Tuesday, March 31, 2015

RECORDANDO A ALBERTO FLORES GALINDO

Por: Eduardo Jiménez J.
        ejimenez2107@gmail.com
        ejj39@hotmail.com
       @ejj2107

Lo que siempre me gustó del recordado Tito Flores Galindo fue su libertad para interpretar los hechos y las ideologías. Socialista de convicción, no se encasilló en los dogmas que fosilizaron al marxismo, sino que, al estilo de José Carlos, lo interpretó libremente. Fue creación heroica.

Intelectual orgánico, como lo quería Gramsci, tuvo un compromiso político, pero sin nublarle los sentidos y el pensamiento. De allí la libertad que respiraban sus textos, algo difícil de encontrar.

Precisamente La agonía de Mariátegui, la polémica con la Komintern (la internacional comunista de ese entonces) es la mejor prueba. Delicioso y libérrimo ensayo sobre los últimos años del Amauta, que a muchos de la izquierda de ese entonces les encarapeló el cuerpo.

Coincidentemente, como Mariátegui, Flores Galindo vivió pocos años. Dicen de las personas con corta vida, que lo presienten, una voz en su interior les susurra que su paso por este mundo será breve, y tratan, en el poco tiempo que les resta, vivir intensamente, haciendo lo que sienten como su vocación. Tito con su producción intelectual fue un ejemplo de ello. Como que luego vendría Buscando un Inca. Obra mayor. Y después la muerte, hace ya veinticinco años.

Al igual que Mariátegui, supo de la importancia de las utopías. De las creencias que mueven a las personas y colectividades, algo despreciado por el marxismo ortodoxo, considerado hasta “reaccionario”. Son los pathos subyacentes en el espíritu popular. Los grandes políticos saben de eso y cómo llegar así al pueblo.

La izquierda no ha vuelto a tener un intelectual de la talla de Flores Galindo (menos la derecha). Es bueno recordarlo, son ejemplos de integridad moral en estos tiempos de gris mediocridad, de publicaciones olvidables, de copia y pega, incluso de reconocidos “intelectuales”. Hasta siempre.


Wednesday, March 18, 2015

ATACADA: EL CINE COMO PROPAGANDA

Por: Eduardo Jiménez J.
        ejimenez2107@gmail.com
        ejj39@hotmail.com
       @ejj2107
La ópera prima de Aldo Miyashiro evidencia un interés didáctico y de denuncia sobre la violación impune de mujeres en nuestro país (los créditos finales dan cuenta de una acuciosa investigación previa), así como la ineficacia de la administración de justicia en resolver el conflicto social. Quizás ese afán didáctico y de denuncia es lo que “lastra” el filme que cuenta con una interesante primera parte.

Atacada se encuentra dentro del grupo de películas que se denomina cine de propaganda o proselitista, donde el realizador o los productores buscan resaltar una idea, una persona o un hecho determinado, sea apologéticamente o como denuncia. Casi siempre existe un interés ideológico, religioso o político en el tema. Fue el cine de, por ejemplo, la documentalista alemana Leni Riefenstahl, donde resaltaba las supuestas bondades de la raza aria en la época del nazismo; o, más recientemente, de películas como Cristiada, donde se hacía apología de la heroicidad de los católicos que murieron en la llamada guerra de los cristeros, en el México post revolucionario.

El gran peligro del cine de propaganda o proselitista es caer en los esquemas o clichés. Vale decir todo se encuentra en función de la idea o el concepto. Personajes y trama van en función a lo que se quiere denunciar o resaltar. Y ese es el principal problema de Atacada, subtitulada existencialmente como La teoría del dolor.

La película tiene cuatro partes claramente delimitadas: la etapa previa a la violación donde conocemos a Andrea y a su entorno. La violación propiamente. La tercera es el shock post traumático y el inútil juicio que sigue contra Rodrigo, el violador. La última es la venganza personal. Hay un epílogo donde vemos al personaje algunos años después tratando de rehacer su vida.

Las tres primeras partes (la etapa previa a la violación, la fiesta donde se produce, la inútil batalla legal de Andrea -muy al estilo anglosajón-) tienen ese afán de demostrar los efectos de la violación perpetrada y la ineficacia de la justicia en nuestro país cuando se trata de los poderosos, como lo evidencia la desaparición de los videos que registraron el hecho, y la “compra” de testigos y del propio médico legista. La esquematicidad de los personajes es evidente: los “buenos” son marcadamente buenos, y los “malos” marcadamente malos. Y en ese punto es donde se desequilibra la película: por demostrar una idea (la ineficacia del sistema de administración de justicia frente a un hecho tan clamoroso de violación) tenemos personajes que no llegan a desarrollar del todo y quedan como portavoces de una idea. Aparecen más como figuras, pero les falta densidad.

No obstante, pudo haber sido un mal menor, si el filme no se dilatase tanto con un giro rocambolesco donde se da cuenta de la venganza de los amigos de Andrea contra Rodrigo. La película pierde rumbo del todo, entramos truculentamente al cine gore, y se acentúa la parte melodramática con el internamiento de la protagonista en un penal por ser supuestamente “autora intelectual” del delito, amén del padre que fallece de tristeza y un pequeño que la espera a su salida de la cárcel (suponemos producto de la violación). Acá desbarranca del todo, cuando pudo tener un buen corte con el fin del juicio y un breve epílogo sobre la protagonista.

Es meritorio que Miyashiro haya tratado un tema que casi es de género y lo tratan por lo general mujeres. Vale el intento (y se debe ser muy hombre para hacerlo). Esperemos que en su siguiente largo pueda equilibrar mejor las cosas.


ATACADA  
Dir y Guión: Aldo Miyashiro
c/ Érika Villalobos (Andrea), Jason Day (Rodrigo), Eduardo Cesti (padre de Rodrigo), Carlos Gassols (padre de Andrea), Christian Rivero (Diego)
Perú/2015/Drama**/Estrenos


Tuesday, March 10, 2015

EN FACEBOOK TODOS SOMOS FELICES

Por: Eduardo Jiménez J.
        ejimenez2107@gmail.com
        ejj39@hotmail.com
       @ejj2107

El título no es mío, lo tomé de un artículo muy interesante publicado en la versión digital del diario argentino La Nación (http://www.lanacion.com.ar//1725676-el-espejo-de-facebook-cuando-la-vida-ideal-de-otros-trae frustracion?utm_source=n_hoy_nota2&utm_medium=saberhoy&utm_campaign=NLSoc), que trata el tema de lo que publican los usuarios en facebook, la principal red social del mundo.

A grosso modo el artículo alude a las fotos y videos que las personas suben a la red, donde aparentan un estado de felicidad eterno, o vacaciones a lugares exóticos que cualquiera no podría tomar, lo cual dista mucho de ser real; pero, a contrario, quienes ven esas imágenes y están atravesando por un grave momento, las puede deprimir más de lo que ya se encuentran al ver tanta felicidad de otros, produciendo el efecto inverso a lo visto, es decir de insatisfacción frente a su propia vida o envidia hacia la exhibida por los demás.

Si bien el artículo es bastante genérico en sus apreciaciones; es cierto que –como sucede en la vida real- muchas personas aparentan un estado de dicha o una situación que no se condice con la realidad que viven. Ha sido el caso, por ejemplo, de los que aparentan una felicidad conyugal que no existe con fotos tipo estoy con mi esposo (a) en un restaurante o en una playa, o regalándome flores y chocolates en el aniversario de bodas o por San Valentín, cuando en la vida real es probable que su relación conyugal se encuentre bastante deteriorada. O, también, de aquellos jóvenes que proclaman “conquistas” de mujeres exuberantes y luego se descubre que son fotos trucadas. Para no mencionar la de aquellos trabajadores que simulan en sus vacaciones ir a una playa paradisíaca del Caribe y más bien se la pasaron en la cabina de internet a la vuelta de su casa.

En cierta forma esas imágenes del mundo virtual buscan compensar la vida diaria, plagada de momentos grises, tediosos y frustrantes (que son los mayores en la vida). El ser humano siempre ha buscado una forma de liberarse de la realidad que lo agobia y limita. En el pasado era con un buen libro que, incluso, enriquecía su existencia, o también viendo alguna película interesante; pero en la actualidad, gracias a la tecnología digital, se ha optado por la manera más pedestre y directa, como son las imágenes y fotografías que colgamos en las redes sociales.

Por regla la información de la red debe tomarse con mucha cautela. Es muy humano querer aparentar una imagen que no es o de potenciar una que apenas es en la vida real. El juego de las apariencias se produce casi en todos los seres humanos; difícilmente encontraremos alguien que se presente ante los demás como es realmente, dado que existe el deseo de ser aceptado por su entorno social (y virtual), y una forma sencilla es la de aparentar tener éxito, ser dichoso o mostrarse sumamente amable y ocurrente.

También se encuentran aquellos que suben fotos acompañados de algún personaje público e indican más bien estatus. Puede ser un cantante, un político, un empresario: “aparezco al lado del famoso tal”, ergo me codeo con “los grandes”. Mientras su face no sea únicamente un mural de “fotos con los famosos”, pasa.

Y hablando de excesos, como señala el artículo, están aquellos que cuelgan fotos de todo lo que hacen: comiendo, manejando, subiendo al bus, paseando al perro o hasta entrando al baño. La interpretación sicológica de tamaño narcisismo se la dejo a los sicólogos; pero el efecto en las redes será el contrario al deseado, el aludido comienza a no gustar, porque como dice el viejo refrán bueno es culantro, pero no tanto.

Desde el punto de vista sociológico, el fenómeno se produce por lo que ha venido en denominarse la sociedad del espectáculo, donde la vida íntima o personal es puesta de manifiesto abiertamente. Algo que se ve muchísimo en los medios de comunicación y en las redes sociales. El fenómeno es mundial, pero en algunos países –como el nuestro- se ha extendido ampliamente. Basta ver la amplia cobertura que tiene el rompimiento amoroso o la “sacada de vuelta” (infidelidad) entre un cantante o jugador de fútbol y una vedette, o entre dos jóvenes que saltan a la fama por el simple hecho de participar en algún reality televisivo (ver nuestro artículo La tv basura). Este fenómeno, por emulación, es replicado entre los innumerables jóvenes anónimos que comienzan a exteriorizar los asuntos más íntimos en el facebook y demás redes.

Otro grupo sí es peligroso y son los “vengativos”. Aquellos o aquellas que rompieron bruscamente una relación sentimental y comienzan a publicitar fotografías comprometedoras de la otra parte o a deslizar en su muro comentarios muy personales de su comportamiento bajo las sábanas (qué hacía o qué no hacía en la cama, cuánto duraba, si era real o fingido, gustos, preferencias, aversiones). Casi siempre son jóvenes (aunque algunos no tan jóvenes) que se dejan llevar por el despecho o la ira del momento, sin tomar conciencia que su accionar puede perjudicar a terceros. Hace poco me enteré del caso de un padre de familia, muy acongojado, cuando vio en el facebook del ex enamorado de su hija, fotos donde ella aparecía practicándole sexo oral al muchacho. Imagínense lo que ese padre sentirá en su fuero interno.

Generalmente los “amores eternos juveniles” duran lo que dura un verano o un ciclo académico de estudios, por lo que las fotos o videos grabados en pleno romance, no se sabe qué futuro tendrán terminado este. Gracias al digital, las imágenes tomadas inocentemente con un celular pueden ser manipuladas o descargadas en otros medios; y fotos apasionadas en una fiesta pasado(a) de copas o en la intimidad de un  hostal, pueden ser utilizadas luego para fines no muy santos de coerción, chantaje o simple desquite.

Y ya no hablo de aquellos que sí son concientes de lo que hacen, como muchos adultos que buscan niñas, niños o adolescentes para sus gustos sexuales. El pederasta sí tiene una conciencia más clara de lo que está cometiendo con frío cálculo, que la del muchacho o muchacha que se deja llevar por las emociones del momento fruto del despecho o de una infidelidad descubierta. (Hace poco, en mi país, se descubrió el chantaje sexual a cambio de favores académicos que nada menos un director de un colegio de varones perpetraba contra sus púberes alumnos).


No todo lo que se publica en el facebook y en general en las redes sociales es felicidad, puede existir también la parte oscura y dramática del caso. Al final de cuentas, el mundo virtual refleja lo que somos en la vida real como humanos, ni más ni menos.

Tuesday, February 24, 2015

LA TV BASURA

Por: Eduardo Jiménez J.
        ejimenez2107@gmail.com
        ejj39@hotmail.com
       @ejj2107

Se ha programado una marcha contra la “televisión basura” para el viernes 27 de Febrero.

Pero, ¿qué se entiende por televisión basura?

Si bien no existe una definición única, podemos definir la tv basura como aquella que banaliza los contenidos o exacerba el morbo, con un elevado contenido sexual, sensacionalista, chismográfico, racista y/o de clase.

De allí que se pone énfasis en programas concurso tipo realities o aquellos que buscan la hilaridad en los rasgos étnicos o de clase de los protagonistas. También se encuentran los programas de noticias sensacionalistas, cuyo énfasis se encuentra puesto en lo gore (accidentes de tránsito, acuchillamientos), violaciones de menores de edad, o robos y asaltos a mano armada.

Característica de la tv basura, aparte de su evidente falta de creatividad e ingenio, es la centralidad. Se “mira el ombligo”. Por ejemplo, gran parte de las noticias sensacionalistas ocurren en la capital y en menor medida en ciudades de región. Las noticias de interés mundial ocupan un porcentaje muy ínfimo.

Otro de sus rasgos es lo efímero del contenido. Los protagonistas tienen su “cuarto de hora de fama”, pero al día siguiente ya son olvidados y reemplazados por otros. La tv basura no trasciende más allá del día.

Por otra parte, la tv basura no es exclusiva de un país, es más bien un fenómeno mundial; pero que tiene matices. En algunos países, como Perú, es predominante, en otros, mucho menos. (Por ejemplo, unos amigos míos extranjeros, se sorprendieron que en un canal de tv peruano se tratase con tantas horas y horas de programación y en distintos horarios, el affaire de la infidelidad de Florcita Polo, como si fuese una noticia de interés nacional).

Como ya han señalado los estudios sicológicos, el visionar únicamente tv basura produce individuos sin criterio, que tienden a ver programas de televisión como una vaca come el pasto. Las capacidades de análisis crítico y de abstracción de la persona quedan anuladas, lo que conlleva a su vez que no les interese realmente los temas importantes y que son gravitantes para su existencia en sociedad.

En otras palabras, el visionar exclusivamente tv basura produce la cosificación del ser humano. Por eso, los detractores de este tipo de televisión, señalan que la tv basura produce individuos conformistas con el sistema político imperante y por ello es una gran aliada de cualquier gobierno, sobretodo si son gobiernos mediocres, cleptocráticos o tiránicos.

Al ser adictiva la tv basura, el individuo querrá más y más de esta, creyendo que es lo único importante. En el proceso su mentalidad queda estancada en la de un niño. Se convierte en un Homero Simpson.

Todo parece indicar que en nuestro país la tv basura se afincó en los años noventa, en complicidad con el gobierno cleptocrático y autoritario de ese entonces. (Las razones de esa complicidad son obvias y fueron ampliamente difundidas en los llamados vladivideos). Pero con el regreso de la democracia las cosas no mejoraron, sino empeoraron.

Algunos sostienen que esto se debió a que los programas sensacionalistas son más baratos (a los participantes de un realitie no se les paga lo mismo que a una “estrella” conocida), no requieren demasiado ingenio en su preparación, casi siempre son copias de programas extranjeros y la rentabilidad es alta, por los auspiciadores que participan. Y, si bien se propuso la autorregulación de los contenidos por los propios canales de televisión, lo cierto es que no pasó de buenas intenciones (como tampoco los “semáforos” –calificaciones sancionatorias- de la ANDA, la asociación de anunciantes).

Los canales que propalan tv basura y sus acólitos seguidores esgrimen como argumento central de defensa que son mayoría los que siguen los contenidos basura; es lo que le gusta a la gente. Pero, como bien se ha señalado, con el mismo razonamiento su eslogan persuasivo podría ser consuma caca, cien millones de moscas la recomiendan.

No obstante ello, la sugerencia cínica y harto manoseada de los defensores de la tv basura (“apaguen su televisor o cambien de canal si no les gusta”), parece convertirse en profecía autocumplida. Al bajar los costos de conexión de la tv por cable o la satelital, así como del internet, está permitiendo que los ratings (sintonía) de los programas de la tv basura difundidos por señal abierta, sea cada vez menor. Salvo excepciones escasísimas, ahora es imposible que un programa de tv basura supere los 40 o 50 puntos de rating como antaño. En otras palabras, muchas personas han hecho caso a la sugerencia de los defensores de este tipo de televisión y cada vez optan por visionarla menos.

A ello se debe añadir que dentro de pocos años, a raíz del apagón analógico (programado para el año 2020), con el incremento de contenidos en HD, el panorama de la tv de señal abierta puede cambiar dramáticamente. Actualmente ya se vislumbra en algo, con los contenidos de ciertos canales digitales.

No sería extraño entonces que, frente al cada vez menor rating que se evidencia en varios programas de la tv basura, se incremente más el morbo, el contenido sexista o la chismografía, sensacionalismo e intrascendencia a fin de no perder sintonía y auspiciadores. (Imaginamos que para aumentar el rating, al reciente concurso de traseros de un programa de la tv basura, seguirá pronto un concurso de vaginas o de penes).


Por ello es meritorio que un grupo de ciudadanos, como parte integrante de la sociedad civil, dejen escuchar su voz de protesta. Eso refleja que no se encuentran cosificados, sino que siguen siendo ciudadanos. Enhorabuena.


Monday, February 16, 2015

EL DILEMA DE GRECIA (Y DE EUROPA)

Por: Eduardo Jiménez J.
        ejimenez2107@gmail.com
        ejj39@hotmail.com
       @ejj2107

El triunfo en las urnas de la coalición de extrema izquierda Syriza y la designación como primer ministro de Alexis Tsipras y, como ministro de finanzas, el heterodoxo Yanis Varufakis (quien no cree mucho en los términos de intercambio que hasta la fecha se han producido entre Europa y Grecia), conlleva un dilema no solo para Grecia, sino para la continuidad de la Unión Europea.

A grosso modo la crisis griega se origina por una abultada deuda pública externa que llega casi a duplicar su PBI, la que se agravó con la crisis europea de los “bonos basura” y la corrupción interna de las autoridades helenas de ese entonces (se ha llegado a especular que hasta “maquillaron cifras” con la complicidad de algunas conocidas calificadoras de riesgo para ingresar a la Unión Europea).

La “receta” para la crisis griega de la llamada “troika” liderada por Alemania (FMI, Banco Central Europeo y la Comisión Europea) la conocemos bastante bien en la América Latina de los años ochenta: austeridad, austeridad y más austeridad, junto a la eliminación de programas sociales, a fin de “pagar la deuda”.

Como era de esperarse, la austeridad seguida de recortes presupuestales, produjo malestar social, expresado políticamente en la ascensión al poder por primera vez de la coalición  de extrema izquierda Syriza, con un programa de gobierno que prioriza lo social y “negociar” el pago de la deuda externa.

A nivel económico el problema financiero pudo resolverse de conservar Grecia su autonomía monetaria: devaluaba el dracma, la moneda oficial, “licuaba” la deuda con una inflación interna e incentivaba las exportaciones a fin de tener “dinero fresco”. Pero, al ser parte de la Unión monetaria, ya no dispone de esas herramientas: no puede subir o bajar la tasa de redescuento (que la fija el BCE), emitir moneda o devaluar.

Y allí se nota también los límites de la unión monetaria. Es buena para aquellos países “solventes”, los que tienen el manejo del euro, como es Alemania; pero los países pequeños como Grecia se encuentran bastante limitados.

Políticamente el problema griego puede repercutir en otros países con problemas similares, donde el desempleo (sobretodo juvenil), el recorte del estándar de vida y de los programas sociales, podría volcar al electorado a opciones radicales, como Podemos en España. Lo que a su vez originaría el comienzo del fin del proyecto más ambicioso del siglo XX: la unión política, económica, monetaria y financiera de todo un continente.

El gobierno griego no tiene otra alternativa que cumplir con las promesas electorales, si no quiere tener una vida corta. Y, de ser necesario, salirse de la Unión Europea, para lo cual cuenta con el apoyo de los nacionalistas extremos, con los que hace mayoría en el Congreso.

Asimismo, al ser una coalición el partido de gobierno (Syriza es el acrónimo griego de Coalición de Izquierda Radical), no estará exento de conflictos entre los miembros sobre el nivel de velocidad de las reformas. Con un parlamento (el régimen político griego es el parlamentario) con notable presencia de marxistas de viejo cuño para los cuales la democracia no es un fin sino solo un medio (algo similar al pensamiento de la “izquierda legal” peruana a inicios de los años ochenta), es bastante probable que de no conseguir un acuerdo con la “troika”, se propongan “pisar el acelerador” para salir del corset europeo y plantear su propio camino, con resultados alarmantes para todo el continente.

Y de no hacer ello, se corre el riesgo que en las próximas elecciones lleguen por medio de las urnas los neonazis. De castaño a oscuro. (El grupo neonazi Amanecer dorado que promete “sacar a patadas de Grecia a todos los extranjeros” ya cuenta con una apreciable mayoría en el parlamento actual).

Por otra parte, la Unión Europea, si quiere sobrevivir como tal y no ser solo un “club de países ricos”, deberá manejar el problema de la deuda griega en forma política, lo cual pasa por reducirla, tanto en capital, como intereses y penalidades. Y, como ya ha señalado más de un experto en el tema, el Banco Central Europeo va a jugar un papel importantísimo en la crisis: o se convierte en el simple cobrador de Alemania (o de los bancos alemanes para ser más preciso), presionando a Grecia con la amenaza de no darle más créditos si deja de pagar la deuda: o mirando el futuro, opta por la unidad de la zona euro, apoyando de alguna manera al país heleno.

Los historiadores dicen que si los vencedores en la I Guerra Mundial no hubiesen exigido condiciones tan humillantes a Alemania tras su derrota, se hubiese evitado el ascenso al poder de Hitler y el fascismo, y de repente, hasta de la II Guerra Mundial. Asimismo recuerdan al inflexible gobierno alemán de Angela Merkel que tras el fin de la segunda contienda, los aliados fueron bastante generosos con la entonces empobrecida Alemania, quitándole mucho del peso de su deuda, lo que ayudó considerablemente a la reconstrucción del país.


Si se persiste en continuar con condiciones tan duras para Grecia habrá que evaluar el futuro de la unidad europea, y las consecuencias que podría traer no solo en el viejo continente, sino en todo occidente. La repercusión en Occidente (donde paradójicamente Grecia es la “madre” de esa forma de civilización de la mitad del planeta) puede ir más allá del pequeño país helénico.

Monday, February 09, 2015

PERÚ, PAÍS DE LAS POLLADAS

Por: Eduardo Jiménez J.
        ejimenez2107@gmail.com
        ejj39@hotmail.com
       @ejj2107

Un reciente estudio del Banco Mundial ha concluido que la forma más ingeniosa de conseguir dinero entre los países pobres es la popular pollada, al parecer originaria de nuestro país.

Los peruanos somos ingeniosos y esta forma de recursearse (agenciarse dinero) debe tener por lo menos 35 años. Posiblemente se originó  a fines del gobierno militar o inicios de la democracia, cuando la crisis económica golpeaba fuerte en nuestro país (frente a la pobreza galopante de aquellos años, hay evidencias que en los sectores más desfavorecidos se comía nicovita, alimento irónicamente para pollos). Comenzó a gestarse en los sectores populares, de donde es tributaria, para trascender a las clases medias, duramente golpeadas en aquellos años; y algunos dicen que incluso llegó hasta los sectores sociales altos, a fin de costearse su tren de vida y pasajes a Miami.

¿Por qué el pollo?

En sus inicios el pollo era barato y estaba al alcance de todo presupuesto. A tal punto se popularizó en pocos años (se estima que la difusión masiva del pollo debe tener menos de cuatro décadas) que se hizo infaltable en las mesas familiares y los restaurantes: arroz con pollo, guiso de pollo, sopa de pollo, tallarín con pollo, salpicón de pollo, etc., etc.

Y aunque Evo Morales le echó la culpa a la noble ave del aumento de homosexuales –por esto de las hormonas que le aplican al emplumado para que engorde rápido-, no hay evidencias que demuestren, luego de cuarenta años de consumo masivo, que el número de gays o lesbianas haya aumentado dramáticamente. De repente el re reelecto presidente descubrió que las hormonas del pollo combinado con la altura en la que se encuentra Bolivia, producía esos extraños cambios. Habrá que preguntarle.

Si bien una pollada tiene una finalidad recaudativa para un fin específico (pagar cuentas, una operación, los estudios escolares o universitarios de un hijo, un viaje de promoción), trasciende los profondos para convertirse en un evento social, de reunión de viejos amigos o conocer nuevos. Incluso tener un choque y fuga con un desconocido (a) (relación sexual esporádica y breve, sin necesidad de volverse a encontrar de nuevo),  culminando el conocimiento mutuo y a calzón quitado en un telo (hostal que se utiliza usualmente para lances sexuales); o si la urgencia era incontrolable y los recursos escasos, en algún lugar más o menos oscuro y contra la pared. Son las famosísimas polladas salvajes.

Pero, se debe reconocer que en otras ocasiones una pollada sirvió para iniciar una relación más estable que proseguía en un noviazgo formal, con pedida de mano de por medio, y finalizaba en matrimonio. (¡Cuántos niños le deben su nacimiento a una pollada¡).

Necesariamente quien organiza una pollada debe tener una red social amplia, a fin que colabore la mayor cantidad de conocidos. Lucila Campos, cantante que ostenta el título de  la reina de las polladas, se jacta de haber convocado a más de mil personas en una sola actividad; y ahora, gracias a las redes sociales, y en especial al facebook, se puede convocar virtualmente, indicando fecha y lugar del evento.

Una pollada debe estar bien organizada, desde comprar el pollo, macerarlo bien y freírlo adecuadamente, contar con un lugar amplio y acogedor (puede ser una canchita de fútbol, una sala grande de casa, un parque o incluso la vía pública si no existe otro espacio disponible), hasta la música, el equipo de sonido y la venta de cerveza (la famosa rubia), rubro importante de ingresos y que no tiene pierde en una pollada.

Una variante es la pollada delivery. Sucede cuando el organizador no tiene muchos recursos o espacio disponible, y opta por entregar los platos en el domicilio de los que se apuntaron con una tarjeta. Es cierto que quita el encanto primigenio, pero no cabe duda que es una salida para contar con unos soles demás.

 Un sustituto del pollo en estos eventos, ha sido la cuyada (a base de cuy), la parrillada (a base de carne) y la chanchada (a base de chancho); o, como me decía una amiga de lengua bastante florida, hasta la huevada (a base de huevo), si no se cuenta con mucho dinero; pero indiscutiblemente la pollada sigue siendo la reina de los encuentros.

Otra característica de las polladas es la reciprocidad. Hoy por ti, mañana por mí. El colaborar con una pollada, implica que a futuro el colaborante puede pasar a ser organizador de su propia actividad y, el que antaño organizó, pasa a colaborar por lo menos con una tarjeta; caso contrario, si demuestra ingratitud, se le aplica la ley, es decir jamás se vuelve a apoyar a esa persona si realiza otra actividad.

Y debido a la diáspora de peruanos en el exterior, acaecido por la crisis económica de los años ochenta, el terrorismo y el terrible fujishock (los cálculos más recientes estiman unos tres millones de peruanos que radican en otro país), la pollada se ha universalizado y se rinde pleitesía también en otras latitudes (los anglosajones la conocen como chicken party); aunque imagino que por allá habrá que pedir permisos y todo el papeleo necesario, cosa que entre nosotros –informales todavía- obviamos; y si viene la policía o el serenazgo llamados por algún descontento, se le invita a los custodios del orden una sabrosa pollada con una cerveza bien al polo (helada) y asunto arreglado.

Así que si alguna vez se encuentra escaso de fondos, anímese y haga su pollada bailable, con el clásico lema de la tarjeta hasta las últimas consecuencias.

Thursday, January 29, 2015

SOBRE LAS INTERPRETACIONES ACERCA DE AMERICAN SNIPER (EL FRANCOTIRADOR)

Por: Eduardo Jiménez J.
        ejimenez2107@gmail.com
        ejj39@hotmail.com
       @ejj2107


En los Estados Unidos la película ha recibido críticas del sector liberal (lo que acá vendrían a ser los caviares), por considerarla patriotera y belicista. Pero, una buena película como El francotirador (y, por extensión, cualquier obra de arte de calidad) puede contener más de una interpretación.

Si uno observa atentamente el filme se dará cuenta que cabe tanto la interpretación belicista; pero, por oposición, también la antibélica, la que se acentúa por acumulación: son tantos los asesinatos selectivos que infligió Chris Kyle (se estiman en más de doscientos), sean hombres, mujeres o niños, como el trauma de postguerra sufrido por el protagonista, que vamos a tener una sensación que el director más bien ha querido realizar una película de contenido pacifista.

En efecto, la interpretación belicista opera a nivel epidérmico: los fríos asesinatos a la distancia apretando un gatillo, el sentido patriota del pueblo norteamericano y del propio personaje luego de los sucesos del 11 de Setiembre, el tratamiento de “salvajes” de los iraquíes vs el afán “civilizatorio” que traen las fuerzas norteamericanas (pacificación, democratización del país, libertad del “pueblo oprimido”, etc.).

Dicho sea de paso, la justificación civilizatoria siempre ha sido el argumento central de toda guerra e invasión de un pueblo a otro, desde los romanos, pasando por los españoles, hasta los ingleses y norteamericanos. El pueblo invasor trata de “salvaje” al pueblo invadido y, por tanto, lo que busca es “civilizarlo”.

Y la “cereza de la torta” es la evidencia no cuestionada de las ideas conservadoras del propio Eastwood y su simpatía por el Partido Republicano, partido político que hoy más que nunca se encuentra muy cerca de las ideas fundamentalistas de derecha, de esa noción de patria muy enraizada en los sectores conservadores de la sociedad yanqui y de los grupos económicos de poder en Estados Unidos.

Desde ese ángulo sería incuestionable la postura pro bélica de la película; pero insisto que puede dársele otra interpretación “por debajo de la piel”, en el sentido que son tantas las atrocidades presentadas, que la reacción por oposición es distinta a lo visto, produciéndose por rechazo un sentimiento “no bélico” en el espectador, así como de toda la parafernalia patriotera que exhibe las escenas finales del filme, donde se muestra las exequias como héroe nacional de Chris Kyle.

Por lo demás, la construcción del personaje es una ficción. Muy aparte que se halla basado en sus memorias el guión del filme, la construcción de un personaje en base a un modelo “real” tendrá los acentos que el guionista y luego el realizador quieran darle; muy aparte que al tratarse de memorias, quien escribe tiende a “mentir” sobre si mismo o a justificar o atenuar algunos hechos de su accionar. De allí que se acentúa la arista del tipo convencido de lo que hace para defender a su país y a los más débiles luego del 11-S, que el lado oscuro de su personalidad, la que tiene facetas poco amables al personaje real, según testimonios de quienes lo conocieron.

Una obra de arte que trasciende tiene interpretaciones que van más allá de lo que su autor quiso decir o hacer. Ejemplos abundan en clásicos de la literatura, la pintura o el cine. Por ello interpretaciones en uno y otro sentido van a coexistir, lo que no quita que estemos ante una de las mejores películas de Clint Eastwood, que prueba el buen estado del realizador en su octava década de vida.



EL FRANCOTIRADOR [American Sniper] 
Dir: Clint Eastwood   
Guión: Jason Hall, basado en el libro de Chris Kyle
c/ Bradley Cooper (Chris Kyle), Keir O'Donnell (Jeff Kyle), Sienna Miller (Taya)
EEUU/2014/Drama****/Estrenos




Monday, January 26, 2015

CÓMO LOS PERSONAJES HISTÓRICOS CAMBIAN CON LA ÉPOCA (SOBRE ÉXODO: DIOSES Y REYES)

Por: Eduardo Jiménez J.
        ejimenez2107@gmail.com
        ejj39@hotmail.com
       @ejj2107


Muchas veces nuestra imagen de un personaje o hecho histórico se encuentra relacionada con la que proporciona la ficción, especialmente el cine y la literatura.

Es lo que sucede con la figura de Moisés, muy relacionada con la que plasmó Charlton Heston en Los diez mandamientos (1956): un Moisés iluminado, profético, un “santo varón” que “habla con Dios”, muy al ambiente de los todavía puritanos años 50.

El Moisés de Ridley Scott más bien es un tipo escéptico, guerrero a la usanza de su formación como príncipe de Egipto (como todo príncipe debió ser adiestrado en las llamadas “artes de la guerra”), pero justo; que descubre circunstancialmente su origen y la “palabra revelada”; y que a pesar de ello, sigue manteniendo sus dudas y preocupaciones existenciales. (Es un hombre que va a dudar hasta cuando se abre el Mar Rojo). Un hombre que se encuentra desgarrado entre dos culturas y dos afectos: la de su origen y la adoptada. En otras palabras es un Moisés que refleja más al hombre contemporáneo que al personaje bíblico de granito exhibido en la recordada película de Cecil B de Mille.

Sucede lo mismo que con el Noé de Darren Aronofsky, más con look de guardián ecológico que de profeta bíblico (curiosamente Aronofsky había pensado también en Christian Bale para el protagónico, quizás por esa ambigüedad que siempre refleja ante cámaras)

A ello se suma que el Moisés interpretado por Christian Bale no aporta demasiado registro de los cambios que sufre el personaje. No se ve una carga dramática que apele a un “antes” y un “después” del encuentro con el Creador, como los numerosos seguidores de la historia bíblica deseaban apreciar (Charlton Heston hasta “brillaba” una vez que Dios se le reveló).

Igual sucede con el antagónico, el faraón Ramses, mostrado pusilánime, rencoroso, bastante limitado en sus cualidades, pero que no aporta más para llevar al clímax la trama. (Muy distinto al que interpretó Yul Brynner que hasta superaba en calidad interpretativa a Heston, más “actor de pose” que de registro actoral). Y, algunos, incluso extrañaron la lucha fratricida entre ambos –marcadamente visible en la obra de De Mille- que hasta se permitía, osadía de la época, la licencia de la rivalidad por el amor nada menos que de la reina de Egipto, recurso melodramático sumamente efectivo que el legendario De Mille manejaba con extraordinaria habilidad. (En Scott solo se aprecia una envidia de uno hacia el otro, pero no explota ese lado folletinesco).

Un acierto es el uso de un niño como “mensajero de Dios” (o Dios mismo, si se quiere), al que solo “ve” Moisés. Es un recurso dramático más adecuado que la voz grandilocuente que hablaba (o mejor dicho ordenaba) en Los diez mandamientos. Asimismo, ese Dios vengativo, furioso por el sometimiento a esclavitud de su “pueblo elegido”, se condice más con el Yavé del Antiguo Testamento, que con el Dios de amor descrito en los Evangelios, en el cual se inspiró la obra milleniana. (Revisen el Antiguo Testamento, es un Dios que ordena “pasar a cuchillo” a quienes no creen en él).

Para colmo de los detractores, la escena central de la trasmisión divina de los diez mandamientos es apenas marginal en Éxodo. Vemos un Moisés que los va cincelando en las tablas con la benevolencia del Creador, pero sin que implique trasmisión literal de las leyes. Más es un Moisés creador de leyes para su pueblo –digamos un Moisés legislador- que un intérprete de la voluntad divina. (Pero hay que tener en cuenta que la película se titula Éxodo, por lo que se centra más en la gesta de la huída del pueblo judío fuera de Egipto que en la dación de los mandamientos).

Marx dijo que en el capitalismo sería imposible escribir La Iliada. Tenía razón. Aludía a que cada época desarrolla el arte conforme a los insumos que esta le proporciona. Incluso de esa regla no se escapan los personajes históricos. Se les insufla características que más dicen del momento presente que de lo sucedido en el pasado, o de la ideología o política imperante en la actualidad. Y, así como sería imposible hoy hacer un filme similar a Los diez mandamientos (parecería ingenuo y hasta ridículo), el Moisés de ahora refleja las dudas y angustias del hombre occidental que ha perdido la fe en lo sobrenatural, pero que se sigue haciendo las mismas preguntas que se formuló desde que comenzó a pensar. De dónde vengo, adónde voy, cuál es mi papel en este mundo. De repente al final no hay nada, pero las eternas preguntas siguen moviendo al ser humano.

Si bien Éxodo no se encuentra entre las mejores películas de Ridley Scott (gusta mucho de las ambientaciones históricas y de las obras futuristas), no por ello la podemos minusvalorar. Dentro de sus limitaciones, tiene sus méritos.


EXODUS: DIOSES Y REYES [Exodus: Gods and Kings]   
Di: Ridley Scott         
Guión: Adam Cooper, Bill Collage y otros
c/  Christian Bale (Moses), Joel Edgerton (Ramses), John Turturro (Seti), Aaron Paul (Joshua), Ben Mendelsohn (Viceroy Hegep), María Valverde (Zipporah), Sigourney Weaver (Tuya), Ben Kingsley (Nun), Andrew Tarbet            (Aaron)

EEUU,UK/2014/Épica***/Estrenos


Monday, January 19, 2015

LA CAUTIVA DEL TERROR

Por: Eduardo Jiménez J.
        ejimenez2107@gmail.com
        ejj39@hotmail.com

       @ejj2107

A veces no se si se trata solo de “cortinas de humo” generadas desde el gobierno a fin de distraer la atención de los últimos escándalos que llegan hasta el mismísimo ejecutivo (caso Belaunde Lossio, caso López Meneses, corrupción en ciertas altas esferas del poder) o, peor aún, crear un clima social que permita una política “más dura” encabezada por un ministro que se dedica más a tuitear que ha capturar delincuentes. No lo sé. Solo espero que a este gobierno no se le ocurra una desesperada salida autoritaria tipo 1992, frente a todo el despelote que lo rodea. Solo espero eso.
Me llamó la atención “la denuncia” del procurador antiterrorismo contra una obra de teatro, a lo que se suma la del Ministro Urresti, semanas anteriores, contra una exposición de pinturas por integrantes de Sendero Luminoso.
De Urresti se puede esperar cualquier cosa, como revelan sus agudos tuists; pero de un “hombre de letras” como es el procurador Julio Galindo, supuestamente un abogado, llama la atención.
En principio, me parece que la obra ya no se encuentra en cartelera, y por los datos que se han filtrado de “la investigación” del procurador, estos son bastante febles y subjetivos. Básicamente son dos: que se deja mal paradas a “las fuerzas del orden” (las que en la obra teatral van a acometer un acto de necrofilia sobre el cadáver de una joven) y que subliminalmente se hace apología del terrorismo.
Sobre lo primero (las fuerzas del orden como violadoras de derechos humanos), imagino que la pieza teatral –no llegue a ver la obra- recrea un hecho que es cierto: las fuerzas militares violaron derechos humanos, sea de los terroristas o de terceros ajenos a “la guerra interna”. Se encuentra ampliamente documentado en el Informe de la Comisión de la Verdad. Que hayan sido casos aislados o una acción sistemática desde el propio estado, es otra cosa. (En lo personal, creo que solo fueron casos aislados, no una política de estado de eliminación sistemática del “enemigo” como en Argentina o Chile de los años setenta).
Por el lado de la apología del terrorismo, la controversia es más difusa todavía, dado que en un contexto democrático y de libertad de expresión, una persona puede expresar sus ideas, bajo cualquier forma como, por ejemplo, estar de acuerdo con la lucha armada y que “el pensamiento Gonzalo” es la quintaesencia del legado marxista-leninista-maoista. Ello no va a ser de la persona un apologeta del terrorismo. Hasta donde tengo entendido, es necesario que la apología sea clara y directa (ejemplo: incitar a la lucha armada y a continuar la guerra popular del campo a la ciudad).
Caso contrario, estarían dentro de la apología del terrorismo no solo la obra de teatro en cuestión, sino películas como La boca del lobo o novelas que ya trataron el tema de la violencia política. Hasta la novela Historia de Mayta, que nuestro Nobel escribió proféticamente en los años ochenta del siglo pasado, caería en el supuesto de apología del terrorismo.
Supongo que el incidente no pasará a mayores (frente a la orfandad de apoyo, el propio procurador se ha desistido de la acción penal); pero lo que sí me preocupa es esa actitud confrontacional del ejecutivo. No parece que se deba solo a un caso de estrés o de paranoia persecutiva. Es más profundo y trae sus cosas. Solo espero, como expresé líneas arriba, que no se trate de preparar algún escenario para tener cautivos a treinta millones de peruanos.


Friday, January 09, 2015

JE SUIS CHARLIE

Por: Eduardo Jiménez J.
        ejimenez2107@gmail.com
        ejj39@hotmail.com
       @ejj2107


Yo soy Charlie, fue el grito desgarrador y solidario de miles de franceses ante el asesinato de los dibujantes del semanario satírico Charlie Hebdo.

Más allá de los motivos, el terrorismo, como su nombre lo indica, busca causar el terror y la zozobra entre la sociedad y azuzar al estado en métodos represivos que le permita al mando terrorista justificar las acciones. Una suerte de círculo perverso: más represión, más violencia y en el camino el grupo terrorista va ganando legitimidad.

De allí que el estado de derecho debe combatirlo bajo ciertos parámetros y no degenerar en violaciones a los derechos humanos que permitan a los terroristas convertirse en mártires. Nosotros lo sabemos por experiencia propia y los franceses también, ya que lucharon contra los independentistas de Argelia –que usaron métodos terroristas para obtener su autonomía de la metrópoli- violando derechos, como ocurrió en aquellos años. Fue una mala estrategia del gobierno galo de ese entonces y suponemos ha aprendido la lección (para lo cual, igualmente, basta ver lo que sucedió con los prisioneros de Al Qaeda en manos de la inteligencia norteamericana, y las consecuencias que ello ha generado después).

Curiosamente los que cometen atentados en Europa son personas que tienen un doble lazo cultural: por un lado está el de sus ancestros que provienen del Oriente próximo, conservando su religión y costumbres milenarias, y por el otro, los lazos culturales con el país adoptivo de raigambre occidental. Y si nos adentramos un poco más, es probable que encontremos un odio creciente ante Occidente, sea inducido por extremistas musulmanes o deducido por lo que ha pasado en los últimos años post 11-S (violación de derechos a minorías árabes, segregación racial y cultural, xenofobia creciente, etc.).

Lamentablemente el hecho va a traer políticamente repercusiones, se quiera o no. Una de ellas es el fortalecimiento de los grupos radicales de extrema derecha de clara tendencia xenófoba, como el Frente Nacional de Marinne Le Pen, con altas probabilidades de ganar la siguiente elección presidencial en Francia. La xenofobia hecha la culpa de todos los males a los extranjeros (los judíos en la Alemania nazi, los árabes en Europa o los latinos en Estados Unidos).

El racismo antimusulmán y antiárabe en general se va a acentuar y las fronteras europeas se van a cerrar ante todo lo que no sea “occidental”, con la consiguiente acentuación de la discriminación.

Lo malo es que existe una notable población de origen árabe que tiene ciudadanía francesa (se estima en alrededor de cinco millones) que van a ser “sospechosos” de terrorismo por el hecho de tener una ascendencia no europea. Lo cual puede agravar las cosas en el corto plazo, por lo que el panorama no es muy halagador en los siguientes años.


Nos guste o no es probable que continúe corriendo sangre de uno y otro lado.