. Sus personajes tienen largas interiorizaciones de sus dudas o de lo que piensan del otro, lo que interrumpe la acción a la que se encuentra acostumbrado un lector de este tipo de libros. De las casi 800 páginas, en las cien primeras el lector lego en la trama, desconoce hacia dónde lo lleva. El inicio es una presentación bastante morosa de los personajes y en especial de la familia del Duque Leto. Se usan muchos nombres propios de la religión musulmana, a tal punto que el autor tuvo que agregar como anexo al final de la novela un diccionario de términos. Y, el desenlace es una suerte de anticlímax. No es el héroe que se comporta en forma altruista. Paul más que como mesías se comporta como ganador de la batalla, repartiendo el botín de guerra y lo que le toca, incluyendo la mano de la hija del emperador, lo que consolidará su ascensión al trono.

 

La novela de Frank Herbert trata precisamente temas como la lucha por el poder y la religión como sustento del orden social y político, organizado maquiavélicamente por las Bene Gesserit, hermandad monástica femenina y que tras bastidores organiza alianzas, planifica líneas de sucesión genética, planea intrigas o elimina rivales. Más que una novela de ciencia ficción, Dune es una novela de intrigas políticas, ambiciones desmesuradas y mesías que justifiquen un orden dominante. Y detrás de todo ello la eterna condición humana, igual ahora que en el pasado o en un futuro lejano.

 

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Para la adaptación, Villeneuve ha contado con un respetable presupuesto y la confianza que se tendrá una trilogía, de la cual las dos primeras partes ya han sido proyectadas.

 

La primera parte (2021) es una presentación de los hechos y los personajes hasta la traición que sufre el Duque Leto y la masacre de casi la totalidad de los atreides.

 

La segunda parte (2024), luego de contactarse Paul y su madre Jessica con los fremen, permite adentrarse a temas que son actuales como las guerras de liberación nacional o las justificaciones políticas para las guerras santas que están asolando el mundo.

 

Tanto el filme como la novela terminan con la ascensión de Paul al trono de emperador del universo conocido, con lo cual concluye la primera novela de la saga, cuyo argumento ha sido respetado con ligeros cambios (frente al éxito de la primera entrega, Frank Herbert escribió hasta seis novelas sobre Dune; luego su hijo continuó con la saga).

 

¿Es Paul el mesías que los fremen esperaban? ¿Se cree Paul realmente el mesías? ¿El mesías es solo una invención para sostener un orden social y político como se da a entender en la novela? El mismo Paul se hace estas preguntas. Como apuntamos, la novela tiene muchas preguntas de los personajes, inquietudes, introspecciones de los mismos. La versión de Lynch quiso rescatar esos momentos interiores, aspecto que ha obviado la versión de Villeneuve.

 

Como todo mesías implica una serie de profecías y la constitución de una religión más o menos orgánica en torno a este, con los correspondientes mitos y organización jerárquica. Todas las grandes religiones han tenido un mesías, un “enviado de Dios”.

 

Pero no solamente es lo sagrado de “aquel enviado por Dios”, sino el uso político y bélico que se le da. Religión y política. Las justificaciones que pueden derivar para una “guerra santa” contra los “infieles”. La yihad. Las semejanzas con la realidad presente son más que evidentes.

 

Religión y política siempre han ido de la mano. La religión sirve para controlar el orden social. Las Bene Gesserit tienen por misión que la galaxia marche en un orden definido. Es un poder religioso que se utiliza para un control político. Toda religión usada en un contexto sirve como pretexto político y justificación de guerras. Ese aspecto es el que desarrolla el filme, con el agravante de irse construyendo como mesías el personaje principal, contando con la ayuda de la madre, Jessica, convertida en Reverenda madre entre los fremen y que astutamente acentuará los presagios de las profecías a favor de su hijo para que gane adeptos y poder. (En la novela el mito del mesías lo difundieron en un tiempo remoto las propia Bene Gesserit a fin de controlar a los fremen y mantener en orden el imperio).

 

Es curioso que, en ese contexto, un grupo de los fremen cree a pie juntillas en la llegada del Mesías encarnado en Paul, mientras otro grupo encarnado por la propia Chani, pareja de Paul, no cree en un mesías de fuera, sino en la liberación de su pueblo por los propios fremen. No creen en una guerra santa, sino en una guerra de liberación nacional. (El personaje de Chani es más convencional y resignado en la novela, en la adaptación de Villeneuve posee más independencia de criterio).

 

La tercera parte, El mesías de Dune, adaptación de la segunda novela de Frank Herbert, se encuentra en desarrollo, sin fecha precisa, pero con Denis Villeneuve al mando todavía, salvo cambios imprevistos de producción.

 

Dune trata temas de actualidad, como los fanatismos religiosos que se creía extintos. La justificación es la misma: castigar a los “infieles”, la razón está de parte de quien mata en nombre de Alá o de Jehová, el nombre es un símbolo, por lo que está fuera de discusión las creencias que motivan la guerra. Si no se tiene nada que perder y se tiene la convicción de luchar por lo justo, no sorprende que prenda entre tantos seguidores. Así ha sido en todas las guerras, religiosas o laicas, siempre al amparo de una ideología. Dune pone en evidencia un hecho que es de palpitante actualidad.

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