Sunday, June 29, 2025

ERRORES DE CÁLCULO

 Eduardo Jiménez J.

jimenezjeduardod@gmail.com

@ejj2107


La historia está plagada de errores de cálculo al agredir una nación a otra creyendo que tiene un triunfo asegurado. Es lo que le pasó a Hitler cuando decide invadir la Unión Soviética, pensando en un triunfo asegurado. Y es lo que le pasó a Irán creyendo que la victoria contra “el infiel” Israel se encontraba asegurada.

 

En principio, uno se pregunta la razón para desaparecer al estado hebreo más allá que no se comulgue con su ideología y forma de vida, o que represente al “imperio” (Estados Unidos) en el Oriente Medio. Recordemos que los ayatolas, cuando toman el poder en 1979, lo hacen con una reivindicación nacionalista y religiosa, convirtiendo Irán en un estado teocrático con poder militar. Por todos los indicios, su odio al estado hebreo es más ideológico y conseguir, de paso, una presencia geopolítica en la región. De allí el enriquecimiento de uranio para ser parte del club de países con armas nucleares y tener más poder.

 

El Irán de los ayatolas es el último bastión de resistencia contra la presencia de Israel en el medio oriente, cuando ya los países vecinos han establecido acuerdos de paz con el estado hebreo. Usaron una estrategia de cercamiento a través de aliados con un enemigo común. Hamas, Hezbollah, los hutíes en Yemen, Bashar al-Ásad en Siria, a quienes entrenan, aprovisionan de armas y apoyan financieramente.

 

El punto de quiebre fue el 7 de Octubre de 2023 cuando Hamas incursiona en territorio de Israel y viola, asesina y secuestra ciudadanos hebreos.

 

Se dice que Netanyahu sabía con anticipación la invasión que estaba en ciernes. De ser cierto fue la excusa perfecta para iniciar el contraataque, exterminar a los grupos financiados por Irán y luego ir contra el mismo país de los ayatolas, descabezando mandos militares y científicos nucleares, y, con la ayuda de EEUU, bombardear los puntos estratégicos donde se supone están enriqueciendo uranio para una bomba nuclear que desaparecería del mapa no solo a Israel, sino a gran parte de lo que es vida en los alrededores. Algo que pocos dicen es que poner una bomba atómica en manos de fanáticos religiosos es tan peligroso como un mono con metralleta.

 

No es una victoria definitiva contra el Irán de los ayatolas. La paz en el oriente medio y un entendimiento palestino-judío están casi olvidados. No se sabe realmente si el golpe los dejó o no fuera de la competencia nuclear. EEUU, con la alta precisión del bombardeo sobre las centrales nucleares de Irán, demostró que no tiene rival en tecnología militar, ratificando su papel de gendarme planetario. Clara señal para China y Rusia, sobre todo para la primera. Por el lado de Israel, su derecho a vivir en la región (por la razón o por la fuerza) no será tan cuestionado por los vecinos y, tarde o temprano, hasta Irán tendrá que reconocer al estado hebreo. Algunos de sus más acérrimos enemigos olvidan la enorme resiliencia del pueblo judío a través de centurias. Muchos han querido exterminarlos de la faz de la tierra como cucarachas y los exterminados han sido los perpetradores. Hitler es solo un ejemplo de la historia.

 

Netanyahu, quien ahora respira gloria, dudo que decida retirarse del ejercicio político, con mayor razón por las cuentas que tiene con la justicia. Es irónico. Un primer ministro que estaba seriamente cuestionado por sospechas de corrupción en su gobierno, casi a punto de ser vacado, se convierte en héroe nacional, mientras que los ayatolas muerden -por el momento- el polvo de la derrota. Son los azares de la historia, con una moraleja: no hay enemigo chico.


Sunday, June 22, 2025

LA HERMANASTRA FEA: EL OTRO LADO DE CENICIENTA

 Eduardo Jiménez J.

jimenezjeduardod@gmail.com

@ejj2107


Cenicienta, el célebre cuento inspirado en leyendas populares, que primero recoge Charles Perrault en el siglo XVII, luego los hermanos Grimm en el XIX, y en el XX lo edulcora Disney en su versión de dibujos animados, es recurrente en los mitos populares por su carga simbólica que lo hace entendible en distintos tiempos y espacios (las cenizas como renacer -el ave fénix-, la zapatilla de cristal como pureza, la envidia como característica humana, etc.). En ese sentido es un cuento inmortal.

 

Lo interesante de la versión cinematográfica de Emilie Blichfeldt (Noruega, 1991) es el giro de tuerca de la historia y contarla desde el lado de la hermanastra, Elvira, quien no es propiamente una villana envidiosa, sino una joven soñadora que compite con otras chicas de su edad para conseguir el amor del príncipe, por lo que decide someterse a todos los sacrificios inimaginables para “estar en forma” el día del baile en Palacio. Es el costo de ser bella, el precio que las mujeres deben pagar en esta sociedad, sobre todo, en la visión convencional del tema, para conseguir un marido “de una adecuada posición social”.

 

Es lo que hace también Cenicienta que, con su belleza natural y sin un centavo de dote, cautiva al príncipe, aunque secretamente se encuentra enamorada de un plebeyo, al cual -literalmente- le da el culo como “prueba de amor”, ya que debe mantenerse virgen para el futuro marido, entendida la virginidad en la mujer como sinónimo de pureza, virtud con la cual debe ingresar al matrimonio conforme lo dice el Antiguo Testamento (De estas [mujeres] no tomará: viuda, divorciada o una profanada como ramera, sino que tomará por mujer a una virgen de su propio pueblo. Levítico, cap. 21).

 

La hermanastra fea también es una metáfora de cómo los deseos humanos son una ilusión y se pueden desvanecer, a pesar de todo el esfuerzo que ponemos (todo es ilusión como dice el Eclesiastés). Es lo que le sucede a Elvira, que termina mutilada de cuerpo y alma. Es la gran pagante del drama.

 

El papel de la madre de Elvira y madrastra de Cenicienta destaca por su despiadado pragmatismo, donde no importa sacrificar a su hija o acostarse con quien sea, para alcanzar una mejor posición social.

 

En ese sentido, los personajes son arquetipos de la naturaleza humana. Cenicienta representa la bondad, pero también el convencionalismo social; Elvira los deseos fatuos; la madrastra, el pragmatismo en una sociedad gobernada por hombres; la hermana menor de Elvira, la sencillez de toda muchacha (prefiere ocultar a la madre que ya tuvo su primera menstruación a fin que no la someta a las duras exigencias físicas que padeció la hermana mayor para que consiga marido).

 

Al final empatizamos con la pobre Elvira, víctima de la moda e ideología de su época; aunque ese “horror corporal”, que nos hizo recordar las primeras películas de David Cronenberg, lo utiliza exageradamente la directora para remarcar su tesis (algo similar pasó en el filme La sustancia de Coralie Fargeat), para enfatizar el costo de ser bellas las mujeres y la ruina en que por ello se pueden convertir.

 

Vale la pena ver La hermanastra fea, propuesta inusual en medio de tan escasa creatividad que se vive en el cine comercial.

Sunday, June 15, 2025

SEBASTIÁN SALAZAR BONDY, CRONISTA DESDE EUROPA (1956-57)

 Eduardo Jiménez J.

jimenezjeduardod@gmail.com

@ejj2107


Aparte de su obra creativa, generalmente los escritores también ejercen el periodismo. Es su pane lucrando, con lo que se ganan la vida y pagan las cuentas a fin de mes, mientras escriben la novela o la obra de teatro que los llevará a la fama. Muchos, como articulistas en diarios y revistas, son muy buenos, y, algunos, más interesantes que en las novelas y cuentos que escribieron pensando en la posteridad.

 

Ya no hablemos de la parte práctica del oficio. Más de un escritor ha confesado que el periodismo fue una estación indispensable en su formación, que lo ayudó a ser más preciso en el uso de verbos, sustantivos y adjetivos. Una suerte de escuela de la vida.

 

Un caso emblemático de escritor y hombre de prensa es el de Mario Vargas Llosa, que por más de 70 años se dedicó a la labor periodística, con artículos que son verdaderos ensayos. Algo similar ha pasado con otros escritores nacionales, cuya obra en la prensa escrita no tuvo tanta suerte como la del Nobel peruano y ha quedado en el olvido, enterrada en diarios que hoy se encuentran fuera de circulación. Esos artículos periodísticos están a la espera de que un investigador vaya a su encuentro en algún archivo olvidado.

 

Si el investigador no lo hace con su propio peculio, para que se haga el milagro se debe esperar a que una universidad o un centro de investigación financie la labor y que el estudioso o futuro doctorando tenga la paciencia de hurgar en colecciones de diarios y revistas de épocas pasadas. Literalmente, sumergirse en bibliotecas llenas de polvo y ácaros a la búsqueda del artículo escrito décadas atrás.

 

En el caso de las Crónicas desde Europa (1956-57) de Sebastián Salazar Bondy (SSB), libro financiado por el Fondo Editorial de la Universidad de Lima, quizás la tarea del compilador, Alejandro Susti (en su haber con otras obras antologadas del autor), no ha sido tan complicada, al encontrarse casado con una hija del recordado escritor, facilitándosele así los permisos de los herederos para la publicación. Muchas veces es un tema bastante engorroso la cesión de los derechos de autor por parte de los herederos para una edición post mortem, por lo que proyectos de publicación se quedan a medio camino. Por desgracia no todos los escritores muertos tienen hijos o hijas casados con el futuro antologador.

 

Se extraña que la edición no tenga un estudio preliminar sobre la estancia de SSB en Europa y la influencia en su pensamiento y obra. Debemos suponer que, como en otros escritores y ensayistas, el viaje a Europa fue fundamental. Lamentablemente, la antología solo contiene notas preliminares que anteceden a las crónicas, por lo que al parecer la labor del editor se ha limitado más a una recopilación de artículos que a un prolijo estudio propiamente.

 

A SSB se le conoce más por su ensayo Lima la horrible, tantas veces citado y pocas veces leído en la actualidad; pero, Salazar Bondy en su corta existencia (apenas poco más de 40 años) fue teatrista (su labor más apasionada), poeta, narrador, promotor cultural, ensayista, y, por supuesto, cronista. Quienes lo conocieron lo describen como una persona bastante generosa, sin esos odios, envidias, ni egoísmos que caracterizan a buena parte del gremio.

 

Como Armando Robles Godoy, su labor periodística se desarrolló principalmente en el desaparecido diario La prensa, verdadero foco cultural en aquellos años, contando en sus filas con escritores realmente de valía. Estas crónicas desde Europa se publican precisamente en dicho periódico a raíz de una beca que ganó para estar cerca de un año en el Conservatorio Nacional de Arte Dramático dirigido por Jean Vilar, ícono del teatro francés en ese entonces.

 

La temática, aparte de la vida cotidiana en París y otras ciudades de Europa, describe el tenso momento político que se vivía en Francia por la independencia de Argelia. Los que estaban a favor de una Francia colonial no escatimaban medios, incluyendo las ejecuciones extrajudiciales y la tortura de los argelinos rebeldes. Y los que abogaban por la independencia, planteaban una suerte de mancomunidad al estilo de los ingleses y sus ex colonias. Ese momento que se vive en Francia es crítico para librarse de las ataduras del pasado colonial, cortando el nudo gordiano Charles de Gaulle al declarar la independencia de Argelia en 1962.

 

El Teatro Nacional Popular dirigido por Jean Vilar también ocupa varias crónicas. Teatro emblemático en Europa, no solo ponían en escena a autores franceses, si no también extranjeros, clásicos y modernos. En uno de sus artículos SSB comenta que en aquellos años todavía existía una protección a favor de los autores nacionales para su puesta en escena, cosa que se fue atenuando en años sucesivos. Con precio de entradas bastante asequible para toda clase de público, el TNP no solo se quedaba en París, iba también a las ciudades de provincia (cuando salía de gira, incluía albergue a los espectadores que no podían costearse una habitación en un hotel) y, cosa insólita en estos tiempos, viajaba extramares para llevar sus representaciones a Sudamérica. Por crónicas del propio SSB tenemos entendido que incluso llegó a nuestro país, todavía considerada Lima como una de las capitales culturales de la región.

 

El otro tema es la España franquista. En los años 50 se siente el atraso económico y cultural del país bajo la dictadura de Franco (por la situación de atraso y oprobio que se vive, SSB y otros intelectuales creen que se acerca el fin de la dictadura). España dejó de ser el centro de escritores y artistas de antaño, para ser un país casi del tercer mundo. Muchos emigraban a América o a otros países de Europa en busca de mejores oportunidades de trabajo. Intelectuales de reconocido mérito, para salvar sus vidas, luego de la guerra civil, tuvieron que huir del país. Ideológicamente quien está al mando es el Opus Dei, con mucha influencia en el gobierno franquista. Ser liberal en esa España era poco menos que ser terrorista (el Opus Dei podía sugerir el cambio de un rector de universidad que consideraba muy “liberal” y manejaba a su entero arbitrio la educación en los colegios públicos y privados). Hay un bando, el de los monárquicos, que desean el regreso de los borbones al poder. Ese bando es minoritario, pero 20 años después, a la muerte de Franco, será el que gane la opción para la transición democrática, no como ellos pensaban, con una monarquía tradicional, sino como una monarquía constitucional encabezada por un rey borbón.

 

Si bien la gente del pueblo y hasta la endeble clase media española, viven con las justas, bastante apretados, hay una clase social que no se escapa a la visión de SSB: la burguesía, que al abrigo de la cercanía al franquismo va creciendo en poder no solo económico, sino de influencia política. Bancos que prosperan bajo la dictadura de Franco, industrias que en una apertura del régimen van comerciando con otros países, el turismo que se abre a Europa, así como enormes facilidades para rodar películas extranjeras en España, que daría paso a una naciente industria del cine. Esa apertura económica trae una ola de prosperidad insospechada en los años 40 y 50.

 

Cuenta SSB que la censura española se vuelve un poco más flexible, pero dependiendo quien escriba. Si es un autor famoso, casi no tocarán nada del libro a publicar, si es un ilustre desconocido, los tijeretazos de la censura vendrán por aquí y por allá (Mario Vargas Llosa sufrió los estragos de la cesura para la publicación de su primera novela, La ciudad y los perros). Igual sucedía en el cine. Gracias al doblaje de las películas extranjeras, muchos diálogos eran cambiados de sentido, ni que decir de escenas íntimas o besos muy apasionados, que pasaban por el corte de rigor.

 

Precisamente sobre la censura es una de sus últimas crónicas. En aquellos años los viajes eran todavía por barco. SSB cuenta que antes de desembarcar en el puerto del Callao, en la nave que lo trajo de regreso había una larga lista de lo que pasaba libremente, lo que pagaba impuestos y lo que no pasaba. Dentro de lo que no pasaba estaban “drogas, narcóticos, libros impresos y literatura contraria a la moral y al orden social de la República” (sic). Obedecía a la época. En 1957 recién salíamos de la dictadura de Manuel Odría (1948-56) y los considerados libros subversivos o contrarios a la moral eran los más, sobre todo si eran de autores extranjeros y venían en idioma distinto al castellano. Desconocemos si SSB sufrió el decomiso de alguno de los libros que trajo de Europa o si, considerando que ya era un autor de prestigio en nuestro país, no le hicieron problemas en aduanas.

 

Vale la pena leer a Sebastián Salazar Bondy, no solo porque escribe bien, algo difícil de encontrar en escritores contemporáneos, sino porque nos describe un mundo que nosotros ya no conocemos, que pertenece a un pasado que nos parece remoto.

* Sebastián Salazar Bondy: Crónicas desde Europa (1956-1957). Editor: Alejandro Susti. Edición consultada: Fondo Editorial de la Universidad de Lima, 2024, 166 pp.

Sunday, June 08, 2025

ELECCIÓN DE JUECES POR VOTO POPULAR EN MÉXICO

Eduardo Jiménez J.

jimenezjeduardod@gmail.com

@ejj2107 


        Este 1 de Junio se llevó a cabo en México la elección por sufragio popular de jueces a todo nivel, incluyendo los de la Corte Suprema. El INE (el Instituto Nacional Electoral) estimó una participación ciudadana alrededor del 13%, una de las más bajas en los últimos procesos electorales. La medida, impulsada por el gobierno de López Obrador y ratificada por la presidenta Claudia Sheinbaum, ha generado controversias en la oposición por la posible manipulación política que la elección de jueces puede traer, considerando los claros indicios que apuntan a convertir Morena (partido de López Obrador y Sheinbaum) en el PRI del siglo XXI.

 

En el mundo es rara la elección popular de los jueces. Estados Unidos tiene el sistema para los jueces estatales, más no los federales, los que son nombrados por el presidente de la república, incluyendo los de la Corte Suprema. Suiza tiene un sistema parecido, con la diferencia que el Parlamento nombra a los jueces federales y los cantonales por elección popular. En ambos países, los partidos políticos pueden proponer candidatos y el candidato a juez lucir el emblema del partido por el cual postula.

En la región es Bolivia quien desde el 2011 elije a sus jueces por elección popular.

 

En teoría el sistema de elección popular debería ser el idóneo en una democracia. Recordemos que los atenienses, inventores de la democracia, elegían a sus jueces por sorteo, entre los ciudadanos que voluntariamente se presentaban al cargo. El azar decidía quién era designado como juzgador. El juez designado no tenía posibilidad de reelegirse a fin de evitar la parcialidad y la acumulación de poder. La preocupación se encontraba, desde los antiguos griegos, en la manipulación política y parcialidad que el sistema de elección puede tener. Es lo que se ha criticado en Bolivia, por ejemplo, donde los jueces designados son muy proclives a escuchar al poder político antes de decidir una causa controvertida, a lo que se debe sumar los adecuados filtros para que ciudadanos indeseables o con prontuario no accedan a la administración de justicia; o la necesaria educación cívica del elector para que elija de manera prudente y racional, algo de lo cual en la región estamos muy lejos. Ya no hablemos del narcotráfico y el crimen organizado, que pueden solventar muy bien distintas candidaturas al cargo de juez.

 

Estados Unidos es quien tiene la más larga tradición y, pese a los cuestionamientos, ha funcionado más o menos por la solidez de las instituciones, aunque no exento de fallos controvertidos; pero, en líneas generales un juez de la Corte Suprema, por más que el presidente de la nación lo haya designado, votará una causa de acuerdo a su conciencia. Lo mismo no podemos decir de los países de América Latina, donde el favor político o económico pesará al momento de las resoluciones que el juez deba emitir. Es sotto voce que muchas decisiones judiciales se compran al peso.

 

En el medio, entre la elección popular y la elección por el poder político, se encuentra la de un organismo especializado independiente que nombre a los magistrados por concurso público y orden meritocrático. Es el sistema que tenemos nosotros, aunque no exento también de críticas, cuando el órgano decisor encargado de la selección y los nombramientos es copado sea por intereses políticos, económicos o de instituciones extra estatales.

 

Es un experimento bastante radical y riesgoso el mexicano (la elección es de magistrados a todo nivel, incluyendo los de la Corte Suprema y el Tribunal Electoral). Abriga fundadas dudas. Temores hoy e incógnitas mañana, sobre todo por el copamiento de poder del partido gobernante. Habrá que ver cómo se desarrolla y la evidencia empírica que el experimento puede traer. Un balance crítico y desapasionado de aquí a algunos años no estaría demás.

 

No obstante ello, la historia enseña que no hay poder eterno, sea de una persona, un grupo o un partido político. Por lo general, cuando concentran demasiado poder, caen por su propio peso. La historia es una buena maestra y consejera con innumerables ejemplos de trágicos finales de aquellos que creían o se sentían poderosos. El propio PRI (partido donde militó López Obrador) es un buen ejemplo. El todopoderoso partido mexicano que fue en el siglo XX y lo que es ahora.

Sunday, June 01, 2025

MOSCÚ NO CREE EN LÁGRIMAS

 Eduardo Jiménez J.

jimenezjeduardod@gmail.com

@ejj2107


Tres chicas de provincia van a Moscú en busca de mejores oportunidades. Ni más ni menos lo que sucede en otras ciudades, solo que estamos, en ese momento, en la capital del primer país socialista del mundo.

 

La película seguirá sus vidas por 20 años, de 1958 a 1978, sobre todo de Katerina, joven bastante ingenua en las cosas de la vida, que sale embarazada y asume sola su responsabilidad, estudiando y escalando posiciones en su trabajo hasta ser directora de una empresa del estado soviético. De allí viene el título, Moscú no cree en lágrimas. Moscú, como toda gran ciudad, es indiferente a los dramas personales por lo que solo resta hacer de tripas corazón como decimos por acá y seguir adelante.

 

Por la época de realización (fines de los años 70), la política cultural de la desaparecida Unión Soviética había flexibilizado bastante los criterios del realismo socialista imperantes en su cinematografía. Ahora se abordaban dramas comunes y corrientes, similares a los producidos al otro lado de la cortina de hierro, como el de estas tres chicas que llegan a Moscú con ilusión y en busca de mejores oportunidades de trabajo, estudio o de pareja.

 

Es más, en la película no se hace ninguna loa al socialismo; más bien hay cierta crítica velada como a la escasez de bienes finales para el consumidor en la escena del supermercado (hecho que era muy conocido en Occidente). Tampoco se ensalza “al nuevo hombre socialista”. Todos los personajes son seres comunes, igual a los que existen en cualquier ciudad, con problemas graves como el alcoholismo, algo que la URSS padeció como problema social (y la actual Rusia también), lo que se refleja en el jugador de hockey, esposo de una de las chicas, que arruinó su carrera, estatus y vida por ser bebedor consuetudinario.

 

O el machismo, otro “mal” del hombre socialista que lo vemos cuando el padre de la hija de Katerina rechaza la paternidad y apoyarla económicamente, sirviendo de “puntal ideológico” la propia madre del progenitor, quien apoya comportamientos inexcusables de su vástago. O también del segundo compromiso de la protagonista, quien no acepta que la mujer gane más y tenga mejor estatus que el hombre.

 

La película describe muy bien los segmentos sociales en que se dividía la sociedad soviética de ese entonces. Son candidatos codiciados para futura pareja si es director de una empresa estatal, un doctorando, un oficial del ejército o una estrella del cine o del deporte. Las condiciones de vida para estos son distintas al común de las personas: mejores departamentos y remuneraciones, comida especial o entradas preferenciales para algún evento. Un trato diferenciado que, por extensión, la futura esposa también lo disfrutará. El sistema de privilegios que había creado la burocracia soviética.

 

Lo más interesante es la primera parte. Las tres amigas que viven en una pensión y van en busca de mejores oportunidades a la capital. El embarazo no deseado de Katerina, su esfuerzo por salir adelante estudiando, trabajando y criando una niña al mismo tiempo. Es la historia de quien hace todo con su propio esfuerzo.

 

La película flaquea en la segunda parte. Cuando Katerina, ya con un estatus social y económico más holgado, se encuentra de nuevo con el padre de su hija y la segunda oportunidad que le depara la vida al conocer otro hombre (con los problemas que conllevará una nueva relación). Un poco del melodrama consabido y la recompensa a quien se ha esforzado. No extraña que el filme haya ganado el Óscar a mejor película extranjera en 1981.

 

Sin ser una gran película, vale la pena ver de nuevo Moscú no cree en lágrimas. Es mucho mejor que tantos filmes actuales.